El artista ganó el primer premio en el Festival Holandés del Arpa. El cristalino tañir, el sonido único y probadamente universal de las 36 cuerdas paraguayas conmovió a público y jurado en las jornadas de clasificación. La música es una aventura feliz para este joven que hace confluir estilos y puede ejecutar arreglos tradicionales y volcar al arpa los lenguajes de ritmos latinoamericanos y del propio jazz generando un sonido amable y conmovedor. Aquí nos cuenta su buen momento.

Compartir la alegría es lo primero que quiere hacer Juanjo Corba­lán, este arpista de 30 años que acaba de ganar uno de los festivales más importantes para los ejecutantes de ese instrumento mágico en el mundo.

La variedad de proceden­cias, colores de las músicas del mundo, desfilan por este escenario de Utretch en el que tiene lugar el Festival Holandés del Arpa.

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Corbalán se hizo con los 5.000 euros del primer pre­mio, el segundo fue para Julie Rokseth, de Noruega (2.500 euros); y el tercero para Maria Sá Silva, de Portugal (1.500 euros), tras un largo y meticuloso proceso de cla­sificación.

Allí, junto a Víctor Álvarez en teclados, Lara Barreto en saxo alto y soprano y Seba Ramírez en batería y percu­sión, fueron conmoviendo a público y jurado hasta alcan­zar el máximo galardón.

“Comencé desde pequeño a los 7 años y mi primer profe­sor fue mi hermano Sixto”, recuerda desde los Países Bajos en diálogo con Nación Media. Después se fue per­feccionado con maestros de la talla de Diosnel Guerreño de Villeta; Tito Olmedo de Fer­nando de la Mora, Nicolás Caballero y Marcos Lucena.

“Después fui adquiriendo más conocimientos, fui avan­zando de manera autodidacta hasta que estudié en el con­servatorio, también con Car­los Schwartzman armonía y escritura y hasta hoy sigo en la Universidad Nacional de Música cursando desde el 2015 licenciatura en Música”, cuenta.

Asunceno, recuerda que “la mayor parte de mi vida pasé en Ñemby, pero hoy vivo en Limpio”, dice contando los días para venir a celebrar con los suyos.

–¿Qué sentís ante este pre­mio tan importante?

–La verdad es que estamos muy contentos, yo como arpista muy feliz por este logro que nos viene bien a todos los arpistas. Como paraguayos nos enorgullece haber llegado entre tantos músicos de muy alto nivel y con muy buenas propuestas que se hicieron en el marco de la competencia.

Quedamos como semifina­listas entre 6 arpistas, de Canadá, Noruega, Francia, Alemania, Portugal y noso­tros. Decidí llevar a mi grupo porque la mayoría iba con propuestas, todos tocaron con banda y sólo dos toca­ron solistas.

Vale decir que evalúan las propuestas musicales, cómo se encaran los proyectos, las composiciones, es una mirada integral.

–¿Qué te parece que llamó más la atención de la actuación de tu banda?

–Creo que fue la manera de encarar el instrumento den­tro de una agrupación como la que tengo donde el arpa dialoga con el piano, saxo y la batería y percusión, cómo se incorpora acústica y técnicamente, lo que me comentaron los jueces es que valoraron los arreglos, las melodías.

También fue esencial la música paraguaya, porque tocamos los tradicionales “Carreta Guy” o “Pájaro Campana” que dejamos para el final generando una explosión de sonoridades. Les mostré mi visión del fol­clore paraguayo y también la sonoridad de nuestra música tradicional paraguaya, sin hacerle tantos arreglos, haciendo el intento de que persistan los colores sonoros y creo que logramos.

Creo que lo que caracteriza a la música paraguaya es el ritmo alegre, contagiante y ese particular reflejo de nues­tro paisaje.

–¿Hay mucho de identidad en el sonido del arpa para­guaya y eso se registra, ver­dad?

–De alguna manera se con­firma eso y realmente nos motiva a seguir creando y aportando dentro de los pro­yectos musicales en el país y refleja el producto del creci­miento artístico de cada uno porque no sólo se refleja en nosotros sino en la mayoría de los artistas actuales en el país.

Hay muchas propuestas cul­turales que ya están listas para la exportación, es una pauta a que las entidades puedan comenzar a apoyar emprendimientos y proyec­tos culturales y artísticos que están listos. Echar el ojo para que se vea y promocione como un producto cultural.

–¿Se hizo difícil llegar, digo, tuvieron ayudas, colaboraciones?

–Por suerte sí, como se sabe somos todos artistas inde­pendientes así que para que todo esto pueda ocurrir, se hizo necesario. El festival pagaba un solo pasaje y la estadía de los cuatro artis­tas, así que había que conse­guir el resto. Metí muchas notas y anduve bastante después y por suerte tuve el apoyo del Ministerio de Rela­ciones Exteriores (MRE); la Municipalidad de Asunción y la Secretaría de Cultura, con los que logramos enla­zar actividades en el contexto de las fiestas patrias.

