El cirujano y docente de Anatomía y Cirugía de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) Federico Espínola nos habla en esta entrevista de su trabajo en la implementación y desarrollo de nuevas prácticas que vinculan tecnología y salud mediante la adopción de tecnología 3D, un campo que promete una interpretación mucho más precisa y tangible de la anatomía del paciente en comparación con los enfoques tradicionales.

  • Por Jimmi Peralta
  • Fotos Cristóbal Núñez y gentileza

Realidad virtual, rea­lidad aumentada e impresión en 3D son herramientas que revolu­cionaron los paradigmas de la técnica y el conocimiento humanos. La tecnología que ayer era ciencia ficción hoy ya está presente en nuestro país con múltiples aplicacio­nes en diversos aspectos de la vida humana, en este caso en la salud.

Federico Espínola (40) es un médico paraguayo que se espe­cializó en la University College London (UCL) entre 2018 y 2019. Allí tuvo el “upgrade” de cómo medicina y tecnología vienen armonizándose en el mundo quirúrgico. Además de formarse en cirugía robótica, conoció de procesos y métodos de trabajo que pueden hacer que toda intervención tenga menos riesgo, sea más efec­tiva y facilite un mejor poso­peratorio. Espínola es docente de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y viene desa­rrollando experiencias posi­tivas a través de impresiones 3D para el entrenamiento y la planificación quirúrgica. Esta técnica, que ya es común en otros países, también podría en un futuro próximo estar presente en el país para la creación de implantes y pró­tesis hechos a base de tita­nio. El equipo humano se va formando y, sobre todo, está en permanente proceso de investigación.

El Dr. Federico Espínola diseñó e imprimió su propio modelo de entrenamiento en laparoscopia

–¿Cuál es tu campo de especialidad como ciru­jano?

–Mi especialidad es la cirugía mínimamente invasiva, que es revolucionaria en el campo quirúrgico. Aunque logra los mismos objetivos que la ciru­gía tradicional, lo hace a tra­vés de incisiones mucho más pequeñas y minimizando el trauma para el paciente. Esta técnica avanzada comenzó con procedimientos lapa­roscópicos, donde se utili­zan instrumentales delga­dos y trocares que se insertan en las cavidades del paciente, permitiendo a los cirujanos trabajar con mínima inte­rrupción de los tejidos cir­cundantes, a veces a través de incisiones de menos de 5 mm. Con el tiempo, la ciru­gía mínimamente invasiva se ha expandido para incluir otras técnicas como la cirugía endoscópica, la radiolo­gía intervencionista y más recientemente la cirugía robótica, ampliando aún más sus beneficios y aplicaciones.

–¿En qué aspectos eso es mejor para el paciente?

–Las ventajas para el paciente de la cirugía mínimamente invasiva son múltiples. Al minimizar el trauma corpo­ral, producen menos dolor posoperatorio, lo cual reduce la necesidad de medicación para el dolor y los posibles efectos secundarios. Además, las incisiones más pequeñas favorecen una cicatrización más rápida y disminuyen el riesgo de complicaciones posoperatorias como infec­ciones y hernias. Los pacien­tes suelen recuperarse más rápido, lo que implica un periodo de hospitalización más corto y una vuelta más pronta a sus actividades dia­rias también disminuyendo así los riesgos de eventos tromboembólicos y el estrés emocional asociados con internaciones prolongadas. En conjunto, todos estos factores hacen de la cirugía mínimamente invasiva una opción muy atractiva para los pacientes y los profesionales de la salud.

OTROS PROCEDIMIENTOS

–Además de la laparosco­pia, ¿qué otra técnica simi­lar mínimamente inva­siva es hoy utilizada más comúnmente en el país?

–Otro método de cirugía mínimamente invasiva bas­tante extendido es la cirugía percutánea. Esta técnica se emplea frecuentemente en procedimientos de las vías biliares y en la evacuación de colecciones abdominales. Recientemente se introdujo al país un equipo de cirugía robótica en un centro médico privado con el cual ya se han realizado algunos proce­dimientos quirúrgicos. Es importante mencionar que hay muchos otros procedi­mientos mínimamente inva­sivos que aún no están com­pletamente desarrollados en nuestro país, como la abla­ción de tumores por radio­frecuencias, abriendo una amplia gama de oportunida­des para avanzar en esta área.

