El doctor Miguel Ángel Velázquez, más conocido como Dr. Mime, publicó este octubre su último libro, titulado “Cerebra la educación”, que es la cuarta entrega de su serie luego de los best-sellers “Cerebra la vida”, “Cerebra la sexualidad” y “Cerebra la paraguayidad”. En este diálogo con La Nación/Nación Media, brinda algunos detalles de esta publicación que busca ser una herramienta para padres, docentes y estudiantes con vistas a optimizar el proceso de aprendizaje a partir del conocimiento de los complejos mecanismos cerebrales.

Fotos: archivo/gentileza

Como primer punto el autor indica que esta obra se centra en explicar cómo el cerebro aprende, cómo internaliza las cosas, cómo memoriza, cómo forma los recuerdos, la imaginación y la creatividad.

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“Dice un refrán que uso como uno de los principales motivos de un educador de la década de los setenta, Leslie Hart: ‘El que quiera enseñar sin saber cómo funciona el cerebro es como aquel que quiere hacer un guante sin antes nunca haber visto una mano’. O sea, uno no puede enseñar realmente como corresponde si no sabe cómo los conocimientos se fijan. Entonces, el libro está enfocado en que los docentes aprendan a enseñar y para que los estudiantes aprendan a aprender”.

Respecto a cuál considera que es el principal aporte que brinda su obra, el autor refiere que es “bajar a un lenguaje comprensible los mecanismos cerebrales que involucran el aprendizaje, la memoria, cómo se almacena la información, imaginación, creatividad y también un análisis de algunos de los problemas y trastornos que tenemos en el proceso de aprendizaje. Los padres podrán encontrar una guía de cómo los chicos aprenden, la importancia del sueño, que siempre remarco muchísimo. En tanto, los docentes podrán encontrar una clave donde si ellos pueden descifrar esto y bajarlo a su nivel de interés algunas técnicas para poder aprender. Los docentes y los estudiantes podrán entender que muchas veces no es transmitir contenido, sino lo que es pertinente, oportuno e importante. A partir de ahí el docente deja de ser un mero transmisor de conocimiento para convertirse en un gestor de la educación. Es decir, el que determina lo que es correcto y lo que no. El conocimiento de los chicos se encuentra hoy en la palma de la mano, el teléfono, la computadora. Son canales a través de los cuales el chico aprende, mal o bien, pero aprende. Entonces el docente tiene que convertirse en gestor. Decir si lo que está ahí está bien o está mal, si es correcto o incorrecto”.

ESFUERZO Y REFUERZO

Con relación a cuál es el principal problema que identifica en nuestro sistema educativo, sostiene que este se centra en contenidos y no en la educación de las emociones porque “las emociones son la vía principal de acceso al conocimiento. Todos nos acordamos del profesor al que más le queríamos. Ese es el profesor que nos enseñó más cosas porque vehiculizaba por medio de la emoción la transmisión de conocimiento. No conocía la neurociencia como tal, pero utilizaba recursos neurocientíficos, que son la fijación a través de las emociones de los conocimientos. El sistema paraguayo está fijado mucho en transmitir conocimientos, pero no en la utilidad de esos conocimientos ni en buscar o evocar los conocimientos que se transmiten para que puedan ser útiles”.

En cuanto a los principales síndromes que identifica en las actuales generaciones de estudiantes, menciona que “son todos instantáneos. O sea, quieren todo en el momento, odian los procesos y estos son parte del aprendizaje. No hay aprendizaje instantáneo. Hay aprendizaje por fuerza y por refuerzo. Cuando uno aprende algo el cerebro se modifica estructuralmente. Cuando vuelve a repetir ese conocimiento, la conexión neuronal se va reforzando. La información repasa varias veces la misma vía, entonces se refuerza. El repaso es volver a fortalecer las conexiones neuronales con un conocimiento y pasar y pasar varias veces por repetición y por asociación de ideas. Tampoco hacemos un aprendizaje asociativo ni un aprendizaje fomentando la creatividad. Nadie enseña a ser creativos. Se pretende llegar a una solución por el mismo camino y la creatividad consiste en el pensamiento divergente, buscar soluciones por vías que no son las convencionales o las más usadas”.

SABER COMUNICAR

Sobre cómo abordar estas problemáticas, indica que la manera radica en cómo lo está haciendo actualmente el Ministerio de Educación y Ciencias (MEC) y los nuevos objetivos trazados por su actual titular, Luis Ramírez, de formar al docente, que es el eje articulador del plan. “Si bien el alumno es el objetivo final, el docente es el que se tiene que capacitar para aggiornarse a los nuevos tiempos. ¿Quiénes son los que tienen éxito entre los chicos de cualquier edad, tanto del nivel inicial como del nivel universitario? Los youtubers. Porque saben comunicar. Si bien la mayoría de las veces no transmiten cosas útiles, podemos ver cómo comunican en Youtube o Tiktok o en los podcast los conocimientos y esa es la forma que tenemos que adoptar. Tenemos que ser un poco marquetineros, tenemos que ser ‘vendedores’ del conocimiento. Vendedores digo porque tenemos que saber disfrazar el conocimiento y que el alumno pueda recibirlo sin ninguna resistencia”.

En este sentido, sostiene que las neurociencias pueden aportar en todos los aspectos de este proceso, ya sea desde el aprendizaje, una buena alimentación, un buen sueño, un buen ambiente de aula, una buena oxigenación, pausas e incluso en la modificación de los horarios de clase de manera que las materias que requieren mayor esfuerzo cognitivo no sean impartidas a las siete de la mañana, sino a las ocho y media e iniciar la jornada con algo más físico para que el cuerpo se vaya desperezando.

“Hay que sincronizar el cerebro con los relojes biológicos para que el alumno aprenda más y mejor. Es preciso fomentar el estudio gradual y no atragantarse con lecciones, no dar tanto contenido, sino brindar capacidades”, concluyó.

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