Jimmi Peralta - Fotos: Emilio Bazán

Del Rosario Barrios es un escultor aficionado al ajedrez que, luego de finalizar su etapa de trabajador dependiente y tras caer en la cuenta de que el destino no le deparaba ser jugador profesional, empezó hace unos años el proyecto de fabricar tableros y finas piezas para los amantes de esta disciplina.

“Una vez tuve un desafío laboral. Un anticuario me trajo una imagen de San Francisco que estaba deteriorada. Y me pidió que le hiciera una imagen similar, pero un poco más grande. Yo no tenía ni la más pálida idea en ese entonces de cómo hacer el tallado. La persona me pregunta si me animo y le dije que sí. Encontré una madera que tenía, estaba rota, y la pegué con cola y lo hice para probarme a mí mismo. Y una semana después le llevo a esta persona, con la que después nos hicimos muy amigos, y me ofrece pagarme tres a cuatro veces más de lo que yo pensaba cobrarle. Puse una cara de resignación, claro, yo estaba pensando recibir menos que eso. Entonces a partir de ahí me di cuenta de que podía hacer ciertas figuras”, explica don Del Rosario Barrios, carpintero y artesano de la madera, sobre cómo se dio el último estadio personal de autoconfianza que lo llevaría a concretar en la realidad un proyecto largamente anhelado, la confección de tableros y piezas de ajedrez tallados en madera.

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Los senderos de su vida estuvieron, casi desde el principio, inundados por el olor a aserrín. Tajy, yvyrapytã, cedro, guatamby, kurupay, pino, laurel... todas las fragancias que nacen en la tierra están puestas en la madera al servicio del hombre, lo que también despertaría a la larga el respeto y la valoración al tacto de ese noble regalo como forjador de piezas de arte.

“Yo siempre trabajé en la madera, en dependencia con otra gente, y cuando llegó la edad, entonces tuve que salir. Siempre tuve pensado trabajar en la madera, tengo una minicarpintería, más bien enfocado a herramientas chiquitas, quise hacer juguetes, cosas así”, recuerda don Barrios.

De origen rural, como gran parte del país hace solo tres décadas, hoy ya mayor recuerda que llegó a la ciudad de muy chico, de la mano de su madre, quien se apoyaría en otra familia para su crianza. Lo deslumbrante de la ciudad le puso su primera barrera: la palabra.

“Yo vengo del interior. Cuando yo llegué a la capital no sabía hablar el castellano. Me costó mucho para poder primero traducir del guaraní al castellano y viceversa. A la fuerza tuve que formarme de a poco. Entonces al comienzo, cuando vine a la capital, era todo maravilloso, lleno de luces, todo. Entonces pasaron una semana, dos semanas y me di cuenta de que no iba a ninguna parte solamente mirando. Repetí el primer grado cuando llegué acá por el problema del idioma. Era guaraníparlante”, recuerda.

Su vínculo con el ajedrez se dio en la adolescencia. Aprendió a jugar y nació una pasión, pero su temprana responsabilidad familiar lo obligaría a quitarle prioridad a ese sueño.

“Fui un aficionado al ajedrez, pero me di cuenta de que no iba a ser un profesional del ajedrez. Con el tiempo decidí hacer las piezas para la gente que se dedica realmente a competir. Fui desarrollando de a poco este proyecto. Empecé con otras tallas que no eran de ajedrez, pero como tenía las herramientas y me di cuenta de que podía, decidí empezar a trabajar muy lento después de retirarme de trabajar para otros. Hoy día desarrollé yo mis propias herramientas y mi propio método de trabajo, y estoy en eso”, refiere.

Gran parte de su vida laboral está vinculada a la madera. Su experiencia temprana le fue abriendo puertas para ganarse un espacio en el rubro. Trabajó en una parquetera, en carpintería, depósito, decoración y detrás de su oficio desarrolló trabajos también a nivel internacional.

“Yo siempre quise salir de la madera, pero nunca tuve oportunidad de salir porque la gente me buscaba, ya fue la experiencia de la madera. Tenía conocimiento en la forma de medir, tenía conocimiento de clasificar la madera. Entonces era una ventaja para mí, por lo cual se me buscaba”, comenta.

