“Ya no me interesa demasiado esa gran revolución, sino que esa pequeña revolución”
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POR JINMMY MARÍA PERALTA
El cantautor paraguayo se encuentra grabando junto a Lito Vitale en Buenos Aires, luego de concluir una colaboración con Juan Carlos Baglietto.
“¿Cuánto puede transformar el mundo una canción?”, se preguntaban. La idea del canto comprometido en Latinoamérica parece haber sido devorada por el tiempo, o puesta en reposo bajo la sombra de los fracasos de los intentos de mundo nunca mejor, mientras, en el escenario, hoy casi todo es purpurina, estallidos y seducción. Hubo un tiempo en el que se creía que la canción era un arma, pero no solo lo creían aquellos que con guitarra en mano que se escondían de la policía, sino también el mismo poder lo creía, y se prohibían canciones y conciertos, se exiliaban voces, se secuestraban instrumentos, y se mataba a algún que otro trovador en estadios.
Con las reconfiguraciones políticas, la canción de protesta fue juzgada como anacrónica, pero al parecer ella no solo resiste ante el sistema, también resiste al olvido y al estanco.
Hugo Ferreira, miembro del recordado movimiento cultural Canción Social Urbana, desde su hogar actual, Montevideo, bosqueja y ejecuta su plan de resistir con la canción, su herramienta de trabajo y de vida, varios discos después de sus inicios, la voz no se apaga y en su nuevo país logra abrirse puertas a fuerza de sueños y osadía.
“Con esto de la pandemia se retomó un poco eso de buscar la canción más pura, por decirlo así es. Volver a los referentes. A mí por lo menos me pasó ese proceso”, explica Hugo, desde Uruguay.
Él separa música de entretenimiento. La música es para él un arte que se vincula con lo real del ser humano, con sentimientos, por fuera la producción de un bien de consumo, a lo que llama en este caso entretenimiento.
Ferreira grabó en los últimos meses con Hugo Fattorusso un candombe, uno de los músicos más importantes de Uruguay. Recientemente arrancó un nuevo proyecto de tres canciones con el reconocido pianista y productor argentino Lito Vitale, una de ellas la canta con el talentoso Juan Carlos Baglietto.
“Juan y Lito son realmente tipos muy grandes, que ya están más allá del bien y del mal, ¿verdad? O sea, no sé cómo decirlo, Vitale ya tocó con absolutamente todos los músicos de la Argentina, Juan cantó con todos”, comenta Hugo.
Los temas para un disco nuevo de Hugo ya están compuestos, pero la producción de ellos se va haciendo en tanto se crea un plan y se lo ejecuta. Se van grabando por ahora entre Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay. El cantautor paraguayo se gestiona en solitario, y ha recurrido a la virtualidad con canal para contactar con estos referentes del arte del Río de la Plata.
“Le mandé primero una música, y le gustó mucho. Ahora ya son tres canciones las que voy a grabar con Lito, una de ellas la grabé con Juan Carlos”, agregó.
Ambos músicos argentinos formaron parte de la segunda generación de nuevos de artistas de la metrópoli porteña que emergió a comienzos de los ‘80. Baglietto perteneció a lo que se conoce como La trova rosarina, y que desembarcó en Buenos Aires con un disco producido por quien fuera por entonces su pianista, Fito Páez.
“La sombra del águila”, “Profundo”, “Claro y fuerte”, “Delitos y fantasmas” y “Vacíos” son los títulos de todos discos lanzados por Hugo. El nuevo proyecto se va forjando en tanto el cantautor aún no decide si recurrirá o no a la presentación de un material en formato físico, o si solo publicará las canciones de manera individual a través de las plataformas musicales. Pero ya tiene comprometida la grabación de un tema más con Fernando Cabrera y la colaboración de Alejandro Dolina en un texto.
La canción resiste en todos los formatos, también desde el candombe con Hugo Fattorusso. (foto: gentileza)
UN HOMENAJE A LA TROVA
A fines de los ‘90, Hugo, Aldo Meza y Víctor Riveros crearon Canción Social Urbana, buscando ser la renovación del Nuevo Cancionero, que en los ‘70 tuvo una incidencia política y cultural dentro de la sociedad paraguaya, con letras de Maneco Galeano y Carlos Noguera, se lucían como en un campo de batalla grupos como Vocal Dos, Ñamandu y Sembrador.
