Max e Iggor Cavalera, los fundadores de Sepultura, iniciaron una gira celebrando los discos clásicos “Beneath The Remains” y “Arise” en el 2018. A principios del 2020, Max reveló planes para llevar la gira a los Estados Unidos, pero no se habían anunciado fechas antes de la pandemia. A pocos días de retomar el periplo por Norteamérica, Igor se sentó a conversar en exclusiva con La Nación.

  • Por Luis Ríos
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  • Jim Louvau/BBC/Markus Felix/
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Desde Reino Unido, Iggor se conecta a la videollamada. Su icó­nica barba de chiva ya tiene variables de gris. Claro, en setiembre cumple 52 años, pero todavía recuerda como si hubiera sido ayer cuando con sólo 13 años de edad, fundó con su hermano una banda que sacaría la cara por el metal sudamericano al mundo.

“Mi primera experiencia con la batería fue cuando tenía como seis o incluso siete años yendo a los partidos de fút­bol. Esa es mi primera expo­sición a tambores muy, muy fuertes. Fue en el estadio con gente haciendo batucadas. Creo que fue la primera vez que me di cuenta de lo fuerte que era el tambor porque tam­bién en el estadio se amplifica por el sonido de la multitud. Y ese fue mi primer amor con la batería. Fue en el estadio”, recuerda quien hoy es uno de los bateristas sudameri­canos más importantes de la historia. De esa forma, un joven Iggor se encargó de la batería y fue el responsable del sonido tribal de la banda en discos como “Roots” o “Chaos A.D.”, en donde apa­recen instrumentos típicos de la cultura musical brasileña entrelazados con las bases de Thrash Metal.

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CORAZÓN VERDE

Su amor por la música viene de la mano de otro amor, el fútbol. Tanto Iggor como Max son fanáticos del Pal­meiras de San Pablo (curio­samente, ellos son oriundos de Belo Horizonte). La actua­lidad del Verdão, que viene de ganar dos Copas Libertadores consecutivas, es algo que ale­gra bastante al músico. “Este momento es grandioso. Están jugando muy buen fútbol, no recuerdo haber visto un Pal­meiras tan fuerte en mucho tiempo”, sostiene.

En ese sentido, cree que hay mucho mérito del actual entrenador, Abel Ferreira. “Creo que el hecho de que tengan un entrenador por­tugués rompe esa menta­lidad de hacerse de menos ante equipos de otros luga­res fuera de Sudamérica. Abel es un muy buen entrenador y creo que también ayuda al equipo a aspirar un poco más y no conformarse con ser ‘un equipo local’, sino a buscar algo un poco más exponen­cial para que puedan hacer más cosas”, reflexiona.

Sobre cómo ve los partidos desde el Reino Unido, dice que se las arregla para verlos por internet. “A veces es un poco difícil, especialmente con los juegos de la Libertadores por­que son muy tarde en la noche y si es un juego importante, lo veo”, afirma. Palmeiras, actual bicampeón de la Copa Liber­tadores, mostró su chapa de gran candidato para este año. Justamente esta conversa­ción se dio al día siguiente de la victoria de su equipo que se impuso por 8 a 1 al Inde­pendiente Petrolero de Boli­via, tras ir perdiendo hasta el minuto 41 del primer tiempo. “Anoche solo me desperté y vi los resultados y luego miré el resumen con todos los aspec­tos más destacados y cosas así. Pero no me quedo despierto toda la noche para ver todos los partidos a menos que sea una final o algo especial”, reco­noce. “Nosotros estamos muy contentos, cuando estuve en América hace unos meses con Max, acabamos de ganar la segunda Copa Libertadores. Así fue, esa fue una gran fiesta para nosotros, así que todavía seguimos mucho el fútbol en todas partes”, agrega. La final contra el Chelsea, Gustavo Gómez y el mundial de Qatar

Chelsea y Palmeiras llegaron a la final del último Mundial de Clubes de la FIFA. Finalmente, un penal por mano de Luan, marcado por el VAR, le dio la chance a Kai Havertz de darle el título a los Blues en tiempo suplementario. Para nuestro entrevistado, ese partido fue una mezcla de no tener suerte con ciertas cosas. Una de esas es tener un mejor delantero para ese juego. “Chelsea tiene a alguien como (Romelu) Lukaku, que es una bestia. Es un jugador tan fuerte y creo que Palmeiras necesitaba algo así. Alguien que podría ser más poderoso en el frente, pero el partido estuvo muy cerca de llegar a penales”, añora.

