El ingeniero Ángel María Recalde, ex director de Yacyretá y experto con amplia experiencia en el sector energético, aborda en este diálogo con Augusto dos Santos para el programa “Expresso”, emitido por el canal GEN, algunos de los principales desafíos que se plantean al Paraguay de cara a la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú con el Brasil. Señala que existió una falta de estrategia de parte del actual gobierno para abordar la cuestión y que esto implicó una enorme pérdida de tiempo.
Fotos: Nadia Monges
ADS: Llegamos a agosto del 2023, ingeniero, 50 años del Tratado de Itaipú. ¿Qué errores tuvimos que haber cometido para que el título de prensa del 14 de agosto del 2023 sea “Entregamos Itaipú”.
–AMR: Una de las cosas que van a ser evidentemente cuestionadas es el hecho de no haber intentado en forma seria revisar el Anexo C antes de que se cumplan los 50 años. Está bien, es obligatorio a partir de esa fecha, a partir de que se cumplan 50 años de entrada en vigor el tratado. Pero se podría haber intentado, un buen tiempo antes inclusive, la fecha era setiembre del 2021, para que no ocurra esto que está ocurriendo hoy. Estamos con una central que no tiene tarifa, estamos en puertas del 2023, a dos, tres meses de que se comience a evaluar cuál va a ser la tarifa para el próximo año y, sin embargo, estamos con problemas que nosotros decimos “no, que se mantenga la tarifa del 2021″. Mientras que los brasileños dicen “no, se tiene que aplicar el Anexo C”. Entonces todo eso se pudo haber evitado en caso de que se hubiera revisado antes de la fecha del 14 de agosto del 2023. Ese va a ser el cuestionamiento más importante. ¿Por qué? Porque así como están las cosas vamos a llegar agosto del 2023 con una tarifa muy deprimida con relación a la del 2021. Entonces eso probablemente va a alejar la posibilidad de que se tengan ingresos adicionales que supuestamente provendrían de la totalidad del pago de la deuda y que ese dinero sobraría para que se pueda repartir, por hablar mal y pronto, entre ambos socios en torno a 1.000 millones de dólares por año. Eso es lo que se planteó y que se buscó de alguna manera sostener, lo cual yo siempre dije que eso es una cosa muy, muy difícil, pero bien se podría haber intentado llegar a un punto medio, cosa que no se hizo. O sea realmente acá hubo o existió una inacción por parte de las autoridades nacionales tal vez por diferentes motivos. Vaya uno a saber.
Pero esta es una de las cosas que se van a cuestionar a partir de la fecha en que se comience a revisar el Anexo C. Va a ser también muy difícil, Augusto, que se llene toda la expectativa. Siempre las negociaciones son criticadas, que se podía haber hecho esto, se podría haber hecho aquello y que al final no no se pudo realizar, ¿verdad? Entonces van a haber muchas. Se me hace muy difícil a mí tratar de adivinar alguna, verdad, pero van a existir y van a ser bastantes.
–ADS: Hay algo que empeora las cosas y en eso probablemente estamos metidos los medios, congresistas y actores políticos, y es el abandono de esta agenda de interés a consecuencia de que se instaló el canibalismo político y se olvidó la agenda de Itaipú. No sabemos lo que hacen los negociadores, todo el mundo abandonó la agenda. ¿No era la causa nacional? ¿Te preocupa no saber sobre el proceso de negociación?
–AMR: En rigor nunca existió negociación, pero sí sondeos y decirles a los brasileños “nosotros queremos esto tanto a nivel de director, a nivel de Itaipú como a nivel Consejo” y también lógicamente la Cancillería y los propios presidentes de ambos países se han encontrado y hablado al respecto. Pero nunca se instaló una mesa para negociar, donde ahí sí ya se formaliza y los resultados sí tienen que ser lógicamente respetados. Se ha designado personal de nuestro país para integrar, no precisamente como negociador, pero lógicamente eran los responsables de preparar todo lo que se requiere como para ir a una mesa de negociación, de tener claros los objetivos, las estrategias, los ejes sobre los cuales se va a ir a negociar, etcétera, etcétera. Cosa que está desde, a ver, fines del 2020, se tiene todo un trabajo realizado, lo hicieron varias comisiones, cuatro en total. Un trabajo muy bien hecho, muy bien realizado, gente muy experimentada, muy conocedora del tema, pero eso pasó a instancia del Gobierno. Después fue a dormir el sueño de los justos en el cajón de algún ministro.
