En esta edición de su programa “Expresso”, emitido por el canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos visita al cantante chacariteño Elías Benjamín, más conocido como el Princi, cultor de un género de la música urbana llamado RKT, que está cobrando auge a nivel latinoamericano. El Princi habla de sus inicios, de lo que significa venir del “bajo” y todas las dificultades que esto conlleva a raíz de los prejuicios y la discriminación, así como de los nuevos proyectos que está encarando con vistas a seguir creciendo como artista.

Fotos: Emilio Bazán

ADS: ¿Cómo te encontraste con la música?

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–EB: Mi inspiración fueron los Wachiturros para que yo entre en la música. Y ahora en 12 años grabé con quien fue el primer cantante de los Wachiturros, que es Simón G.

–¿Cómo fue el inicio?

–Armé mi grupo acá en el barrio que se llamaba Los Wachisueltos con un grupo de amigos, pero solamente bailábamos, no cantábamos todavía. Éramos un grupo de baile nada más y bailábamos en los corsos, en las pancheadas y eso, y así arrancando. Después de ahí fui bailarín de otro grupo que se llamaba Las Culis Sueltas, acá también de Paraguay, y de ahí pasé a otro grupo que se llamaba Qué Loco, donde estuve trabajando y mi productor era Humbertiko & Urbanos, reguetonero, pero después me lancé como solista como el Princi y estamos hoy acá firme de la Chaca pa el mundo.

–¿Recordás cuándo fue que dijiste yo puedo, aparte de cantar canciones de otros, puedo generar mis propias canciones?

–Me pasó en Las Culis Sueltas cuando la segunda voz no pudo, y como yo era el único bailarín entre ellas, le reemplacé a él. Después de ahí me lancé a solista.

–¿Vos no sabés la cantidad de estrellas que nacieron reemplazando a alguien en la vida, verdad?

–Primero me daba vergüenza estar frente a mucha gente y ese día me tocaba reemplazar al amigo, y me salió natural, entonces, sin problema.

–Hablame de este trofeo.

–Para mí esto se llama educación, esfuerzo, muchas batallas, muchas caídas. Y en dos años lo pude lograr. Yo en realidad no hago música por estas cosas, por este premio. Lo hago de corazón porque amo. Tampoco entré en la música por dinero, porque nosotros empezamos cantando y bailando por pancho y eso. Nunca importó el dinero ni este premio. Obvio que es lindo este reconocimiento, que le den ese valor a mi música, que le hacía falta a un artista de barrio.

–¿Qué representó para vos trabajar con tu ídolo?

–Demasiado. Me dio más motivación y más fuerza de meterle el doble, el triple a la música. Porque él también viene de un barrio igual que la Chacarita, pero allá en Argentina, que es General Rodríguez. Y conversamos, charlamos, compartimos, tomamos vino. Y nos sentimos identificados los dos. Venimos de abajo y nos estamos superando.

DISCRIMINACIÓN

–Ser de la Chacarita no es todo color de rosa.

–No. Para nada. Viví discriminación por eso. En lugares, por ejemplo, me cerraron las puertas nada más por ser chacariteño. El famoso “te voy a estar avisando, te voy a estar llamando”.

–Contame específicamente.

–A través de una amistad conseguí un trabajo. Me fui a presentar en una entrevista, me preguntó mi edad y cuando llegó el momento de decirme ¿y dónde sos? “De Asunción, centro”, le dije. “Especificándome en qué parte, mi hijo”. Ricardo Brugada, la Chacarita. Y ya se sintió un rechazo. Cosas así. O por ejemplo gente que me probaba, me ponía dinero en la mesa o cosas materiales como cadena, reloj, cosas de valor. Todo eso me pasó. Gracias a Dios, gracias a mi familia, nunca en mi vida robé.

–Y es una situación que viven muchos pobladores de la Chacarita.

–Sí, muchísimos. Y tienen que estar fuertemente en la mente para soportar eso. Más yo ahora que soy artista y soy la cara del barrio debo soportar muchas cosas. Por ejemplo, cuando saqué primero “Soy barrio” recibí muchísimos comentarios negativos. Hasta gente que inventaba cosas.

