Sin un mercado local consolidado, hoy la música hecha y grabada en el Paraguay se abre paso para la dinámica de la exportación. En esta segunda parte de nuestro diálogo con el compositor, productor y arreglista Sergio Cuquejo, el polifacético músico nos habla de la experiencia y la potencialidad de realizar producciones para gigantes del entretenimiento y artistas de fama mundial.

  • Por Jimmi Peralta
  • Fotos Gentileza

Se llama trabajo de hormiga a aquella sucesión de acciones pequeñas que, sostenidas en el tiempo, y fundamental­mente gracias a su constan­cia, llegan a un objetivo que pareciera inalcanzable. La repetición hasta casi necia parece llevarse las laudes en esta mención; sin embargo, la proyección estratégica es sin dudas una de las piezas fun­damentales para esta cons­trucción.

Como la formación del músico es constante y nunca se detiene, se puede decir que Sergio Cuquejo cursó las par­tes más importantes de sus estudios en el extranjero y la otra parte haciendo música, creando. Él es pianista, com­positor, director de orquesta, arreglista, productor y un hombre con olfato para el trabajo y los negocios; hoy se luce destacándose en la escena internacional y junto con él otros músicos para­guayos con nominaciones y grabaciones internaciona­les. No obstante, lo que trae entre manos es algo mucho más grande, pero por ahora solo se puede ver la punta del iceberg.

Sin que la industria musical en Paraguay termine de tener forma segura, Cuquejo tra­baja pensando en la expor­tación de la música local, de los Grammys a Netflix y los estudios más importan­tes del mundo. Por ello, hoy es posible pensar como algo mucho más posible que la música hecha por paragua­yos suene en cualquier parte del mundo.

En efecto, su trabajo de hor­miga consistió en sumar todo lo posible para llegar a este momento. Así, a fuerza de calidad se fue abriendo mer­cado y eso hoy le permite tener clientes de todo el conti­nente y un estudio con varias salas de grabación, dándose el lujo de tener el mejor equipa­miento al alcance de los músi­cos locales.

Con sus discos “La mejor música del mundo” se rodeó de artistas de alto presti­gio del continente y elevó a un nivel diferente las más importantes creaciones fol­clóricas, abriendo a nuestra música las puertas del mercado global.

–¿Cómo es la experiencia de grabación de músicos locales en tus trabajos?

–Nosotros tuvimos la bendi­ción de poder grabar cuerdas acá en Paraguay con músicos paraguayos para Netflix, espe­cíficamente para la serie “Luis Miguel”, la tercera tempo­rada. Y así también, venimos grabando varios álbumes de artistas internacionales con esta orquesta. El año pasado tuvimos dos nominaciones al Latin Grammy con esta orquesta para Jesús Adrián Romero y Arodi. El álbum de Jesús se llama “Cómo me ves”, que fue nominado como mejor álbum cristiano en español, y el de Arodi se llama “Ya llegó la primavera”.

–¿Cómo se fue armando esa apuesta?

–Si bien lo de Spirit and Sound es un proyecto de hace años que yo venía grabando con distintas orquestas nacio­nales y yo llevaba el estu­dio móvil al auditorio de la Orquesta Sinfónica Nacio­nal, al Banco Central, al Tea­tro Municipal para poder gra­bar orquestas. Desde ahí, hace unos siete años nace esa nece­sidad de construir un estudio que por lo menos pueda gra­bar cierta cantidad de músi­cos. Yo construí un estudio que se llama Estudio 1, que contempla a 65 músicos, o sea, caben 65 músicos grabando en esa sala. Y hace poco inau­guré la segunda sala que tiene otra acústica, donde se grabó por ejemplo los dos discos de Paraqvaria, que tiene un sonido más barroco. El estu­dio se llama El Templo, que tiene una acústica de ocho metros de altura.

–¿Las nominaciones del Latin Grammy para artis­tas y productores paragua­yos ponen a nuestra música en otra plataforma para su difusión?

–Sí, categóricamente las nominaciones al Latin Grammy con colaboracio­nes de artistas internaciona­les nos ponen en una plata­forma internacional porque empiezan a venir más tra­bajos para los músicos de sesión y empiezan a venir propuestas de arreglos, de participar en produccio­nes, en series, en pelícu­las. Entonces es demasiado importante no solo a nivel latino, también a nivel ame­ricano. Eso es muy impor­tante porque te ven de otra manera. De hecho, gracias a esas nominaciones también tengo sponsors de plugins que serían como softwares de sonido, por ejemplo.

“INCREÍBLE”

–¿Cuál fue tu experiencia en la entrega de los premios el año pasado?

–Mi experiencia en los Latin Grammy fue algo increíble. Mi primera vez asistiendo a la ceremonia en Las Vegas con dos nominaciones del año pasado y una nomina­ción de Tierra Adentro, por­que el disco de “Aguije” se grabó en mi estudio y parti­cipé como arreglista e inge­niero de grabación. Entonces estar ahí viendo a los artistas, a los ingenieros más top del mundo latino, poder conocer­los, sacarte una foto, tener su contacto, hacer networking es demasiado importante para mí como paraguayo, como productor, como músico. Este relacionamiento es increíble. También tuve la posibilidad de conocer personalmente a Kiko Cibrián, un productor muy conocido que me dio muchísimas oportunidades laborales en estos dos años y conocerlo personalmente fue algo increíble. Abrazar y compartir esa amistad que, si bien se fue desarrollando vir­tualmente, presencialmente se confirma y se solidifica.

