María Victoria Benítez Martínez* - Fotos: AFP

Los orígenes de la masonería siguen siendo oscuros y se prestan a muchas interpretaciones. ¿Sirve la masonería a todos o solo a sus miembros y a la élite?

La Gran Logia de Londres (1717) nació en suelo protestante, pero su terminología deriva de cultos católico, anglicano, calvinista, luterano, celta, monástico, caballeresco y rosacruz. La llamada Asociación Esotérica que profesa la fraternidad entre sus miembros se organiza en logias y se reconoce por los signos y emblemas simbólicos utilizados en la Edad Media por los “albañiles” profesionales, constructores de edificios religiosos y civiles.

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¿QUÉ SIGNIFICA SER MASÓN?

Hay personas que se unen a la masonería por curiosidad, en busca de lo espiritual o para dominar una institución. Aquí es donde entra el poder de la masonería. Nunca se ha visto a un gobierno hacer la guerra en nombre del Gran Oriente, según el diplomático G. de Lestrange.

Para ingresar a la masonería, es importante decidir si se desea ingresar en una logia de carácter esencialmente deísta o adogmático. Los masones de las logias adogmáticas reconocen su deber de defender la República. Se oponen a la monopolización del poder político por parte de un grupo o por dinastías para que los asuntos públicos se administren en interés de todos y no para la satisfacción de una categoría particular de ciudadanos. El interés general debe prevalecer sobre los intereses particulares.

APERTURA

Durante el siglo XVIII, las grandes logias de todo el mundo decidieron no reclutar solo a cristianos, sino abrir sus logias a hombres de todas las religiones. En el siglo XIX (1877), el Gran Oriente de Francia suprimió la obligación para sus miembros de referirse a la existencia de Dios y a la inmortalidad del alma. Esto dio lugar a la masonería liberal o adogmática que acoge tanto a creyentes como a no creyentes. La masonería adogmática favorece el laicismo. En este contexto, la Iglesia católica manifiesta que en Paraguay debido a la injerencia de los masones se han eliminado los feriados religiosos (Ascensión de Jesús y Pentecostés). Aunque la masonería está muy presente en Francia, estos feriados religiosos persisten, al igual que el 15 de agosto, Día de la Asunción de la Virgen María, es feriado en Francia y en varios países europeos. Es bien sabido que la religión católica es la dominante en los países iberoamericanos. Los jesuitas fueron los primeros en desempeñar un papel fundamental en la evangelización de los habitantes de estas tierras, y les siguieron otras congregaciones religiosas, los franciscanos y los oblatos en la región del Chaco.

El Gran Oriente de Francia (G.O.D.F.) es la obediencia masónica más antigua y más grande de Europa continental. Fue fundada en 1728 como la primera logia de Francia y adoptó su regla y nombre en 1773. Es una obediencia atea. Cada obediencia adopta una constitución y un reglamento general. El Gran Oriente de Francia dominó la escena masónica francesa durante toda la Tercera República (1870-1940). La mayoría de los políticos de la época eran masones. Esto condujo a la separación de la Iglesia y el Estado en 1905. Se promulgaron leyes en las logias para restringir las actividades de las congregaciones religiosas en Francia. Esto llevó a muchas congregaciones a trasladarse a otros países y también se establecieron en Paraguay. Los padres de Betharram (sacerdotes del colegio San José) no se libraron de estas leyes.

La Gran Logia de Francia (G.L.F.) (1894) practica casi exclusivamente el rito escocés antiguo y aceptado, el rito masónico más practicado en el mundo. Este rito no se originó en Escocia, sino en los Estados Unidos de América. Y la Gran Logia Nacional Francesa (G.L.N.F.) (1913) una obediencia reconocida por la masonería anglosajona. Las tres obediencias son autónomas en torno a reglas específicas. La Gran Logia femenina de Francia (G.L.F.F.), la mayor obediencia femenina del mundo, cuenta con más de 350 logias y de 11.500 miembros. Durante su rito están obligadas a vestir de negro y una medalla que ilustra la insignia de la logia.

EXPANSIÓN

América Latina y el Caribe es la segunda región masónica del mundo después de Estados Unidos. De un total mundial de 3 a 4 millones de masones, no menos de un millón son latinoamericanos y caribeños. La masonería está presente en casi todos los países de Sudamérica. Brasil cuenta con unas 110 obediencias y unos 355.000 miembros. El segundo grupo masónico más grande, México, cuenta con 250.000 miembros. Bolivia tiene una logia reconocida en el movimiento de Londres desde 1929. Los países con mayor número de logias son Argentina (75), Brasil (más de 500), Chile (151), Perú (138) y Venezuela (91). Según A. de Keghel, el panorama de la masonería latinoamericana aparece como un mosaico complejo y rico en diversidades que son potenciales obstáculos para la concertación y la verdadera coherencia continental.