Estudios de imágenes en tercera dimensión son los recursos que utiliza el doctor Espínola para generar sus modelos

–¿De qué manera tecnolo­gías como la realidad vir­tual y las impresiones 3D pueden ser relevantes en el acto quirúrgico?

–Las tecnologías de la rea­lidad virtual y las impresio­nes en 3D están dando un giro radical al campo de la cirugía. La realidad virtual crea un entorno digital que, a través de dispositivos espe­cializados como gafas o cas­cos, envuelve a los usuarios y los transporta a un escenario alternativo. En contraste, la realidad aumentada agrega componentes digitales a nuestro entorno real, enri­queciendo la percepción del individuo sin suplantar su contexto físico. Estas tecno­logías permiten a los ciruja­nos ensayar procedimien­tos en un espacio simulado antes de llevar a cabo la inter­vención real, consolidando sus competencias y mini­mizando los riesgos poten­ciales para el paciente, pero también, en el caso de la rea­lidad aumentada, puede ser utilizado en el acto quirúr­gico mismo, aportando infor­mación acerca de los signos vitales del paciente como también información ana­tómica a partir de métodos de imagen, como radiogra­fías y tomografías. Asimismo, se han convertido en herra­mientas imprescindibles para la enseñanza y simula­ción médica, ofreciendo la posibilidad de recrear situa­ciones especiales o de poner a prueba los conocimientos y habilidades de los profe­sionales de la salud en situa­ciones simuladas, evitando cualquier peligro para los pacientes reales.

AVANCE SIGNIFICATIVO

–¿Y las impresiones 3D?

–Los modelos impresos en 3D de órganos específicos de los pacientes representan un avance significativo para una planificación quirúrgica más precisa y personalizada. Per­mite una mejor comprensión de la anatomía específica del paciente y la anticipación de posibles dificultades que pue­dan surgir durante la interven­ción quirúrgica. Asimismo, los cirujanos pueden practi­car el procedimiento en estos modelos. Esta práctica antici­pada reduce los tiempos qui­rúrgicos, mejora la eficacia de la cirugía y, en última instan­cia, la seguridad del paciente.

–¿La base de datos para la impresión de un órgano ya la proporcionan las tomo­grafías tradicionales o se necesitan otros estudios?

–Dependiendo del órgano que se desea digitalizar, se pue­den utilizar diversos méto­dos de imagen. Las imágenes de tomografía axial computa­rizada (TAC) pueden propor­cionar una base sólida para la impresión en 3D de mode­los anatómicos. Es especial­mente bueno para recons­trucción de huesos y tejidos densos, pero puede ser com­plementado con imágenes de resonancia magnética (MRI) si se desea mayor resolución en tejidos blandos.

–¿Qué diferencia aporta la tecnología 3D respecto a la forma tradicional de trabajo?

–La adopción de la tecnolo­gía 3D en el campo médico promete una interpretación mucho más precisa y tangible de la anatomía del paciente en comparación con los enfoques tradicionales. En la práctica habitual, los médicos suelen depender de estudios de imá­genes bidimensionales que representan una visión plana del cuerpo humano como lo son la ecografía, radiografía y tomografía. Sin embargo, este método contrasta con nuestra percepción natu­ral del mundo, que es intrín­secamente tridimensional. Este desajuste puede repre­sentar un desafío considerable para los médicos en su inter­pretación. La representación tridimensional de la anato­mía simplifica notablemente la interpretación, reduce la curva de aprendizaje y per­mite una comprensión más inmediata e intuitiva. Esta tecnología resulta particu­larmente útil en casos com­plicados o infrecuentes, donde la experiencia del cirujano es un factor determinante, pro­porcionando a todos los ciru­janos, independientemente de su nivel de experiencia, una herramienta potente para entender y prepararse mejor para las intervenciones qui­rúrgicas.

MÁS PRECISIÓN Y MENOS INVASIVIDAD

–¿Esta tecnología arroja mejores resultados médi­cos?

–Aunque todavía se necesita más investigación, la eviden­cia hasta la fecha sugiere que los métodos de imagen como la realidad virtual, realidad aumentada y la impresión 3D pueden mejorar los resultados médicos al permitir procedi­mientos quirúrgicos más pre­cisos y menos invasivos. Estos avances pueden ayudar a los cirujanos a evitar las compli­caciones y a mejorar los resul­tados para los pacientes.

