Este domingo Toni nos recuerda varios libros referenciales sobre Asunción, desde el legendario Manolo Prieto hasta “Guía de mi barrio”, donde Claudio Pusineri se tomó el trabajo de recorrer los nombres y apodos de todos los vecinos de su barrio Dr. Francia.

• Por Toni Roberto
• tonirobertogodoy@gmail.com

Es un día cualquiera en la ciudad, el tormen­toso ruido del pádel vecino aún no empezó. Mien­tras, el silencio me ayuda a recorrer pequeños libros sobre Asunción y sus histo­rias. Esto me llevó a recor­dar un día en plena pandemia cuando el Dr. Julio Nissen me dice: “Preguntaste en radio si hay más libros sobre los barrios de Asunción, yo tengo uno muy particular escrito por el Dr. José Tomás Negrete Villate, te lo regalo. Vení a casa, entrá a la cochera, abrí la puerta del auto y vas a encontrar”. Esas palabras me condujeron inmediatamente a una Asunción de antes cuando la gente no llaveaba sus coches y el tiempo pasaba mucho más lento. ¿Vivo a des­tiempo? No lo sé.

Acto seguido, llego a la casa de Nissen. En el frente el viejo coche que le acompaña desde hace muchas décadas y que forma parte de la fachada del hogar. Noto que la calle ya no conserva el viejo empedrado oscuro que todavía era de la cantera de Tacumbú. Miro a través del vidrio y ahí estaba el primoroso librito de 123 páginas editado por la edito­rial Arandurã en el año 2003.

En el interior un pequeño detalle. El Dr. Negrete, aun­que viviera en el barrio San Roque, nos habla de un barrio imaginario, más allá de los límites municipales. A veces con los años uno va buscando el camino por donde transitar. Así uno va conociendo veredas, empedrados, baldosas facha­das, con los que nos familiari­zamos con el tiempo y dándole vida a esos objetos inanima­dos. Así armamos nuestro pro­pio barrio.

Al ojear el libro denominado “Un recuerdo, una época, un barrio”, de Negrete Villate, nos encontramos con perso­najes de otros tiempos como la artista Alicia Bravard, que enseñaba caligrafía, o con sus compañeros y amigos del liceo San Carlos, personas que se destacaron en diferentes campos como en la ingenie­ría, Miguel Ángel Chase, Ángel Auad, Jorge Brunetti, Zoilo Rodas Rodas; en la arquitec­tura, Juan Ricardo Ugarriza y Ramón González Coronel; abogados como Carlos Fernán­dez Gadea o Hugo Estigarri­bia, el inolvidable médico Dél­for Boggino, creador de una de las guaranias más populares del Paraguay, o con el Dr. Raúl Mena Talavera.

Seguir caminando por otras publicaciones para tener, lo que dirían los médicos, “una radiografía de la Asunción de antes” es un deber mío aprendido en el caminar por las calles de mi barrio en la infancia. Así, “Mis relatos”, de Alfredo Kronawetter, o “Asunción recuerdos y algo más”, de Luchi Schvartzman, editado por Servilibro, nos lle­van por rincones del centro que comprenden básicamente los barrios de La Encarnación y La Catedral. Don Edgar Hugo Ferreira nos ubica en lo que hoy es el barrio Nazareth a través de “Mbói Hovy y otros cuen­tos naif”, Juan Ramírez Bie­dermann en el cuento “Nobis” nos relata insospechadas his­torias del barrio Las Mercedes, “Guía de mi barrio” de Claudio Pusineri del barrio Dr. Francia y su minucioso recorrido por casas, familias, nombres, apo­dos y marcantes de ese barrio del oeste de Asunción.

En el camino también me encuentro con un ya ama­rillento librito llamado “Estampa de Asunción”, escrito por Ángel Peralta Are­llano, con pasajes de zonas de Asunción, editado en 1967; “Memorias de una teresiana”, de Ida de los Ríos, que en sus “recorridos teresianos” hace referencia escrita y dibujística de ciertos lugares de la Asun­ción en el capítulo “La ciudad en que vivíamos”. Por supuesto, el pionero de las historias de los barrios, Manolo Prieto, con “La ciudad en que vivimos”, un himno a la aventura de reco­rrer los distintos enclaves de la capital, y al final, “El oeste de Asunción”, un estudio de ese punto cardinal de la ciudad muy poco estudiado y al que Patricia Ygarza Cuquejo nos lleva con gran maestría en un capítulo del libro “Un viaje a Sajonia”, escrito en el año 2021 por este servidor y presentado por Habitalis.

Tal vez aparecerán más o muchos que en estos momen­tos están construyendo las historias de sus barrios. Yo sigo hurgando en la librería de Vidalia en la plaza Uruguaya para ver si me encuentro con algún otro libro que nos hable sobre este tema porque, como reza la frase atribuida a León Tolstoi, “quien conoce su aldea conoce el universo”. Parafra­seando esta máxima, yo digo: “Quien conoce su barrio se conocerá a sí mismo”.