En esta edición del programa “Expresso”, transmitido por el canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos conversa con Jorge Quintás, comunicador y experto en políticas de adultos mayores, respecto a cómo nuestras sociedades tratan a las personas de la tercera edad. Además de la necesidad de reforzar las políticas públicas y mejorar el presupuesto para la atención médica y jubilación digna, para Quintás lo fundamental pasa por un cambio cultural, el respeto a los roles y la capacidad de ponerse en el lugar del otro.

Fotos: Carlos Juri

–ADS: Como sociedad, ¿cómo estamos tratando a nuestros viejos?

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–JQ: El tema del trato a las personas mayores es un tema bastante controvertido, porque si bien es cierto que la mayoría de las personas mayores se sostienen en la familia, tenemos una realidad social bastante perversa a veces. Y la familia particularmente es increíblemente el primer foco de maltrato a las personas mayores. Y tenemos de todo tipo y no va ni siquiera por lo que es la condición social. Acá no se salva nadie. Estamos hablando de los que menos tienen hasta los que son extremadamente pudientes. Porque si el que tiene nada, sus hijos no se hacen cargo porque están en otras actividades y el viejo queda solo y queda a lo mejor al amparo de la comunidad, que es la que lo sostiene. O bien, si tenés algún bien, si sos de clase media y de repente fallece alguno de tus compañeros, ya sea tu esposa, ya sea tu esposo, y tenés algún bien, y tus hijos te dicen “bueno, ¿por qué no me hacés ya la sucesión para evitar todo eso de los papeleos?” Y después resulta que las personas mayores empiezan a sentir el aislamiento dentro de su propia casa. Hemos tenido que sacar una ley hace dos años para evitar que los jueces saquen prematuramente desalojos de personas mayores por parte de sus propios hijos.

–Ocurre...

–Ahora ya mermó un poco, pero en plena pandemia nos hemos encontrado con esa situación. Y después, si sos acaudalado, tenemos enorme cantidad de personas que han sido declaradas insanas para quedarse con sus bienes. Entonces, es bastante perverso.

–Lo que le hace más perverso es que se trata de plata, de intereses.

–Sí, cuando hay bienes, es increíblemente uno de los factores. Y si no, la desatención cuando la persona mayor está en necesidad de asistencia. Inclusive cuando se trata de que hay que darle cuidado. Y generalmente el tema del cuidado de las personas mayores siempre cae en una mujer. Generalmente son las hijas las que se hacen cargo del cuidado y que muchas veces abandonan hasta su propia vida. Y dejan sus propias expectativas de vida, de reconstruir sus relaciones afectivas, de continuar estudiando, de tener actividad laboral. Y los otros hermanos es como que te paso algo para que te arregles. Y generalmente terminan mal esas cosas para la persona que cuida. La persona que está siendo cuidada, por otra parte, está siendo bien atendida porque está siendo atendida por un ser que la ama.

CONVIVENCIA ENTRE GENERACIONES

–¿Cuál sería un balance ideal en cuanto al cuidado en la casa o en los hogares de ancianos?

–Los casos que estamos mencionando son casos puntuales que aparecen, pero tampoco podemos decir que son el 90 % de los casos. Es decir, la mayoría de las familias sostiene a sus personas mayores. Y, a su vez, las personas mayores cumplen una función dentro de su propia casa, sobre todo cuando empiezan a aparecer los nietos, cuando hay afecto entre los hijos y existe armonía. El balance perfecto sería ese si lo vamos a ver desde una óptica positiva. ¿Qué tendría que ser? Que las personas sean mantenidas en sus hogares, que tengan las funciones que habitualmente tienen para que se sientan más activas. Porque debemos mencionar algo, el 85 % de las personas adultas mayores somos activos. Y estamos hablando que estamos en una situación que es un fenómeno mundial, que es el fenómeno demográfico del incremento del número de personas adultas mayores, que hoy nos hacen convivir cuatro generaciones de personas adultas mayores. Nosotros tenemos personas adultas mayores de más de 100 años, que a su vez tienen hijos de 80, que a su vez tienen nietos de 60, que a su vez tienen bisnietos. Y digo esto tentativamente, pero hay bisnietos de 60. Vos llegás a los 60 y podés planificar 40 años más. No es que antes vos decías “no, yo ya estoy viejo, ya no puedo planificar nada”. Ahora podemos, inclusive, hasta hacer carreras, estudiar, buscar la forma de tener posibilidades de emprendimiento. Para todo eso necesitamos política pública también.

