El cantante argentino-estadounidense regresa a Paraguay este 24 de noviembre junto con el reconocido dibujante Liniers para un show en conjunto en el Teatro Guaraní. Antes de la presentación, Johansen conversó largo y tendido con La Nación/Nación Media sobre algunos hitos de su larga carrera musical y lo que tiene pensado ofrecer al público paraguayo.

  • Por Luis Ríos
  • Fotos Gentileza

Un espectáculo único, lleno de canciones, dibujos y mucho humor prometen Kevin Johansen y Liniers. Durante los últimos 15 años, el show viajó desde América Latina hasta Europa, y se ha pre­sentado en las salas, teatros, eventos culturales y ferias del libro más importantes. Luego de siete años sin verlos juntos en el escenario, 2023 será el momento del esperado reen­cuentro.

La razón de esta reunión es la añoranza que se tenían. “La verdad es que nos extrañába­mos. Por lo menos yo sí extra­ñaba a Liniers, no sé si él a mí. En realidad, nos debíamos unos encuentros haciendo este trabajo que no es trabajo arriba de un escenario. Andá­bamos como desencontrados, entonces fueron las ganas de volver a juntarnos”, asegura el cantautor.

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Finalmente, tras la pandemia, Kevin y Liniers deciden regre­sar a su show para emprender una nueva gira internacional con más música, dibujos, pin­turas y mucho humor. “Él vive hace más o menos seis años en Vermont (Estados Uni­dos), siendo del sur y yo que soy del norte (Alaska) vivo en el sur. Nos volvimos a encon­trar porque hicimos un Finde Fiesta el año pasado y con eso nos embalamos, nos entusias­mamos y acá estamos con esta segunda vuelta en dos años”, relata Johansen sobre esta nueva reunión.

Profundizando en la forta­leza de su vínculo, comenta una anécdota: “El otro día, un amigo me preguntó cómo era hacer los shows con Liniers y le dije ‘igual que como hacerlo contigo’. No hay un secreto, es mantener una amistad y que esa amistad se traslade a un escenario o a un ámbito com­partido con un público. Es algo que tomamos con mucha natu­ralidad y con mucho disfrute”, subraya el músico sobre los lazos que lo unen al dibujante.

Disfrutar, un concepto tan simple pero a la vez muy com­plejo porque no se logra con cualquiera ni en cualquier momento. “Creo que el secreto es pasarla bien y hay mucho de ese elemento en el escena­rio. Conozco grandes músicos que no disfrutan en el esce­nario, que se ponen nervio­sos y que la pasan mal. Capaz tiene que ver con el pánico escénico o con no poder enta­blar ese vínculo con el público relajadamente, pero yo disfruto ese momento”, destaca.

Para él, un buen show es como ofrecer un buen ágape. “Hay que tener alma de anfitrión al subirse al escenario. Es como hacer una fiesta o una reunión en tu casa y estás preocupado porque todos tengan comida, bebida, que estén a gusto con la música. Entonces, en la pri­mera media hora del show estás preguntando ‘¿están todos bien?’. Eso es un show, es preocuparse por los demás, pero una vez que te das cuenta de que la gente está contenta, tenés que empezar a pasarla bien y transmitir eso”, indica.

UN ESPECTÁCULO CONOCIDO Y RENOVADO

El espectáculo con el que vuelven a nuestro país nació en 2008, cuando se editó el libro “OOPS!”, realizado en conjunto por Kevin y Liniers. El libro incluye las letras de todos los discos de Johansen editados hasta ese momento ilustradas por Liniers, junto a algunos injertos como una entrevista, fotos inéditas y un cómic acerca de Kevin Johan­sen + The Nada, la banda de Kevin.

“Siempre hay elementos de improvisación en este show. De hecho, nunca hemos ensa­yado nada del show más allá de armar el setlist previamente, pero otra vez durante el show puede haber sorpresas. Liniers tiene que adaptarse a esas sor­presas y yo también tengo que adaptarme a cosas que pueden llegar a hacer reír”, explica Kevin sobre esta situación que se da en el vivo.

