A una semana de los comicios internos, el precandidato presidencial de Honor Colorado, el economista Santiago Peña, habla con Augusto dos Santos para el programa “Expresso”, emitido por el canal GEN/Nación Media, sobre su visión respecto al modelo de gestión que desea implementar a la luz de su experiencia técnica para sacar adelante al país tras la pesada herencia que dejará la administración Abdo. Peña comparte sus propuestas en torno a la salud, la educación, la economía, la seguridad y la defensa de los intereses nacionales a partir de un diálogo constructivo cimentado en la soberanía y la recíproca conveniencia en la relación con nuestros socios internacionales.

  • Fotos Eduardo Velázquez

–ADS: ¿Qué cosa en materia de demandas ves ahora que no veías en el 2017?

–SP: Veo una situación social muy angustiante. En estos casi 12 meses, la campaña proba­blemente más larga que se recuerda por diferentes fac­tores, la decisión de un vice­presidente de atropellar con una candidatura que quedó por el camino, un nuevo sis­tema electoral con nuevos pla­zos. Esto me permitió, a dife­rencia del 2017, poder observar mucho más en detalle una experiencia realmente muy triste de ciudadanos que han perdido familiares en pande­mia, ciudadanos que han per­dido su empleo, ciudadanos que tienen empleo, pero que el dinero no les alcanza para poder cubrir sus necesidades básicas y realmente una situa­ción de tremenda angustia, con un sabor que incrementa esa angustia por el hecho de que tenemos un país maravi­lloso. Tenemos un potencial tremendo, somos un país que tiene todas las condiciones y estamos listos para dar el gran despegue hacia el desarrollo.

–¿Por qué desde tu punto de vista sigue existiendo esta efervescencia en los ciuda­danos sobre la política pese a todo?

–Nosotros podíamos desde comienzos de año simple­mente atacar al Gobierno como lo hizo siempre la disi­dencia tradicional. O sea, Mario Abdo se convierte en candidato del Partido Colo­rado y presidente de la Repú­blica sin haber planteado una sola propuesta. Su único eje fue el ataque. Nosotros desde el comienzo de este gobierno, al cual apoyé en el proceso elec­toral y apoyé en muchas medi­das en el Palacio de Gobierno, pero también fui muy crítico de la falta de gestión, de la falta de idoneidad de las personas, de los hechos de corrupción. Entonces en la campaña hice exactamente lo mismo, cues­tioné la mala administración de este gobierno, la negligencia en la pandemia en el manejo irresponsable de las institucio­nes del Estado, pero también salí a convencer a los paragua­yos de que esta no es nuestra realidad, que los paraguayos podemos estar mejor, que este lema “vamos a estar mejor” nace de un convencimiento profundo del enorme poten­cial que tiene Paraguay y que tenemos los paraguayos.

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RECUPERACIÓN

–¿Qué esperas, si sos electo presidente, recibir como legado de esta administra­ción?

–Va a ser un Estado en una situación calamitosa. Son cinco años de no haber cumplido la Ley de Responsabilidad Fiscal, la inflación va a cerrar nueva­mente entre las más altas de la historia del Paraguay, las ins­tituciones financieras que han caído, que va a tener repercu­siones sociales muy importan­tes. Entonces lastimosamente el Estado que se va a recibir no es una situación deseable, pero teniendo la experiencia que tuve ya después de haber sido director del Banco Central y ministro de Hacienda, te puedo decir que lo puedo recuperar y lo podemos recuperar rápida­mente. No es muy alejada de la situación que le tocó recibir a Horacio Cartes el 15 de agosto del 2013, pues el gobierno de Federico Franco habían sido 14 meses de gestión y realmente la situación en la cual se encon­traron el Estado y las empresas públicas era realmente desas­trosa y nos demostramos a nosotros mismos que se puede mejorar la gestión en todos los ámbitos de la administración pública, hubo una mejora en la gestión y estoy seguro de que eso lo vamos a volver a hacer a partir del 15 de agosto de 2023.

