Pablo Molinari es sin duda uno de los comediantes argentinos con mayor crecimiento en los últimos tiempos. Con el humor inteligente que lo caracteriza, Pablo gira la vida diaria para verla desde una óptica nueva, aguda y sagaz.

El comediante argen­tino se presentó anoche en el Tea­tro Guaraní de Asunción con su show “Racional”, su cuarto unipersonal de comedia. Con el humor inteligente que lo caracte­riza, Pablo gira la vida diaria para verla desde una óptica nueva, aguda y sagaz. Antes de subirse al escenario, con­versó con La Nación/Nación Media sobre su visita.

Pablo Molinari es sin duda uno de los comediantes argentinos con mayor creci­miento en los últimos tiem­pos. Conquistó a más de 1 millón y medio de seguido­res entre sus redes sociales, con un gran impacto en You­Tube en los últimos años, con series como #Perdon­Centennials o #Datazo.

Desde chico siempre sintió pasión por el humor, pero su carrera parecía inequívoca­mente orientada hacia las ciencias duras: jugó muchos años al ajedrez, participó de las olimpíadas de matemá­tica y dejó dos carreras de Ingeniería y una Licencia­tura en Matemáticas.

Se dedica a la comedia en forma ininterrumpida desde 2005. Formó parte de varios elencos del género, y participó de los ciclos de comedia de Bendita TV (programa del que tam­bién fue locutor durante dos años) y Hora de Reír, así como de los festivales argen­tinos Gesell Comedy Fest y Ciudad Emergente.

Dueño de un humor inteli­gente, grabó para Comedy Central, fue nominado 2 años consecutivos a los premios Estrella de Mar, participó en diversos ciclos tele­visivos de comedia y representó al país en múltiples ocasiones en el “Festival Inter­nacional de Stand Up Comedy” en Costa Rica y, más reciente­mente, en el “Latin Comedy Fest” en Toronto, Canadá.

Sus monólogos anterio­res fueron: “Lógico”, “Yo, Nerd” y “Pequeñas Cosas Fundamentales”. Con sus primeros dos uniperso­nales fue nominado a los premios Estrella de Mar como “Mejor Unipersonal de Humor”. Durante 2020 estrenó dos especiales de comedia pensados especí­ficamente para streaming: “Entre cuatro paredes” y “Entre otras cuatro pare­des”, y “15 años”, un show recopilatorio de sus 15 años como comediante.

UN HUMOR “RACIONAL”

Ahora llega “Racional”, este nuevo show en el que regresa al humor observacional que lo caracteriza. Desde algo simple como un auto mal estacionado a algo profundo como cómo nos afecta el paso del tiempo, Pablo nos hace reír de nosotros mis­mos en un show explo­sivo y profun­damente racional.

“Este es un show de stand up en el formato más clá­sico. En los shows anterio­res venía utilizando una pantalla y haciendo chistes más gráfi­cos, pero para esta gira, me tomé como desafío volver al for­mato de un monologo 100% tradicional. Es mi cuarto unipersonal, en el primero no había tenido nada, en los dos siguientes si logré algo y quise volver a pro­bar a ver qué salía de hacer una hora entera de hacer un monólogo en su estado puro, a los cachetazos”, detalla el comediante.

Molinari confiesa que siem­pre cuando estrena un show tiene nervios, pero lo va puliendo. “Este último lo estrenamos en marzo y hoy siento que encontró un ritmo y un camino muy efec­tivo. Ya estamos en esa etapa en la que uno puede hablar bien de su show. Al principio cuesta un poco pero ahora estoy contento y conforme con el resultado. Quedó muy piola, la verdad”, afirma el también youtuber sobre su obra.

En los últimos años, él cosechó más de un millón y medio de seguidores entre sus redes sociales, con diversos formatos que van desde gráficos matemáti­cos y videos sobre la vida cotidiana, hasta sus más recientes secciones “Perdón Centennials” y “Datazo” en Youtube, en los que explora –siempre con un tono humo­rístico– tópicos de los 80/90 y datos curiosos respecti­vamente.

Consultado sobre si reali­zaría algunos contenidos extra para sus plataformas durante su estadía en nues­tro país, dice que “Nos que­damos relativamente poco tiempo en Asunción, pero es por un tema de agenda, no es por otra cosa. Voy a tener solo este domingo libre así que estoy viendo qué puedo sumarle en ese tiempo para el canal de YouTube o lo que sea. Se aceptan recomenda­ciones”, invita a todos sus seguidores en redes.