Tampoco se guardó elogios para el capitán del Palmei­ras y la selección paraguaya. “Gustavo Gómez también es una bestia. Paraguay siempre tiene jugadores fuertes, juga­dores que tienen mucha per­sonalidad y mucho más de lo que creo que Brasil. En Brasil hay más de ‘showman’ de ‘jogo bonito’. Por lo general, cuando hablamos de alguien de Para­guay y sus equipos, creo que aportan ese material sólido, algo que es más cerebral, de una mentalidad de fuerte y es algo que es necesario para un buen equipo”, recalca.

¿Brasil campeón del mundo en Qatar? “Espero que no por­que a mí, realmente no me gustan los jugadores como Neymar, no me gusta su acti­tud y creo que necesitamos más jugadores que repre­senten a la gente y creo que él realmente no representa a la gente que da, creo que le da mala fama a Brasil”, revela de forma tajante. “Creo que esa es quizás la razón por la cual el equipo nacional de Brasil a veces extrañaba a jugado­res fuertes como los de Para­guay. Creo que el juego actual se vuelve demasiado suelto y no está lo suficientemente enfocado. Así que cuando está Neymar, no quiero que gane Brasil, quiero un equipo brasileño cuando seamos bue­nos, seamos buenos jugado­res, jugadores sólidos, como Dudú u otros a quienes aprecio no solo por su estilo futbolís­tico sino también su actitud. Odio la actitud de Neymar”, se explaya. Si tuviera que ele­gir entre el fútbol o la música, dice que siempre optaría por su arte. “Creo que al final del día soy más una persona de música que de fútbol. Por supuesto, hay momentos en los que te desconectas de la música y solo te concentras en ver un buen partido de fútbol. Genial. Pero en mis 24 horas, por lo general, 23 horas serán de música”, sentencia.

LA MÚSICA EN EL 2022

Los fundadores y ex miem­bros de Sepultura han anun­ciado una gira norteameri­cana en la que tocarán temas de los clásicos disco del grupo “Beneath The Remains” y “Arise”. Acompañando a la pareja estarán el bajista de Soulfly Mike Leon y el gui­tarrista de Possessed, Daniel González.

“Beneath the Remains” es el tercer álbum de estudio de Sepultura. Fue publicado en 1989. Era su primer álbum editado por Roadrunner Records. El álbum ha ven­dido más de 600.000 copias en el mundo. Es para muchos seguidores del thrash metal, uno de los mejores álbumes del género de finales de los 80 fuera de Estados Unidos.

“Ya tocábamos esta gira antes de la pandemia. La hicimos en Europa, fuimos a Australia y dimos algunos conciertos en América del Sur. Así que este es el tiempo que vamos a hacerlo en los Estados Unidos. Desa­fortunadamente, no pudimos hacerlo de inmediato porque todo se cerró. Así que ahora vamos a regresar para termi­nar esta gira allí”, relata.

“Arise” presenta por primera vez su incursión en los sonidos del metal industrial, el har­dcore punk y la percusión latina. La gira promocional –que fue la más larga de la banda hasta ese momento– estuvo compuesta de 220 con­ciertos en 39 países diferen­tes. Durante esta gira, “Arise” fue disco de oro en Indone­sia, la primera certificación de Sepultura en su carrera. “Es muy divertido tocar esos dos discos. Esos son discos que son muy especiales para mí y para Max, y realmente disfrutamos tocar esas can­ciones. Creo que al final del día es muy divertido que cual­quier otra cosa. Nos lo pasa­mos muy bien tocando esas canciones y eso es algo de lo que estamos muy orgullosos”, atesora. Para llevar a cabo esta gira y darle ese toque parti­cular a esas canciones que son tan especiales para ellos, necesitan tener un equipo muy especial con ellos. “Esta vez vamos a contar con Mike León que ya toca con SoulFly y conoce bien a Max. Luego también tenemos a Dan Gon­zález, de Possessed. Estos dos son músicos increíbles, por lo que será muy divertido com­partir el escenario con ellos”, afirma entusiasmado con el nuevo equipo.

LA MÚSICA ELECTRÓNICA

Además de dedicarse al Thrash metal, Iggor es amante de la música hip hop, formando parte del dúo de DJ’s Mixhell junto con su esposa Laima Leyton. La pareja ha estado produciendo y actuando jun­tos desde el 2004 y han rea­lizado giras por Europa y los Estados Unidos. Desde el 2007, después de colabo­rar con artistas como Diplo, MSTRKRFT, 2manydjs y DJ Hell, entre otros, han cons­truido una sólida carrera en la música electrónica a nivel underground.

