Jorge Zárate jorge.zarate@nacionmedia.com - Fotos: gentileza

Después de trabajar en diversos oficios, consiguió desarrollar el sueño de vivir de sus artesanías. Con esmero y dedicación consigue replicar en madera autos, camiones y hasta barcos que la gente comenzó a apreciar gracias a una foto publicada en redes sociales. Hoy su emprendimiento familiar agenda pedidos con mucha anticipación y no para de responder mensajes.

Oriundo de la Colonia Walter Insfrán, en el kilómetro 172 de Caaguazú, este artesano hace honor a la Capital de la Madera.

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Desde niño, cuando comenzó dibujando el camión que manejaba su hermano, Miguel Amarilla fue atesorando el sueño de hacer sus propios juguetes.

Ho y con 35 años, sus miniaturas son apreciadas en el país y también en el extranjero, ya que algunas de sus réplicas viajaron a Argentina, Brasil y Estados Unidos, entre otros países. “Me piden por ejemplo de España, ya se fueron unos cuantos, a Chile también llevaron”, relata el artista.

Lo más impactante para él es ver cómo sus réplicas pueden despertar emociones y ayudar a un viaje en la memoria. “Me tocó ver gente que se emociona al ver un camioncito porque le hicieron hacer una réplica al camión antiguo de sus padres, entonces les traía recuerdos. Esas cosas me ponen la piel de gallina, no se me borra fácil de la cabeza cómo un trabajo le hace recordar su pasado”, dice.

Entre los artículos diferentes que moldeó, está “un sulky que hice para una colonia menonita, pero siempre me piden cosas. En estos días me pidieron un dragón, la imagen de Gokú, pero les tengo que decir que mi especialidad son los vehículos”, cuenta.

–Comenzaste de niño a hacer tus propios camiones. ¿Cómo fue que iniciaste y por qué?

–Sí, de muy pequeño me puse a hacer los juguetes de madera. Siempre me gustaron los camiones, también tiene que ver que mi hermano era camionero y manejaba un camión Scania y a mí me gustaba mucho dibujar. Primeramente dibujaba los camiones y también quería los juguetes y como éramos de escasos recursos mis padres y eso no podían comprar para nuestros juguetes. Y de ahí, como que no podíamos comprar, empecé a fabricar mi propio juguete.

–Contabas que trabajaste en construcción en Argentina y como costurero en Brasil. Mientras lo hacías, ¿seguías perfeccionando tu técnica?

–Sí, en ambos países y en varios rubros, pero siempre tenía en mente poder proyectarme en mis réplicas, en fabricar las miniaturas de madera, aunque cuando eso no trabajaba netamente en ello. Tenía más bien en mi cabeza los proyectos de que algún día podría dedicarme a lo que hoy en día estoy haciendo.

–¿Desde cuándo que vivís solo de esto y cómo se fue dando esa posibilidad?

–Y desde hace 7 años que estoy en esto, desde que mi nena nació prácticamente. Un día estaba trabajando en construcción y mi jefe me dio la oportunidad, me dio un permiso especial para poder iniciarme en esto. Fue muy importante ese gesto porque como vos sabés, hoy en día tener un trabajo, un sueldo seguro, es importante y te da mucho miedo poder emprender algo que no sabés si vas a tener la aceptación de la gente, ¿verdad? Lo concreto es que me dio ese tiempo para poder terminar un Scania a escala y, aunque en esa época no era tan bueno como hoy, tuvo muy buena acogida. Subimos unas fotos a las redes sociales, a la gente le gustó y partir de allí no paré más.

–¿Fuiste también carpintero?

–Vos sabés que yo nunca trabajé en carpintería ajena, nunca en mi vida. Desde que empecé con mi proyecto, tuve que ingeniármelas preguntando cómo hacer las cosas. A veces ni sé que existe tal máquina, pero después conozco e implemento. Uso madera bruta que mando a aserrar para el chasis y la carrocería, y para la cabina lo que más uso es madera prensada tipo terciada de 8 mm, conocida como placa.

–¿En qué cosas te ayudó el Crédito Agrícola de Habilitación (CAH)?

–Me pasó la mano en un momento muy crucial en mi trabajo. Justo antes de la pandemia del coronavirus me otorgó un crédito con el que pude comprar anticipadamente cosas que necesitaba, antes de la cuarentena, porque después la pandemia fue muy dura.

Pude comprar por esa plata materia prima para poder quedarme a trabajar en mi casa y también para poder comprar alguna que otra maquinita que precisaba en ese momento. Fue muy importante para mi trabajo.

–Definís tu emprendimiento Punto Madera como un trabajo familiar, ¿quiénes te ayudan?