(NdR: Juanjo Corbalán y su cuarteto tocaron el 12/5 pasado en Bruselas, Bélgica y lo hará este 17/5 próximo en Lisboa, Portugal; y final­mente el 19/5 en Ginebra, Suiza, en conciertos pensa­dos para la colectividad para­guaya y público en general).

–¿Para cuándo el disco?

–En febrero de este año gra­bamos un disco que toda­vía no hemos lanzado pero ya inauguramos algunos de esos temas en el festival, pro­bablemente a la vuelta esta­remos haciendo un concierto para lanzarlo físicamente.

–Unas palabras sobre nues­tro festival del arpa, lo que significa para los artistas.

–Eventos de esa envergadura y trayectoria, ya tiene 15 años de edición, implican mucha dedicación de los organiza­dores, una trayectoria que ya merece atención y apoyo por­que se convirtió en un hito.

Previo a la pandemia era un evento que atrajo a turistas y amantes del instrumento, era un evento dentro del calendario que atrae a gente de otras ciudades, hay un montón de artistas benefi­ciados, arpistas, guitarristas, bajistas, técnicos de sonido, una cadena de profesiones que se mueven alrededor de un festival así. Mi experien­cia con el Ducth Harp Fes­tival (Festival Holandés de Arpas) me hizo ver tantas similitudes, aunque aquí la infraestructura es increí­ble que a lo mejor nosotros todavía no tenemos, pero vi lo que veía en el Festival Mundial del Arpa de nues­tro país, todos trabajando al unísono, el mismo clima, por eso es importante que se apoye esto para que se mueva la industria de la música.

–No es tu primera vez en Europa, ¿cómo vas viviendo estas experien­cias, te encontraste con arpistas paraguayos?

–Con mi hermano Sixto Cor­balán estuvimos en diversas ocasiones desde el 2010 den­tro del mundo de los festi­vales de arpa. Es la segunda vez que venimos a España y Portugal con el cuarteto ya que habíamos estado en el 2019. Estuvimos también por Brasil y Uruguay en una pequeña gira y ahora volve­mos en julio para hacer una gira por España y Portugal. Se aprende mucho girando.

Hasta el momento en esta gira no hemos encontrado, pero me ha tocado en algún momento estar en España con Severiano Gómez, que es discípulo de Nicola­sito Caballero y que sigue tocando en Madrid, me encontré con Rojas, con Fausto Franco en el Reino Unido, después algunos músicos de la camada más joven. En Hamburgo me crucé con Alberto Sánchez que vive allí, el instrumento fue siempre un trampolín, vinieron grupos a Europa que de repente se quedaron ya por aquí.

UN GRAN ORGULLO

  • Por Ana Scappini Ricciardi
  • Promotora cultural-Festival Mundial del Arpa

“¿En tiempos difíciles se cantará también? Se cantará también sobre los tiempos difíciles”, dijo el gran dramaturgo alemán Bertolt Brecht. Tomo estas palabras para que a pesar de los tiempos que vivimos hablemos de la alegría, de la música, del arte.

Me siento verdaderamente orgullosa de que Juanjo Corbalán, un joven arpista y compositor paraguayo, haya obtenido el 1er. premio en un concurso altamente competitivo como lo es el Dutch Harp Festival.

Desde el Festival Mundial del Arpa en el Para­guay celebramos con mucha emoción y ale­gría este logro que nos reafirma que estamos en el camino correcto, apostando siempre a la música con raíz y a la música con nuevas sono­ridades que está atada indisolublemente a esa raíz, a la identidad paraguaya.

Estoy feliz, es un logro demasiado importante que nos da, una vez más, el certificado de marca país para el arpa paraguaya, que es el instrumento símbolo de la identidad musical de nuestro país.

Con el festival este año celebramos 2 edicio­nes, una que acabamos de culminar con éxito correspondiente a la 14ª Edición que fue sólo con artistas paraguayos y la siguiente la 15ª tendrá lugar los días 7; 8 y 9 de octubre.

Celebrar 15 años de un festival que descansa sobre el arpa es un logro importante. Soste­ner un proyecto de esta naturaleza conlleva no pocos esfuerzos y mucha convicción, pero necesitamos que más instituciones, empresas y personas nos apoyen.

Hay demasiado talento y entusiasmo, nece­sitamos siempre un empujón más, en lo financiero, para poder desarrollar no sólo conciertos con artistas nacionales e interna­cionales, necesitamos talleres; clases magis­trales, conversatorios para enriquecer las creaciones y las experiencias. Necesitamos el cruce de los artistas para que todos ten­gan oportunidades de dejar en alto el nom­bre de nuestro país y esto no se puede hacer sin el compromiso de todos.

Quiero aprovechar este espacio para pedirles a las instituciones públicas y privadas que nos apoyen porque con logros como el de Juanjo los resultados están a la vista.

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