DEL ANHELO Y LA PRODUCCIÓN

“No era tan bueno como jugador, pero me defendía bastante bien, pero el ajedrez se me quedó grabado. Ese interés quedó en standbye por cierto tiempo, pero no lo olvidé, y después volví otra vez, pero ahora ya en la otra faceta, la de producir piezas, eso me pareció interesante”, explica el artesano.

El trabajo para la producción arranca meses o años antes de que el peón adelante sus primeras dos casillas en un juego recreativo, todavía en el taller. La selección de la madera, el corte en bloques, el secado, el esculpido en el torno y después la mano y el cincel describen una larga cadena de producción.

“Yo conocí a gente que producía estas piezas, pero no me gustaba cómo hacían la terminación, y en parte era por falta de herramientas. Yo les decía y ahora tengo la oportunidad de hacer eso. Hay un nicho ahí”, refiere.

Con toda la materia prima puesta a disposición, la producción de las 16 fichas y el tablero de 64 lugares, con el uso al menos de dos maderas, le lleva a don Barrios una semana entera de trabajo.

La paciencia y la perseverancia también son pilares en este desarrollo. Desde la primera idea, la creación de prototipos, la adquisición de maquinarias, el abordaje de los mercados, la difusión, todos comparables en línea paralela con el esculpido, raya por raya, en el riesgo permanente de un error insalvable que no detiene al creador de figuras.

ARTE VS. PLÁSTICO

Las partidas regulares de ajedrez se disputan en las casas, los espacios públicos y en los torneos por lo general con piezas de plástico, ni siquiera los tableros son sólidos. Sin embargo, para los amantes de este deporte la adquisición de piezas hechas a mano representa un deseo, tanto por lo histórico que contiene una partida con las piezas más comunes anteriormente, así como por su valor social.

El acabado fino y a detalle otorgan una carácter distinto a las partidas. No obstante, para el jugador concentrado en cada movimiento lo fundamental no es el material ni la forma, sino que sean fichas claramente distinguibles entre sí.

CRECIMIENTO

Además de tomar pedidos para la confección de piezas con finos detalles en la terminación, Don Barrios junto con el reconocido fotorreportero local Alejandro Fretes emprendieron un proyecto de crecimiento del emprendimiento.

En ese marco, en primera instancia están dando a conocer el producto a nivel local, desarrollando relaciones con el mundo de los clubes de ajedrez y para los próximos meses prevén un torneo en la ciudad en la que nació este proyecto: Areguá.

“Nuestra idea también es poder hacer piezas grandes para que la gente vea las piezas, pero que también valore y se interese por el ajedrez. Nos fuimos ya una plaza a mostrar el trabajo y ahí toda la gente se juntó alrededor del tablero, siguiendo cada jugada. Queremos que en la plaza de Areguá también haya una, así cuando vienen los turistas puedan jugar ahí”, explicó Fretes.

Este crecimiento también lleva la apuesta al desarrollo de una nueva línea de piezas, que por su tamaño y mayor simpleza puedan ser replicadas con mayor facilidad, reduciendo así costos y llegando a los usuarios a un precio más accesible.

“Pusimos tableros, se desafiaba la gente, una partida tras otra. Ahí vino la alemana y nos compró el juego. Esa misma semana fuimos al colegio de Luque y la directora nos permitió llevar el tablero, llevamos los tableros, los chicos ahí quedaron, los juegos tradicionales quedaron allá al fondo y los que vinieron se nos rodearon todos por el tema de las piezas. Ahí nos dimos cuenta de que es un deporte que encanta y apasiona a los chicos. Ahí yo me di cuenta del potencial de chicos inteligentes que tenemos. Venían y se sentaban, tanto chicas como muchachos, venían y se sentaban frente a frente y se desafiaban a jugar”, expresó el fotógrafo.

Para Barrios y Fretes, la mirada está puesta en primera instancia en la comunidad: las plazas y los colegios de la zona. Una vez que cumplieron todos los requerimientos comerciales como mipyme, se abocaron al cabildeo con las autoridades locales y nacionales para lograr la valoración de un proyecto que trasciende lo meramente estético y económico, y que tiene en sí un alto valor social y de formación.