Ya ha pasado que de repente él está tocando una balada muy sentida o una canción súper emocional y me fijo que él está haciendo reír a la gente o estar tirando una emoción completamente distinta. “No es casualidad que el teatro griego tenga la risa en un lado y el llanto en el otro. Creo que ahí está la magia que compar­timos y que intentamos lograr juntos”, insiste el nacido en Alaska.

Liniers improvisa las letras de Johansen y recrea en dibu­jos en tiempo real sobre una pantalla colocada como fondo del escenario. “El fuerte de Ricardo (nombre real de Liniers) es que es un ilustra­dor que al mismo tiempo es poeta. Es alguien que logra una emoción y que no solamente está jugando a la risa. Está tra­tando de hacerte pensar, está tratando de lograr que te emo­ciones y de revolver cosas den­tro tuyo”, elogia Kevin sobre su dupla artística.

El cantautor reflexiona sobre la influencia de su amigo y dice que la gente que tiene el don que tiene Liniers, quien es un poeta además de ilus­trador, puede tocar una fibra de emoción al tiempo de gene­rar o despertar un pensa­miento. “Creo que en un buen show deben estar presentes esas tres patas: despertar una reflexión, una emoción y en la música, lograr mover las pier­nas con el baile, que es una de las formas más primales de expresión”, puntualiza.

Liniers es el seudónimo de Ricardo Siri. Es historietista, ilustrador, pintor y editor argentino conocido por ser el autor de “Macanudo”, que es publicado desde 2002 en el diario La Nación, entre otras obras. “Creo que Ricardo logra conectar de un modo muy amplio a través de su obra”, destaca Kevin sobre su com­pañero. En 2014, Siri fue decla­rado Personalidad Destacada en el Ámbito de la Cultura de la Ciudad de Buenos Aires por la Legislatura Porteña.

“Ricardo tiene ese don de sor­prenderte con algo. No es un tipo que tira un golpe bajo, es alguien que tiene una elegan­cia natural no forzada. No es snob, tampoco es tribunero (populista) al pedo. En ese sentido, creo que nos identifi­camos bastante mutuamente, tenemos mucho cuidado con no caer en la fácil y tampoco quedar arriba de una nube de pedos”, sostiene Johansen acerca de su amigo.

La conexión que los une es la misma que constituye su bús­queda artística. “Al final es lo que buscamos. Creo que la conexión es la búsqueda final de un artista con su obra. Es una búsqueda de lograr sor­prender a la señora que está barriendo la vereda o al des­pensero de la esquina. Desper­tar al desprevenido con lo que uno hace y a veces se logra y a veces no. Ese es el misterio a descubrir y al mismo tiempo el motorcito que nos impulsa a que lo sigamos haciendo”, sos­tiene el músico.

UN NUEVO DISCO

Luego del éxito de su álbum “Tú ve”, el cantautor regresó este año con nueva música. La canción “Vals de la luna” es el primer adelanto de “Quiero mejor”, el próximo álbum del artista. Fue escrita y compuesta por el propio Kevin, quien com­bina la dulce melodía con su lírica característica, cargada de poesía e ingenio. “‘Vals de la luna’ es el puntapié de un disco que también es muy emo­tivo”, refiere Johansen sobre su último lanzamiento.

Ahondando en el concepto del próximo álbum, el músico dice que es un disco que habla a las claras de esas ansias de liber­tad que tenemos todos los seres humanos en las relaciones, en el amor y que, al mismo tiempo, representa el compromiso con ese amor. “El amor es una deci­sión y a la vez uno no tiene nin­gún control sobre el amor del otro. Entonces, en este disco hay muchas temáticas que tie­nen que ver con esto”, sintetiza el autor sobre su obra.

En cuanto al trabajo en estu­dio, asegura que todo está fluyendo muy espontáneamente. “El proceso está yendo muy bien. Es un disco que no tuvo ningún apuro. Es un material que tiene temas hechos en pre­pandemia, en pandemia y pos­pandemia. Es el primer disco de estudio en cuatro o cinco años”, subraya.