–¿Qué te decían?

–Y por ejemplo me decían “qué impotencia me da ese joven del video una vez me robó”, y yo sabiendo que yo nunca robé en mi vida. Y ellos queriendo que yo caiga en esa trampa y que responda y que haya un revolú o un quilombo ahí.

–La intolerancia también es una enfermedad en la cabeza de la gente.

–Sí, sí. Yo tengo esa mentalidad fuerte de leer y no responder.

–¿Y vos creés que hay muchos jóvenes que se frustran acá en la Chacarita porque atraviesan por esa situación y no hacen lo que vos hiciste, que es seguir adelante?

–Asimismo. Yo creo que eso es lo que pasa realmente acá en el barrio. Hay esa frustración, ese rechazo, ese mal comentario nomás que lees, ellos ya se sienten mal, dicen “no, no voy a poder”. Ese es el error de muchos acá, no de la Chacarita nomás, sino de muchos barrios o de todo el país, de mucha gente que se frustra, tiene ese miedo a salir a enfrentarse Y yo gracias a Dios tuve esa fuerza, la voluntad y la predisposición de salir con todo, sin importar lo que se diga o lo que pase. Y gracias a Dios están pasando cosas maravillosas hoy en mi vida actual.

SOLIDARIDAD

–¿Qué es lo que a vos te parece que es importante para este barrio?

–Yo creo mucho en el respeto, en el amor sincero, no decir cosas que uno no siente, entender, ser sincero a la hora de hablar, hablar de corazón, que salga de corazón, no nada más hablar para caer bien o cosas así. Y el cuidado, acá nosotros nos cuidamos entre todos. Eso da gusto, hace un tiempito hubo un incendio de madrugada, todo el mundo salió con su balde, ayudando, apagando el incendio, cosas así. Hay mucha solidaridad y hay mucha unión acá en el barrio. Eso es lo lindo del barrio, que nos apoyamos entre todos.

–¿Cómo es la familia donde naciste?

–Muy buena en realidad. Nada que quejarme, tengo unos padres geniales, que me inculcaron mucho lo que es el respeto, el valor, la disciplina, a pesar de que yo de chico yo era muy terror, yo creo que el único que salió así fui yo. Después los demás no. En mi familia son muy rectos. Mi papá es farmacéutico, mi mamá es licenciada en enfermería, mi tía es la jefa del puesto de salud acá en el barrio de la Chacarita, mi tío es farmacéutico, mi primo está en el banco de ojos, mi prima está en el ministerio.

–¿Estudiaste?, ¿hiciste la escuela?, ¿el colegio?

–Sí, terminé el colegio gracias a Dios. Llegué a entrar a la facultad también un año y después ya dejé porque ya me metí de fondo en la música.

–¿Cierto que lo de Princi viene por el trato de tu mamá?

–Sí, cuando yo llegaba a la escuela me decía “ahí llega el príncipe de la casa”. Ella y mi abuela. Y el día que yo creé el Facebook no quería poner mi nombre real. Entonces agarré y pensé para poner un solo nombre y ahí se me vino a poner El Príncipe y después quedó hasta hoy en día.

APOYO

–¿Qué te dijo tu mamá cuando le dijiste quiero dedicarme a esto y no a otra cosa?

–Siempre tuve el apoyo de mi mamá y de parte de mis abuelos, de mi papá, tuve más por el tema del fútbol, querían que yo sea futbolista. Pero de mi mamá siempre tuve el apoyo a través de la música y ahora tan feliz por todo lo que estoy logrando.

–Es un camino que ahora te vas enterando que tampoco es tan fácil, ¿verdad?

–Sí, como te dije, cambió totalmente mi vida ahora, muchísimas cosas cambiaron.

–¿Qué cambió por ejemplo?

–Por ejemplo, yo estaba acá en el barrio los fines de semana y amanecía con mis amigos, salíamos a la discoteca, por el centro, cosas así, ahora ya no podemos hacer eso. Tengo que cuidar mi imagen, no podemos andar por ahí jodiendo, tengo que atender cómo respondo mensajes, atender cada gente con qué intención se acerca.