CAMBIO CULTURAL

–¿Hay una tendencia a recluir en el sillón del fondo más temprano a la gente que está en la adultez mayor?

–Hay una tendencia. Y a veces hay una tendencia de no dar roles. Y también tenemos una tendencia que es consciente y otra es inconsciente. Nunca me voy a olvidar. Resulta que me tocó ir a un cumpleaños de un médico. Y el papá cumplía cerca de 80 años. Y, claro, dijo, “vamos a tirar la casa por la ventana”. Lo pusieron al viejo al frente de la casa. Entonces la gente entraba. “Hola, don Félix”. Un abrazo, le dejaban el regalo. Qué bueno, feliz cumpleaños. Y se iban para el fondo. Y de repente, claro, habrá pasado una hora, 40 minutos. Y le digo... “¿Y don Félix? ¿Está en la puerta?”. ¿Cómo? ¿Qué hace? Y él estaba con sus regalitos esperando ahí mientras los otros venían y la fiesta estaba en el fondo. Hay veces que es inconsciente el tema. El tema de los roles tiene que ver con cómo nosotros tenemos la capacidad de ponernos en los zapatos del otro. Debemos preguntarnos cómo nosotros quisiéramos que nos traten cuando seamos viejos.

–Lo planteás no como una cuestión dramática, sino como cuestiones que deben revisarse como prácticas culturales, ¿no?

–Sí. Porque increíblemente en nuestro inconsciente tenemos tantos prejuicios respecto a la vejez. El más fuerte probablemente es que generalmente se liga a la vejez con la muerte, con la dependencia, con la enfermedad, con todo lo negativo. Con que no vas a poder tener prácticas sexuales, que es imposible que vos puedas llegar a reconstituir tu relación amorosa después de los 70 o los 80. Existe un sinnúmero de prejuicios sobre los cuales tenemos que trabajar y que tampoco tienen mucho que ver con la realidad. Generalmente asociamos a las personas mayores con la muerte y resulta ser que están muriendo más jóvenes que personas mayores producto de toda la cantidad de accidentes y todo lo que está sucediendo. Entonces, son datos que los tenemos instalados en el inconsciente y es como que muchas veces bajamos las persianas a la vejez.

–Sin advertir que es un gesto de ingratitud muy importante porque finalmente todo lo que hay es un legado de todo lo que fue.

–Claro, tiene que ver con el reconocimiento, tiene que ver con lo que significaron en nuestra formación, en nuestra crianza, en nuestra vida. Entonces, por eso es importante que todos reflexionemos sobre qué queremos ser cuando seamos viejos. Es muy común que le digamos a los chicos ¿qué querés ser cuando seas grande? Entonces el poder verte, el poder reconocerte como una persona que puedes ser porque además la vejez se construye. Según como nosotros vivamos a lo largo de nuestra vida, también vamos a llegar a ser mayores o viejos de una determinada manera. Si nosotros maltratamos nuestro cuerpo, si nosotros maltratamos nuestros afectos, todo eso se va a ver reflejado al fin y al cabo en la vejez.

HOGARES

–Así como me dibujabas el tema del contexto familiar como el lugar ideal, tenemos otra alternativa que es mucho más fácil para los sectores pudientes, que son los hogares de ancianos.

