La crónica como género narrativo híbrido, llena de relatos de hechos históricos y cronológicos, es un registro que enriquece y contribuye con la historia de un pueblo e intenta recuperar la memoria histórica muchas veces olvidada por el tiempo o a propósito por los gobiernos de turno. Aunque no utiliza un lenguaje necesariamente periodístico, la crónica como tal usa elementos discursivos y figuras retóricas que embellecen el texto.
- Por Alexander Steffanell*
- Fotos Gentileza
Marcos Ybáñez, uno de los mejores cronistas de Paraguay, es reconocido por la veracidad de los eventos recolectados, que humanizan la historia y la llenan de saberes ancestrales y, por ende, despiertan el interés del lector. Este autor presenta relatos cronológicos que proveen descripción detallada enfocándose principalmente en varios periodos de la historia paraguaya no tan bien contados.
Todas sus crónicas son testimonio vivo de acontecimientos cuidadosamente investigados y documentados con valentía y coraje, de gran validez informativa para la mejor comprensión de un pasado borroso y tergiversado. Al mismo tiempo, el investigador- narrador analiza el hecho histórico y lo interpreta de tal manera que los ojos del paraguayo y del mundo están fijos en la relatoría de dichos acontecimientos, como un llamado de atención a lo que realmente pasó.
Ybáñez recibió la distinción de Hijo Dilecto de la ciudad de Mariscal Estigarribia, Chaco paraguayo, en 2021, después de 35 años de haber sido encarcelado y sometido a trabajos forzados, vejámenes y violencia psicológica por defender la libertad y los derechos humanos en tiempos de la dictadura militar de Alfredo Stroessner.
Fue el mismo cuerpo civil y militar presente que lo condecoró restituyendo su reputación hoy en día. Su cruda experiencia durante la dictadura no lo atemorizó de fortalecer su narrativa histórica y, una vez fuera de prisión, empezó el proceso de recopilar datos para la recuperación de anaqueles históricos y literarios.
IDENTIDAD CULTURAL
Tomando el concepto de Abya Yala, enraizado en la perspectiva de los pueblos aborígenes y ancestrales, “Los hijos de Colón” (2021) se enmarca en la problemática de dichas comunidades para reclamar la identidad cultural y los desafíos que la perspectiva eurocéntrica impuso a través del salvaje colonialismo.
“Si se ha escrito la historia desde los cronistas colonizadores, es porque nos han contado solo una parte fragmentada y falsificada de la historia, desde la pluma de aquellos que están al servicio de la corona. Las páginas más importantes de la historia de nuestro continente permanecen aún vacías, incompletas, ajadas por el polvo del pasado, en los archivos públicos y privados, otras en desaparición, comidas por las termitas”, escribe Ybáñez.
El texto es un grito por la restitución de las tierras de los desposeídos durante siglos e igualmente reclama la revitalización, reivindicación y restauración de las culturas amerindias en toda la extensión de la palabra. El autor enfatiza la conexión de Occidente con la destrucción del Nuevo Mundo y denuncia la erradicación de la herencia cultural, lingüística y política de las comunidades étnicas, iniciada por los colonizadores y posteriormente por el mismo pueblo paraguayo, como bien lo establece su texto: “Una de las violaciones más graves practicadas contra el pueblo aché es la detención ilegal y posterior esclavización de niños y niñas. Estos hechos llamados inicialmente como la caza o robo por las propias víctimas se hacían con el propósito de vender o comercializar a los niños y a las niñas y en la mayoría de los casos culminaban en situaciones de servidumbre forzada y de esclavitud”.
MEMORIA HISTÓRICA
El Abya Yala paraguayo, aunque concepto tomado de la civilización kuna asentada en Panamá y Colombia, sirve como un rescate de la memoria histórica de un lugar vibrante en su antaño donde la no existencia del pueblo se convierte en existencia para la total separación del pensamiento europeizante que aún perdura en el continente americano.
Aunque ya se ha mencionado que “Los hijos de Colón” es una crónica híbrida, Ybánez igualmente escribe una narración testimonial como género, el cual precisamente emerge en Latinoamérica a razón de las guerras, el genocidio de los pueblos durante la Conquista y posteriormente la violencia ejercida por años de guerra y desolación en el Paraguay.
Su obra es experiencia de vida, en particular cuando se propone reivindicar las comunidades marginalizadas. Ybáñez recoge historias, testimonios orales de los seres sufrientes que han vivido problemáticas económicas e históricas y que aún continúan bajo opresión, discriminación y abusos.