–¿Cómo marcha el desa­rrollo de esta técnica en otros países?

–En varios países la inte­gración de estas tecnologías innovadoras en la práctica quirúrgica se está convir­tiendo en una norma más que en una excepción. Prestigio­sos centros médicos dispo­nen de equipos de técnicos y radiólogos que se encargan de procesar las imágenes médi­cas, convirtiéndolas en valio­sos recursos para los proce­dimientos quirúrgicos. No obstante, la incorporación de estas tecnologías todavía puede enfrentar obstáculos dependiendo de diversos fac­tores. El coste de implemen­tación, la necesidad de una formación especializada para el personal médico y las regu­laciones locales pueden limi­tar la adopción universal de estos avances.

–Estuviste exponiendo en Polonia y también en Taiwán. ¿Qué trabajos de investigación presentaste?

–Tuve el privilegio de ser invi­tado el año pasado a Cracovia, Polonia, al Congreso Internacional de la Asociación Euro­pea de Cirugía Endoscópica, de la cual soy miembro, a exponer mis investigaciones sobre la reconstrucción 3D de imágenes médicas para la planificación preoperatoria y las aplicaciones de realidad aumentada/virtual. Mi tra­bajo se centra en cómo estas tecnologías pueden ser utili­zadas para mejorar la preci­sión y la eficacia de los pro­cedimientos quirúrgicos, y ese también fue un tema central durante todo el con­greso. Allí recibí el galardón de mejor presentación del congreso en mi categoría, compitiendo con trabajos de toda Europa. Este año gané una beca del gobierno de Tai­wán para realizar un semi­nario de medicina inteligente y aplicaciones tecnológicas, donde tuve la oportunidad de aprender sobre las tendencias tecnológicas que se aplican a la medicina y discutir con expertos en el área médica. Así también, pude compartir mis experiencias en las apli­caciones de estas tecnologías en el Paraguay. Fue una expe­riencia fascinante.

AUTÉNTICAS REVOLUCIONES

–¿Hacia dónde va el vín­culo entre tecnología y medicina?

–Desde mi perspectiva, el futuro de la medicina se encuentra cada vez más entre­lazado con el campo de la tec­nología. La cirugía robótica, la impresión 3D, la realidad aumentada y virtual, así como la inteligencia artificial, no son solo temas de moda, sino auténticas revoluciones que están redefiniendo las meto­dologías de diagnóstico, trata­miento y formación médica. Es imperativo que comencemos a incorporar y normalizar estas innovaciones en nuestro país y asegurarnos de que nuestros pacientes se beneficien de los avances que estas tecnologías pueden ofrecer. Esta tran­sición no solo modernizará nuestra práctica médica, sino que, de hecho, tiene el poten­cial de mejorar enormemente la calidad y eficacia de la aten­ción médica en nuestra nación.

La planificación quirúrgica hoy tiene como respaldo la impresión de modelos a escala real de los órganos a ser intervenidos

–¿Cuáles son las principales ventajas de poder imprimir prótesis e implantes óseos?

–Las prótesis e implantes son elementos fundamentales en el tratamiento médico, siendo, las primeras, sustitutos de par­tes del cuerpo, ya sean inter­nos o externos; y los segundos, objetos que se colocan dentro del cuerpo humano. La impre­sión 3D en metales, en espe­cial el titanio que se utiliza en medicina, es una innovación disruptiva que revoluciona la forma en que tratamos a los pacientes. La ventaja clave de esta tecnología radica en la per­sonalización: en lugar de uti­lizar prótesis e implantes de tamaño y forma estándar, es posible diseñar elementos úni­cos y ajustados a cada paciente. Este enfoque permite optimi­zar la forma y la resistencia del implante, dependiendo de la aplicación específica. Un claro ejemplo de esto lo encontramos en el campo oncológico, donde después de extirpar tumores que invaden huesos, podemos reconstruir los segmentos extraídos con réplicas metáli­cas precisas y adaptadas. Esta personalización también es invaluable en casos de trauma maxilofacial, como reempla­zos de huesos en pacientes que han sufrido accidentes de trán­sito. Además, la impresión 3D nos permite desarrollar próte­sis externas que restauran la funcionalidad e independen­cia de personas amputadas. Sin duda, es un campo fasci­nante y de rápido crecimiento en la medicina con un potencial increíble para mejorar la vida de los pacientes.