–ADS: ¿Cómo puede cambiar eso?
– AMR: Y mira. Hoy, así como lo dijiste, hoy el tema en cuestión es lo político, no es el tema Itaipú ni por si acaso. Nos olvidamos de Itaipú y si nosotros nos olvidamos, los que están en los niveles de decisión del Gobierno con más razón, pues están muy enfrascados en una cuestión ya relacionada con las próximas elecciones.
FUERA DE LA AGENDA
–ADS: Lo cual es tremendamente funcional al Brasil.
–AMR: Y por lo menos están más tranquilos. O sea, podríamos haber estado buscando ya hablar con ellos un poco basados en los antecedentes que existen de Itaipú porque Itaipú no es que nació de un día para otro como por arte de magia, fue producto de negociaciones que llevaron muchísimo tiempo, donde se gastaron muchas obras, mucha tinta y que, bueno, finalmente se concretó, ¿verdad? Pero para eso tuvieron que haber insistido en los objetivos, plantear lo que se quería y así se consiguió Itaipú. La gente hoy critica, dice que ese tratado está mal, que le benefició a Brasil, etcétera, etcétera. Pero hay que conocer las raíces de esto y eso no fue nada nada fácil ahí. Hay testimonios de personas que estuvieron en el tema de que realmente demostraron que fueron negociaciones tortuosas, difíciles. Pucha, Paraguay llegó un momento que casi estuvo al borde de una guerra con el Brasil. ¿Te imaginás lo que podría haber sido eso en el año 65? Bueno, entonces producto de todo eso se comenzó a negociar y se logró, finalmente, después de mucho tiempo tener un tratado y sobre ese tratado construir lo que hoy es Itaipú. No hay que olvidarse de eso y no hay que bajarse de esa costumbre realmente muy recomendable de pedir, pero pedir con argumentos.
–ADS: El problema es cuando se produce este abandono de la agenda por parte del Gobierno, congresistas,actores políticos y los medios es que deja de operarse la presión de la opinión pública. Y al no existir presión de la opinión pública, sabés que los conejos salen a pasearse...¿Creés que hay algún (Enzo) Debernardi que pueda salvarnos de esta situación en el contexto del Gobierno?
–AMR: Ojalá estuviese Debernardi, sería una maravilla, ¿verdad? No, no tenemos, pero sí tenemos creo que varias personas desde el punto de vista técnico muy capacitadas como para ayudar en este emprendimiento. No sé cómo o en qué momento se va a hacer. Aparentemente, este gobierno ya bajó la guardia, ya no va a hacer absolutamente nada, va a esperar que llegue el 2023 y ahí sí va a ser algo que nunca jamás vas a poder recuperar, pensando que la conveniencia para nuestro país es que la tarifa sea relativamente elevada y que se puedan conseguir, digamos, ingresos adicionales de parte de Itaipú para las arcas del Estado relativamente importantes. Hablemos de 1.000 millones. Eso ya hay que olvidarse, con 500, 600 millones de dólares, 400 millones de dólares adicionales a los que ya se está recibiendo serían, realmente, muy bienvenidos para cualquier gobierno. Ahora, ¿quién lo va a hacer? Y ya va a ser el próximo gobierno.
–ADS: Y eso puede ir al devaluándose. Esto que decimos, para pasar a otro tema nomás, es una curiosa causa nacional que desapareció de la agenda, mientras que una causa nacional tendría que estar en primer lugar, siempre en la agenda. ¿Hasta cuándo las represas van a ser suficientes para que sigamos contando con energía en Paraguay?
