En esta edición del programa “Expresso”, emitido por GEN/Nación Media, Augusto dos Santos comparte una ronda con el futuro ministro de Educación, Luis Fernando Ramírez, quien además de reflexionar sobre el tipo de escuela que el Paraguay puede legar al mundo comparte algunas de las iniciativas que llevará adelante durante su gestión al frente de una cartera clave con vistas al futuro y el desarrollo de nuestro país. Además de fortalecer las competencias básicas para empezar a avanzar a niveles superiores, Ramírez aboga por una educación que asuma lo identitario como punto de partida.

Fotos: Nadia Monges

–ADS: Si hablamos de cambio en Paraguay, ¿por dónde se comienza?

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–LFR: Yo antes quiero conceptualizar el cambio porque hay mucho ruido en torno a cambiar. Y yo digo siempre que lo más importante cuando vas a cambiar es saber qué querés conservar. Y esa es una dinámica que todavía no tenemos. Nosotros no sabemos muy bien qué queremos conservar en nuestra escuela pública. Y una vez que tengamos eso, los cambios pueden venir. Porque la gente le tiene miedo al cambio porque el cambio a veces te lleva. Pero nosotros estamos en un nivel tan básico que cambio va a significar reparar y construir escuelas, que nuestros niños aprendan a leer y a escribir, que comprendan lo que leen. O sea, con tristeza el cambio es muy básico para nuestra escuela. Y necesitamos poner al maestro en el centro de esta escena para poder lograr esos cambios. Si dividimos la educación en cinco niveles, el esfuerzo de nosotros es para llegar al nivel 3, que es un nivel básico todavía. Después vienen los niveles superiores. Pero con que lleguemos al nivel 3, estaremos en un buen proceso y podemos decir y retirarnos contentos de que iniciamos el cambio.

–¿Qué nos pasó como sociedad como para que aceptemos como normal que haya personas que fueron a la escuela, pero tienen problemas para comprender lo que leen?

–Yo creo que la escuela y las instituciones que trabajan para la escuela, como el ministerio, se fueron vaciando de contenido pedagógico. Tantos factores asociados hay a la acción escolar y educativa que se generó como un bosque y la maleza impide mirar, impide ver, porque hay muchas cosas alrededor de ese acto pedagógico que es enseñar a leer, a escribir, enseñar y desarrollar el pensamiento matemático y el desarrollo integral de una persona. Deporte, arte, música, etc., eso se fue vaciando. La escuela está dejando eso. Y se está centrando en algunos esquemas o proyectos que no sabemos ni a dónde nos llevan. Entonces, eso también ha pasado con las instituciones. En este caso con el ministerio y con las otras instituciones en general porque es la gran crisis que vivimos en esta época. El vaciamiento de los contenidos, el vaciamiento de la esencia de algo. O sea, la escuela pública perdió su esencia que es educar. Pasa con todos los estamentos. A veces los médicos, por ejemplo, no encuentran hoy la solución en su estructura porque el mundo nos trae una complejidad y una diversidad que nos empuja a pensar de otra manera. Y nosotros seguimos repitiendo una escuela para una sociedad que hoy ya no existe. Entonces, lógicamente no sabemos cómo hacer. Seguimos haciendo los mismos postulados, pero ya no tiene efecto, no tiene eficacia, no tiene llegada. Entonces, creo que tenemos que hacer un pensamiento crítico interno. Decir qué pasó y qué queremos dejar para la escuela. Qué queremos dejar para los niños y concentrarnos en eso. Mi obsesión, por decirlo así, yo quiero mantener una cosa nomás. Que los niños comprendan lo que leen. Y si todos hacemos eso tan simple y tan sencillo, yo creo que vamos a poder ir moviendo el resto. Porque a veces también esa complejidad en la que entró el sistema educativo nos atrapa en una serie de disquisiciones, discusiones. Y aquí hay un tema muy importante. Se le atribuye al sistema educativo la posibilidad de solucionar el conflicto que en la sociedad no fueron resueltos.

MOVILIDAD SOCIAL

–La sociedad parece indiferente a los problemas estructurales de la educación.