“El consumismo nos roba las energías juveniles y nos chupa el alma, dejándonos vacíos de nuestro ser ancestral. En el pasado la naturaleza era nuestro hogar, nuestro granero, el almacén o supermercado, donde teníamos caza, peces, recolección de frutos”, se lee en otro pasaje de la obra.
LA VOZ DEL SUBALTERNO
Con su obra, el narrador-investigador le otorga voz al subalterno, que ha sido invisibilizado por la sociedad durante muchos años. El narrador denuncia las luchas intestinas de las comunidades por la supervivencia en un pueblo blanqueado por el efecto manipulador de las transnacionales y la globalización en medio de una sociedad de consumo salvaje: “Vivimos a orillas del mundo blanco, pero excluidos de su modelo de desarrollo. Los mestizos desconocen sus orígenes, muchos reniegan de sus raíces, creyendo quizás que su árbol genealógico solo tiene sangre europea y ni una gota de sangre nativa”.
La narrativa de Ybáñez siempre ha levantado polvareda en la sociedad paraguaya actual, un Paraguay adormecido políticamente, provocando un sentimiento de conciencia y desafío ante las injusticias sociales que los pueblos originarios enfrentan a diario. En sí, es una narrativa testimonial y una crónica documentada que protesta contra la alevosía de los gobiernos de turno. Por ello, es un llamado a la reparación histórica y territorial a favor de las comunidades ancestrales.
Definitivamente, Ybáñez es un maestro de la crónica, pues identifica eventos específicos e históricos que provocan una experiencia personal no solamente para él como autor, sino también para todo el pueblo paraguayo.
El autor selecciona eventos de la memoria histórica del Paraguay y los relata con un hilo conductor, detallando las fuentes, artículos consultados, convirtiéndolos en la mayoría de los casos en documentales cinematográficos que aseguran la profundidad y credibilidad de sus fuentes de investigación.
LENGUAJE DESCRIPTIVO Y SENSORIAL
A través de su narrativa histórica, crea un bosquejo de pesquisas en el que delinea los eventos y les da bases teóricas para captar la atención del lector y condenar a los poderosos de su propio pecado. Ybáñez crea un lenguaje descriptivo y sensorial que da imagen a los acontecimientos del pasado con secuencia narrativa y lógica en la que la progresión de los eventos se hace a un ritmo claro y conciso. Solamente de esta manera se entiende la historia de su crónica, pues sus observaciones y reflexiones le otorgan autenticidad a cada comunidad étnica que transita en su escritura.
A diferencia de los mal llamados “cronistas de Indias” durante el periodo de la conquista de las Américas, el presente autor paraguayo es uno de los más afamados “cronistas de Paraguay”, quien por más de 30 años se ha dedicado a desempolvar la historia prohibida del país. Lo anterior se ha observado no solamente a través de las relatorías y la narración, sino también a través de las crónicas cinematográficas con las que ha ganado varios premios a nivel nacional.
Por tanto, la labor descomunal de este investigador es la construcción de los anales de la historia del Paraguay con una pluma certera y mordaz con la que sitúa a los mismos pueblos guaraníes a testimoniar sus propias experiencias de vida.
“Existe otra historia viva, la que cuentan los propios pueblos Abya Yala, desacralizada de los archivos oficiales, de academicismos engañosos de más de 500 años de colonización del pensamiento científico en las universidades, la industria del libro, que sobrevivió a ese limbo de intereses de los gobiernos y Estados, que han mantenido en secreto estas culturas para no reconocer sus derechos de preexistencia, el saqueo y el genocidio que han sufrido los antiguos dueños de estas tierras”, denuncia el cronista.
REVISITAR LA HISTORIA
La voz narrativa de “Los hijos de Colón” enjuicia la historia falsificada por tantos siglos; reconstruye hechos y, finalmente, construye un nuevo concepto de nación donde haya descargos políticos e ideológicos y una reconfiguración de las instituciones. Es esta misma voz del cronista la que reafirma la identidad nacional del Paraguay con nuevos parámetros de pensamiento para promocionar una cohesión social y desarrollo económico; su intencionalidad final es revisitar la historia, establecer estructuras de justicia social y transformar los valores democráticos falseados por la corrupción continua.
“Los hijos de Colón” presenta una propuesta de insurgencia de ideas, una alfabetización desde la cultura e incluye a las comunidades desprotegidas en nuevos modelos de desarrollo industrial sin justificar violencias.
Por último, Ybáñez proclama una nueva manera de observar la historia. Este investigador –tal como establece Michel de Certeau en “La escritura de la historia” (1975)– hace historia como una práctica y herramienta pedagógica para que la sociedad de hoy en día aprenda de los errores del pasado.
* Crítico literario y catedrático de Lee University (Tennessee, EE. UU.)