–¿Y eso te enseñaron o vos aprendiste?

–Yo creo que la mejor escuela es la calle. En la calle se aprende lo que ni en la escuela se aprende. Y acá yo aprendí muchísimas cosas desde chico ya. Vi muchas cosas, aprendí muchas cosas y eso es lo que te hace ser maduro.

–¿Hay una diferencia entre vivir en la Chacarita y vivir en otro lado?

–Otra cosa que yo tengo es que yo me salto muy bien a cualquier tipo de lugar. Puedo estar en un lugar cheto como se dice y me voy a comportar bien, ¿entendés? Siempre con respeto. Y puedo estar en otro barrio y sé también cómo comportarme.

–La música que curtís, los tatuajes que tenés, el ser de la Chacarita hace que afuera te miren de otra manera. ¿Vos te sentís cómodo con eso?

–Yo me siento tranquilo, bien. Lo que yo creo que está funcionando es que yo hice lo que nadie hizo. Un representante así de barrio que salga a dar la cara sin miedo, que cante letras que son verdades. Que no tenga miedo a decir tal cosa, por ejemplo.

–¿Qué querés transmitir con tu música?

–La realidad. Eso yo transmito. La realidad de lo que pasa en los barrios. Toda mi letra tiene un porqué, canto lo que yo viví, escribo lo que yo viví, o lo que mis amigos viven, lo que ellos pasan. Por ejemplo, en una parte nombro a los que están presos. Obviamente no hay que estar feliz por eso, pero es ahí donde hay que ser solidario.

–Un día te subiste a estas escaleras y le encontraste a un verdadero prócer de la música nacional abrazando su guitarra, Juan Cancio Barreto.

–Cuando yo le conocí no sabía cómo encararle.

–¿Por qué?

–Porque era un señor, yo pensé que era argel. Me equivoqué lejísimo. Es súper bromista había sido. Lo primero que se me vino fue decirle que era el ídolo de mi abuelo. Porque mi abuelo decía “péa ko che ra’y la mbaraka ombojerokýta ndéve”. De ahí me di cuenta que era un señor de buena onda.

ENCUENTRO INTERGENERACIONAL

–¿Y qué tal tu experiencia en ese trabajo con él?

–Demasiado bien, excelente. Estuvo conmigo en la premiación. Le agradecí por esa colaboración, por ese junte medio raro de la vieja escuela con la nueva.

–Hay muchos ñembo exquisitos en la música que desprecian prácticamente el estilo.

–Y me pasó. Yo tocaba puertas con gente así y me dejaban en visto o ni leían los mensajes. Y ahora que yo estoy sonando me dicen “vamos a hacer algo”. Esa es la otra cara de la música. Dos años después te dicen “encontré tu mensaje”.

–¿Con tus nuevas canciones para dónde querés apuntar en términos de temáticas?

–Siempre la misma, la esencia no quiero cambiar. Mi esencia, por ejemplo, mi estilo de música es RKT. La gente confunde mucho, piensa que es cumbia villera. En realidad es una mezcla de reguetón con cumbia, de ahí sale el RKT, que lo bautizó Elian, que es elegante, y yo soy acá el pionero en Paraguay, pero yo le pongo mi esencia acá, de nosotros, de nuestra cultura. Por ejemplo, en “Soy de barrio” el requinto de Juan Cancio. El último tema que quité, que se llama “Cuf detonante”, le grabé con el celular a los que compran batería en el barrio. En el próximo tema, por ejemplo, quiero ver otras cosas. Algo de nosotros, siempre, tirar cosas en guaraní.

–La cumbia villera fue un ritmo que aglutinó a todas estas regiones.

–Sí, demasiado. Nosotros crecimos con cumbia, con mucho vallenato también. Y después vino el reguetón.

EQUIPO

¿Tenés gente que te ayuda, que te arregla, que te acompaña?

–Sí, yo tengo un equipo de trabajo. Somos como seis personas. Tengo mi mánager, mi productor musical, mi productora, la que me agenda mis cosas, qué tengo que hacer, me hace recordar, tengo que ir a tal lugar, cosas así. Tengo la persona que me viste. Tengo un buen equipo de trabajo que también está detrás de mí. Si yo fallo en algo, me dicen “no es por ahí, es por acá”. Me están apuntalando siempre.

