POR ESTEBAN AGUIRRE - @PANZOLOMEO

“Estar presente significa que aprendiste de tu ayer, sos dueño de tu hoy y no te apura el mañana. Estar presente significa que tu cabeza está analógica y digitalmente en el mismo lugar, que tu conciencia no anda vagabunda entre un scroll y otro, sino admirando con todos los sentidos ese lugar en donde te encuentra ‘el ahora’. Tu ahora. ‘Interné’ explora en una primera conversación amistosa los cuestionamientos de Silvero hacia la vida de Aguirre, desconectado de una red social disfrazada de app de mensajería: WhatsApp. Cómo se pasa de ser ‘raro’ a ser considerado un ‘paria social’ en solo cuestión de meses es el motivo de exploración principal de esta charla acerca de problemas que van más allá de que te haya marcado el ‘visto’”.

Con esta breve biografía nace el podcast “Interné”, del cual tengo el honor de ser parte.

Una idea que nació prepandemia y se curtió hasta comprender su propia necesidad pospandemia. Esto no es un chivo, es un simple “¡¿Qué piko lo que te pasa que todavía no escuchaste nuestro podcast chamiwis?!”. Entendiendo que no es nada nuevo bajo el sol la diría mi tía “Eso nio es radio en tu aparato celular nomás”, creo que la noveidea de un podcast, o como dad, desde quien se encuentra detrás del micrófono junto con un buen amigo con quien siempre hemos sostenido conversaciones dignas de decir “Nosotros necesitamos grabar este pensar en voz alta” (o como en realidad decimos “¡Jaja!, ¡alguien tiene que escuchar esta boludez!”), me parece que el gran descubrimiento es entrar en el ritmo de este formato de comunicación. El ejercicio de comunicar, con la duda de estar o no generando genuina y efectiva “comunicación”.

“Interné” es un espacio de pensamiento en donde Mike Silvero y yo logramos sostener una conversación en el tiempo, así de simple, así de complicado. Y tener la satisfacción de haber arrancado una idea en el 2020 que fue baleada por tiempos de aislamiento, lo cual irónicamente era idóneo para hacer un podcast, pero no era lo que nosotros queríamos ni habíamos soñado para nuestro podcast, lo nuestro era conexión analógica registrada digitalmente. No vernos no era una opción, y el aguante de 2 años hasta llegar entrar en ritmo nuevamente me pone tan feliz como uno se podría poner al darse cuenta que la amistad y la felicidad no solo son parientes, sino también son reales.

“¿Te acordás la pelota embarrada de nuestra alegría?

Se iba al vecino y el muro había que saltar.

Ahora, los chicos, a su muro suben porquerías.

Fotos de gatos, de perros y de su soledad.

Ya no sé si te gusta o me gusta o si sos feliz,

por lo menos mandame el gif de una Perdiz”.

A mi parecer, ese fragmento de la lírica “El gif de la Perdiz”, de Christian Kent, una canción comisionada para el propio podcast, que mejor resume la esencia detrás de la búsqueda de entender mejor, como autorrotulados “boomers” de centennials, como es que en realidad funciona está internet tan nê. Una internet que, como decía la tía Gladys, “internet alejó a los de cerca y acercó a los de lejos. Ahora que pienso, si tenés que seguir leyendo sobre esto es porque todavía no nos diste una chance de escucharnos.

“Ya no sé si ríes, si lloras, o si mentís, ni siquiera si sos la estrella de tu perfil.

Que amargo sabor tienen los tereré(s) cuando nadie los toma.

Los amigos son drogas baratas de mi vanidad”.