–Escuché en un par de dis­cursos tuyos al respecto de la posibilidad de una gran mesa de partidos y sectores políticos. ¿Sos consciente de que ese tipo de iniciativas fracasó siempre al margen quizás del pacto de gober­nabilidad?

–Yo creo que estamos prepa­rados hoy y estamos a pocos días de las elecciones del 18 de diciembre. Tenemos que con­solidar esta victoria. Tenemos que construir una gran unidad del Partido Colorado porque yo voy a ganar con una gran dife­rencia el 18 de diciembre, pero va a haber gente que no me votó y yo necesito sumar a esa gente en un proyecto para decir a los paraguayos no afiliados al Par­tido Colorado “mi proyecto es un proyecto nacional”. Y el 30 de abril, yo soy consciente de que no voy a ganar 100 a cero. Van a haber paraguayos que no van a ir a votar porque sien­ten que ninguna de las opcio­nes les representa. Entonces yo puedo ganar con una can­tidad de votos, pero no puedo gobernar con gente en con­tra. Entonces la lógica es que mi visión de desarrollo es una visión de desarrollo para todos los paraguayos, con una gran fortaleza del Partido Colo­rado, pero un Partido Colo­rado al servicio del país y de todos los paraguayos y sobre esa lógica sentarnos con todos los actores políticos, con los que tienen representación parlamentaria, con los que no tienen representación parla­mentaria, ya que también son voces que tenemos que escu­char porque acá no solamente a los que forman parte del Poder Legislativo tenemos que escu­char. Lo mismo ocurre con las organizaciones sociales, con los gremios empresariales, con cada uno de estos sectores que son fundamentales para gene­rar los grandes cambios de la sociedad. El Paraguay no va a cambiar solamente porque tengamos un buen presidente, va a cambiar cuando los para­guayos, el conjunto de la socie­dad, entendamos cuáles son esos bienes públicos priorita­rios, la salud, la educación, la seguridad, políticas públicas.

–Este gobierno no se ha caracterizado por ofrecer al Partido Colorado cargos relevantes dentro de su ges­tión y, en contrapartida, no ha sido una buena gestión.

–A esta altura, después de cua­tro años y medio de gobierno de Mario Abdo, ya no intento tratar de entender qué le llevó a él a tomar estas decisiones, pero hay rasgos que son muy evidentes. No hace falta ser cientista político, ni psicólogo, ni psiquiatra para tratar de entender el comportamiento. Pero hay algunos comporta­mientos que siguen un patrón. Uno es no digerir la adversidad, no digerir la crítica, no haber digerido la derrota. Y Mario pierde de una manera estrepi­tosa contra Pedro Alliana en el 2015. Colorado Añetete nunca se acercó al Partido Colorado, nunca los miembros electos por el movimiento Colorado Añe­tete se acercaron para debatir dentro del Partido Colorado. Honor Colorado hizo funcio­nar la Junta de Gobierno con un impacto tremendo en genera­ción de empleo, en capacitación, en cambios. Pedro Alliana, luego de haber recibido una institución con una deuda de cerca de 60.000 millones de guaraníes, va a entregar una habitación con deuda cero. Con deuda cero y con cuentas transparentes, con una gestión realmente que es de destacar. Entonces, obviamente Mario habló. Nunca quiso acercarse porque acercarse al Partido Colorado era ver el rostro de su derrota en el 2015. Él fue electo presidente de la Repú­blica, pero ha hecho de su ges­tión un enfrentamiento al inte­rior del Partido Colorado, sin ningún reconocimiento por­que nadie se va a acordar de las batallas que él libró al interior de su partido. Al revés, la gente va a decir que este gobierno va a ser reconocido como el más corrupto, el más incompetente, gastó su capital político en un enfrentamiento fratricida den­tro del mismo partido, sin nin­gún beneficio.

–¿Qué deja como lección para la clase política esta trágica administración del proceso de covid?

