Los Juegos Odesur finalizaron con gran suceso ayer en nuestro país como sede. Además de momentos deportivos memorables y emotivos, un protagonista que perdurará en la memoria de los amantes del deporte es la mascota oficial de las competencias, el felino Tiríka, cuya popularidad visibilizó la situación de esta especie que, si bien según los especialistas no se encuentra en vía de extinción, como todos los animales silvestres está en peligro por la acción antrópica sobre su hábitat.

Tiríka es un pinto­resco personaje que se destaca en múl­tiples disciplinas, ya que, además de sus aptitudes en diversas ramas del deporte, baila, rapea y hace piruetas. Por todo ello, rápidamente se granjeó la simpatía del público y se hizo tendencia en las redes sociales, donde los internautas clamaron por que el gracioso felino se convierta en la mascota de la selección nacional espe­rando que su magia ayude a la Albirroja, que ha quedado fuera de los últimos tres mun­diales.

La popularidad de Tiríka lo ha llevado a ser conside­rada la “mejor mascota de la historia” por la Organi­zación Panamericana de los Deportes. “Gracias a su des­treza en deportes y cercanía con el público es que muchos la han calificado como la mejor de todos los tiempos”, publicó la organización en su cuenta oficial de Twitter @PanamSports.

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Ricardo Deggeller, direc­tor general de Deportes de la Secretaría Nacional de Deportes (SND) y coordi­nador general de los Juegos Suramericanos Asu 2022, explicó que para la selección primero fueron identifica­das las mascotas de anterio­res competencias que se rea­lizaron en nuestro país y en la región como el Taguá en la Copa América del 99, el Tatú Bolita del Mundial de Brasil del 2014, el Pájaro Campana de los Juegos Sudamericanos Escolares Paraguay 2019 y el Yacaré del Campeonato Sud­americano de Vela 2017, por citar algunos ejemplos.

Posteriormente, se ana­lizó todo el contexto de los animales característicos de nuestro país, de donde fueron surgiendo y ana­lizando opciones como el ka’i y el karaja hasta que la delegación encargada del relevamiento se encontró en la reserva de Itaipú con un felino característico de nuestro país, el tirica. Luego, en consulta con la Secretaría de Políticas Lingüísticas y a partir de un estudio biblio­gráfico, se procedió a guara­nizar el nombre adoptando la escritura con la letra “k” y marcando el acento llano del guaraní, quedando de esta manera en Tiríka. Al traba­jar el concepto de la mascota, al tratarse de un felino sal­taron las características de movilidad y destreza. Res­pecto al proceso de diseño, se trabajó con especialistas del exterior. La versión final y el traje fueron elaborados por especialistas radicados en la capital argentina, Bue­nos Aires.

Luego de concluido el pro­ceso de selección y el diseño, Tiríka fue adquiriendo pro­tagonismo con su participa­ción con un baile durante la interpretación de la canción oficial del juego que se hizo viral, en tanto que su pri­mera aparición deportiva fue haciendo esgrima. De esta manera, Tiríka ganó noto­riedad en la primera semana de los juegos con sus bailes y dando muestras de sus des­trezas multidisciplinarias en el campo del deporte.

La fama ganada por este gato montés, con el que las multitudes que asisten a las diversas competencias bus­can una instantánea para inmortalizar el momento en el recuerdo, ha despertado el interés por conocer más sobre el bello animal y sobre la necesidad de conservar su hábitat para garantizar su supervivencia.

CARACTERÍSTICAS

Su denominación científica es Leopardus geoffroyi, lla­mado comúnmente gato tigre chico o gato pintado chico, es un mamífero carnívoro de la familia de los felinos que habita las selvas subtropica­les del centro-este de América del Sur. En horas nocturnas sale a cazar sus presas para alimentarse, que consisten fundamentalmente en aves, roedores y reptiles.

Para responder a la demanda de información del público, el ingeniero agrónomo y ase­sor en gestión ambiental Luis Recalde utilizó su cuenta en Twitter @Drunken_Forest para crear un hilo a fin de aportar más datos acerca de esta especie.

En su posteo explicó que se trata de “un felino pequeño, ligeramente más pequeño que un gato doméstico, que vive en gran parte del Cono Sur. En Paraguay, especial­mente en el Chaco, aunque también en ambientes cha­queños de la Región Oriental (por ejemplo el valle de Ypa­caraí)”.

“Tiríka no es el único gato manchado en Paraguay. Tenemos cuatro especies de pequeños felinos man­chados nativos. Es com­parado con jaguatiríka, el ocelote, que es aproxima­damente tres veces más grande y pesado”, añadió.

Además, comentó que las manchas de estos anima­les son únicas e individua­les. “De hecho, en todos los felinos manchados son como huellas dactilares. Si tenés buenas fotos, se pue­den identificar los indivi­duos por su patrón de man­chas. Como muchos felinos manchados, hay individuos que nacen con todo el pelonegro, que yo sepa todavía nunca fueron registrados en Paraguay, pero segu­ramente hay y en algunas zonas como el delta del Paraná parecen ser más fre­cuentes”, apuntó.

Recalde aprovechó la ocasión para recalcar que los animales silvestres no son mascotas. “Si te gustó Tiríka, lo mejor que podés hacer por él es apoyar la conservación de su hábitat. Tener animales silvestres en casa es una forma de promo­ver su cacería”, resaltó.

PRESIÓN ANTRÓPICA

Por su parte, Darío Man­delburger, director de Vida Silvestre del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sos­tenible (Mades), dijo en con­tacto con la 680 AM que la mascota de Odesur es un gato montés que debe ser cuidado porque es una especie some­tida a la presión del desarro­llo de las actividades huma­nas que destruyen su hábitat y lugares de reproducción.

Si bien explicó que la especie no está en vías de extinción, señaló que hay una transfor­mación de su hábitat por el cambio de uso de la tierra para la agricultura y la urba­nización, lo cual lo pone en peligro, al igual que el resto de los animales silvestres. “Hay que proteger el ecosis­tema y con eso incluso pro­tegemos otros varios indi­viduos”, subrayó.

Entre tanto, el sitio en inter­net Parques Nacionales del Paraguay advierte que “los gatos manchados del Para­guay están amenazados prin­cipalmente por la fragmenta­ción de su hábitat y la división en pequeñas parcelas de las grandes granjas que habitan estos mamíferos. Se trata de un cambio en relación a lo que se conocía antes, pues se con­sideraba que estos gatos esta­ban disminuyendo debido a la pérdida de su hábitat y a la persecución de personas que los asediaban para evitar que estos felinos ataquen a sus animales de granja”.

A renglón seguido la publica­ción precisa que una reciente investigación destaca la capacidad de adaptación de esta especie a los cambios en su entorno, es decir los bos­ques, haciendo la salvedad de que debe tratarse de territo­rios integrados y no parcelas inconexas que obstaculicen su desplazamiento.

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