El Campeón del Pueblo, el Guerrero de Ypacaraí, el Profe Blas, todos estos sobrenombres se refieren a la misma persona. El ícono paraguayo de la lucha libre reabrió este año su escuela Más Lucha Paraguay. En esta nota, repasa sus inicios, sus logros y el sueño que le cumplió a su hermano Ireneo, su compañero en aquella lejana ilusión infantil.

  • Por Luis Ríos
  • Fotos Gentileza / Luchando en las Américas

“Titanes en el ring” marcó la infancia de toda una generación de niños que, antes que los superhéroes conquistaran el cine y la televisión con sus superpoderes, admira­ban a Rubén el “Ancho” Peu­celle, Martín Karadagián, La Momia y despreciaban a los siniestros árbitros como William Boo y Alfredo Giar­dina. El primer programa se emitió por el Canal 9 del país vecino el 3 de marzo de 1962, cosechando un gran éxito.

El ciclo fue intermitente y pasando por altos y bajos hasta finalizar en 1988. En 1989, nació “Supercatch” en Argentina como continui­dad del ciclo Lucha Fuerte y que tenía a figuras como Rubén Peucelle, Kato, Gen­gis Khan, Espartaco, Enri­que Orchessi, Taras Bulba, el Comandante Zero, Banner el Rompe Huesos, Richard el Americano, Krakus el Terri­ble y muchos más. El maes­tro de ceremonias ya era Juan Carlos Amoroso quien, para el año siguiente, emigraría a Paraguay con este producto.

Así es que el 4 de abril de 1990 arrancaba el programa “Supercatch 13″ con Amo­roso como maestro de cere­monias y el relator del ciclo. El programa se emitió a través de las pantallas de la enton­ces Red Privada de Comuni­cación (RPC – Canal13). Las emisiones se hacían desde el polideportivo del Club Olim­pia. Las grabaciones se reali­zaban a estadio lleno, dándole un gran marco al espectáculo.

La palabra “catch” es una abreviatura de “catch as catch can” (algo así como “usar cualquier método dis­ponible o aprovechar una oportunidad”). Esta frase en la Argentina se popula­rizó como cachacascan” y que define este tipo de com­bates que une la lucha libre con un espectáculo carica­turesco que incluye comedia y fantasía. Sería este estilo el que más rédito tuvo en el Río de la Plata al explotar el con­cepto de lucha libre.

La troupe de “Supercatch” estaba integrada por los nombres más fuertes de la lucha libre argentina: Rubén Peucelle, quien era la figura estelar del show. Lo acom­pañaban el Conquistador Mongol Gengis Khan, Kato el Ninja Blanco, el Campeón Español José Luis, Taras­bulba, el Escorpión Banner, la Momia, la Momia Negra, el Caballero del Ring, Krakus el Terrible, el Coreano Tun Tun He, Ulises el Tigre Para­guayo, Gibor el Diábolo, Salomé la Odalisca, la Bella Marylin, la Araña, Virutita, entre otros. Los árbitros eran el Kururu William Boo, el Yagua Pirú Míster John­son, el Profesor Bermudez y el Profesor Fernando.

“Supercatch” fue un éxito en la TV paraguaya. El rédito trajo consigo el álbum de figuritas, los muñecos articulados de los personajes y un especial en vídeo con lo mejor del programa. Siguió dos años más (1991 y 1992), pero esta vez en el Sistema Nacional de Tele­visión (SNT - Canal 9). Se sumaron nuevos persona­jes como Teddy Boy (quien fuera David el Pastor en la temporada 1983 de “Titanes en el Ring), Frankenstein, el Vaquero Matt Dillon, el Sultán, Pepe Galera, el Mafioso, Ñandutí la Mujer Paraguaya, Tiko Tiko Boy, Pepita la Pistolera, el Comandante Zero Para­guayo, Luli la Colegiala y el Profesor Esteche.

EN YPACARAÍ NACIÓ UN CAMPEÓN

A 40 kilómetros de Asun­ción, en el hogar de la fami­lia Benítez de Ypacaraí, “Supercatch” era más que un programa. “En casa no nos perdíamos ‘Supercatch’ ni un domingo. Como todos los niños en esa época, jugá­bamos a la lucha a escon­didas de nuestros padres porque si se enteraban, ligábamos”, recuerda entre risas el campeón del Pueblo Blas Benítez.