–Esto se inicia con el Gobierno recibiendo recursos práctica­mente ilimitados. Todos los actores políticos del Gobierno entraban en una psicosis para ver quién hacía el negocio más grande entre los cargueros, los insumos y, obviamente, estos empiezan a flotar. Por más que el Gobierno con bombos y pla­tillos les pide a los ministros encargados de control, que eran de la oposición, para supuesta­mente garantizar la transpa­rencia, nunca han encontrado absolutamente nada. Enton­ces, cuando viene finalmente el descubrimiento de la vacuna, el Gobierno no tenía ninguna credibilidad. Y se apoya en este mecanismo Covax, que demos­tró ser totalmente un fracaso. Entonces creo que la clave y la enseñanza que nos deja esto es que tenemos que tener una gestión intachable, a prueba de bala, honesta, idónea, transpa­rente y muy bien comunicada a la ciudadanía.

ESTRATEGIA

–¿Cuál es tu mirada de futuro sobre Itaipú?

–Desde el acta secreta lo único que nos ha ofrecido este gobierno es caos, decepción y anarquía. Han pasado 5 minis­tros de Relaciones Exteriores y así es imposible trazar una estrategia. Cuando explota el acta secreta crean una serie de comisiones, que al final no sir­vieron de nada. Han sido cinco años en que el Gobierno actuó con base en los intereses del Brasil. Porque el Brasil le llevó a Mario Abdo, o Marito como sentía tan contento cuando le llamaba Bolsonaro, le llevó al lugar donde Bolsonaro que­ría, que era la reducción de la tarifa, algo contrario a los inte­reses del Paraguay. Entonces yo estoy convencido de que nosotros vamos a poder plan­tear una estrategia construc­tiva con el Brasil. En el gobierno de Fernando Lugo también se dio algo que fue único, prácti­camente, donde se triplicó el costo de la energía cedida al Brasil y eso representó ingre­sos importantes. Yo me animo a creer que puede haber un diá­logo constructivo donde yo le voy a demostrar y el Brasil de Lula estoy seguro de que va a entender que en el mayor inte­rés de ellos es tener un Para­guay desarrollado y próspero como un aliado de ellos y no simplemente que seamos un furgón de cola.

–En cuanto al clima de nego­cios, ¿qué es lo que se tiene que hacer para recuperar el tiempo perdido?

–En el fútbol están las famosas tres G: ganar, gustar y golear. En el ámbito económico o macroeconómico, Paraguay ganaba el partido manteniendo un déficit fiscal estable y con­trolado, ganaba el partido man­teniendo una inflación estable y gustaba porque era recono­cido a nivel internacional y hasta llegaba a golear convir­tiendo a Carlos Fernández Val­dovinos en uno de los mejores presidentes del Banco Central a nivel mundial, que era una ges­tión del Gobierno del país, de la institución. Entonces per­dimos eso. Estamos mal, pero comparando con Venezuela estamos muy bien, compa­rando con Argentina estamos muy bien, no estamos tan mal cuando comparamos con Bra­sil, no estamos tan mal cuando comparamos con Colombia o Perú o Chile, que está pasando un momento muy difícil, pero Paraguay debería estar muchí­simo mejor, tiene las condicio­nes. Cuando Benigno López deja el Ministerio de Hacienda a finales del 2019, la historia que hasta hoy se escucha es que no hay ni una decisión que se tome en el Ministerio de Hacienda sin antes consultar a Benigno López, que está en Washin­gton, siendo vicepresidente del Banco Interamericano de Desarrollo. Eso genera un deterioro tremendo, sin auto­nomía y sin respeto a una ins­titución tan importante. Por otro lado, en el Banco Central del Paraguay, que ciertamente José Cantero va a ser el tercer presidente del Banco Central de terminar un periodo des­pués de haber tenido déca­das de presidentes que dura­ban un año y medio o dos años. Estamos completando el tercer período. El quinquenio pasado se hizo una renovación anual uno por año y los cuatro miembros del directorio que nombró Horacio Cartes fue­ron propuestos por el Direc­torio del Banco Central, apro­bado por el equipo económico y propuestos al presidente de la República, el Presidente res­petó esa cadena de decisiones. Ahora los cuatro directores del Banco Central han sido designaciones que salieron del Palacio de Gobierno y el Pre­sidente ciertamente tiene la facultad constitucional, pero eso rompe reglas no escritas y tradiciones que preservan la integridad y la credibilidad de esta institución.

