Este domingo Toni nos trae el recuerdo de grandes artistas por el Día de los Trabajadores, quienes laboraron silenciosamente en sus talleres particulares.

Muchas veces escu­chamos: “¿Sos artista? ¿Y en qué trabajás?”.

Eso me llevó a recordar a grandes creadores del Para­guay en el Día de los Traba­jadores; cuando el pintor de Asunción don Ignacio Núñez Soler caminaba por la ciudad con su sombrero y su moño, observándola, era parte del proceso de la realización de su obra, una labor que aportó de manera indiscutible al imagina­rio de la ciudad. Una de las piezas más importantes y explícitas sobre los traba­jadores es la serie “Opera­rio” del brasileño paraguayo Livio Abramo, realizada en 1932, que revela la militan­cia sindicalista del artista que desde los primeros años sesenta del siglo pasado decidió vivir en el Paraguay hasta el final de sus días.

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“Mujeres trabajadoras”. As. 1960. Olga Blinder.

LABORIOSAS MUJERES DEL ARTE

Los grandes grabados de la eximia Edith Jiménez fueron realizados en pesa­das prensas con olor a tinta industrial en su austero taller de la calle Fulgencio R. Moreno casi Iturbe, en titá­nicas semanas de encierro de trabajo, ayudada con el esfuerzo manual de su her­mano “Pitín” Jiménez, radio operador de la Guerra del Chaco. A unas ocho cuadras de ahí, Olga Blinder reali­zaba grabados en blanco y negro sobre mujeres trabaja­doras paraguayas, en las más diversas situaciones, en su pequeño taller del fondo de su hogar de la casa de la calle Teniente Fariña casi EEUU y a pocas cuadras, Ofelia Echagüe construía sus obras buscando una nueva figura­ción en el arte paraguayo.

Otra vecina de las citadas, doña Josefina Plá trabajaba incansablemente, empeñada en aportar al arte paraguayo en interminables horas junto a su vieja máquina de escribir, ayudada por su eterno secretario y en com­pañía de sus incontables gatos. Mientras tanto, en aquellas mismas décadas Leonor Cecotto trabajaba silenciosamente entre pin­turas, grabados y su taller de costura en su casa de O’Leary y Jejuí, una fachada que hasta hoy se encuentra intacta como diciéndonos “en esta esquina vivió una laboriosa artista”.

Livio Abramo. “Operario”. 1932.

FÁTIMA MARTINI Y LA SEÑORA EMPRESARIA

Los ejemplos de trabajado­res artistas visuales sobran. Como dice Fátima Martini: “Tal vez al estar ligado a la poesía y como se tiene el pre­concepto de que ello no está remunerado, se sigue escu­chando aquella vieja frase: ¿sos artista?, acto seguido la pregunta detonante: “Ah ¿y en qué trabajás?”, u otra muy conocida frase: “Feliz de vos, sos artista, ojalá yo pudiera serlo para vivir des­preocupado”.

Pero escuché otra peor de una señora empresaria hace poco en un medio: “Siempre le digo a mis funcionarios, que para relajarse tengan un hobby, por ejemplo el arte”. Tal vez lo haya dicho por desconocimiento o por un preconcepto, pero siem­pre estará en el recuerdo el denodado trabajo de aque­llos esforzados artistas, investigadores, apasiona­dos que aportaron, aportan y aportarán al imaginario visual del Paraguay, porque el “1 de mayo es también el día de los artistas”.


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