Aquel proyecto de cantautores que arrancaba a una década del surgimiento del Paraguay democrático, tuvo también como inspiración a creadores e intérpretes de la canción latinoamericana.
“Esta canción que grabamos con Baglietto también es un homenaje a la trova rosarina, que está cumpliendo ahora 40 años. Yo soy como un músico fuera de su tiempo que canta canciones de antes”, señala el paraguayo.
IDEALISMO Y LA CANCIÓN
“Ya no me interesa demasiado esa gran revolución, sino que esa pequeña revolución”, comenta Hugo, al hacer referencia respecto a la tensión de idealismo y pragmatismo ya casi inexistente por la supremacía de este último, tanto en la sociedad como en la creación artística.
Una mirada de añoranza tiñe la canción que finalmente reafirma su condición de resistencia en el arte mismo de crear e interpretar canciones.
“La canción habla eso, finalmente no es una queja. Aunque pareciera ser que hay algo de rabia por la derrota de ese idealismo de otros tiempos cuando dice, ‘¿a dónde fue, dónde quedó?’, pero, al final, termina diciendo otra vez, ‘no queda más que reincidir y delirar en este asunto de cantar’”, finalizó.
La guitarra es la eterna compañera del cantautor que tiene como balas precisas la palabra. (foto: gentileza)Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto compartieron estudio junto a Hugo Ferreira. (foto: gentileza)
Hugo Ferreira: “Hay que potenciar la industria cultural como política internacional”
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Fotos: Cristóbal Núñez
En este “Expresso” a puro guitarreo y canción, Augusto dos Santos recibe al cantautor, abogado y diplomático Hugo Ferreira, quien recientemente ganó el primer premio en un concurso municipal de composición de guaranias. Ferreira repasa los inicios de su carrera, sus influencias, los nuevos desafíos de la canción testimonial y enfatiza la importancia de promover la industria cultural como política de proyección a nivel internacional.
–Si tuviéramos que bucear en los orígenes del Hugo Ferreira cantante, músico y creador, ¿a qué tendríamos que atribuir?
–Y en realidad al colegio, a una búsqueda del lugar del mundo del uno. Hay algunos que jugaban fútbol, básquetbol, a algunos se les daba por bailar, etc., etc., y bueno, yo no estaba encontrando nada. Como mi papá tocaba la guitarra en casa, dije “capaz que por este lado”. Y, bueno, así empezó.
–¿A esta altura ya te pasa que empezás a percibir que alguien está cantando o está hablando de una canción y no sabe que lo escribiste vos?
–Ojalá más, pero sí. Había una frase que decía Facundo Cabral que cuando ya nadie sabe el autor de tu canción, es cuando llega la gloria. Me pasa mucho con “Crecimos”, que es una canción que la escribí en el colegio, que es para la época del colegio y últimamente con “Mi país”. De la voz de Ricardo (Flecha) especialmente y también de otra gente que la escucha y la canta.
FACETA DIPLOMÁTICA
–¿Cuál es tu tarea en el ámbito diplomático?
–Yo estoy trabajando en la Embajada de Paraguay en Uruguay. Ahí me encargo de los temas que tienen que ver con el Mercosur.
–¿De formación sos abogado?
–Soy abogado y estudié Relaciones Internacionales y Administración Pública en España en un máster hace casi 20 años ya. Y bueno, siempre estuve vinculado a lo que tenga que ver con relaciones internacionales, organizaciones sociales, políticas.
–En cuanto a lo que es la diplomacia cultural, que existe, que se nota, da la impresión de que siempre se puede hacer mucho más al respecto de eso, ¿no?
–Sí, yo creo que es un proceso también de identificación nacional dentro de una larga historia con varios capítulos. Está la historia de la independencia, de la guerra, la posguerra, la dictadura, la democracia, etc. Y creo que hubo varias aristas desde las cuales se enfocó la identidad cultural de Paraguay. Y creo que ahora, con este tiempo de democracia más larga, se está encontrando un lenguaje común que tiene que ver mucho, por ejemplo, con la guarania, tiene que ver con el guaraní, tiene que ver con el mismo desarrollo urbano de Paraguay y sus expresiones culturales y artísticas. Eso está empezando a llamar la atención a nivel internacional y está generando interés no solamente desde el punto de vista cultural meramente, sino de las industrias culturales mismas y se está mirando un poquito hacia Paraguay. Potenciar eso como política internacional es muy interesante porque genera un rédito genuino.