–Cuando uno descubre que algo no le sirve, lo desecha. Entonces vos decís: ¿La escuela para qué te sirve hoy? Vos salís de la escuela y no sabés leer. Vos salís de la escuela y no comprendés. Vos salís de la escuela y no conseguís mejor trabajo. Porque ese fue el mayor efecto que tuvo la escuela. A través de un proceso ordenado de conocimiento, el ser humano progresó por primera vez en la historia en la escala social. Alguien que nacía en una clase social podía escalar a otra a través de la educación. Eso hoy se volvió a romper, entonces dejamos de valorar la escuela.

–Cuando decías cambio no es solamente qué vamos a cambiar, sino qué vamos a conservar. Ese es un aspecto muy interesante porque tiene que ver probablemente con la identidad.

–Y ahí hay algo central en la comprensión del lenguaje. Por ejemplo, el 90 % u 80 % de los chicos jóvenes paraguayos piensan en guaraní. Nosotros vivimos en guaraní. El recreo es en guaraní, la cantina es en guaraní, la maestra sale al patio y le habla en guaraní, y después entramos y hablamos en español en la clase. No funciona así. Entonces, y esto aprendí con Ramiro Domínguez, que decía que Paraguay es nilingüe, porque ni hacemos bien el guaraní ni hacemos bien el español. No somos bilingües, somos nilingües. O sea, el punto de partida tiene que ser la identidad nacional, lo paraguayo. Porque desde ahí tengo chances de desarrollar con mucha más eficacia el español. Eso se llama el español como segunda lengua. Nosotros tenemos que tener un método que desarrolle el español en ciertos niveles como segunda lengua, porque no es la primera lengua.

–¿Cómo se hace? ¿Se enseña un buen español o un mejor español?

–Y para mí esa es la crisis que hay con el idioma, porque cuando el idioma no forma parte de la vida, no aprendés. Es como cuando te pasa con el inglés. Te vas a estudiar aquí, después te vas a vivir a un país de habla inglesa y venís hablando mucho más rápido que lo que estudiabas, porque la vivencia en lo cotidiano es lo que te da. Hay gente que se opone al guaraní. Vos podés oponerte al guaraní como esa lengua artificial que se va a crear. Sí, eso es discutible. Pero no nos podemos oponer a la esencia de lo que llevamos adentro de los paraguayos.

RESCATE DE LA IDENTIDAD

–Pero de todo el repositorio del conocimiento, 1 % estará escrito o guardado en guaraní. Entonces, ¿cómo enseñás en un idioma que no está?

–Sí, es difícil la enseñanza del guaraní. Lo que tenemos que hacer es rescatar nuestra identidad. Porque el guaraní tiene cosas fantásticas como, por ejemplo, el chera’a. ¿Qué es el chera’a? Es el amigo, el cuate, pero en guaraní significa la persona en quien yo me miro. Ese es mi amigo. Entonces, fijate el sentido de trascendencia que tiene esa palabra en la cosmovisión y en la espiritualidad. Yo no puedo partir de una educación fuera de eso. El español va a crecer mucho más rápido si yo tomo como punto de partida eso. Entonces, no es que nosotros vamos a enseñar guaraní, vamos a enseñar el español basado en la cosmovisión que tenemos los paraguayos. Cualquier acción que querramos hacer dentro del sistema educativo paraguayo tiene que contemplar la identidad paraguaya. Qué duda cabe de que nosotros tenemos que partir de lo que son las neurociencias y el desarrollo, cómo aprende el humano, cómo se desarrolla, pero lo que no podemos hacer es “este método resultó en Singapur o Finlandia” y vamos a hacer en Paraguay. No funciona así. Nosotros tenemos que partir de las condiciones paraguayas.

–El debate debe darse entre proyectos de desarrollo local y proyectos locales de desarrollo, ¿no?

