Cristhian Tindel, Nación Media

Cuarenta y siete ediciones han concluido con éxito a lo largo de estos cincuenta años de vigencia del Transchaco Rally. Historias y leyendas que se han forjado en el Chaco perduran hasta nuestros días.

El 26 de setiembre es una fecha marcada en lo más profundo de la historia del automovilismo paraguayo. En esa fecha, han sucedido dos hechos muy importantes. El primero, en 1971, cuando 36 intrépidos binomios salían a la aventura en la primera edición del Transchaco Rally. Dieciséis años después, ocurría el segundo hecho trascendental y es que en el aquel entonces llamado Autódromo Aratirí el largo parate culmina para dar paso a la edición decimocuarta de la prueba con 112 máquinas, arrancando así la fiebre de la época dorada de la competencia.

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Atrás quedó aquella primera excursión encabezada por el norteamericano Phillip Bell, junto con varios integrantes del Touring y Automóvil Club Paraguayo (TACPy), quienes en ese momento buscaban imitar las exigencias del Rally Safari sin dimensionar que abrían la puerta a algo mucho más grande, una forma de vida, una pasión que hoy no conoce límites.

El trazado de la primera edición tendría aditamentos desconocidos para todos los participantes. La primera etapa se extendía por la ruta Transchaco hasta el fortín Nueva Asunción. La segunda etapa comenzaba en este sitio, seguía por Pozo Olga a Misión Santa Rosa y desde ahí a Mariscal Estigarribia. La tercera etapa completaba la vuelta desde Mariscal Estigarribia hasta Asunción sobre la ruta Transchaco.

Los fondos provinieron del apoyo del señor Francisco Escanciano, representante de la tabacalera británica Dunhill International, quien además donó una estatuilla de plata bañada parcialmente en oro que se entregaría al ganador de esa prueba, pero esa copa tiene una historia aparte.

PIONEROS

La primera edición se realizó en setiembre de 1971. Para la clasificación de ganadores se estableció un sistema de admisión de coches en dos categorías, asociados según el desplazamiento de sus motores: los de clase A con grupos propulsores hasta 1300cc y los de la B con más de 1300cc. En aquellas primeras ediciones, la variedad de marcas y modelos era la constante. A mediados de la década los primeros autos de competición hacían su arribo, dándole a la prueba un tono más competitivo, adaptándose a aquellos tiempos.

Hombres como Pedro Federer, Gerardo Planás, Héctor Risso, Germán Russo, Marcos Peña, Roberto Bittar, Humberto Domínguez, Juan Carlos Calvo, entre otros, anotaron sus nombres en aquellas primeras ediciones. Sin auxilios, sin grandes infraestructuras, sin recorridos previos meses antes de la competencia. Intrépidos aventureros que buscaban en aquel momento ser el más rápido sin imaginarse que eran parte de algo mucho más grande que persiste hasta la fecha.

Las décadas de los 80 y 90 serían claves. El TACPy empezaba a ver cómo setiembre se convertía en una fecha fija para todos. El ambiente en los talleres era otro, pero la esencia era la misma. Repetir lo hecho por los pioneros, vencer al Chaco.

HEGEMONÍA

A finales de los 70 y principios de los 80, fueron dos las marcas que dominaban el Transchaco Rally. Toyota y Ford se repartían victorias, salvo excepciones como en 1982, cuando Alfredo Jaeggli se imponía con un Datsun 160J, o en el año 1987, con la victoria del Peugeot 505 de Nicolás Luthold. Pero desde 1988, los autos del grupo A abrían paso para escribir otra página más.

Nelson Sanabria sería el primero en ganar una edición con uno de estos autos. Con un VW Golf 1800, Sanabria añadía otro capítulo más de los muchos que se escribirían en los años venideros.

Esto también significó la aparición de pilotos que hoy son considerados históricos: Orlando Penner, Pedro Fadul, Marco Galanti, Denes Tomboly, Martín Masi, por nombrar solo algunos, quienes animaron cada año épicas batallas por quedar en lo alto del podio.

A lo largo de estos años, han sido veintiséis los pilotos que han logrado coronarse en el Chaco, algunos en varias ocasiones como Juan Carlos Calvo, Héctor Risso o Gerardo Planás o, más cercano en el tiempo, Didier Arias, Alejandro Galanti y Diego Domínguez, todos con cuatro triunfos en su palmarés (Galanti con cinco tras la edición de 2022). También quedan figuras muy queridas y que han dejado su huella imborrable en la carrera más importante de nuestro país como el caso de Pancho Gorostiaga, tres veces ganador, todas con el Corolla WRC, uno de los modelos más exitosos, y amplio dominador en la década de los 2000.

La región Occidental para el deporte motor es esencial y no solo para la historia deportiva automovilística del Paraguay, sino también para la historia grande de un país golpeado por tantos momentos negros. Tierra de valientes hombres que han defendido a la patria, de héroes anónimos homenajeados por deportistas que, con el mismo amor, dan su importancia al Chaco paraguayo.

Etiquetas: #Rally del Chaco

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