Cien años atrás, el Partido Colorado era oposición frente a un Gobierno liberal y los reclamos eran cosa corriente en el diario Patria. Todos estos reclamos forman parte de la historia de la prensa escrita que se encuentra guardada en la Biblioteca Nacional del Paraguay.

• Por Juan Carlos dos Santos X:
• @juancads

Es también un modo de perseguir al adver­sario el de tomarle sus armas cuando de dos o tres y más leguas de un pueblo vie­nen a él traídos por cualquier asunto. Y estas armas no se devuelven más.

Iremos consignando los nombres de estos ladrones que con el título de autoridad se convierten en grandes mercaderes de instrumentos ajenos y son: el jefe político de Tobatí, un rapazuelo que en más de dos ocasio­nes hemos denunciado, ha vendido un revólver de su propiedad particu­lar y en cambio ha adquirido el de dos meritorios correligionarios sin tener la gentileza de devolverles.

Otro, el jefe político de San José el ex diputado Odon Frutos también tiene su ocurrencia.

Hizo llamar a un oficial de compañía y lo encargó que sacara de nuestro correligionario don Pedro Mendoza, un flamante revólver Colt calibre 38, para destinarlo luego a su uso personal.

¿Y en virtud de qué derecho?

Si el señor Frutos cree que esta manera de posesionarse de manera ilícita, le felicitamos por su feliz idea y augura­mos que llegue el día en que votemos nuevamente en su candidatura para que nos obsequie con un proyecto de ley que ha de llamarse “ley que trata una nueva forma de adquirir propiedad ajena válido investidura de autoridad”.

La delegación compuesta por los señores José Zacarías, doctor Diógenes Latorre, Doctor Antoniano Garcete y Don Marcos Quaranta después de efectuar la asamblea en Borja par­tieron hacia el pueblo de Itapé acompañado de un grupo de correligionarios.

Una legua antes de llegar al pueblo eran ya esperados por el presidente de la comi­sión departamental Don Ricardo Rietrich y demás miembros de la comisión al frente de una numerosa caballería. A las 8 P. M. llega­ban al pueblo donde un importante núcleo de correligionarios los esperaba para darles la bienvenida.

Fueron alojados en la casa del señor J. O. Ortiz y al día siguiente martes 29 de enero a las 8 AM se encontraban ya los correli­gionarios del departamento reunidos en número de 200, los cuales concurrían al acto de la asamblea que tenía por objeto la renovación de las autoridades departamen­tales de la localidad y escuchar a los delega­dos que hablarían sobre la nueva orienta­ción partidaria.

Nos hemos fijado que con las estampillas de un peso, se está haciendo una serie de experimentos.

Un día amanecen en un color rojo y azul rabioso pero como son unos colores que jamás podrán armonizarse, al día siguiente amanecen color violeta con el centro gris pero tam­bién le dura muy poco pues ahora han resultado amarillas y de otro color indefinido.

Dejando bromas de un lado nos parece que se trata de un indigno negociado para favorecer algunos filatélicos pocos escrupulosos. Entendemos que debe haber un decreto que fija el color de la estampillas en cada valor. Por consi­guiente no puede variarse el color de esta hasta tres veces por semana como ha ocurrido en estos días tiene la palabra el señor director de correos.

La iglesia jesuítica de Santiago de las Misiones está en completa ruina y los artísticos trabajos de la época jesuita están deteriorándose.

Es menester que el gobierno de acuerdo con la curia eclesiástica traten de evitar que esas reliquias históricas se pierdan para la posteridad y la traigan al Museo Nacional.

No es posible dejar de perderse tanta obra de arte de una época tan digna de estudio como es la jesuítica. Esperamos que no ha de pasar mucho sin que hayan sido traído a la capital todos esos tesoros artísticos elaborados en otros siglos por las manos de nuestros orígenes hábilmente dirigido por las huestes de Loyola.

En Itacurubí de la Cordillera, pueblo trabajador y humilde gracias al comportamiento y celo del jefe político, señor Miltos, quien en ejercicio de su alta misión pone toda su buena voluntad ense­ñando el amor al trabajo y el respeto a los semejantes, merodea una gangrena humana, el asesino Del Rosario Leiva que para des­gracia de la población cordillerana aún no ha sido alojado en la cárcel pública por sus crímenes siempre impunes.

Al sin número de procesos que pesan sobre él, debe agregarse este otro. En la tarde del lunes pasado, en la jurisdicción de Itacurubí y en la per­sona de un conocido ciudadano correligionario nuestro, Don Eleuterio Díaz a quien en su misma casa atropelló para herirlo de tres balazos.

Este hecho criminal como los otros que hemos de publicar para la satisfacción pública, corre también el riesgo de quedar en la impu­nidad razón por la cual elevamos nuestra formal denuncia al señor Ministro de Justicia en nombre de los vecinos de aquel punto, que quieren ver llegar la hora en que el criminal sea sacado de ese par­tido para que la vida activa sea nuevamente posible.