–Ese es el debate, exactamente. Y en contextos culturales empobrecidos, ¿cómo podemos tener escuelas exitosas? Y eso nunca tomamos nosotros en cuenta. La acción educadora es una acción que eleva el contexto cultural, debería elevar el contexto cultural en donde esa escuela se desarrolla. Y ahí sí hay una conexión con la trascendencia, una conexión con la globalidad. Y esto hay que decirlo porque yo creo que Paraguay le puede aportar mucho a la globalización. ¿En qué sentido? La tecnología, por ejemplo. ¿Cómo vamos a decir no a algo que ya está en la vida de los chicos? No podemos decir no. Sería un atraso. Pero sí nosotros podemos hacer que con algunas acciones que nos ayuda la tecnología, desarrollemos más tiempo para lo nuestro, lo paraguayo, que es el encuentro, la conversación, lo humano, que es lo que nos está faltando hoy con esta nueva pandemia, que es la salud mental. Tanto encierro hay en virtud de la tecnología que los jóvenes hoy viven un mundo que cuando tienen que salir a vincularse con otro les cuesta. Porque en ese mundo virtual están los que consumen lo mismo, los que les gusta lo mismo. Y entonces se crea una comunidad en la que se retroalimentan solamente para ellos. Cuando salen y ven lo diferente, tenemos una crisis. Y nosotros los paraguayos resolvimos eso hace rato con la ronda de tereré. Ahí en la ronda entramos todos. Y la conversación, la convivencia, el estar con otro ser humano, esa es la clave para articular con la tecnología. O sea, un modelo paraguayo. Nosotros podemos exportar esto para las escuelas del mundo. Les vamos a mostrar en Paraguay cómo hacemos lo humano. Eso es lo que yo quiero reivindicar. Y tenemos, por suerte, historias. Esto no es tampoco un invento, es reescribirle a Ramón Indalecio Cardozo nada más.

–¿Cómo hacés para no aislarte de lo universal?

–Decimos con visión local, pero abierta al mundo, con visión local para el desarrollo local, pero también con una visión abierta al mundo, abierta a la incorporación, abierta a la ocurrencia, abierta a lo que se está desarrollando en el mundo. La humanidad va creciendo y nosotros no podemos dejar de ver ese crecimiento en la humanidad. Ahora, siempre con una visión local, respetando eso que queremos conservar, que es lo que tenemos que discutir.

LA POLÍTICA

–Yo creo que es una discusión tan poco consistente lo de técnicos versus políticos porque finalmente el trabajo técnico es altamente político.

–Porque la política es la conciliación de intereses diversos. No hay un acto más político que vivir en familia. Mi señora quiere una cosa, yo otra. Es un acto político ponerse de acuerdo. Y articular generalmente visiones e intereses que son contrapuestos. Ese es el arte. Entonces nosotros nos cansamos, nos enojamos cuando tenemos opiniones dispares. No, si esa es la base de la vida.

–¿Cuando fue la primera vez que pasó por tu cabeza hacer cuestiones relativas a la educación?

–Mi abuela fue directora de escuela pública en Puerto Casado. Mi mamá fue la fundadora de los primeros jardines infantiles en Asunción cuando no se hablaba de la educación de los niños. Y trabajó ad hoc más de 20 años con el Ministerio de Educación para fundar y desarrollar todo lo que es la educación infantil. Cuento esta anécdota para decirte que yo nací en la escuela. El patio de mi casa donde yo salía a jugar era el jardín de infantes. O sea, desde que nací me siento en la escuela, viví la escuela.

–¿Y cómo se siembra en el terreno?

–Yo creo que hay por lo menos tres cosas que hay que hacer. La primera, tenemos que recuperar los técnicos y la cantidad de gente bien formada que hay. Por ejemplo, en la primera infancia se formaron 3.500 actores, maestras mochileras, maestras itinerantes, formadas en matemáticas, formadas en pensamiento lógico. ¿Algo quedará? Fueron 3.500 actores. Una vez que tenemos eso, porque los programas están, es decir, cómo reorganizamos y cómo le damos recursos para que eso pueda desarrollarse. Y ahí hay un concepto muy interesante. La acción y la intervención de la primera infancia es una intervención integral, también tenemos que llegar a la familia y ahí cambia el concepto de la escuela. Y además, darles los instrumentos. Por ejemplo, es decisivo y definitivo medir el peso y talla de los niños porque te va marcando su evolución y su crecimiento. Y te va marcando algo que es importante que tenemos que trabajar mucho porque el porcentaje de desnutrición infantil, si bien se ha mejorado, todavía nos falta. Un niño desnutrido va a llegar ya con unas imposibilidades al aula. Entonces le va a faltar. Unas detecciones tempranas ayudan a todo. Y podemos fabricar un metro ahí en la casa e instruirle a la mamá para saber cómo tiene que monitorear a su hijo y qué datos tiene que llevar al Ministerio de Salud y qué datos tenemos que trabajar en conjunto. O sea, hay una campaña fuerte de educación para todos.