ECLOSIÓN
–En qué momento te ubicás al respecto de toda esa historia que vino antes de vos con gigantes como Maneco Galeano y compañía.
–Nosotros somos los Salieris del nuevo cancionero. Hay mucha gente que surgió a finales de los 90, 2000 básicamente, especialmente Aldo Mesa y Víctor Riveros que estuvieron conmigo cuando la música urbana todavía no era reguetón (risas). Queríamos darle ese carácter porque en esa época la música estaba muy identificada con la realidad campesina, con ese discurso muy de la tierra, de la lucha del campo. Entonces, si bien el nuevo cancionero ya empezó a tocar temas que tenían que ver con la dictadura, la canción contestataria a esa realidad, nosotros tomamos ese hilo del nuevo cancionero con referentes como (Carlos) Noguera, Maneco, Jorge Garbet, Ñamandú, Sembrador, todos los grandes. Y tratamos de sumar.
–Hablanos de cómo se formó ese movimiento.
–Hubo una especie de vacío en los 90 hasta el 97, 99 más o menos. No hubo casi nada nuevo, por lo menos que llamara la atención, desde lo último de Maneco, desde lo último de Ñamandú. Hay que mencionar a Rolando Chaparro porque él siempre fue como un hilo conductor. Rolando y Alberto Rodas. Son tipos que nunca dejaron de cantar desde el nuevo cancionero, fueron parte del nuevo cancionero y dieron un impulso a lo que fue la nueva música después. Siempre me acuerdo de ellos porque somos muy ingratos a veces y nos olvidamos del peso gigante de canciones como “Polcarera de los lobos”.
–¿Cuánto tiempo duró canción social urbana?
–Y dura todavía... Hasta que Mesa se fue a Uruguay, Víctor siguió grabando, pero creo que los tiempos también cambiaron. Fue una época en la que había mucho el tema de los festivales, de los proyectos que tenían que ver con la canción popular y demás. Y creo que llegó un momento en que dijimos “misión cumplida”. Ahora sigamos como amigos y colaboradores, pero no hace falta que toquemos los tres juntos todo el tiempo. Hubo un momento en que se pensaba que éramos un grupo y en realidad lo que queríamos era un movimiento y vincular a más gente. Estuvo en su momento Ulises Silva, Yenia Rivarola, no formando parte del movimiento, pero sí vinculándonos y haciendo ruido con esa gente. David Portillo...
–Ya después de ustedes vendrían Cristian Silva y otros.
–La siguiente camada y ya empieza más a diversificarse, entra la gente de La Secreta, aunque ellos son ya veteranos como nosotros, pero empezaron a hacer cosas nuevas. Entra Cristian, mi hermano también, Juanma Ferreira y mujeres también.
–Y en términos de matices, de tonadas, de estilos musicales, ¿qué se ve en todo ese tiempo de los 90 hasta principios de 2000? ¿Canciones era el género?
–Sí, la canción de autor más vinculada a la nueva trova era todavía lo que se hacía en los 90 tardíamente en Paraguay, porque esa ya era una cuestión setentosa, ochentosa en la región.
INFLUENCIAS
–Si tuviera que pedir tres referentes tuyos, Silvio Rodríguez estaría indudablemente.
–Aunque yo varío un poco de lo que es lo tradicional, aunque la gente me escucha y me dice es la misma voz de Silvio, pero en realidad es una mezcla de eso, también de (Juan Carlos) Baglietto y mucho de la trova rosarina que tenía esa forma de cantar.
–¿Quiénes serían tu podio en términos de referentes para vos?
–Alberto Cortez me parece exquisito en su letra, en sus composiciones. Ha escrito sobre absolutamente todo, cantaba con una pasión impresionante y a mí me quedó muy grabado lo de él. Me cuesta hacerte un podio, pero seguro está Alberto, seguro está Silvio, seguro está (Luis Eduardo) Aute, seguro está (Joan Manuel) Serrat. Y después nuevos por la cercanía de edad y porque me tocó conocerlos. Soy un admirador tardío de (Joaquín) Sabina por ejemplo. (Jorge) Drexler, Ismael Serrano.
