La presencia de compatriotas en todos los rincones del mundo no es algo que nos pueda sorprender en estos tiempos, pero encontrarse con una profesional de la comunicación realizando trabajos humanitarios en un rincón de África Oriental y documentando su trabajo resulta, cuando menos, un caso especial.

Sudán del Sur, en África Oriental, es una de las naciones más jóvenes del planeta si hablamos de su creación. Su inicio como país data del 9 de julio de 2011, por lo que este año estaría cum­pliendo sus primeros 13 años de existencia.

Es allí que Evani Devone, una compatriota nacida en Canindeyú, presta desde hace casi un año su servicio como profesional de la comunica­ción social a la organización Médicos Sin Fronteras. Ella se formó en la Argentina y tras concluir sus estudios inició su tarea humanitaria.

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Esta decisión la llevó hasta Mozambique, en la costa del Océano Índico en África. Luego regresó a nuestro país, de donde partió nuevamente hacia el continente africano, específicamente a Túnez y tuvo su paso por Medio Oriente, en Yemen, otro país castigado por la guerra.

Su trabajo consiste en pres­tar su conocimiento de comu­nicación social a diferentes organizaciones humanita­rias que ayudan de diversas maneras en las zonas de con­flictos y de extrema pobreza, como el caso de Sudán del Sur, donde forma parte del equipo de comunicaciones de la orga­nización humanitaria Médi­cos Sin Fronteras.

Evani está hace poco tiempo en la organización Médicos Sin Fronteras, pero su trabajo humanitario comenzó apenas concluyó sus estudios universitarios.FOTO: GENTILEZA

MUCHOS PROYECTOS

“Tenemos muchos proyectos aquí porque la organización está presente en esta región hace más de 40 años, aun cuando el país tenga mucho menos años. Estamos aquí desde hace tiempo por los diferentes conflictos que han surgido en este tiempo. De los 10 departamentos que tiene Sudán del Sur, trabajamos en 8 de ellos”, relata Evani.

Las diversas situaciones que se presentan en estos países obligan a las organizacio­nes humanitarias a dinami­zar y priorizar los proyectos que tienen. “Tenemos varios proyectos que desarrollar en todo el país, sobre todo en lo que respecta a desplaza­miento forzado de la pobla­ción, pero también se pueden producir brotes de malaria o de sarampión y entonces tenemos que trabajar sobre eso hasta que esté controlado. Por eso es que existen varios proyectos por desarrollar en un breve lapso de tiempo.

“El vecino del norte Sudán sufre ahora una escalada del conflicto interno y su población se ve obligada a desplazarse hacia el sur, y entonces también esta­mos dando nuestra ayuda en esta situación”, explica.

TITÁNICA AYUDA HUMANITARIA

Sequías, inundaciones, brotes de enfermedades infecto-con­tagiosas y desplazamientos se suman a la carencia, la falta de infraestructura y los con­flictos regionales, por lo que no solo realizan una titánica ayuda humanitaria, sino que ven la necesidad de formar a personal local en funcio­nes como las que realizan los enfermeros.

“No solo trabajamos por la salud física, sino también en la parte mental porque estamos en una zona de con­flicto constante. Es un país con muchas realidades y existen lugares donde para poder acceder tenemos que hacerlo por barco, tenemos a personas que salen de sus hogares porque su zona fue inundada, tenemos situación de peleas por tierras. A todas estas personas que necesitan ayuda generalmente las tene­mos que transportar por vía aérea”, dice en referencia a la falta de vías de acceso para realizar una mejor y más rápida ayuda humanitaria.

Médicos Sin Fronteras rea­liza desde la consulta de un dolor de cabeza hasta ciru­gías del corazón a pesar de las precariedades. En la mayoría de estos casos, los miembros de la organización deben des­plazarse hasta el lugar de los afectados, aunque para casos graves tienen ambulancias disponibles para el uso y even­tualmente también aviones para socorrer.

En su rol de comunicadora, Evani cuenta que las veces que tiene que acompañar al equipo de socorro aprovecha para conocer historias de las personas a quienes auxilian, muchas de ellas refugiadas. De esta manera se empapa con las vivencias personales y puede comprender mejor los motivos del sufrimiento y las esperan­zas de cada uno de ellos. “Veo sus realidades, las documento y las reporto. Es la parte favo­rita de mi trabajo”, confiesa.

Sin embargo, para publicar su trabajo ella debe contar con el consentimiento de las per­sonas expuestas en las imá­genes. Por ello, todo el mate­rial conseguido permanece guardado en los archivos de la organización.

DAR A CONOCER AL PARAGUAY

Además de estas historias, Evani quiere dar a conocer también algo de la cultura y la historia del Paraguay. “Muy poca gente conoce a Paraguay por estos lugares y dar a conocer estas realida­des, así como lo relacionado a la cultura de nuestro país, es mi proyecto de vida.

En las reuniones cuando tene­mos que llevar algo para comer siempre hago chipa guasu. Les enseñé a algunos de mis compañeros a tomar tereré y hace poco llevé a algunas de mis compañeras a visitar Paraguay. La comida y el verde exuberante fue lo que más des­tacaron”, nos cuenta.

Evani dice que se esfuerza por hacer agradable a todos la experiencia de conocer Para­guay, ya sea visitando como lo hicieron sus amigas o estando en Sudán del Sur y transmi­tiendo parte de nuestra cul­tura en un lugar tan remoto.

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