Este año, Blas cumple 24 años con la lucha libre. Su pasión por esto comenzó con la venida de “Super­catch” a Paraguay. “Ahí estaban mis grandes ídolos como Rubén Peucelle, Juan Carlos Amoroso, Kato el Ninja Blanco, el Escorpión Banner y más”, asegura. Participó en varios ciclos tanto en Paraguay como en Argentina y hoy lleva ade­lante la escuela Más Lucha, que busca preparar a nuevos exponentes en este depor­te-espectáculo.

Blas y su hermano Ireneo tenían un sueño: conver­tirse en luchadores y com­partir cuadrilátero con sus ídolos. “Lastimosamente mi hermano, al que también le gustaba mucho la lucha, partió muy pequeño al más allá y me quedé yo para rea­lizar nuestro sueño de ser luchadores. Algo que nunca voy a olvidar es que en el día de su cumpleaños (el 28 de junio), me convertí en el pri­mer campeón paraguayo de Luchando en las Américas. Le dediqué a él”, atesora el guerrero de Ypacaraí.

El sueño de los hermanos Benítez comenzó a hacerse realidad cuando un amigo lo invitó a practicar con quien se convertiría en su primer entrenador, José Fernández, quien también era oriundo de Ypacaraí. “Hubo un problema, ellos ya estaban completos, no había lugar para alguien más. Un día faltó uno a la práctica y allí vinieron a buscarme para entrenar. De aquella camada, solo yo quedé con José”, recuerda Blas.

Fue su propio coterráneo y entrenador quien le pre­sentó a Juan Carlos Amo­roso. “Allí empezó todo. Mi debut oficial fue en la pla­zoleta de Ypané ante más de 3.000 personas. Hasta hoy soy el único paraguayo que luchó contra la Momia Negra (quien en ocasiones era interpretado por el pro­pio Rubén Peucelle). Esa pelea se dio en 2002″, deta­lla el peleador paraguayo.

Para él, el rol de “Super­catch” y “Titanes en el Ring” es fundamental. “Gracias a ellos, se pudo disfrutar de la lucha libre en Paraguay. Gracias a ellos, existe y hay lucha libre en Paraguay. Ellos fueron los pioneros en traer la lucha libre a Paraguay”, explica Benítez.

LA EXPERIENCIA EN ARGENTINA

Por aquellos años, hubo un nuevo intento de llevar ade­lante “Supercatch” en Para­guay con la venida de los héroes de siempre. Con ese grupo, llegó Miguel Petri, recordado por interpretar a luchadores como Miguel Ángel, Hippie Hair o el Cha­rro Santana. Con él, Blas cultivó una amistad muy cercana que le valió obte­ner buenos contactos dentro de la lucha libre argentina.

Se volvería un gran amigo de Miguel Petri. “Para mí, él (Petri) es el mejor luchador de ese país. En 2003 ellos hicieron una gira por Para­guay y pude conocerlo. Petri estuvo luchando en México, Bolivia y recorrió casi toda Sudamérica. Fui a Argen­tina para un homenaje que le hicieron”, destaca. Petri falleció en agosto de 2013, a los 63 años, en un hospital de la localidad bonaerense de Malvinas Argentinas.

Sobre la experiencia peleando en Argentina, dice que fue una muy linda. Tam­bién volví a ver a viejos pro­fesores y amigos que vinie­ron a Paraguay con la lucha. “Ellos llevan la lucha en la sangre y ese es el espíritu que quiero transmitir acá en Paraguay. Ahora tenemos los materiales y los mejores profesores para poder llegar lejos”, analiza sobre todos los procesos vividos en el vecino país.

Además de este titán, Blas actualmente tiene una buena amistad con Tito Morán Júnior (el hijo de el Colectivero Tito Morán, muy popular gracias a “100 % lucha”), quien tiene su propia compañía de lucha, llamada Master Catch. “Gracias a ese contacto, siempre tenemos las puer­tas abiertas en Argentina”, subraya el luchador para­guayo.

Consultado sobre si reci­bió alguna oferta para ser parte del ciclo que tuvo Morán Padre, Vicente Viloni o La Masa, dice que recién pudo conocer a Júnior después del final de ese ciclo. “Ocurre que en la época en que explotó ese programa en Argentina la lucha en Paraguay estaba muerta. Recién después de ‘100 % lucha’ pudimos conocernos con Tito Morán Jr.”, explica.