–¿Cuáles son algunas colaboraciones que te resultan inolvidables o importantes en tu camino?
–La primera vez que me jugué, porque siempre fui medio cara dura, pedir directamente a alguien, siendo bastante desconocido, o sea, totalmente desconocido en algunos lugares, fue con Drexler. Drexler grabó conmigo en 2003 y me dijo “encantadísimo”.
–¿Qué otras colaboraciones recordás?
–Después vino Ismael Serrano, otro gran referente para mí, a quien admiro hasta ahora muchísimo. Coincidimos mucho en formas de escribir, de encarar la canción desde la letra y una sensibilidad genial. Con Ismael fue complicado porque nuestras tonalidades son muy dispares. Después en ese mismo disco está Frank Delgado, también un trovador cubano, de la novísima trova, canta un tema dedicado al Che, una salsa que Willy (Suchar) arregló, que tiene la particularidad que la parte de tamborín lo llevé a Cuba para grabar con Frank. En realidad en esa época era medio todavía raro. No era demasiado usual el tema de las invitaciones y las colaboraciones.
REINVENCIÓN
–¿Qué se canta a partir de los 2000?
–Hay temas universales, por ejemplo la pobreza, la desigualdad. La canción justamente cambia a partir de irreverentes como Sabina. La canción de amor misma se vuelve una canción testimonial a veces porque se reinventa ese romanticismo, un trasegar de la lírica muy pura a esa lírica más sarcástica, a una canción un poco más inteligente. Yo creo que lo testimonial o la protesta entre comillas pasa por la reinvención de esa protesta a factores sociales mucho más complejos. El enemigo es más difuso, antes era la dictadura, ahora está en todas partes.
–Tuviste una premiación muy importante en estos días que tiene que ver con la guarania, ¿no?
–Sí, una guarania para Asunción, una canción que trata de hacer una canción más para Asunción, pero diciendo un poquito más de actualidad. Gané el primer puesto de la categoría de guarania tradicional. Hay otra categoría que era guarania moderna, como fusión. Me fui por lo tradicional y por suerte gané. Vamos a ver si se difunde lo suficiente para que se escuche.
MARGINALIDAD
–¿Cómo te llevás con esta irrupción casi hegemónica de nuevos ritmos como el reguetón?
–Quizás es cíclico. Tiene mucho que ver con factores como la tecnología, el acceso masivo, la inteligencia artificial, que hace que cualquiera pueda hacer una canción hoy en día. O sea, balbucea algo, te afina. Si escribís algo y no te sale bien, la inteligencia artificial te hace rimar lo que estás pensando. Fito Páez decía que es inútil enfrentarse a algo que es hegemónico. Aparte, la canción de autor y la canción testimonial, eso lo decía Caetano Veloso, siempre vamos a ser marginales, pero marginales en el sentido lato de la palabra. Siempre vamos a ser para un público muy chico. Si sos cantautor y querés ser masivo, te equivocaste de carrera. Luis Miguel por ejemplo es un tipo que nunca jamás va a hacer reguetón y ni en inglés quiere cantar él, él se mantuvo en su postura. Claro, estamos hablando de un genio, el mejor cantante para mí, el mejor cantante de música en castellano de la historia. Y otros tipos como Serrat que no van a ceder. Sin embargo, hay otros melódicos, por ejemplo, que tuvieron que hacer eso para sobrevivir.
–¿Quiénes, por ejemplo?
–Estamos hablando de Luis Fonsi, de David Bisbal. Gente que tuvo un éxito rotundo en los 2000 y para seguir viviendo tuvieron que hacer reguetón o juntarse con Daddy Yankee, juntarse con Fulanito para poder seguir comiendo. Charlie García decía y Fito lo confirmó que la música es melodía, armonía y ritmo, pero hoy en día solo tienen ritmo. El reguetón es ritmo y letra. Entonces le faltan como dos elementos para ser música. Es entretenimiento, es expresión cultural, eso nadie niega. Ahora, no sé si es música técnicamente, quizás es ritmo, quizás es una expresión cultural rítmica. La música en sentido estricto es melodía, armonía y ritmo, y ahí se va mezclando, siempre fue así.
