Toni Roberto

Este domingo Toni Roberto nos presenta su primer artículo de 2024, trayéndonos una obra poco conocida de Andrés Campos Cervera (Julián de la Herrería) pensada a partir de un libro del Dr. Arturo Vacchetta, un camino barrial recorrido diariamente desde 1980 y una acera de ese trayecto a la que denomina la vereda de la señora.

Hace muchos años, en febrero de 1980, empecé una caminata diaria desde mi casa del barrio vecino de los antiguos dominios del Dr. Morra. Por ese sendero que me llevaba por poéticos árboles, casas, calles, empedrados, pocos asfaltos e incluso calles de tierra, que todavía abundaban en Villa Morra y Manorá.

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Hoy, a días de cumplir 43 años de esos viejos paseos a pie hasta la esquina de J. Eulogio Estigarribia (ex-Boggiani) y Cruz del Defensor, hoy hasta el barrio Mariscal, recuerdo con cariño a todas aquellas personas y casas por las que sigo pasando hasta ahora; desde la de los Zubizarreta, con sus enormes pastizales sin muralla y altos, más que centenarios, árboles de mango que ya habían sido plantados justo a finales de la ocupación brasileña, de los cuales algunos sobreviven en el medio de la calle Dr. Bestard, como monumento a la otrora exuberante vegetación conservada hasta bien entrados los años 80 en lo que fuera la gran quinta Infante Rivarola, la alta y arbolada casa de los Rodas Rodas, la vereda de la señora de origen alemán, la esquina de la casa de Chacho Ferro, hasta el destino final la casa de tía Celia.

DESDE LA VEREDA DE LA SEÑORA HASTA UN CUADRO DE CAMPOS CERVERA

Pero ¿qué me motivó este domingo de verano a escribir sobre este tema?; tres detalles, por un lado, el obsequio que me hiciera por fin de año el Dr. Arturo Vacchetta, un libro de su autoría denominado “Camino al río sagrado del Paraguay”, donde cuenta el viaje familiar desde su casa de la ciudad de Villarrica hasta la Virgen del Paso, graficado con instantáneas realizadas por el autor en décadas anteriores. Por otro, un viejo cuadro de los años 20 de Andrés Campos Cervera, de alguna calle de un barrio de las afueras del antiguo centro de Asunción, que hoy publicamos en estos “Cuadernos de verano”, en su quinta temporada, y, por último, la citada vereda de la señora. Así le llamo a esa acera de la calle Lillo, colmada de verde en el medio de esa ruidosa arteria de Villa Morra por donde hago mi caminata diaria de un barrio a otro.

El pasado se convierte en presente con el encuentro de tres pequeñas historias que hoy se resumen en esta obra “Camino”, de Julián de la Herrería, seudónimo de Andrés Campos Cervera, pintor, grabador, diseñador y destacado ceramista, nacido en Asunción en 1888, que había estudiado en Europa a partir de 1910 y que falleciera muy joven en Valencia en 1937.

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