–¿Qué tipo de trabajos venís realizando desde el Hospital de Clínicas?

–Desde el año 2018 tengo el privilegio de ser docente en las cátedras de Anatomía y Ciru­gía de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA. En para­lelo, en el Hospital de Clínicas he tenido la oportunidad de colaborar estrechamente con los doctores Willian Cabañas y Jorge Romero, con quienes hemos innovado en la imple­mentación de la reconstruc­ción tridimensional de estu­dios de imágenes e impresión 3D en el campo de la cirugía traumatológica. Además, he tenido un papel activo en la creación y desarrollo de simu­ladores laparoscópicos para las cátedras de Cirugía Sala IV y Sala X. Este trabajo también se ha extendido a la Cátedra de Otorrinolaringología, donde hemos creado otros simulado­res. En resumen, mi trabajo se centra en avanzar en la forma­ción médica y la práctica qui­rúrgica, combinando docencia e innovación tecnológica para mejorar los resultados de los pacientes.

–Para aumentar este tipo de procedimientos, ¿cuáles son las principales áreas que deben ser reforzadas?

–La implementación de estos procedimientos y tecnolo­gías innovadoras necesita de una inversión estratégica en diversas áreas. En primer lugar, necesitamos desa­rrollar una infraestructura sólida y establecer centros dedicados a la investigación y simulación médica. Este objetivo, en muchos aspectos, solo puede ser alcanzado con el respaldo de instituciones estatales que apoyen estas iniciativas. Paralelamente, es esencial que prioricemos la educación y formación de nuestros profesionales de la salud en estas tecnologías emergentes. Debemos incen­tivar experiencias de simu­lación y entrenamiento con estudiantes de medicina y otros profesionales sanitarios para fomentar su competen­cia en estos nuevos métodos.

La personalización que permite la impresión en 3D es invaluable en casos de trauma maxilofacial

INICIATIVAS PERSONALES

–Además de tu desempeño en el campo institucional, ¿qué otros proyectos estás llevando a cabo?

–Más allá de mis responsabilidades en la Facultad de Ciencias Médicas, también he dedicado tiempo a aplicar estas tecnologías en procedimientos quirúrgicos y he tenido el honor de impartir seminarios sobre tecnología médica en varias universidades públicas y privadas de Paraguay. En paralelo, he encontrado un nicho comercial prometedor en el campo de la impresión 3D. Entre mis iniciativas comerciales, se inclu­yen la venta de modelos médicos para el entrenamiento de profesionales de la salud, la fabricación de maquetas anatómicas para la educación médica, y el diseño y desarrollo de prototipos de varios simula­dores médicos y quirúrgicos. Mi visión es que estas iniciativas no solo tengan un impacto comercial, sino que también puedan servir para popularizar y democratizar el acceso a estas tecnologías avanzadas, lo que beneficiará tanto a los profesionales médicos como a los pacientes en Paraguay.

“Es esencial que prioricemos la educación y formación de nuestros profesionales de la salud en estas tecnologías emergentes. Debemos incentivar experiencias de simulación y entrenamiento con estudiantes de medicina y otros profesionales sanitarios para fomentar su competencia en estos nuevos métodos”

Espínola se formó en cirugía robótica

PERFIL

Nombres: Federico Fernando

Apellidos: Espínola Schulze

Edad: 40

Formación: Doctor en Medicina y Cirugía por la Uni­versidad Nacional de Asun­ción (2011), Cirugía General (2015), máster en Cirugía Mínimamente Invasiva Avan­zada en la University College London (UCL), 2019.

Actividad laboral: Asistente en la Cátedra de Cirugía y desde 2020 en la Cátedra de Anatomía Humana, ambas en la Facultad de Ciencias

Médicas de la Universidad Nacional de Asunción (UNA).

Investigación: la reconstruc­ción 3D de imágenes médicas para planificación preopera­toria y aplicaciones de reali­dad aumentada/virtual para mejorar la precisión de los procedimientos quirúrgicos.

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