–¿Cómo va eso de la indus­tria musical paraguaya?

–Yo creo que siempre en Para­guay tuvimos ese tema de la industria. Nuestro mercado, la materia prima siempre fue muy profesional. Me refiero a los músicos, a los sesionis­tas que están a nivel de cual­quier músico a nivel mundial y que siempre nos faltó ese mercado. Por eso es dema­siado importante la expor­tación de esta industria. Digo “industria paraguaya” refi­riéndome a los músicos que exportamos, haciendo cuer­das, porque nosotros hace varios años que venimos también grabando en Spi­rit sesiones de batería, bajo, coros, pianos para produccio­nes mexicanas, producciones americanas, para Argentina, para Brasil, Italia, Panamá, Estados Unidos. Somos desde hace años un estudio que ofrece ese servicio y que trata de buscar la excelencia todo el tiempo.

–De toda esta cadena de producción, ¿en dónde pensás que falta invertir para fortalecer?

–En dónde invertir, yo creo que lo más importante es conocer nuestros derechos como músicos, conocer y saber un poquito de admi­nistración, manejar las redes y empezar a mostrar el producto. Siempre bus­cando la excelencia, tra­tar de hacer lo mejor posi­ble y vender canciones, por ejemplo, vender servicios, exportar esa industria que, si bien es pequeña todavía en nuestro país, puede cre­cer mucho más a nivel mer­cado y convertirse en mun­dial. No solo pensar en el mercado local, sino expor­tar como sea la música, las canciones, los intérpretes, todo lo que nosotros poda­mos ofrecer como músicos y como industria musical tratar de venderlo como sea afuera.

–¿Podrías hablarnos sobre tus trabajos “La música más linda del mundo”' y qué desafíos y reconoci­mientos tuviste con ellos?

–Sí, justamente hace poco lancé “La música más linda del mundo II”, que tiene una continuidad con el volumen I, pero esta vez no solo es ins­trumental, sino cantado y es un recorrido de experiencias con otros artistas internacio­nales que se suman al álbum y también nuevas canciones con nuevas proyecciones. Si bien el álbum se lanzó en agosto, tuvimos la bendición de poder estar nominados en los premios PropyAwards, que es la entidad SGP como mejor álbum o álbum del año. Esa fue la mayor satisfacción y, además, obviamente vamos a dejar a consideración este año para los Latin Grammy y ojalá podamos por lo menos tener una nominación con “La música más linda del mundo”.

ACTUALIZACIÓN

–Entiendo que ahora el material tendrá su ver­sión kids. ¿Cuál es la pro­puesta?

–Sí, también estoy en un pro­yecto que se llama “La música más linda kids”, que tiene que ver con llevar esas can­ciones patrióticas y darle un sonido nuevo o actual para que los jóvenes aprendan a amar esas canciones emble­máticas. Hicimos un álbum con ocho artistas, con niños artistas que cantan her­moso, que le dan ese sentido de cómo cantaría un niño, para que cuando el niño que escucha en la escuela quiera imitar eso y tenga en su tona­lidad una versión actual que le llame a amar la música paraguaya con patriotismo. De eso se trata el proyecto “La música más linda del mundo kids”.

–Entre tantos trabajos y producciones para otros artistas, ¿se pierden tus proyectos personales en medio de todo eso?

–No, al contrario, muchos trabajos y producciones me motivan a seguir haciendo mejor mi música y aprendo de cada una de las produc­ciones. Ese sería el sentido de trabajar mucho, el apren­dizaje todo el tiempo. Si yo no aprendo algo hoy, no sé, me frustro. Yo creo que por ahí va la cosa, aprender algo cada día.

NUEVAS EXPERIENCIAS

–¿Cuál sería el proyecto musical que está en el puesto uno de tu lista de pendientes?

–Bueno, a mí me encanta mucho la música latina y seguramente el siguiente álbum va a ser de boleros y baladas latinas que marcaron mi vida siendo joven. Enton­ces, por ahí sería el rumbo. Dejar un poquito de lado la música paraguaya por ahora, porque ya tenemos dos discos así, pero, claro, voy a seguir siempre haciendo música paraguaya. Mi idea es no cerrarme en un solo país o estilo, sino probar otras cosas, como el bolero, las baladas, a lo mejor un tango alguna vez. “La música más linda del mundo” contempla todos los estilos y todos los países.

–¿Podrías comentarnos algo sobre el curso de pro­ducción musical que estás llevando adelante?

–Hace poco culminamos la segunda temporada. Tuvi­mos una experiencia increí­ble con dos invitados especta­culares. Mike Rodríguez, que fue productor tecladista de Luis Miguel, fue productor de Marcos Vidal y Jesús Durán Romero y también tuvi­mos una charla donde Kiko Cibrián, nos mostró su estu­dio personal y nos muestra cómo él mezcla las canciones de grandes artistas. Fueron 12 clases virtuales transmiti­das en Youtube que están ahí grabadas para los que quieran acceder a la primera tempo­rada y a la segunda, está todo grabado y pueden repasar ahí las lecciones sobre produc­ción musical, arreglos, imple­mentación MIDI, mezcla, mastering, edición, arreglo de cuerdas, un poco de armo­nía también. O sea, contem­plamos muchas cosas y res­pondimos a las preguntas en vivo con la interacción de las personas que se iban conec­tando.

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