María Victoria Benítez Martínez. - Fotos: gentileza

La tumba de los tres Reyes Magos se conserva en la catedral de Colonia, Alemania, en un relicario diseñado por el célebre orfebre medieval Nicolás de Verdún en el año 1181. La tradición cristiana los ha convertido en reyes que trajeron al niño Jesús regalos ricos en simbolismo.

En “La leyenda dorada”, Giacomo da Varazze (Jacques de Voragine) describe: “Cuando entraron en la cabaña, encontraron al niño con su madre. Doblaron las rodillas y cada uno ofreció estos regalos: oro, incienso y mirra”.

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La etimología de la palabra “mago” procede del persa ma-gu-u-sha, que significa “sacerdote”. Los persas, babilonios y medos dieron el nombre de mago a una casta sacerdotal dedicada a la astrología y la adivinación.

La llegada de los magos de Oriente a Belén guiados por una estrella para adorar al recién nacido, el rey de los judíos, es mencionada en el Evangelio de San Mateo (Mt. 2, 1-12), Lucas (2-7), en el Libro de Salmos (72,10-11). En el Antiguo Testamento (Isaías, IL, 23; LX 5-6; Salmo LXXII, 2; Números, 24,17; Miqueas, 5,1).

Y en fuentes apócrifas (Protevangile de Santiago, XXI, 1-3; Evangelio del pseudo-Mateo, XVI, 1-2; Evangelio de la Infancia Armenio, XI, 1-25; Evangelio de la Infancia Árabe, I, 1-5; V, 1-6, 1-3) que enriquecen el acontecimiento.

Es posible que los magos, interpretando este fenómeno astronómico como el cumplimiento de la profecía esperada, se pusieran en camino hacia Judea. Para los astrónomos de la época, Júpiter simbolizaba el poder real, Saturno era el planeta del pueblo judío y la constelación de los peces (Piscis) se refería a los países del mar, Judea y Samaria, donde había nacido Jesús.

La tradición cristiana los ha convertido en reyes que trajeron al niño Jesús regalos ricos en simbolismo: el oro designa a Jesús como rey de los judíos, el incienso lo identifica como hijo de Dios y la mirra hace referencia a la mortalidad de Jesús. La triple naturaleza de Cristo: real, divina y humana.

La llegada de estos reyes tenía algo más que una dimensión exótica. A los ojos de la Iglesia, su acto de adoración era ante todo un símbolo y un reconocimiento de la realeza de Jesús, no solo sobre los judíos, sino sobre el mundo entero. Este acontecimiento se denomina Epifanía y se celebra el 6 de enero en la tradición católica.

Relicario de los Reyes Magos – Colonia (Alemania)

LOS NOMBRES DE LOS REYES MAGOS

Historiógrafos y hagiógrafos les han dado diferentes nombres: Hormizd, rey de Persia; Jazdegerd, rey de Saba, y Peroz, rey de Seba, en la versión siriaca del libro “Cueva de los tesoros”. En la versión árabe, Hor, rey de Persia; Basander, rey de Saba, y Karsundas, rey de Oriente.

Según un manuscrito de París del siglo IX, el nombre Bithisarea se convirtió en Balthasar por atracción del nombre del profeta Daniel; Melichior y Gathaspa son nombres que tendrían origen persa.

En la “Historia scholastica”, escrita por Petrus Comestor en el siglo XII, los reyes tienen nombres diferentes según se les denomine en griego: Apellus, Amerus, Damasius, en tanto que en hebreo se les conoce como Galgalat, Magalath, Sarachim.

Mientras que en latín se los conoce como Melchor, Gaspar y Balthasar. Estos nombres latinizados aparecen por primera vez, al parecer, en 845, en el “Liber pontificalis” del abad Agnellus de Ravena. Sin embargo, aunque sus nombres se latinizaron, los magos conservaron durante mucho tiempo los signos externos de su origen extranjero (vestimenta persa).

Los Reyes Magos reciben el título de reyes: Melchor, rey de los persas; Gaspar, rey de la India; Baltasar rey de los árabes.

En acadio (lengua semítica), Baltasar o Balat-shar-usur significa “Hermoso que protege al rey”, pero también puede traducirse como “Dios protege al rey”. En hebreo, Melchor significa “rey de la luz” y Gaspar puede interpretarse como “el que viene a ver” o “guardián del tesoro”.