“Esta fue mi primera vez en Paraguay. Como es la primera vez, hubo más nervios además de los habituales antes salir al escenario porque es un público absolutamente nuevo al que tuve que conocer y aprender, así que espero que todos hayan salido satisfechos. El show está en un momento muy lindo y creo que lo pasamos muy bien”, reflexiona sobre su debut en el teatro ubicado en el subsuelo del hotel Gua­raní.

DESAFÍOS ACTUALES DE LA COMEDIA

La comedia de stand-up se ha vuelto un terreno com­plicado para los comedian­tes debido a los cambios de tiempo y un problema de los comediantes más viejos es la adaptación de su material a las nuevas generaciones. Lo que se considera humor aceptable ha evolucionado con el tiempo, y lo que antes era considerado gracioso puede ser considerado ofen­sivo en la actualidad.

Esto puede ser un desafío para los comediantes que se enfrentan a un público cada vez más cuestionador. “A mí en particular no creo que me afecte mucho eso. O al menos no lo siento así. La realidad es que no cambié nada si comparo los comien­zos con esta parte. Mi humor es bastante blanco, atraviesa generaciones entonces como que no sentí eso”, reflexiona el comediante en su paso por nuestra capital.

La cancelación de algunos humoristas ha llevado a debates sobre el papel de los comediantes en la sociedad. “Me parece que esa es una queja (sobre por qué no se puede bromear con ciertos temas) que viene de algunos lugares más antiguos. De humoristas de una escuela muy vieja que hacían chis­tes con cosas horribles y que hoy se quejan de que ya no pueden bromear con esas cosas horribles. Me genera esa sensación”, afirma Molinari.

Algunos argumentan que los comediantes deben ser capaces de desafiar los lími­tes y cuestionar las nor­mas sociales a través de la comedia, mientras que otros creen que deben ser más conscientes de las implica­ciones de sus chistes. “Pasa que si en una hora tenés uno o dos chistes que pue­den generar dudas, podés ver la manera de reempla­zar. Y si no, es porque tenías 90 minutos de material con chistes que eran espanto­sos y en ese caso, tenés que replantearte muchas cosas”, subraya el comediante y creador de contenidos.

Esto plantea un desafío interesante para la indus­tria del entretenimiento, pero Pablo no siente que la lupa esté sobre él. “En cuanto a mí, no me afectó nada ni cambié nada. Probé hacer cosas de humor negro o de humor político, pero soy muy malo yendo hacía ahí. Los chistes ni siquiera eran ofensivos, directa­mente eran malos. Hago el humor que me sale a mí, que es bastante blanco y por eso es que este tema no me afectó”, recalca Molinari.

LAS REDES Y LA CONSTANCIA PARA VIRALIZARSE

Hoy en día, las redes socia­les juegan un papel impor­tante en la construcción del público para un humorista. Los comentarios o chistes hechos por comediantes en el escenario a menudo se comparten ampliamente en línea. El desafío está en empaparse en ellas. “Siem­pre que sale algo nuevo, me abro una cuenta por las dudas. Nunca sabes. Ahora que salió Threads de Ins­tagram me cree una cuenta y voy subiendo cosas ahí”, ejemplifica el humorista.

Él admite que toma tiempo encontrar el timming o la sintonía a una red social nueva, pero es cuestión de tiempo. “Al principio a Tik­tok no se le daba mucha aten­ción y después nos dimos cuenta que era el camino para los contenidos cortos. Ahí todos nos fuimos aco­modando a eso, tanto crea­dores como el resto de la gente. Luego para compe­tir, Instagram sacó los reels y YouTube sacó los shorts. Se dieron cuenta que la gente quería contenido corto y en vertical entonces tuvieron que ir hacia ahí”, sostiene.

Las nuevas redes sociales a menudo ofrecen oportunida­des para el crecimiento más rápido que las que ya están establecidas. Si un creador se une a una plataforma en cre­cimiento, puede aprovechar el impulso. “Los creadores nos acomodamos a lo que va. En general no me vuelvo loco, pero estoy atento y viendo cómo se pueden adaptar mis contenidos a algo nuevo”, destaca Pablo Molinari.

Cada red social tiene su pro­pio conjunto de caracterís­ticas y estilo de contenido. Entrar a una nueva plata­forma puede permitir a un creador experimentar con diferentes tipos de conte­nido, formatos y estilos de comunicación, lo que puede enriquecer su creatividad y habilidades para aumentar su visibilidad y seguidores más rápidamente. Al estar presente en varias redes sociales, un creador puede ser más resistente a cambios inesperados dentro de ellas.