–AMR: ¿Estamos hablando de las que tenemos hoy actualmente? Bueno, de acuerdo a estudios realizados por expertos en el tema de fuera de la Ande y de la propia Ande y que prácticamente coinciden, ¿verdad?, o sea, nosotros tenemos un crecimiento en torno a siete, ocho por ciento anual acumulado de la demanda de potencia, tendríamos hasta el 2030 aproximadamente. O sea, estamos aquí en la vuelta de la esquina. Estamos hablando de ocho años, nueve, diez si querés vamos al 2032 como una exageración. A partir de ahí ya todas las centrales hidroeléctricas que tenemos, ya sea Acaray, Yacyretá, Itaipú, todo lo que nos corresponde de esas centrales, ya no va a ser suficiente para atender la demanda de potencia, no energía, demanda de potencia.
–ADS: Aprovechemos la oportunidad para que en un minuto vuelvas a recordar la diferencia entre ambos conceptos.
–AMR: Sí, yo siempre pongo como ejemplo, o sea, te voy a dar un ejemplo práctico de un amigo que realmente suele hablar del tema.
–ADS: Potencia y energía.
–AMR: Una naranja. La naranja tiene un potencial de dar un determinado jugo. Eso es potencia. El jugo de naranja es la energía. Esa es una explicación, la más sencilla, yo suelo relacionar con requerir, transportar carga, entonces yo para transportar carga tengo dos opciones, o alquilo camiones y los tengo conmigo y uso, digamos, de acuerdo a mi criterio, o a las necesidades, y la otra cosa es cada vez que requiere un movimiento de carga pedir alquilado. Alquilar un vehículo para que lo lleve. Bueno, en el caso de Itaipú el alquiler de camiones sería el alquiler de potencia. Itaipú vende potencia, no vende energía. Sin embargo, el transporte a través de un alquiler es directamente de acuerdo a lo que se ha hecho y entonces eso sería energía. La energía, de acuerdo a lo que se consume, a lo que se gastó en realidad en el transporte de un lugar a otro de una determinada carga. Eso en la física le llaman trabajo y el trabajo es el equivalente a energía.
–ADS: Entonces qué, si sabemos que estamos llegando, estamos hablando del 2030 y estamos hablando entonces de siete años, ocho años. ¿Qué se puede hacer en ocho años como complemento a esta situación?
–AMR: Nosotros tenemos dos emprendimientos binacionales muy importantes. Los dos con Argentina. Uno es Corpus Christi, un antiguo proyecto, y otro el de Itatí-Itá Cora, también con la Argentina. Cualquiera de esos dos proyectos que decidan hacer, hoy hasta tenemos todo el estudio de impacto ambiental aprobado, que es uno de los problemas, sobre todo para Itatí-Itá Corá. El plebiscito está en contra, la provincia de Misiones (Argentina) está en contra de la construcción de Corpus. Vamos a suponer que se solucione todo, tenemos toda la cuestión preparada, nos va a llevar entre 12 y 14 años desde que comienza este momento que tenemos todo para terminar las centrales. O sea, estamos ya fuera de tiempo. Entonces hay que optar por cuestiones realizables en un tiempo menor. Una de ellas es la generación de alternativas y que realmente es algo que hay que investigar a fondo. Es lo relacionado con la generación fotovoltaica, o sea, todo lo que es energía solar, eso es lo más rápido que se puede hacer. No es lo mejor, pero sí es factible hacerlo.
OTRAS FUENTES DE ENERGÍA
–ADS: ¿Qué es lo que soporta la energía solar y qué es lo que no? ¿Qué es lo que se puede con la energía solar y qué es lo que no se va a poder nomás luego? O sea, ¿una fábrica metalúrgica vas a poder hacer con energía solar?