Según la leyenda, tras conocer a Jesús, se convirtieron al cristianismo y fueron bautizados por Santo Tomás. A partir de entonces, predicaron la palabra de Dios por toda la India.

Hay imágenes de dos, tres o cuatro magos e incluso la Iglesia ortodoxa siria y la Iglesia apostólica armenia han afirmado que eran doce, como los apóstoles y las doce tribus de Israel.

Una de las primeras representaciones (siglo II) se encuentra en la Capilla Greca de las catacumbas de Priscila, en Roma.

El oro designa a Jesús como rey de los judíos, el incienso lo identifica como hijo de Dios y la mirra hace referencia a su mortalidad

DESCUBRIMIENTO DE LOS RESTOS DE LOS REYES MAGOS

En el siglo IV, la emperatriz Flavia Julia Elena, madre del emperador romano Constantino I y esposa del emperador de Occidente Augusto Constancio Chloro –futura Santa Elena–, se dedicó a recuperar las reliquias de la Pasión de Cristo en su peregrinación a Jerusalén.

Según los archivos, fue en Saba (Persia) donde consiguió exhumar los restos de Melchor, Gaspar y Baltasar y los llevó a Constantinopla, la actual Estambul (Turquía – Türkiye en turco), donde permanecieron durante tres siglos. Fueron depositados en una iglesia de Constantinopla, que siglos más tarde se convertiría en la basílica de Santa Sofía.

Las reliquias fueron ofrecidas en 343 por su hijo, el emperador Constantino I, al obispo de Milán, que las transportó a Italia. Las reliquias permanecieron en Milán durante ocho siglos, en la basílica de San Eustorgio, construida en el lugar donde se había hundido el carro que transportaba el sarcófago.

En Grecia, en el siglo XV, el monasterio de San Pablo del Monte Athos recibió un relicario que contenía los regalos ofrecidos a Jesús por los Reyes Magos. El relicario fue entregado por la hija del rey de Serbia, Mara Branković, esposa del emperador otomano Murat II y suegra del emperador Mehmet II. El emperador Mehmet II conquistó Constantinopla en 1453 y se apoderó de la basílica de Santa Sofia, donde se guardaba esta reliquia, traída de Jerusalén por la futura Santa Elena. El relicario se conserva en el monasterio de Grecia.

Representación del nacimiento del niño Jesús

EL TRASLADO DE LAS RELIQUIAS

En 1162, Federico I Barbarroja, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, furioso por haber sido excomulgado por el papa durante el saqueo de Milán (1162-1164), se apoderó de las reliquias.

Barbarroja confió las reliquias de los Reyes Magos a su canciller Rainald von Dassel y arzobispo de Colonia, quien trasladó a la antigua catedral de Colonia (1164) y mandó hacer un relicario de oro por uno de los orfebres medievales más famosos, Nicolás de Verdún. Los restos de Gaspar, Melchor y Baltasar permanecieron así en la catedral de Colonia. En la catedral se diseñó un grandioso cofre construido para albergar y honrar el relicario de los Reyes Magos, que se convirtió en lugar de peregrinación.

El relicario de los restos de los Reyes Magos sigue siendo una maravilla de la orfebrería medieval y el mayor relicario medieval del mundo. Los Reyes Magos se hicieron famosos cuando sus reliquias se trasladaron de Milán a Colonia, contribuyendo a difundir su culto.

Entre 1261-1266, el dominico Jacques de Voragine escribió la “Leyenda áurea”, que reúne la información de los distintos Evangelios y la divide en varias partes. El éxito de esta obra fue inmenso y la “Légende dorée” se convirtió en una fuente esencial de ilustraciones.

Para Johann Wolfgang von Goethe, lo fascinante es precisamente la inextricable mezcla de hechos y leyendas. Goethe escribió a un amigo en Colonia: “La historia, la tradición, lo posible, lo improbable, lo fabuloso fundido con lo natural, lo probable, lo real hasta la última y más individual descripción, desarman toda crítica como un cuento de hadas”.

* PhD en Historia y Civilizaciones – Relaciones Internacionales, Université Paris Cité – Francia. Máster en Letras y Licenciatura en Letras Modernas, Université Sorbonne. Comercio Internacional – Droit des Affaires – Conservatoire National des Arts et Métiers.

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