–Hay que decir también que todo este tiempo estuvo al amparo del silencio por parte de grupos poderosos de medios.

–Así como eligió apoyarse en actores políticos de una oposi­ción contraria al Partido Colo­rado, también se ha aliado con actores económicos que han querido ser verdugos del Par­tido Colorado, pero no lo han conseguido nunca.

JUBILACIÓN

–¿Cuál es tu mirada res­pecto al Instituto de Previ­sión Social?

–Yo creo que esta es la peor administración de todos los ámbitos en materia de salud. Si nosotros tomamos en conside­ración la cantidad de recursos que fueron autorizados para fortalecer el sistema de salud para compra de medicamentos y vemos la situación en que está hoy, con el sistema totalmente desabastecido, los médicos no quieren ir a los lugares de aten­ción médica porque como no hay medicamentos entonces directamente no van. Recorro el Paraguay, recorro los depar­tamentos y es prácticamente al unísono, todos dicen “nos vamos al centro de salud y no solamente ya no hay medica­mentos, no hay médicos”. His­tóricamente la institución que tenía más problemas de pago, porque dependía de la recau­dación de impuestos, era el Ministerio de Salud, pero hoy tenemos problemas en el Ins­tituto de Previsión Social, la Ande, que nunca tuvo proble­mas de pago a proveedores. Entonces la pregunta es por qué se da esto. Se da por un manejo poco competente y por decisiones de política pública. En el caso de la Ande, noso­tros con un esfuerzo enorme

eliminamos las transferen­cias intergubernamentales, que son transferencias de las empresas públicas al fisco. ¿Y eso qué es lo que hacía? Des­capitalizaba las empresas públicas. Yo como ministro de Hacienda necesitaba recur­sos, pero dije yo no puedo con el afán de recaudar descapita­lizar a las empresas públicas que tienen un rol que cumplir en la sociedad. Este gobierno las volvió a meter. Y la situa­ción que hoy tiene el IPS es res­ponsabilidad de este gobierno. Me asusta la situación, pero me asusta más que esto continúe 5 años más.

–Este gobierno muestra como emblemático el tema de las obras, pero tiene una enorme deuda con los cons­tructores.

–Los atrasos que están teniendo, se habla de entre 400 y 500 millones de dólares, no es problema de la pandemia, no es problema de la mala suerte, el problema es la mala gestión. Entre octubre y noviembre del 2019, todavía siendo minis­tro Benigno López, por nota le envía al ministro de Obras Públicas y Comunicaciones, Arnoldo Wiens, precandidato a presidente, diciéndole, “señor ministro, usted está llamando a licitación obras que no tienen financiamiento”. Esto hace 3 años. Nosotros identificamos la raíz del problema, que este señor sin ninguna considera­ción de las empresas y los tra­bajadores llamó a licitar el con­trato. Ellos firmaron contrato con un Estado que se hacía res­ponsable de una obra y él ya sabía que no tenía los recur­sos para pagarle. ¿Quién se está beneficiando con esto? Los únicos que están ganando plata por culpa de Mario Abdo son los bancos. Porque son los que están financiando a todas las empresas, pero esto genera un corte en la cadena de pago.

–No hay que mirar sola­mente a los empresarios de la construcción, hay que mirar también al sector tra­bajador, ¿no?

–Fijate que ellos no están pudiendo pagar a sus provee­dores. El asfalto sí pagan por­que le pagan a Marito, pero después hay otros insumos, hay salario, hay trabajadores a los que tienen que pagarle, camioneros, transportistas que no están cobrando. Enton­ces se corta la cadena de pago. El Estado es el mayor contra­tante de bienes y servicios en el Paraguay y hoy este Estado tiene un nivel de atraso que estaba por encima del billón de dólares.