–AMR: Sí se puede, todo se puede, dependiendo de lo que se quiera gastar. En realidad el Brasil, por ejemplo, hoy tiene instaladas centrales fotovoltaicas que en su sumatoria equivalen a una Itaipú. O sea que nosotros podemos tener otra Itaipú si queremos, lo ponemos en el Chaco o en algún lugar, pero el grave problema es que la energía solar depende del sol y cuando no hay sol, te fuiste...
–ADS: ¿Y el sistema de almacenamiento?
–AMR: Necesariamente tiene que tener baterías.
–ADS: Una ponchada de baterías.
–AMR: Tienen prácticamente el mismo valor que los paneles solares los bancos de batería. O sea, estamos hablando de inversiones muy importantes, pero nosotros tenemos, hay otras aplicaciones también relacionadas más o menos con el almacenamiento. Pero nosotros tenemos que tener eso. ¿Pero cuál es nuestro problema? Nuestro problema es eso que hablé de demanda de potencia como lo comprometido, como lo que está comprometido en nuestro sistema, ¿verdad?, no todavía energía. Entonces, esa demanda de potencia viene en un determinado horario, que es el horario pico, que normalmente se viene a última hora de la tarde, entrada la noche, o de repente en enero o febrero, como fue este año en febrero, a la siesta. Entonces, en esos picos entrar a aportar energía solar, ¿verdad? Creo que se puede todavía manejar por un año con ese tipo de alternativa.
–ADS: Si tuviéramos que citar tres alternativas dentro de tu ranking de alternativas más fiables, ¿la primera sería la solar?
–AMR: Diría que no. Lo primero tendría que ser el desarrollo de un gasoducto que venga de Bolivia y que tal vez podamos extraer nuestro bendito gas que teóricamente tenemos en el Chaco. Pero pensar en un gasoducto va a ser mucho más seguro de lo que es la generación solar, que sería ya una segunda alternativa, y lo otro ya sería pensar en quemar combustibles fósiles, que sería lo último porque realmente no lo tenemos y tiene un efecto contaminante muy importante. Eso cada vez tiene más peso y los precios son exorbitantes.
LA SOBERANÍA ENERGÉTICA
–ADS: O sea, nuestra soberanía energética se va al bombo con eso.
–AMR: Y sí, pero a ver, yo creo que tenemos que acostumbrarnos a la idea no solamente de que tenemos que vender siempre energía, sino que debo ir pensando en adquirir también. De ahí viene todo un ejercicio y toda una cuestión que hay que desarrollar con los vecinos y no solamente con los vecinos porque la integración energética es fundamental.
–ADS: Paraguay no tiene ríos interiores que pudieran soportar una represa significativamente importante para el futuro.
–AMR: No, tiene varios ríos interiores que pueden producir energía eléctrica, pero no hay ninguna demasiado importante. Hay un estudio hecho por especialistas en el que llegaron a la conclusión de que si se suma todo lo que pueden producir nuestros ríos interiores, colocando como suelo decir turbinas hasta debajo de las canillas, estaríamos en torno a 1.000 megavatios lo que podemos producir en el país. Para dar una idea nomás de lo que significan 1.000 megavatios para el futuro. Ahora entre el año 2021 y el 2022 la demanda máxima creció en 406 megavatios en un año. Imaginate y estamos todavía alejados del 2030.
–ADS: ¿Ahí incluimos el río Paraguay también?
–AMR: En el río Paraguay es muy difícil porque es un río de llanura. Entonces probablemente se puedan obtener algunas cosas, pero a un costo extraordinariamente alto que probablemente no lo justifique.
–ADS: El Paraná es irremplazable entonces.
–AMR: El Paraná es único e irrepetible. Lastimosamente en estos últimos tiempos se vinieron sequías muy importantes, prácticamente después de casi 100 años se produce una sequía de ese tipo y el caudal no fue suficiente para cumplir con las exigencias de las dos centrales que tenemos sobre el río.
–ADS: Nunca hablamos de energía atómica, por ejemplo.