En cuanto a la búsqueda per­sonal que tiene en sus nuevos lanzamientos, insiste en que se trata de generar cosas en quienes lo escuchen. “Uno en lo personal siempre tiene esa ambición de tocar un ner­vio propio para luego tocar otro ajeno. Siempre está eso. No sé si es ‘presión’ la pala­bra. Me parece más bien que es una exigencia o una ambi­ción que nace de uno mismo”, refiere Kevin.

El músico lleva casi 40 años de carrera y todavía tiene algo que lo motiva a seguir creando. “Es como una ambición de buscar algo de valor. Algo que pude haberlo dicho antes y que ahora lo estoy diciendo mejor o algo que nunca dije y lo quiero decir ahora o que ahora estoy logrando decirlo. Después, el impacto de las can­ciones ya no depende de uno. De mil canciones que tenga un autor, a la gente se le queda un manojo de 4, 5 o 6 con suerte. Esa ya es decisión de la gente”, reflexiona.

Volviendo al show del 24 de noviembre en Asunción, el músico dice que en Paraguay hay mucho movimiento en lo musical. “Soy sincero, soy un desinformado total. Pero siem­pre me pasa que cuando voy a Paraguay me dicen: ‘¿Escu­chaste tal o cual artista?’ o ‘¡Tenés que ponerle ojo a este solista o a esta banda!’. Aparte hay mucho nexo con Argen­tina y llegan cosas perma­nentemente”, destaca. Neine Heisecke será el encargado de abrir la noche el viernes.

Kevin Johansen se despide invitando a sus fans en el país a asistir a su show en conjunto con Liniers. “Los esperamos y nos esperamos a nosotros mismos porque tenemos tan­tas ganas de volver a Paraguay con Ricardo. Estamos muy felices de presentarnos ante ustedes en el Teatro Guaraní celebrando una amistad de 15 años arriba de las tablas”, cie­rra el cantautor argentino.

Un libro en vivo o un concierto ilustrado, no importa cuál sea el concepto, siempre es una oportunidad única el poder apreciar y disfrutar de este dúo sonoro-visual y su arte. Las entradas están en venta en Red UTS a G. 220.000 (genera­les) y G. 330.000 (VIP).

“ANOCHE SOÑÉ CON DAVID BYRNE”

Para su anterior trabajo discográfico, Kevin Johansen presentó un dúo con el exlíder de Talking Heads y destacado solista David Byrne titulado “Last night I was dreaming with you”, una versión traducida al inglés de su hit “Anoche soñé contigo”, publicado ori­ginalmente en su álbum “Logo”, de 2007. La producción estuvo a cargo de Juan Campodónico (Bajofondo, Jorge Drexler, El Cuarteto de Nos) y la grabación se hizo en los estudios Zorzal de Montevi­deo y Reservoire de Nueva York.

“A mí me pasa que cuando se trata de mis ídolos, soy muy pudoroso. Tengo miedo de acercarme, no sé si por temor al rechazo o a decep­cionarme de la persona tras el ídolo. Entonces le dije a Juan Campo­dónico, productor de ese disco, si él no se animaba a escribirle porque yo no me atrevía. También le pregunté a mi mánager, Margarita Bru­zone, si no se animaba a escribirle y así fue como los dos se contacta­ron”, relata sobre cómo se dio el contacto.

Byrne respondió uno de esos correos con uno que tituló “20 cancio­nes de KJ que amo” e hizo una lista de las 20 canciones de Johansen que más le gustaban. “Ahí me convencí de que este tipo era un fenómeno, un fuera de serie y un inquieto total para tomarse la molestia de ele­gir 20 canciones mías que le gustaría cantar. Una de esas era ‘Anoche soñé contigo’”, rescata Kevin sobre su ídolo. En “Last night I was drea­ming with you”, David Byrne grabó voces y nuestro entrevistado cantó, tocó la guitarra y silbó. También colaboraron el propio Campodónico en beats, teclados y programaciones. Diego Mema en guitarras, Pablo Bonilla en programación y Luciano Supervielle en piano.