CAPITAL HUMANO

–¿Cuáles son los puntos cen­trales de tu visión política?

–Yo veo el Paraguay con una historia que es parcialmente exitosa. Yo creo que los para­guayos hemos hecho algunas cosas bien, creo que hemos avanzado en la gestión macro­económica, que se ha conver­tido en un bien público, el gua­raní va a cumplir el próximo año 80 años, es un motivo de orgullo. Más allá de las críti­cas que tengo, nosotros segui­mos ganando el partido, pero ya no goleamos y ya no gusta­mos. Tenemos que recuperar eso. Ahora tenemos que enfo­carnos en aquello que es una barrera para el desarrollo, que traiga mayor equidad y eso es el capital humano. Y dentro del capital humano, los elementos centrales son la salud y la edu­cación. Nuestra salud y nuestra educación no están mal dise­ñadas, quedaron desfasadas en el tiempo. Nuestro sistema de salud es el mismo de hace 60 años, cuando había una población más pequeña, con una expectativa de vida más baja. Tenemos que adecuar eso y Paraguay tiene experiencias de cosas exitosas que se han hecho bien y errores que se han cometido que nosotros tenemos la oportunidad de evitar en el ámbito de la edu­cación. La mejora de la educa­ción no pasa por tener una edu­cación que meta la ideología de género. Nosotros tenemos que asegurarnos que el niño sepa leer y que entienda lo que lea y que sepa de matemática y que sepa de ciencia. Eso nece­sitamos hacer y tenemos que ser conscientes de que a nivel internacional, sean gobierno y sean organizaciones y orga­nismos multilaterales, tienen intereses y tienen las ganas de meter su agenda en un país claramente conservador, que mantiene a la familia como un núcleo esencial y entiende la familia como la unión entre un hombre y una mujer.

–Y una gran responsabilidad de Ministerio de Educación de saber dialogar.

–Se puede aceptar la colabo­ración de cualquier gobierno amigo, pero que colabore en aquello que el Paraguay y los paraguayos quieren. A mí me tocó trabajar en organismos multilaterales, yo fui a hacer este trabajo y cuando yo fui ministro de Hacienda dije “señores, si ustedes quieren venir a colaborar con Para­guay, tienen que colaborar en la agenda del Paraguay, no venir a traer su agenda”. Los paragua­yos muchas veces tenemos una actitud complaciente, sumisa. Nosotros tenemos que parar­nos firmes, decirles “señores, nosotros queremos que nos ayuden. Paraguay quiere pro­gresar en lo que los paraguayos hemos definido, que son nues­tros principios y valores, y no vamos a cambiar eso.

SEGURIDAD

–¿Cómo se enfoca el tema de la seguridad?

–Este es un problema complejo y el abordaje es complejo tam­bién. Tenemos que separar yo creo que en tres áreas. Una la seguridad urbana. Ese fue el planteamiento que nosotros nos hicimos de cómo podíamos traer la mejor experiencia y el mayor conocimiento y ahí llegó esta experiencia panameña que se convirtió en el Grupo Lince. Y tenía una lógica de que los linces tengan cierta forma­ción, cierta movilidad, tengan un resguardo sobre la iden­tidad. Panamá es una pobla­ción relativamente similar a la paraguaya, y en estas poblacio­nes pequeñas, cuando existe un delito y acude un oficial en una comisaría, muy probable­mente se encuentre con una persona conocida, muy proba­blemente se encuentre con un pariente. Entonces resguardar su identidad era fundamental y fue tremendamente exitoso. Este gobierno llega y dice “no, los linces tienen que mostrar la cara y tienen que tener su nom­bre”. O sea, desconociendo la experiencia, la ciencia, el cono­cimiento. Entonces creo que tenemos que fortalecer, tene­mos que saber también que el problema de la inseguridad urbana es la contracara de la falta de empleo, del aumento de la canasta básica de alimen­tos. Todo esto que estábamos hablando antes, que es conse­cuencia de la falta de gestión de este gobierno, obviamente tiene su repercusión tam­bién en materia de inseguri­dad. Después están los deli­tos transnacionales y ahí hay un componente local y hay un componente internacional. Este gobierno liberó el comer­cio de cocaína y Paraguay se convirtió en plataforma de exportación para Europa. Las mayores incautaciones de cocaína no se dieron en Para­guay, se dieron en puertos de Europa y eso tiene una conse­cuencia de decisiones que tomó el Gobierno desde el inicio, la eliminación de los controles en el Chaco, la eliminación de los controles en los puertos, el no haber invertido en radares, el no haber invertido en los escá­neres. Eso claramente hizo de Paraguay un centro logís­tico con sus repercusiones, y yo tengo la determinación de enfrentarlo de manera deci­dida y volver a restituir todos los controles a nivel interior. Y después está el esfuerzo a nivel internacional, que es fortalecer con los países limítrofes y con países amigos, Estados Uni­dos, la Unión Europea, que hoy obviamente se ve afectada por esto. La Unión Europea debe­ría ser la mayor interesada en que Paraguay fortalezca sus controles. De la misma manera que también lo debería hacer Estados Unidos y todos los paí­ses que estamos luchando con­tra este flagelo.