Para comprender la importancia de la masonería en Brasil, un despacho del consulado francés afirma que en ningún otro lugar la masonería adquirió la influencia y el poder real que tiene en los países portugueses. El espíritu de confraternidad y asociación estaba muy extendido en Portugal.

La masonería se estableció en Brasil en los primeros años del siglo XIX. En 1802 se fundó una logia de masones franceses y en 1804 otra de masones lisboetas (Lisboa). Pero debido a los problemas de 1817 y 1818, un decreto real prescribió la disolución de la sociedad. Se disolvió, pero en 1821, “aprovechando la marcha de la Corte a Europa”, se reorganizó sobre una base más sólida. Una de las circunstancias importantes de la masonería en este país es por el papel que desempeñó en el movimiento que llevó a la independencia (de Brasil). La logia de Río de Janeiro, “Comercio y Artes”, se dedicó entonces a la política. El gran maestre Bonifacio de Andrade, presidente del Consejo general de la Provincia de Sao Paulo, fue el primero en votar a favor de la separación de la madre patria (Portugal). Desde entonces, la masonería se ha convertido en un verdadero Estado dentro del Estado. La masonería está presente al más alto nivel en Brasil. El Senado, el Consejo de Estado, la Cámara de Diputados y los tribunales están llenos de masones. El presidente del Consejo de Ministros, el vizconde de Río Branco (José Maria da Silva Paranhos), consiguió que se le nombrara gran maestre.

Escudo de armas del Gran Oriente de Francia

A NIVEL LOCAL

En Paraguay se da cuenta de la presencia de masones a principios del siglo XX a través de una publicación del Gran Oriente del Paraguay, los Estatutos civiles, el Código y Reglamento Masónico, 1906, y 1923. “Institutas de la Confederación Masónica del Rito Escocés Antiguo y Aceptado”. Firmas: Enrique Pinho, vice grand maestro; Luis Navarro, secretario; gran comandante ad-vitam, Francisco Sapena Pastor; el secretario general, José Caballero. La masonería crea el vínculo entre los líderes, un medio para ganar popularidad, reconocimiento para las carreras públicas y un medio de promoción y ascenso. En una palabra, “es el distribuidor anónimo de todos los favores oficiales”, manifiesta un diplomático francés en Asunción.

VESTIMENTA E INSTRUMENTOS SIMBÓLICOS

El masón se somete a un rito que jura respetar. Según las reglas de la logia, la Biblia se toma no como un libro religioso, sino como símbolo de conocimiento vivo, que se transmite de generación en generación y construye así la humanidad a la que pertenecemos. La Biblia se abre en el prólogo del Evangelio de San Juan (Capítulo 1): “En el principio era el Verbo […]”. Sin embargo, según las creencias, los juramentos masónicos pueden pronunciarse sobre un libro que no sea la Biblia o sobre un libro con páginas en blanco. La vestimenta ritual consiste en el delantal, la antigua ropa de trabajo de los albañiles. El color, la decoración y la forma de llevar el delantal varían según el rango: la del maestro está ribeteado de rojo en el rito escocés, de azul en los demás ritos y decorado con atributos simbólicos. Las ramas de la acacia, símbolo de la incorruptibilidad. Los guantes blancos indican al masón que sus manos deben permanecer limpias de cualquier acto condenable y su conciencia debe permanecer pura de todo sentimiento vil. La escuadra es el símbolo de la rectitud; el compás, la moralidad y fraternidad.

El “conocimiento” que buscan los masones está simbolizado por la “G” (del griego gnôsis), un conocimiento oculto reservado a los iniciados. Los masones tienen métodos secretos para reconocerse entre sí, como apretones de manos, signos y contraseñas. El simbolismo de la masonería y su culto al secreto despiertan tanto miedo como curiosidad.

La escuadra y el compás, principales símbolos de la masonería

REFERENCIAS

Dépêche de la Légation de France à Rio de Janeiro, Question religieuse au Brésil, E. de Vorges, 29 octobre 1873; Dépêche du consulat de France à Asunción, G. de Lestrange, 18 décembre 1970, Archives diplomatiques, Quai d’Orsay, Paris; A. de Keghel et/al “L’Amérique latine et la Caraïbe des Lumières, ouvrage collectif, 2017 ; E. Pierrat, “Les Francs-maçons et le Pouvoir”, 2017 ; Museo y Biblioteca de la Masonería, París, Francia.

* Ph.D Historia – Relaciones Internacionales Université Paris Cité – Francia

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