–Ahí tenés las organizaciones que llevan adelante ayudas condicionadas, tenés salud. Muchísimas ayudas.

–Es así. La primera infancia tiene esa visión multidisciplinaria. No es algo que se pueda trabajar solamente desde un servicio educativo del Ministerio. Y yo creo que hay una visión, hay gente formada, hay programas, lo que no tenemos es recursos para poder desarrollar de nuevo. No se tuvo el recurso. Yo creo que una de nuestras grandes funciones es conseguir el recurso para que eso se pueda hacer. ¿Por qué? Porque hoy el sistema está financiado de una manera y cuando vos querés desarrollar un programa, un proyecto educativo de innovación o que se necesite para leer y escribir, eso no tiene financiación. Entonces, para eso hay que buscar la financiación y la financiación sostenida por lo menos durante ocho años. Ese tiene que ser nuestro desafío, nuestra hoja de ruta. Es decir, buscar sostener con financiación y ahí es fundamental una ley de financiamiento de la educación. Tenemos que empezar a hablar y tiene que ser una discusión de la sociedad la ley de financiamiento de la sociedad.

TRABAJO INTEGRAL

–¿Se generará un proyecto que tiene que ver con estos cambios?

–Sí. Hay un proyecto que tiene que ver con trabajar integralmente la función pública. Es decir, hay una necesidad de un rediseño de un esquema de trabajo en la función pública. Eso afecta muchísimas leyes que tienen que revisarse y que tienen que estar encadenadas y concatenadas. Y en educación hay un ejercicio que hacer, la ley de educación hay que adaptarla, necesita algún ajuste ya temporal. Entonces, hay todo un apartado jurídico y hay que trabajar con los legisladores. Por suerte hay un grupo de legisladores que de alguna manera proviene del sector de la educación o vivió o estuvo en el ejercicio de la función pública en salud y educación que nos puede ayudar a generar la conciencia, porque es fundamental que atinemos y apuntemos a leyes que nos ayuden a crecer y que nos ayuden a dar los pasos que necesitamos dar.

–El desafío es comprometerse con el cambio y que hay cuestiones estructurales que tienen que cambiar.

–Una de las cosas con las cuales me convenció el electo presidente de la República, Santiago Peña, para ayudarle en este trabajo de educar, fue justamente eso. Él me decía “el Paraguay tiene todo para crecer, todo. Agua, energía, todo. Pero si no somos serios los próximos ocho años en educación, no vamos a poder lograrlo”. Necesitamos ser sólidos en la educación. Por eso me dice “yo voy a liderar el proceso educativo, yo voy a salir al frente, yo voy a estar ahí”. Porque si no, no se logra ese convencimiento que tiene que tener la sociedad sobre la importancia que tiene la educación. Y seguimos haciendo cositas aisladas que no terminan generando lo que necesitamos. A mí me apasiona la educación y creo mucho en la convicción que tiene el presidente de salir a gestionar todo lo que haga falta. Leyes, recursos, respaldo político, es un tema bien complejo esto y tenemos una sociedad que discutió poco.

–Ahora, ¿qué respuesta tiene a esos temores que existen en ciertos sectores al respecto del asunto de la diversidad y compañía?

–Yo creo que es una injusticia cargar al sistema educativo problemas sociales no resueltos. Entonces, no se puede implantar nada en la educación que la comunidad no haya digerido. Tenemos que sentarnos a tener estas discusiones esenciales de hacia dónde vamos. Y después de eso, la propia sociedad va a marcar los límites. Pero ahí también, algo que es muy sencillito, muy claro, con respecto a la ideología de género que tanto se habla. Tenemos una Constitución que marca claramente cómo va a funcionar la vida educativa en el Paraguay. Entonces, mientras no haya un cambio en la Constitución, no se pueden plantear ciertas cosas.