–¿Cómo estás viendo este impacto geopolítico tan potente de China continen­tal versus Taiwán?

–La pelea de China continental con Taiwán es muy grande. No es solamente Taiwán, en rea­lidad China tiene el desafío de mantener el control de su pro­pio territorio. Taiwán es una isla enfrente de China, pero al interior de China continen­tal hay regiones que también están buscando su indepen­dencia. Entonces, mientras China continental pone una mirada muy fuerte sobre Tai­wán para que vuelva a control y dominio chino, ellos tienen el gran desafío de mantener la paz en una economía que ha dejado de crecer como creció y con demandas sociales que son crecientes. En ese sistema, creo que Paraguay debe mantener la relación con la República de Taiwán. Yo tengo un convenci­miento, comparto principios, valores con ellos y creo firme­mente que Paraguay tiene pri­mero mucho que aprender de Taiwán y mucho de ganar en cómo Taiwán, un país pequeño frente a una nación muy grande y complicada como China, ha sabido posicionarse como un líder a nivel mundial. Es el Paraguay que yo me imagino porque por muchas décadas todos hemos creído en esa frase de que el infortunio se había apoderado del Paraguay por los problemas de la guerra, por estar en el medio de paí­ses grandes y complicados. En realidad no hay ninguna razón para pensar que el Paraguay no pueda ser una nación más prós­pera y más desarrollada. Y jus­tamente en esta ubicación geo­gráfica podemos aprender de Taiwán, Corea del Sur e Israel.

–¿Qué enriquecimiento per­sonal destacás que tuviste entre el 2017 y ahora?

–La experiencia, la madurez, la capacidad de poder reflexio­nar sobre lo que he crecido en estos cinco años, que ha sido tremendo. Yo hace cinco años estaba convencido de que tenía el conocimiento técnico de poder administrar el Estado, pero claramente no tenía la experiencia política. Entonces lo que he podido crecer en estos cinco años en el ámbito político de no solamente poder cons­truir una candidatura, ganar una elección, sino gobernar, ha sido de una manera tremenda. Me siento realmente mucho más confiado, con muchas más ganas y la verdad que también me ha permitido poder valorar en mayor proporción la gran oportunidad que tenemos los paraguayos para generar los cambios en los próximos años.

“Los paraguayos podemos estar mejor, este lema ‘vamos a estar mejor’ nace de un convencimiento profundo del enorme potencial que tiene Paraguay y que tenemos los paraguayos”.

“Tenemos que construir una gran unidad del Partido Colorado porque yo voy a ganar con una gran diferencia el 18 de diciembre, pero va a haber gente que no me votó y yo necesito sumar a esa gente en un proyecto para decir a los paraguayos no afiliados al Partido Colorado ‘mi proyecto es un proyecto nacional’”.

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