PorJimmi María Peralta Rodríguez
Emma Sofía, la niña baterista que sorprende y conquista a todos, habló con La Nación – Nación Media y comentó sus sueños, su rutina de estudio y sobre cómo llegó al instrumento que hoy la acompaña todos los días.
“Yo estudio canto desde los 6 años, desde los 7 empecé a tocar batería. Siempre me gustó mucho la batería, cuando era así, muy chica luego, me solían regalar baterías chiquititas, pero cuando eso me gustaban más los instrumentos como el piano. Pero un día me fui a la casa de mi abuela, y mi tío estaba tocando la batería, entonces, fui a probar. Le dije ‘tío, ¿cómo se hace esto?’¿y eso qué es?, ¿y eso?, ¿y eso? y él me mostraba las cosas básicas, y me salían. Entonces ahí empecé a estudiar”, comenta Emma Sofia Peralta, la niña baterista que se destacó en las últimas semanas por la forma en la que persigue sus sueños con la música y se puso en boca de casi todos.
La niñez es ese lugar desde donde los deseos y los quereres están a la vuelta de la esquina, donde lo difícil es solo un pasito, donde los obstáculos son palabras ajenas, y es por eso que desde ahí, desde la niñez, nacen los más grandes sueños, y es desde donde Emma, entre juego y disciplina, se abre camino en la música.
Tiene nueve años, dos temas grabados que compuso con sus padres y un plan de cómo llegar a lo que quiere. Emma, que tomó notoriedad en el contexto previo al Festival Asunciónico, tiene parcelada la mitad del estar de su casa con sus baterías, un rincón de fotos y recuerdos, parches repartidos sobre las sillas libres, palillos y otros instrumentos para practicar con su papá, Julio.
“Siempre me gusta ver a los que tocan la batería, así, porque se nota que disfrutan luego, cada golpe que dan parece que revientan todo”, dice la pequeña, sentada a unos metros de su instrumento.
Va a la escuela gran parte del día, sin embargo, la batería es su compañera de cada tarde. “Si quiere tocar 15 minutos, toca 15 minutos, y otras veces está horas, y otras no quiere tocar”, explica Amalia, su mamá. “Muchas veces incluso tuvimos charlas con ella, le decimos ‘mira, ¿vos querés estar haciendo esto?, porque si es así, entonces nosotros vamos a tener que exigirte de vez en cuando para que puedas alcanzar lo que querés”, agregó.
“A mí siempre me gustó luego un poco el estilo como el de Foo Fighters, o sea, no es que solo desde que empecé a tocar la batería, siempre me gustó un poco, pero cuando empecé a tocar me di cuenta que era más ‘purete’, porque entendía la batería”, habla Emma sobre cómo vive su vínculo con la música.
Emma tiene amigos que también ejecutan instrumentos, pero sus dos mayores cómplices los tiene en la casa, Julio y Amalia, sus padres, quienes son cercanos a la música y que hacen de sostén para que el sueño de su hija se vaya haciendo realidad.
“La verdad es que hay más nenes tocando la batería y la guitarra, y se cree que las nenas no pueden, que no sé qué cuánto, pero yo demuestro lo contrario”, sentenció.
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“En el futuro me gustaría tener una banda. Me parece más divertido que poner nomás la pista porque la pista no estudio, siempre es así, igualito, y cuando es con banda se modifican cosas diferente, es más divertido”, explica.
Emma planea lanzar su tercera canción este año y ampliar su repertorio con más composiciones de Foo Fighters, su banda favorita. Su cercanía con la música también incluye el canto, una disciplina que también estudia y donde tiene otros referentes como Pink, Lady Gaga y Dua lipa. “Otra cosa también que me gusta mucho hacer es que yo hago patinaje artístico. Y con eso me gustaría lograr así, competir, ganar. Es, aparte de la música, de una de las cosas más importantes para mí”, agregó.