“Me gustan diferentes esti­los de música. Siempre me ha interesado experimentar con sonidos elec­trónicos. Y eso puede significar cualquier cosa, desde música industrial, cosas demasiado pesadas con programación y sonidos electrónicos, pero también hip hop. Por supuesto, todas esas cosas que trato de incor­porar en la forma en que toco mi batería y también trato de traer algunos de esos elemen­tos de un lado a otro”, ilustra sobre sus influencias. Tanto él como su hermano siem­pre tuvieron la idea de tocar metal siendo tan extremos como pudieran, pero también escuchando estilos de música que son diferentes al metal. “Eso es algo en lo que siem­pre hemos tenido una mente muy abierta al respecto y con­sidero que es importante también. Entonces no solo estás estancado en una cosa. Siempre te estás moviendo a través de diferen­tes estilos y pue­des traer algunas de esas influencias”, recalca. Sobre si recibió críticas de parte de los metaleros por explorar esta faceta en su carrera, dice que es inevita­ble. “En el momento en que lanzamos un demo ya ‘nos vendimos completamente’, no hay escapatoria. Como si fueras una banda totalmente underground, si hiciste una demo para algunas perso­nas, ya te vendiste, ya no estás haciendo algo que sea under­ground”, afirma entre risas. Él cree que estas cuestiones no construyen y por ende no le presta atención.

“Creo que es algo que no es necesario realmente porque si le prestas demasiada atención a esos detalles, terminas sin expresarte, te da miedo hacer cosas nuevas, te da miedo pro­bar cosas diferentes. Eso es algo que siempre empujamos desde Sepultura hasta Cavalera Conspiracy. Siempre empuja­mos hacia cosas diferentes y no tenemos miedo de experimen­tar. Es algo que es parte de nues­tra historia”, sostiene.

LOS HERMANOS SEAN UNIDOS

Max e Iggor tienen una larga historia de compartir ideas y para ellos siempre es bueno tener diferentes personas que los acompañen con ese viaje. Irónicamente, hoy la vida los pone en diferentes partes del mundo ya que Max está radi­cado en Estados Unidos en tanto que su hermano sentó bases en las islas británicas.

“Max vive en Phoenix, yo vivo en Londres. Nos jun­tamos cuando necesitamos hacer cosas, cuando necesita­mos trabajar y hacer cosas así. Claro que nos visitamos, pero normalmente nuestro día a día es muy diferente, porque somos mayores, tenemos familias y tenemos otras cosas. Es muy diferente a cuando éramos ado­lescentes y solo ensayábamos todos los días e íbamos al estu­dio”, desataca sobre la actuali­dad en la que ambos hermanos ya sobrepasaron el medio siglo de vida. Para Iggor es una vida muy diferente, pero también es una muy buena relación por­que se dan espacio entre ellos para estar con sus familias y hacer otras cosas además del trabajo. Recordemos que la relación entre estos herma­nos estuvo cortada por casi 10 años desde que Max deci­dió abandonar Sepultura a mediados de la década de los 90, hasta su reconciliación alrededor del 2005 y coin­cidiendo con la salida del menor de los Cavalera de la banda que fundaron juntos.

“Creo que es importante respe­tarnos unos a otros. También sabemos que somos muy dife­rentes y a su vez, por esa razón trabajamos tan bien juntos, porque no somos el mismo tipo de personas. Nos complemen­tamos de muchas maneras dife­rentes. Pero como cualquier otra relación tienes altiba­jos. No todo son flores todo el tiempo. No es todo perfecto”, subraya. Desde una perspec­tiva social, el vínculo entre los hermanos se ve como una ins­titución, como algo indisoluble. De hecho, mucha gente tiene en esas figuras su apoyo cotidiano y ese referente habitual con el que compartir confidencias, problemas y momentos enri­quecedores. “Todas esas cosas son importantes, pero también llega una edad en la que empie­zas a darte cuenta de que no vale la pena tener drama, peleas y cosas así. Necesitas disfrutar esos momentos juntos y eso es lo que hacemos”, acota Iggor sobre la relación laboral y per­sonal con su hermano.

Iggor Cavalera finaliza diciendo que tiene un vín­culo muy fuerte con Para­guay debido a los mensa­jes que recibe de los fans y el buen recuerdo de aquel show con Cavalera Conspiracy en el 2015. “Estamos buscando hacer otra gira en América del Sur muy pronto. Con suerte, con las cosas un poco más abiertas que en este momento. Así que espero que volvamos a tocar en Paraguay. Max y yo tenemos mucho amor no solo por Paraguay, sino por Amé­rica del Sur y Central en general nos sentimos muy conectados. Así que espero que volvamos pronto”, cierra. Los hermanos Cavalera son definitivamente leyendas para la música suda­mericana en general. Pudieron poner el nombre de sus bandas al lado de las principales del género en festivales alrededor del mundo. Fueron atracciones principales fuera de Brasil. En Paraguay su música es escu­chada –y respetada– por fans que esperan tanto una vuelta de ellos como una posible reu­nión con Sepultura.

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