Texto y fotos: Dolly Galeano

Néstor Gamarra, historiador y museólogo, trabaja intensamente, aunque sin apuros, en la creación del Museo de Historia en Ciudad del Este, con énfasis en las guerras del Chaco y la Triple Alianza. Una de sus piezas estrella es el vehículo Ford A, de 1930, utilizado en la guerra y que tras un largo proceso fue recuperado de las ruinas.

La puesta en museo de las historias de la guerra del Chaco y de la región de Alto Paraná está siendo posible mediante el historiador Néstor David Gamarra, paranaense apasionado por hurgar en el pasado del país, especial- mente en sus confrontaciones bélicas.

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Esa pasión se traduce en la colección de objetos de la guerra y de la historia del Paraguay, que suman unas diez mil piezas. Para dar a conocer al público este valioso acervo, trabaja en un sitio ubicado en el km 5,5 del barrio La Blanca de Ciudad del Este, donde proyecta concretar su sueño de habilitar el primer Museo de Historia de Ciudad del Este, en el que la gente acuda a aprender, conocer y disfrutar del conocimiento.

En una charla con La Nación/Nación Media en el sitio donde se encuentra su gran colección, explicó que la pieza que sobresale por su dimensión y por lo que representa es un vehículo Ford A de 1930 que fue utilizado en la guerra del Chaco.

Cómo una pieza tan valiosa llegó a manos del historiador es a su vez una larga historia. Un trabajador de una estancia del Chaco recibió el camión del propietario como pago de su liquidación y lo trasladó a la ciudad de San Lorenzo. Luego, vendió a un hombre, José Duarte, quien tenía el sueño de recuperarlo, pero no podía hacerlo por los recursos económicos que demandaría la reparación.

La Ford ya no estaba en condiciones de ser usada y había quedado parada mucho tiempo. “Gente que me conoce como coleccionista, que me gusta la historia, especialmente la parte bélica, me llamó y me dijo que había un vehículo que se trajo del Chaco, que estaba destruido, pero que el dueño quería vender”, explicó Gamarra.

“Compré a finales de 2018. El señor José Duarte lo tenía en San Lorenzo, en un tinglado. No quiso vender a cualquiera su vehículo de la guerra del Chaco. Él quería conocer a la persona, saber qué iba a hacer con el vehículo porque quería verlo recuperado”, re rió Gamarra.

Contó que el vehículo llegó destruido a su poder. “Estaba lleno de barro, arcilla dentro del motor, del freno, el tanque de combustible lleno de lodo, seguramente estuvo años abandonado. Compramos de Argentina los repuestos, no fue fácil levantar de nuevo el motor, fue costoso, llevó su tiempo”, dijo Néstor Gamarra.

PIEZAS ORIGINALES

Consultado sobre qué piezas del vehículo son originales y cuáles no tras haber pasado por su proceso de recuperación, el historiador contó que “el motor, el chasis, las llantas, los faros son originales, menos el vidrio y la carrocería, que en aquella época se hacía de madera y Paraguay compraba sin carrocería y se montaba en los arsenales”.

La carrocería de la Ford de 1930 fue hecha en San Lorenzo por un carpintero que trabaja con materiales rústicos y tiene experiencia en carrocería de madera rústica. “Muchos historiadores nos ayudamos en esto, entre ellos Víctor Medén, alguien que maneja mucho lo referente a la guerra del Chaco”, contó Gamarra respecto al trabajo de refacción que realizaron de manera que el resultado final sea lo más parecido posible al original.

Agrega que “el paragolpe utilizado en los vehículos Ford de la guerra era diferente al que se utilizaba comercialmente; este vehículo perteneció a los incautados a particulares para enviar a la guerra”.

Néstor Gamarra muestra parte de las piezas de las que dispone para el futuro museo

TEDIOSO PROCESO

Consultado sobre la documentación del vehículo que certifique su vinculación con la guerra del Chaco, Néstor Gamarra dijo que fue un proceso muy tedioso. Primero, debió hacer un documento por escribanía en el que conste que es un portador de buena fe porque un vehículo así no tiene ningún papel.

“Para el registro del automotor, la gente del Club de Vehículos Antiguos del Paraguay junto con los fiscales debieron inspeccionar qué porcentaje de piezas son originales de la época y poder reconocerlos. Ese tipo de fiscalización tiene varias etapas y una vez terminado recién se acude al Registro del Automotor. Para que entreguen la cédula, pasa- ron muchos meses y verificaciones”, explicó.

Gamarra también mencionó que cumplió con el deseo de quien le vendió el vehículo porque pudo recuperarlo, documentarlo y tenerlo como pieza para generar interés por la historia del país. “Era evidente que el objetivo de don José Duarte tenía un n didáctico y que las generaciones conozcan su valor histórico”, manifestó.

IMPORTANCIA

El historiador trabaja en la puesta del museo para que se conozca y se dé mayor importancia a lo que pasó en el país, especialmente durante el conflicto con Bolivia por la posesión del Chaco Boreal. También cuenta que la experiencia de haber llevado algunas piezas a instituciones educativas y ferias demostró que los estudian- tes tienen más interés en conocer y aprender.

“Los jóvenes de hoy no conocen y no valoran el sufrimiento y la historia de nuestra nación, que está llena de episodios tristes, bélicos, de muchas muertes. Para que hoy estemos de esta manera, sucedieron muchas cosas, no solamente la guerra de la Triple Alianza o la guerra del Chaco, sino también muchas revoluciones y guerras civiles, entre otros hechos”, re rió.

“Al Chaco no se le da importancia, se regó con sangre para seguir siendo de Para- guay. La malla curricular está dejando de lado aspectos importantes de nuestra historia, no se está dando a conocer en la dimensión que debe ser. Cuando hacemos charlas en los colegios y llevamos algunas piezas, los jóvenes se dan cuenta de muchas cosas, porque un aspecto es leer y otra es ver la bala de cañón”, expresó el historiador.

El proyectado museo ya cuenta con unas 10.000 piezas que guardan relación especialmente con la historia bélica

ACERVO

Néstor Gamarra explicó que viene trabajando con la Asociación de Museos del Para- guay y se encuentra en la etapa de la elaboración de la cha técnica de las aproximada- mente diez mil piezas con las que ya cuenta. “Un museo tiene varios objetivos, no es solo mostrar piezas, tiene el deber de investigar, divulgar, la gente tiene que aprender en un museo y eso estamos proyectando”, aseveró.

“Tratar de que nuestra gente vuelva a valorar su historia, sus costumbres, especial- mente en esta región de la triple frontera, que los vecinos vengan a mirar parte de la historia, que también es de ellos, desde nuestra perspectiva”, apunta Gamarra sobre los objetivos de su iniciativa.

En este sentido, explicó que se encuentra trabajando en una muestra con una cronología de la historia para- guaya. Además de la guerra del Chaco y de la Triple Alianza, tendrá “la verdadera historia de Alto Paraná que mucha gente no conoce, la época colonial, la esclavitud en Paraguay que no nos enseñaron y que fue igual que en otros lugares”, según el historiador.

“Nos vendieron una historia muy novelesca en muchos aspectos”, concluyó.

Breve biografía

Néstor David Gamarra González es un profesional químico que trabaja en una industria de Villeta y reside entre Ciudad del Este y la ciudad donde trabaja. Es especialista en historia paraguaya y estudió licenciatura en Historia

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