DESCONEXIÓN

–Por muchos años prácticamente se deslindó al Ministerio de Educación de la educación superior. Da cierta impresión con las opciones que estás tomando sobre gente que te va a acompañar que van a tener una presencia más fuerte en ese ámbito.

–Sí, la idea es marcar presencia en ese ámbito porque hay una desconexión. No porque querramos ser intervencionistas, sino porque creemos que hay una desconexión. Siempre nuestro foco es lo pedagógico. La primaria, en términos antiguos, la escolar básica, no conversa con la media, la media no conversa con la técnica y la técnica no conversa con la superior. Este se va por un lado, este por el otro. Hoy tenemos una educación totalmente desarticulada. Entonces, tenemos que crear los puentes, tenemos que crear las conexiones. Tenemos que armar un plan nacional de educación integral. No es que la universidad está exenta de lo que es la educación paraguaya.

–Y está el tema de las universidades de garage, que es un problema crítico.

–Tenemos que ver como un plan de desarrollo. Medicina hoy significa para el Paraguay un ingreso extraordinario y un crecimiento de las ciudades de frontera extraordinario. En Brasil ya no hay más posibilidad de que las universidades absorban la cantidad de estudiantes. Pasan a Paraguay y en Paraguay generan el desarrollo de vivienda, comida, ropa, o sea, genera un boom en el desarrollo de la sociedad. Imaginate que lo hagamos bien y que las universidades sean de primer nivel con su sanatorio, con todo. Es una industria, un beneficio para los paraguayos, para la zona, la región y para la economía de las ciudades. Eso es lo que nosotros queremos, que se haga bien, que se haga como tiene que ser, que se respete el proceso y que se respete, sobre todo, la formación de calidad de los estudiantes. Entonces, nosotros queremos desarrollar siempre un círculo virtuoso. ¿A qué intendente no le va a beneficiar ser el intendente que reparó todas las escuelas de su municipio?

–¿Cuáles son las líneas respecto al tema de las tecnologías?

–Trato humano, contención y desarrollo de la integralidad. Y cuando vamos creciendo, ya crecidos y desarrollados en el aspecto humano, podemos valernos de la tecnología para hacer cosas tremendamente útiles. Voy a poner un ejemplo rápido. En la malla curricular está educación vial. Qué duda cabe de que es importante, pero hay comunidades en las que no pasa ni un auto, ni una moto. Entonces, podemos hacer cosas a través de la tecnología. La educación vial es muy importante para nuestras ciudades, pues la causa de muerte más importante son los accidentes de motos. Entonces, que alguien te hable a través de videos es mil veces más eficaz que alguien te hable de cómo ponerte el cinturón de seguridad. Yo considero incluso que la historia contada a través de un tipo de cómic o historieta llega muchísimo más al joven que de otro modo.

–¿Y los maestros?

–Y tenemos que formarles a ellos con la tecnología. Tienen que incorporar la tecnología en su formación y tenemos que hacer dos cosas. Primero, adaptar lo que se les enseñe en los centros de formación docente con los programas que después van a desarrollar. Tiene que haber ya una conexión entre el currículum y la enseñanza de los institutos de formación docente. Hoy está desconectado o no tiene mucha conexión, o tiene una conexión que no se puede reproducir después. Con los maestros tenemos que trabajar en varias líneas. Una de ellas es la reingeniería de los institutos de formación docente, donde, por ejemplo, en Paraguarí hay 14 magísteres en matemáticas. Entonces, investigan, ven lo mejor, ven lo que funcionó, lo que no funcionó y adaptan para Paraguay. Y después, desde ahí, se hace la formación. Pero también tener otros seis que son especializados en la formación de base, la formación inicial del docente. Debemos especializar los institutos, que hoy dan de todo. Y cuando vos das de todo, no puede ser efectivo y eficaz en algo. Entonces, dividimos los centros de formación docente para la formación inicial y después los especialistas en matemáticas, lengua, desarrollo del mundo interior, primera infancia. Entonces vamos especializando y vamos haciendo los generalistas también.



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