Luego de dos largos años de calles vacías y silencio, este Viernes Santo regresó la luz de los candiles a iluminar la fe del pueblo que volvió a caminar la senda marcada en una procesión emocionante. Este año, Tañarandy recuperó su pasión en una noche inolvidable, cuando se cumplieron 30 años de la primera edición de esa majestuosa obra, que une sentimiento popular y arte bajo la inspiración del artista “Koki” Ruiz. Fue la primera vez que la imagen de la Virgen de los Dolores –o Dolorosa– llegó a Tañarandy en medio de una procesión maravillosa, rodeada de niñas y jóvenes ataviados con los colores de María para “encontrarse” con su hijo amado en la imagen del Cristo de las Reducciones, una imagen que tendría unos 400 años. Las luces del fuego de las antorchas, las innumerables estrellas de los candiles y, sobre todo, la emoción de miles de personas acompañaron ese encuentro que simboliza el dolor por lo perdido, pero la esperanza de que el amor infinito todo lo puede.

  • Fotos: JORGE JARA - RENÉ GONZÁLEZ


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