DESPUÉS DE LA JUBILACIÓN

“Lo que era mi actividad en los medios de prensa por casi 40 años quedó atrás después de la jubilación. Estuve en el diario Hoy, en el diario Noticias hice una pequeña pasantía, así también en Última Hora y terminé en La Nación y Crónica. Cuando estaba en proceso ya de jubilación, tenía muchas ansias de salir y me jubilé un año antes. A los 20 días más o menos de jubilarme recibo una llamada telefónica. Me ofrecen para trabajar en Uber y empiezo. Al terminar eso vine acá y empezamos a trabajar con don Barrios en pequeñas cosas. En este momento nuestro proyecto principal es el torneo que estamos organizando para mayo, para el que nos brinda su total apoyo Senatur”, explica Fretes.

Así como Del Rosario, Alejandro desarrolló su vida laboral como trabajador dependiente y actualmente convergen en una proyección más allá de aquella travesía con la vida ya hecha, pero con el entusiasmo de quien empieza y tiene un mundo por vivir.

mina de esclarecerse, pero la versión más aceptada señala que fue inventado en Asia, probablemente en India, con el nombre de chaturanga. Otras investigaciones indican un posible origen chino, en la región entre Uzbekistán y la antigua Persia, que se podría remontar hasta el siglo III a.C. Uno de los registros literarios más antiguos sobre el ajedrez es el poema persa Kar-Namag i Ardashir i Pabagan, escrito en el siglo VI. A partir de esta era, su evolución está mejor documentada y ampliamente aceptada en el mundo académico.

EL AJEDREZ EN AULAS

En Paraguay no es extensiva la práctica del ajedrez como una práctica recreativa y/o intelectual; sin embargo, una parte importante de la población la practica.

Los clubes y los docentes particulares de este deporte son los encargados de difundirlo y fruto de ello son los reconocidos Zenón Franco, Axel Bachmann, José Cubas, Gabriela Vargas, Matías Latorre, entre otros.

En la década pasada se intentó establecer vía legislación la inclusión del ajedrez como parte de la malla curricular del Ministerio de Educación, lo que llegó a buen puerto; en cambio, en el 2018 se aprobó que esta sea una actividad de apoyo pedagógico en el contexto de la adecuación curricular en los primeros ciclos de la Educación Escolar Básica.

Del mismo modo, el Congreso Nacional ya había declarado al ajedrez de interés educativo y deportivo.

ORIGEN

El origen del ajedrez no termina de esclarecerse, pero la versión más aceptada señala que fue inventado en Asia, probablemente en India, con el nombre de chaturanga. Otras investigaciones indican un posible origen chino, en la región entre Uzbekistán y la antigua Persia, que se podría remontar hasta el siglo III a.C. Uno de los registros literarios más antiguos sobre el ajedrez es el poema persa Kar-Namag i Ardashir i Pabagan, escrito en el siglo VI. A partir de esta era, su evolución está mejor documentada y ampliamente aceptada en el mundo académico.

En el siglo XV, el juego fue ampliamente difundido en Europa y entre las variantes existentes del juego, la europea fue la que se destacó por la velocidad indicada y además por la inclusión de la dama y el alfil. A pesar de que en esa época ya existía literatura de ajedrez, fue en este período cuando comenzaron a surgir los primeros análisis de aperturas debido a las nuevas posibilidades de juego.

“GAMBITO DE DAMA”, UN BOOM

Las serie emitida por Netflix en el contexto de las restricciones de desplazamiento, The Queen’s Gambit (Gambito de dama), protagonizada por Anya Taylor-Joy, trajo nuevos vientos a la ya popular disciplina deportiva, aflorando tanto las visitas en los portales de juegos, así como la compra de tableros y la contratación docente.

La serie, que obtuvo dos premios Globo de Oro, fue creada por Allan y Frank Scott, y en ella se narra la historia ficticia de la huérfana prodigio Beht Harmon, contextualizada entre las décadas de 1950 y 1960.

La serie reavivó la pasión y la simpatía por el ajedrez, para algunos, y en otros casos conquistó la atención de una nueva generación, dándose partidas por plataformas de streaming y torneos con miles de seguidores online.





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