“Juan (Campodónico) tuvo el buen tino de sugerirme de traducír­selo al inglés porque el idioma era un obstáculo que hacía que la colaboración de alguna manera no fluyera de la manera que el pro­ductor quisiera. A mí con que David estuviera ya no me importaba el resto. Podía cantar en suajili y yo ya era feliz”, bromea el músico sobre ese momento de su carrera.

Así llegaron al momento de compartir un espacio al mismo tiempo y en el mismo lugar. “Compartimos espacio físico. Estábamos en 2021, saliendo de la pandemia y yo tenía un par de shows pactados en Nueva York y justo Juan también tenía un trabajo que hacer en esa ciudad y nos diji­mos ‘ahora o nunca’. Campodónico armó todo de una manera fantás­tica y pudimos grabar en el momento en un estudio de Manhattan”, atesora Johansen sobre la grabación.

Como anécdota, recuerda que “Yo siempre andaba canturreando en el living de mi casa esa canción en inglés, pero en broma. Traduje toda la canción, se la pasé. Él recogió el guante, le hizo un par de correcciones muy acertadas a la traducción que quedaron espectaculares. Y así fue como David Byrne cantó ‘Anoche soñé contigo’ en inglés”.

Consultado sobre si lograron presentar esa versión juntos ante un público en vivo, afirma que sí ocurrió. “Esa noche de la grabación, David fue a mi show y cantó conmigo la canción en inglés con un pedacito en castellano. Me pasó algo muy loco. Lo vi en el camerino antes de tocar con una cerveza en la mano y dije: ‘Ahh, es realmente un ser humano. David Byrne está pasándola bien y es una persona’”, recuerda sobre ese tremendo momento que significa conocer a tu ídolo.

¿Recibió algún consejo del líder de Talking Heads? “No, porque es un tipo muy reservado. A mí me ha pasado con gente como Cae­tano Veloso o con Charly García que hay una voz en mi cabeza que me dice ‘no digas estupideces’, ‘respetá el espacio del otro’, porque te dan ganas de tirarte encima, de abrazarlo, etc. La cabeza se te va cuando se trata de una persona que te ha tocado con su talento y su arte”, confiesa Johansen.

AQUELLA INSTRUCCIÓN CÍVICA

En la década del 80, y mucho antes de su consa­grada carrera como solista, Kevin Johansen hizo algunas apariciones esporádicas en el rock argen­tino de la época con la banda Instrucción Cívica junto a Julián Benjamín y Fernando Samalea, editando dos álbumes: “Obediencia debida”, de 1985, e “Instrucción cívica”, de 1986.

“Hablamos cada tanto con Julián Benjamín. Él está en España y siempre estamos hablando de divertirnos un rato, de armar un quiosco ochentoso con Instrucción Cívica con él, con Fernando y con otros que nos han acompa­ñado en la banda que estén disponibles. Toda­vía tenemos que ver la forma porque tenemos un tercer disco que nunca sacamos”, desea la exvoz de Instrucción Cívica.

Esta agrupación formó parte de la primera camada de grupos argentinos de los ochenta en trascender sus fronteras con sus discos y con­ciertos masivos. La canción “Obediencia debida” fue una muy pedida en aquellos años. Pero des­pués de su segunda placa homónima, el grupo se disuelve. “Hicimos dos discos de estudio y ahí yo me fui a vivir a Nueva York y quedó ese tercer disco que nunca se editó”, recuerda el frontman.

La amistad quedó a pesar del paso del tiempo. Ya en 2023 y luego de hacer un disco en el que pudo juntarse con la mayoría de sus amigos (y hasta darse el lujo de cantar con una de sus principales influencias), ¿por qué no pensar en una reunión con su antigua banda? “Esa podría ser una linda excusa para volver a juntarnos. Lanzar un nuevo disco de Instrucción Cívica casi 40 años después. Creo que puede ser todo un desafío. A mí me gustaría mucho poder hacerlo. Agradezco la pre­gunta porque es algo que está ahí en carpeta”, promete el músico.

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