Pero no todas las redes sociales serán adecua­das para todos los creado­res de contenido. Puede ser que un contenido funcione bien en una determinada red, pero no en otras. “Me pasa eso todo el tiempo y no entiendo por qué. A princi­pios de año, empecé a subir mucho a los shorts de You­Tube y algunos anduvieron muy bien pero no en Insta­gram. En las últimas sema­nas, me pasa que todo viene andando muy bien en Instagram y en YouTube está todo mal. No entiendo por qué pasa”, relata nuestro entrevistado.

Hay quienes dicen que es muy importante equili­brar la diversificación con la capacidad de mantener una presencia constante y de alta calidad en cada pla­taforma. “Yo subo exacta­mente el mismo vídeo, no es que le cambio el conte­nido, el título o algo, es el mismo. Antes me preocu­paba mucho viendo si le podía cambiar algo a cada red, pero después fui apren­diendo que la gente que te consume en una red, no te consume en la otra. Supongo que un determinado conte­nido resuena mejor con el público de una determinada plataforma”, reflexiona el comediante.

Por otro lado, siempre hay que tener en cuenta que las redes sociales pueden cambiar sus algoritmos, políticas y reglas en cualquier momento, lo que puede afectar la visibilidad y el éxito de un creador. “La verdad es que es un misterio del algoritmo, y me encanta­ría descubrirlo. Sería como obtener la fórmula de la Coca- Cola y ganaríamos mucho más dinero”, bromea Molinari.

CONECTAR GENERACIONES

Los contenidos en YouTube e Pablo, además de entrete­ner, suelen ser nostálgicos. Como los de su serie “Per­dón Centennials” en donde aborda temas relacionados a la cultura pop de la década de 1990 y más atrás en el tiempo. “Me pasa que hay chicos que aprenden alguna que otra cosa que no cono­cían y les entra la curiosidad y se ponen a ver tal programa o cómo funcionaba tal o cual objeto. Ese objeto que está totalmente obsoleto hoy y que no lo van a utilizar nunca más”, reconoce el multifacé­tico artista.

Los jóvenes que están acos­tumbrado a tenerlo todo resumido o aglutinado en el teléfono, descubren que antes había más objetos para poder comunicarse o acce­der a información. “También me pasó que, a la salida del teatro, un par de chicos se me acercaron y me dijeron que se hicieron fans de cosas retro gracias a mi canal. Me parece casi un efecto secun­dario”, analiza el intérprete.

Las diferencias generacio­nales entre padres e hijos en la actualidad son un tema interesante y complejo. Estas diferencias se deben en gran parte a cambios culturales, tecnológicos y sociales que han ocurrido en las últimas décadas. Pablo se siente contento cuando, a través de sus contenidos, están brechas se reduzcan. “Lo que más me gusta es que los chicos después de ver un video en el canal sobre algo, se acercan a sus padres y les preguntan que era esto, que era lo otro y van generando un vínculo a través de esa nostalgia”, comenta.

Los padres a menudo valo­ran más las conversaciones cara a cara que por aplica­ciones del teléfono. Después, de ver un video, los chicos van a tener un mano a mano con sus padres. “Se genera una charla y me lo agradecen porque a lo mejor no tenían en común porque son gene­raciones muy distintas y gra­cias a un video mío, lograron conectar. Eso es fantástico”, atesora el comediante.

Llega un momento en el que la edad deja de ser un dato relevante y se produce una discrepancia entre lo que sentimos y lo que marca nuestro documento de iden­tidad. A Pablo también le pasa. “De hecho, hablo un poco de esto en el show. Me siento una posición medio incómoda, porque siento la diferencia con las nuevas generaciones, pero al mismo tiempo no me siento viejo”, sostiene.

Al desembocar en 2023, aquella primera generación que vivió con computadoras personales, teléfonos inte­ligentes, internet y el flujo global de información desde una edad temprana, hoy ya es adulta pero no se percibe aún “vieja”. “Es un poco raro. En esa línea, a lo mejor me siento más cerca de las gene­raciones más nuevas que de las que venían antes. Los que estamos entre los 30 y 50 estamos en un grupo que vio la llegada de la tecnolo­gía, que no nos costó adap­tarnos a eso. Es como que estamos en el medio, de la brecha generacional. Es una sensación muy rara”, cierra el comediante.

Etiquetas: #Pablo#Molinari

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