–Y está llegando tu música, ¿no?

–Está llegando, gracias a Dios.

–¿Y te sentís reconfortado también en términos de que puede ser la fórmula de sostenimiento de tu vida permanentemente?

–No solamente mía, sino de muchos jóvenes. Muchos jóvenes también se están atreviendo... están haciendo lo que estoy haciendo también yo. Entonces, siento que lo que estoy haciendo es algo bueno también que se multiplica, que se sienten ellos reflejados y también se están animando a salir y a hacer música. Y es que parece que había ese miedo de salir como estábamos hablando hace rato. Y parece que hacía falta alguien que dé la cara para que los demás se atrevan. Y está pasando ahora.

–¿Cómo estás cuidando tu música? ¿Hay un equipo detrás de vos trabajando?

–Sí, tengo un equipo de trabajo. De paso quiero aprovechar y agradecerle a Dani da Rosa, que fue el que me hizo la llamada y me hizo esta propuesta de lanzarnos a esto. A mi mánager, Patrick Altamirano. Un saludo para él. A Reden, que es mi productor. A Amada, que es mi productora. Y a toda la gente de Encendelo, que me dio esa oportunidad de hacer música.

–¿Qué estás escuchando ahora mismo?

–Escucho de todo. Escucho mucho dembow, un género de República Dominicana. Mucho funky de Brasil. Vallenato también escucho mucho y reguetón también mucho. Y ahora estoy experimentando, por ejemplo, estoy haciendo mi estilo y lo estoy metiendo en el medio electrónico, cosas así. Después le quiero meter guaracha. Y así mezclando y descubriendo, innovando estilos, mezclando estilos.

FUTURO

–¿Qué novedades tenemos en el futuro inmediato con tu música?

–Y tengo, por ejemplo, este tema que hice con quien fue mi inspiración, Simon G, del Wachiturros, que ya grabamos. Estuvo en Paraguay dos días, grabamos y está ya el tema que voy a lanzar. Un tema que se viene ahora con Cajablanda, de 4K, con Joaquino, que va a salir ahorita. Tengo temas con KS, temas pendientes también por grabar con Chirola, de los Kachiporros, que estuvo conmigo también, acompañándome en los premios. Y muchas cosas más. Tengo mucha música guardada ahí en la computadora para lanzar en cualquier momento.

–¿Estás feliz con la presencia de tu música en los medios?

–La verdad que sí, contento, porque antes, por ejemplo, difícil era que el Prince diga en el diario eso, era imposible. O que la canción del Prince suene en la radio, era imposible. O te acercabas y decían “vamos a pasar”, pero nunca pasaban. Ahora está cambiando todo totalmente.

–Si fueras presidente por un día, ¿qué harías por tu comunidad? ¿Qué harías por tu barrio?

–La verdad que hay muchas cosas por hacer en el barrio. Si yo fuera presidente, pondría parque para los niños que no hay acá en el barrio. Tenemos el parque Caballero, pero está como medio abandonado hace tiempo. Mejorar más las calles, las canchas, abrir cosas para los niños, para que crezcan diferente.

–¿Pensás hacer en algún momento una presencia más nacional de tu música con una gira?

–Sí, estoy queriendo hacer un minitour por muchos barrios, donde me piden, por ejemplo, la gente de Luque, de San Lorenzo, de Limpio, de Lambaré también, Villa Elisa. Me escriben “¿cuándo por tal lugar?” “¿y cuándo por tal lugar?”. Quiero ir a recorrer y visitar los barrios.

–¿Y la música te deja tiempo para la vida sentimental o cómo anda por ese lado?

–Vamos bien, vamos bien, tranquilo por ese lado, tengo mi pareja. Yo siempre digo que el hombre solo es un quilombo, siempre tiene que estar ahí alguien a su lado y gracias a Dios estoy ahora con una persona que estuvo en mis peores momentos, cuando yo estaba en otras cosas, cosas malas, y ahora está en las buenas también conmigo.

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