El paraguayo agrega que, hace unos años, el luchador mexicano Sangre Azteca realizó presentaciones en Argentina, pero lastimosa­mente nuestro compatriota no pudo viajar para parti­cipar de la velada por moti­vos laborales. “Pero siem­pre estoy en contacto con la gente de allá (Argentina) y me invitan a sus eventos”, recalca.

“LIGA MUNDIAL DE TITANES”

Durante 2006 y 2007, una nueva generación de chicos se fanatizó con la lucha libre cuando Paravisión (Canal 5) puso en su grilla los progra­mas semanales de la World Wrestling Entertainment (WWE), la empresa más importante en el mundo de este sector. Bajo el nom­bre de “Duelo de titanes”, los jueves eran de “Raw” y los viernes eran de “Smack down”, con repeticiones los lunes y martes. Puntual­mente a las 18:00, niños y jóvenes estaban listos frente al televisor para ver a John Cena, Batista, Rey Myste­rio, Shawn Michaels y otros lidiar contra los villanos Edge, Randy Orton, Chris Masters, Carlito y más.

Rápidamente el fenómeno se trasladó a las calles. Apa­recieron las remeras, estam­pas, figuritas. Ya con inter­net y una industria pirata muy desarrollada, las des­cargas ilegales y los quema­dores de discos nos ofrecían compilados o eventos más viejos en DVD a precios muy bajos. Había un renovado furor por “los titanes”, aun­que en una versión muy dife­rente al tradicional estilo argentino.

Aprovechando el éxito del segundo canal del SNT, en 2007 la RPC volvió a la carga y lanzó su propia versión local, la “Liga mundial de titanes” (LMT). Con mucha influencia del “Supercatch” de los años 90, este ciclo tenía nuevamente a Amoroso como cabeza del proyecto, a Roberto “Pitu” Willis como anunciador en Ringside. Ade­más, Gustavo Köhn y Pedrito García estaban en la mesa de transmisión.

En el roster de luchadores, Blas era el representante paraguayo. Esta vez como Derlis Gamarra, el campeón de Ypacaraí. Las grabacio­nes se realizaban en el Com­plejo Textilia. “LMT duró solo dos meses porque era imposible competir en esa época con los programas de la WWE. Se tuvo que levan­tar el programa, pero pude conocer a gente como Hip Hop Man, quien después también estuvo en ‘100 % lucha”, rescata Benítez. Tras finalizar el programa, ellos realizaron una breve gira por ciudades del interior.

El compañero en este ciclo del que habla es Daniel Gar­cilazo, quien en “LMT” se presentaba bajo el alias de Randy Hip Hop Martin y hoy es conocido por su paso en la lucha de México como Hip Hop Man. “Luego de ‘100 % lucha’, migró a México e incluso hace unos meses estuvo compitiendo en Japón. Él viene de una dinastía de luchadores por­que su padre, su tío y su her­mano son luchadores. Por cierto, su hermano tam­bién está haciendo carrera en México”, expone Blas sobre la importancia de haber tenido a este lucha­dor en nuestro país.

LUCHANDO EN LAS AMÉRICAS

En febrero de 2015, un productor canadiense lla­mado Joel Chury llegaría a Asunción con la idea de traer la lucha libre profe­sional a Paraguay y poder exportarla a nivel inter­nacional. Ese mismo mes es fundada la promoción paraguaya “Luchando en las Américas”. “Gracias a ‘LMT’ es que ‘Luchando en las Américas’ se pudo rea­lizar en Paraguay. Al prin­cipio, ‘Luchando’ iba a rea­lizarse en Argentina, pero finalmente se decidieron por Paraguay”, dice Blas.

Todo empezó con una soli­citud de amistad por parte de Joel Curry (a quien des­pués conoceríamos como Don Chaco ya en el pro­grama de televisión) a Bení­tez en Facebook. “Él me vio en ‘LMT’ y me dijo que le gustaría tenerme en un pro­yecto con varios luchadores de varios países. Al princi­pio no le creí. Me dijo que iba a venir a Paraguay y que quería reunirse conmigo”, recuerda el paraguayo sobre ese acercamiento.