–AMR: Sí, pero no hay que descartar. Eso es más seguro. O sea, antes era todo un cuco, verdad, sobre todo después de Chernóbil, que creó un temor generalizado, pero cada vez hay más centrales nucleares con una altísima seguridad. ¿Por qué no? No hay que descartar. No hay que descartar absolutamente.
–ADS: Ingeniero, durante todo estos tiempos, desde el deslumbramiento por Itaipú y Yacyretá, se instaló ese mito de que Paraguay tiene suficiente provisión, pero su problema es el transporte, la energía. ¿Ese mito sigue vigente?
–AMR: En transmisión estamos bien, relativamente bien. Se mejoró con la presencia de las líneas de 500.000 voltios en el sistema. Antes no existían. Realmente eso ayudó y ayudó muchísimo. El problema hoy de Ande se centra más en la distribución que en la transmisión. Hay una segunda línea de 500 kV que va a salir de Itaipú y va a la subestación de Yguazú. Yo creo que faltaría mínimo una línea más que salga de Itaipú para decir “bueno, podemos llevar los 6.000 megavatios que nos corresponden”. Con dos líneas no vamos a poder retirar todavía esa cantidad. Faltaría invertir un poco en eso, ir pensando en eso. Aparentemente hay ya estudio al respecto y bueno, tenemos otra línea que viene de Yacyretá. En realidad de Yacyretá con una línea de 500 kV ya podríamos traer todo lo que nos corresponde ahora. En electricidad y en los sistemas eléctricos de potencia lo tremendamente importante es lo relacionado con la confiabilidad. Normalmente en los sistemas se usa un concepto que le dicen N menos 1. N es el número de elementos que componen un sistema. Entonces, a eso, a esos N elementos yo le quito 1 y no tendría que existir ningún problema, tendría que seguir funcionando como si nada. Bueno, entonces en nuestro caso, al decir N menos 1, quito una línea de 500 y se va todo al piso, ¿verdad? O sea que realmente no tenemos una confiabilidad adecuada en el sistema porque normalmente la confiabilidad implica la redundancia y la redundancia implica mayor inversión que no es redituable inmediatamente.
LA COMISIÓN GAS
–ADS: Entonces estamos a un poco más de un año de la definición de la etapa definitoria de Itaipú. Las preocupaciones están allí. Para redondear nada más esta charla, había una comisión asesora. ¿Esa comisión se sigue reuniendo o ya no se reúne?
–AMR: Esos grupos de trabajo que se habían conformado finalmente quedaron funcionando en la órbita de la Cancillería y le llamaban GAS (Grupo Asesor de Seguimiento). Más o menos así era el nombre. En la época del ministro Euclides (Acevedo) se reunieron una veintena de veces. Ahora, después que se fue el doctor Acevedo de la Cancillería, no sé si eso continúa. No se llegó a concretar nada, pero se reunían.
–ADS: No se llegó a concretar nada, pero se reunían. Esa expresión final me pone tenso.
–AMR: Y bueno, esa es la verdad. Se llegaron a acuerdos, esto es conveniente, vamos a atacar esto, vamos a ver ¿y después?
–ADS: ¿Cómo incidirá en este camino el debate privatizador tan fuerte en Brasil?
–AMR: No va a tener ninguna injerencia. De hecho que el Brasil tiene varias centrales ya privatizadas. Bueno, lo de Eletrobrás ahora se separa inclusive, o sea, se privatiza Eletrobrás, pero lo que es Itaipú pasa a depender de otro organismo creado para el efecto para todo lo que son binacionales y nucleares queda con esa nueva empresa creada. Y todavía continúa.
El mercado brasileño realmente, o sea el sector brasileño, es un modelo que en lo posible hay que seguir, el funcionamiento está muy bien estructurado. Entonces, se posibilita que entre cualquiera. Es más, los chinos tienen una presencia fuerte ya en el sector eléctrico brasileño. Hasta llegó un momento en que se preocuparon un poquito los brasileños. Decían “la pucha, y se vienen con todo”. Bueno, esos son los riesgos que se corren cuando se abre el mercado.