–El tema de los hogares de ancianos es un tema controvertido porque hay distintas miradas. Lo que sí puedo decir es que en un 70 % a 80 % las personas que son dejadas en los hogares después no son visitadas. En el mejor de los casos, tienen tres o cuatro visitas anuales. Tienen algunas visitas, pero no las tienen suficientemente y esa es una realidad con la que nos encontramos en todos los hogares y no importa el nivel de hogar que tengamos, porque muchas veces cuando vos sos pudiente resolvés con lo económico. Inclusive hay una estructura de pensamiento de resolver todos los problemas afectivos con lo económico. La soledad es un punto que es importante saber. La soledad en la casa es lo más terrible que podemos llegar a tener en presencia de otras personas, donde el hecho de no ser comprendido, el hecho de no ser atendido adecuadamente genera el no sentirte útil porque no se te tiene en cuenta, porque directamente se te deja de lado en las decisiones propias de su casa porque cuando vos estás abriendo las puertas a tus hijos para que vengan a vivir a tu casa y dentro de tu propia casa vos no sos dueño o dueña de tomar ciertas decisiones que son tomadas por otros o cuando sos reemplazado en determinadas funciones sin consultarte o se te tiene en cuenta solamente cuando se trata de cuestiones de servilismo. Hay personas que dicen yo idolatro a mis nietos, pero dejame hacer mi vida. Yo me quiero ir a la danza, yo quiero ir a cantar en el coro, yo quiero irme a la iglesia, yo quiero hacer lo que fuera.

–Quiero volver al tema que mencionabas sobre la soledad en medio de la familia. Ha de ser uno de los momentos más jodidos para el abuelo estar en el rincón en medio de un encuentro de domingo.

–Totalmente o que te alejen para que comas solo. Y eso no solamente es perder autoestima. El perder autoestima significa entregarte y el entregarte significa abrirte a un sinnúmero de cuestiones de tu desarrollo cognitivo, abrirte a enfermedades que se te ahondan por la depresión. La soledad es el preanuncio de la depresión y esa depresión puede ser letal en cierto momento. Por eso cuando hablamos de hogares también es un tema que tenemos que analizar bien cómo es el manejo dentro de los hogares, cómo capacitamos a las personas que van a atender en los hogares, qué tipo de política institucional damos dentro de esa institución como para que existan actividades de socialización, que las personas no se sientan solas dentro de ese ámbito.

POLÍTICAS PÚBLICAS

–¿Qué énfasis recomendarías en cuanto a las políticas públicas vinculadas a la tercera edad?

–Debemos fortalecer institucionalmente las áreas rectoras de personas mayores. Hasta ahora ha quedado demostrado que en este tiempo las áreas de adultos mayores han sido invisibilizadas. El que debe ejercer la rectoría es el Ministerio de Salud y no ha dado respuesta. A las pruebas nos remitimos, no por criticar simplemente. Las políticas deberían haber incidido relativamente por lo menos y eso no se ha logrado.

Yo aliento la esperanza de que se está hablando mucho de cambiar los espacios de rectoría, se está hablando del Ministerio de Desarrollo Social. Yo creo que es el momento de pensar que alguien centralice la política para personas adultas mayores con conocimiento, con firmeza y que pueda extenderlo y en ese sentido creo que es el momento. Con respecto a políticas públicas entiendo que hay diversas líneas de trabajo. Lógicamente todo lo que tiene que ver con lo económico es fundamental y tiene que haber cierta coherencia. Nosotros vivimos una realidad que durante décadas hemos tenido y seguimos teniendo desafortunadamente trabajo informal, que está impidiendo que muchas personas se jubilen, sobre todo cuando ya estás hablando de una franja de entre 50 y 65 años sea medio irreparable. Se hizo la ley de pensión, que es una pensión no contributiva que se está manejando a través del actual Ministerio de Economía. Esperemos que se pueda seguir manteniendo como pensión no contributiva, analizándolo como algo perpetuo que cobrás y puedas seguir manteniéndolo, que no se desdibuje como un programa que sos beneficiario y después te sacan. El tema de las jubilaciones y la seguridad social son temas nodales, transversales y nos hacen a todos.

–En el tema de salud, ¿cómo está el Estado con relación a los adultos mayores?