–En realidad ahora le voy a cambiar el nombre. Todavía no tengo registrado, pero tengo que cambiar a Igualitos Paraguay porque siempre le suelo escuchar a mis clientes o terceras personas cuando ven mi trabajo decir “es igualito, igualito”, así definen mi trabajo.

Y me ayuda mi señora esposa y mi cuñada que trabaja conmigo porque tenemos un negocio familiar también donde vendemos juguetes de madera acá en Caaguazú en el área de servicio.

–Trabajás mucho a pedido. ¿Cómo hacés, das turnos, vas agendando?

–Tengo que agendar necesariamente porque estuve muy atrasado el año pasado con mis pedidos y ahora estoy tratando de cumplir con los que depositaron confianza en mi proyecto de las miniaturas. No pude cumplir con las fechas acordadas el año pasado y por eso estoy ahora trabajando a full porque el año pasado tuve ese problema del hospital, fue uno de los peores años de mi vida. Estuvo enferma mi tía, que prácticamente es mi mamá, la señora que me crió. Estuvo con una enfermedad muy larga y me atrasé muchísimo con mis pedidos. Lastimosamente el tema de salud no podemos manejar nosotros.

Por eso los nuevos trabajos sin compromiso alguno para esas personas que quieren y si no están muy apurados le vamos a fabricar.

–Hiciste una réplica del Titanic. ¿Cuánto tiempo te llevó hacerlo? ¿Por qué elegiste ese motivo?

–Fue un pedido muy especial de un cliente. Fue mi primer barco y me tomó casi 22 días construir ese barco, totalmente de madera, bien detallado. Ahora ya tenemos varios barcos agendados para hacer, la gente quiere el mismo, el Titanic también.

Pero el más difícil fue un auto de rally con toda su jaula antivuelco del interior, todo bien hecho, tiene las luces, abre las puertas, fue un trabajo delicado.

Por ejemplo, hacer que se le abran las puertas a un camioncito de madera es complicado, lleva mucho trabajo, tiene que quedar con las ranuras finas y no se tiene que ver la bisagra, entonces la bisagra se la fabrico yo especialmente para el camión.

–¿Cuál fue el trabajo más difícil que encaraste?

–Definitivamente el barco fue el producto que hasta ahora me fue muy complicado. Un amigo mío que trabaja en barcos me ayudó en ese proyecto facilitando los planos. Yo prácticamente no trabajo con plano, solo a “ojímetro” ¿verdad? Pero ese barco tuve que usar planos porque era un barco bastante difícil y tiene muchos ángulos y muchos detalles que en una simple foto no se ven.

–Me decías que cuesta administrar pedidos. ¿Cómo hay que hacer para tener una de tus réplicas?

–Y lo ideal es que la gente haga su pedido 90 días antes porque tengo muchos pedidos. No puedo trabajar de una semana para otra en este momento y a veces la gente no comprende. Ahora, por ejemplo, tengo en mi celular 1.200 mensajes y estoy tratando de responderles a toditas las personas que me mensajearon, pero se me hace un poco difícil y a veces la gente no me comprende y se enoja cuando no respondo.

PRECIOS Y TIEMPOS

Miguel Amarilla, el artesano de los camiones a escala, ofrece sus trabajos a precios que parten desde los 800.000 guaraníes en adelante. “Varían mucho los precios, los autos parten de ese precio, pero he llegado a cobrar 1,8 millones de guaraníes porque hay diseños que son muy complicados de fabricar en madera, especialmente los parabrisas. Después está el cliente, te pide un detalle, ponerle una llanta deportiva tan grande o calcomanía o color diferente y ya varían los precios”.

En el caso de los camiones, el precio de partida es 900.000 guaraníes. “Fuese cual fuese la marca, los camiones arrancan en esos precios, ahora un barco Titanic que tiene 1,40 metros de largo cuesta ya unos 2 millones porque lleva 22 días de trabajo. El camión estándar es el más rápido de fabricar, lo hacemos en 7 a 8 días”.

Los problemas de la economía impactan en la tarea de Amarilla. “Lastimosamente subieron toditos los productos de la ferretería, la pintura que uso para mi réplica, por ejemplo, subió casi el 50%. En general subieron un 70% las materias primas que estoy utilizando”, comentó.

El artesano pide que le tengan paciencia. “Es lo que le pido a mis clientes, vamos a cumplir con todos, pero que me tengan un poquito de paciencia, ya que es un producto muy minucioso. Es muy lento su proceso, no es un producto que se puede hacer rápido. Les pido que me hagan sus pedidos si es posible”, solicita Amarilla recordando que no trabaja en la producción en serie, por lo que garantiza a sus clientes que tendrán un producto único con los detalles y características que ellos deseen.



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