“Me envió fotos de los luchadores que integra­rían la compañía. Allí ya le empecé a creer. Finalmente, Joel vino a un evento que realizamos con un grupo pequeño de gente con el que estábamos organizados y con quienes queríamos que la lucha se conozca en Para­guay. Joel llegó al evento, no sé cómo lo hizo, pero llegó (risas). Así empezó todo. Yo me sentía en un sueño”, relata Benítez.

La esencia de “Luchando en las Américas” era más parecida al estilo estadou­nidense, buscando atraer a ese público que creció viendo los shows de WWE. Para ello, llegaron lucha­dores canadienses y esta­dounidenses, además de los talentos nacionales. Los extranjeros provenían principalmente de la Elite Canadian Championship Wrestling (ECCW) y la Doa Pro-Wrestling de Portland, Estados Unidos.

PUERTA AL EXTERIOR

“Para mí, ‘Luchando’ fue la puerta más grande que se pudo abrir para que gente de otros países conozca que hay lucha libre en Para­guay. Algunos luchadores de élite nos conocen gracias a gente como Drexl, Kc Spi­nelly, Scotty Mac, Sullivan o Cristina von Eerie. Gra­cias a ellos y en especial a Joel Chaco somos conoci­dos en otros países”, dice el paraguayo.

Consultado sobre la expe­riencia de los extranjeros en nuestro país y si el idioma fue una barrera para que el proyecto siga creciendo, dice que “la experien­cia para ellos también fue increíble. Al haber formado parte de ‘Luchando en las Américas’ y conocer público paraguayo, algunos queda­ron encantados con el país. Por otro lado, el idioma no fue un impedimento porqué había traductores y pudi­mos comunicarnos bien a la hora de las prácticas y ellos también trataron de apren­der el español”, rescata el oriundo de Ypacaraí.

Por otra parte, en Paraguay se etiquetaba a la lucha libre como algo dirigido a los niños, por el estilo carica­turesco de “Supercatch” y “Titanes en el ring”. A cri­terio del veterano lucha­dor paraguayo, esta visión cambió desde la presencia de “Luchando en las Améri­cas”. “Este programa trajo ese estilo de los EE. UU. y Canadá. Igual en los even­tos que hacíamos asistían niños, pero lentamente se pudo ver más gente adulta”, asegura Benítez.

Para él, esa situación era buena porque exigía a los luchadores perfeccio­narse más. “Cambió bas­tante desde la presencia de ‘Luchando en las Améri­cas’, pero no hay que com­parar porque México y EE. UU. tienen estilos muy dife­rentes al que se suele hacer acá”, subraya el también entrenador.

LA FÁBRICA Y MÁS LUCHA PARAGUAY

Una vez que finalizó “Luchando en las Améri­cas” y los extranjeros vol­vieron a sus países de ori­gen, Blas quedó con muy buena relación con todos ellos. Entonces la pre­gunta obvia era “¿no qui­sieron llevarte a Nortea­mérica?”. “Tuve todas las posibilidades, pero en esa época había nacido mi hija y me costaba despegarme de ella”, explica el compa­triota.

Por eso, con Joel Curry tuvieron la idea de abrir una escuela de lucha libre en Paraguay. Así nació La Fábrica. “Para la apertura de la escuela, vino a Para­guay KC Spinelly después de haber representado a Canadá en la lucha libre mexicana”, puntualiza. Esta luchadora profesio­nal canadiense es quizás la más importante que haya estado en Paraguay.

Esto se debe a que luego de su paso por aquí, Spinelly (de nombre real Natalie Harrison) firmó un con­trato con la empresa hoy conocida como Impact Wrestling, una de las cua­tro más importantes de Estados Unidos junto a la WWE, la All Elite Wrest­ling (AEW) y la Ring of Honor (ROH).

Luego llegó la pandemia, que obligó a que todo se cerrara. Ya en 2023, Blas reabrió su escuela de lucha, a la que bautizó como Más Lucha Paraguay. “Le pusi­mos ese nombre para que la gente identifique que es algo hecho en Paraguay y que hay lucha libre en nuestro país”, puntualiza el luchador y entrenador.

La escuela cuenta actual­mente con ocho alumnos y como entrenador está otro de los luchadores para­guayos más importantes, Lexor el Ángel Caído. “Esta es la oportunidad de poder aprender. Con más razón ahora que Sullivan está como profesor y yo tam­bién pongo mi granito de arena”, invita Blas. Añade que, para el próximo año, tiene planeado volver con los espectáculos en vivo para la gente.