–Necesitamos resolver la accesibilidad de las personas mayores a la asistencia de salud. Estaba escuchando que hay posibilidades de extender los horarios de atención. Eso puede llegar a ser algo que puede sonar lindo, pero el tema son los recursos. ¿Cómo hacemos? En las unidades de salud de la familia los centros de salud que están con ocho horas acotadas y matándose porque hemos visto que hay muchas unidades de salud de la familia que están verdaderamente trabajando con el enfoque de prevención, que yo creo que es donde tenemos que ir. Debemos lograr accesibilidad en la asistencia, evitar de que las personas mayores tengan que sufrir ese calvario de ir desde temprano para poder ser atendidas. Me parece aberrante y, por otra parte, lo que es la prevención. Lo que sí nos tiene que permitir es ese espíritu que tienen, ese enfoque de las unidades de salud de la familia de trabajar hacia afuera, de salir a la gente y poder observar cuál es tu territorio y cuáles son las características de las enfermedades de tus habitantes como para poder tener ese trabajo preventivo, sobre todo en la vejez, y por ahí identificar cuáles son las personas que están en cama, cuáles no. Nos ayuda mucho, hay muchas unidades de salud de la familia, sobre todo en los bañados. Nosotros tenemos una unidad en San Cayetano, en Bañado Sur, en donde las unidades están trabajando maravillosamente identificando los casos.

VISIBILIZACIÓN

–¿Te parece que se hace lo suficiente o se puede hacer más en cuanto educación hacia la visibilidad del adulto mayor?

–Tenemos que trabajar con el desarrollo de campañas y de sensibilización, y aparte trabajar más intensamente en hacer notar el tema. Yo creo que los medios de comunicación son fundamentales en este sentido y si cuentan con un lineamiento claro por parte del gobierno como para poder promover determinadas líneas nosotros hace 19 años que estamos con el programa “Encuentro con adultos mayores”, es un granito aislado y no damos abasto nunca.

–El déficit en materia de medios de comunicación debe ser monumental al respecto de la falta de atención a este segmento obviamente porque lo que venden y dan rating son los chicos.

–Por eso tiene que haber lineamientos y tiene que haber claridad respecto de los ejecutores de políticas de cómo trabajarlos hacia los medios. Después decimos tenemos salud, tenemos economía, después tenemos ocio. Con el esfuerzo de la sociedad civil de repente se consigue un micrito y personas que viven acá en el centro de Asunción y no fueron nunca a Yaguarón, por ejemplo, hacer una excursión, tener esa posibilidad de promover turismo de personas mayores o que sea en pequeña escala con los municipios.

–¿Hay alguien que haga eso?

–Del Estado, no. Desde la Iglesia hacemos desde lo que es la Pastoral, desde la sociedad civil hay muchas asociaciones de adultos mayores que lo siguen haciendo. Hay centros de educación permanente de estudios sobre personas adultas mayores que están haciendo actividades de coro, actividades de danza.

–¿Cuántos años tiene tu programa y en dónde?

–19 años vamos a cumplir el 24 de octubre en Radio Cáritas, “Encuentro con adultos mayores”. Es algo que desde ahí, desde esa mesa surgieron leyes de pensión, un instrumento valiosísimo de desarrollo de política pública cuando estuvimos en la Dirección de Adultos Mayores. Era nuestro instrumento como para poder promover, pero después cayó y quedó en nada.

DÉFICIT

–Pero ese pequeño aporte que mencionás realmente gigantesco habrá posibilitado muchísimo cambio de actitud en los espacios donde llegaron.

–Eso sí, pero siempre estás en déficit. Es impresionante lo que hace falta para esto, pero en definitiva yo creo que estamos en un tiempo en donde sería muy interesante que empiece a observarse este tema desde el punto de vista de gobierno y que empiecen a centralizar, fortalecer una institución rectora que apunte al desarrollo de políticas en todas las líneas y que empiece a despuntar todo esto porque resolverlo ya ahora no tenés que empezar con algo y ahí venimos con déficit y no hace falta demasiado presupuesto, acá hacen falta acciones y personas que estén decididas a poder implementarlo nada más.

–Si tuvieras enfrente al presidente de la República, ¿qué le dirías al respecto de este tema?

–Que fortalezca una institución rectora en adultos mayores. Entiendo que el Ministerio de Desarrollo Social puede ser una vía y que ponga personas que tengan conocimiento respecto del tema o que se dejen asesorar para poder desarrollar líneas que vayan en favor de él cuando sea viejo.

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