Por el momento, las prác­ticas son los sábados de 13:00 a 18:00. El número de contacto para todos los que estén interesados en practicar lucha libre es el (0984) 601- 663. “Esto es muy importante para noso­tros y es un gran apoyo para la lucha libre paraguaya”, refiere Benítez.

Luego de casi 25 años, aquel niño que jugaba a “Super­catch” en Ypacaraí cumplió su sueño y el sueño de su hermano Ireneo. Blas Bení­tez se convirtió en lucha­dor, estuvo en un cuadri­látero con la Momia Negra y hoy prepara a la siguiente generación. “Le diría a mi hermano que lo logré. ¡Her­mano, lo logré! Llegué a cumplir nuestro sueño”, cierra el peleador.

PROYECTO TRUNCADO

“Luchando en las Américas” continuó como programa de televisión regular por diversos canales (Latele/Red Guaraní/Tigo Sports) hasta 2018. Ya cuando el ciclo estaba llegando a su fin, Joel Curry tuvo una idea que estuvo a nada de concretarse. “Cuando estaba terminando ‘Luchando’, Joel se comunicó con Juventud Guerrera, Carlito, Chris Masters y Rey Mysterio. Ya estaba casi todo listo para que vengan a Paraguay para hacer una presentación”, revela Blas Benítez.

Particularmente esos eran nombres habituales en los programas de WWE durante su mejor etapa en Paravisión. El mexicano Juventud Guerrera (Eduardo González Hernández) era un integrante del grupo Mexicools. El puertorriqueño Carlito (Carlos Colón) era “el que escupía en la cara de la gente que no quería ser cool”.

El estadounidense Chris Masters (Christopher Mordetzky) era el dueño de “el candado maestro”, uno de los movimientos finales más letales en ese momento. El más conocido era el mexicano Rey Mysterio (Óscar Gutiérrez), el principal referente de los latinos en la compañía americana, el que demostraba que, a pesar de su estatura, podía ganarle a los más grandes, campeón mundial e ídolo de los niños.

Los cuatro son nombres reconocidos en el mundo del “pro-wrestling” (como es conocida la lucha libre en inglés), entonces ¿por qué no pudo concretarse esta visita? “Porque faltó el apoyo de la gente. Hicimos una encuesta, pero tuvo muy poca interacción. Si hubiéramos tenido apoyo, ese habría sido uno de los eventos más importantes de Sudamérica porque en ese momento WWE todavía no había hecho shows en Argentina”, lamenta Blas Benítez.

UNA VENTANA HACIA EL NORTE

En esa nueva aventura, lo acompañan dos nombres clave en la era de “Luchando en las Américas”. “Volvimos a reabrir la escuela con la venida de Jason Sullivan el Monstruo Americano. Él se está radicando en Paraguay. Joel Curry (quien está afincado en Piribebuy) y Sullivan se enamoraron de nuestro país, de nuestras costumbres y tienen mucha fe en que juntos podamos explotar la lucha libre en Paraguay”, afirma Blas Benítez.

El encuentro entre el Campeón del Pueblo y el Monstruo Americano tiene unas cuentas que saldar. “La verdad es que me falta una lucha más contra Sullivan. Estamos empatados, entonces tenemos que determinar quién es el verdadero campeón de ‘Luchando en las Américas’ en un uno contra uno, pero, conociéndole, seguro que Don Chaco estará en su esquina”, vaticina el paraguayo.

En cuanto a la situación actual de los luchadores en Paraguay, Benítez explica que existen algunos profesionales que salieron de “Luchando en las Américas” y otros cuantos que salieron de la escuela La Fábrica. Pero solo dos están activos, él y Lexor. “El tema está un poco quieto. Nuestra idea es formar buenos luchadores que puedan representarnos en diferentes países. Gracias a ellos (Joel y Sullivan) tenemos buenos contactos en EE. UU. y Canadá”, adelanta el paraguayo.

Ante esa revelación, ¿podemos pensar en que un paraguayo llegue a WWE? “Depende nomás de la gente. Solo falta que quieran ser luchadores. Se tienen que acercar a la escuela Más Lucha Paraguay y juntos vamos a lograr que eso no sea solo un sueño, sino una realidad. Les aseguro que sí se puede (llegar a WWE). Por eso mencioné que tenemos contactos en EE. UU. y Canadá”, recalca el entrenador paraguayo.

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