–En estos últimos tiempos tuviste unas colaboraciones muy potentes que te reivindicaron un poco con la historia de tus propios referentes, ¿no?
–El hecho de estar en Uruguay y también un poco la pandemia que bajó los precios de muchas cosas, de estudio, de grabación, de costo de músico y demás, en su momento me llevó a estar más cerca de referentes muy importantes en mi historia de la música uruguaya y de la música argentina. En Argentina principalmente mi ídolo de adolescencia, el tipo que me enseñó a cantar a la distancia sin saberlo, Juan Carlos Baglietto, junto con Lito Vitale. Ese dúo material de ellos me marcó mucho.
–Se nos fue el tiempo. Muchísimas gracias por venir y muchísimas gracias por tanta creación para la música contemporánea en Paraguay.
–Muchas gracias a vos, Augusto. Hasta la próxima. Muchas gracias.
Hugo Ferreira y Rodrigo Rolón ganaron el concurso de guarania de Asunción
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Las creaciones musicales “Mi lugar del mundo” de Hugo Fernando Ferreira Cáceres y “Bella Asunción” de Rodrigo Fabián Rolón Ferreira fueron distinguidas en el primer puesto de las categorías Guarania Clásica Tradicional y Guarania Popular Contemporánea, respectivamente, en el Concurso de Composición #UnaGuaraniaParaAsunción, por el centenario de la guarania y en el marco del aniversario de la fundación de Asunción.
En el segundo puesto se ubicaron “Otoño en Asunción” de Sixto Corbalán y “Mi Asunción” de Marcelo Gabriel Díaz González. Los ganadores fueron anunciados el pasado 8 de agosto, en el Teatro Municipal “Ignacio A. Pane”, por la directora de la Dirección General de Cultura y Turismo (DGCT) de la Municipalidad de Asunción, Marcela Bacigalupo, junto al director del Teatro Municipal, Sergio Cuquejo.
El certamen fue impulsado en el marco del centenario de la creación de la Guarania y del “Año Nacional de la Guarania”, declarado mediante Decreto Presidencial N.º 3377. Su objetivo principal fue rendir homenaje a este género musical profundamente arraigado en la identidad paraguaya, al tiempo de incentivar la creación artística contemporánea y proyectar nuevos talentos en el ámbito musical nacional.
El concurso estuvo abierto a todos los paraguayos mayores de 18 años, residentes en el país o en el extranjero, y contempló dos categorías: Guarania Clásica Tradicional y Guarania Popular Contemporánea.
Como parte del premio, las obras recibirán arreglos musicales orquestales y serán grabadas en audio y video con participación de músicos de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (OSCA), la Orquesta de Cámara de la Municipalidad de Asunción (OCMA) y la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN). Las sesiones de grabación se llevarán a cabo en el Teatro Municipal de Asunción “Ignacio A. Pane”.
Asimismo, las piezas serán interpretadas durante la Serenata a Asunción en homenaje a la fundación de la ciudad, este viernes 15 de agosto, en un festival artístico, y en diversos eventos oficiales organizados por la Dirección General de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción y la OSN durante lo que resta del año.
Con esta premiación, la Municipalidad de Asunción reafirma su compromiso con la promoción de la cultura, el apoyo a la creación artística y la preservación activa del patrimonio musical del Paraguay.
Rendirán homenaje a Luis Alberto del Paraná en Asunción
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Para este sábado, 21 de junio, en la ciudad de Asunción, está previsto el homenaje y recordación del 99 aniversario del nacimiento de Luis Alberto del Paraná, quien con su guitarra y voz recorrió el mundo para dar a conocer a su amado Paraguay.
La actividad se desarrollará en el Cementerio de La Recoleta, en el panteón de la familia Meza, a las 9:30, donde se depositarán una corona de laureles, en memoria de uno de los más grandes cantautores del Paraguay, junto a otros reconocimientos. Se tendrá como invitados especiales a sus hijos Manuel y Fabiola Meza.
También estarán presentes para la entrega de los reconocimientos los creadores de los Premios Paraná, María del Carmen y Juan Carlos Amoroso, premiación se realiza en forma continuada desde hace 27 años. La actividad reconoce a artistas paraguayos en memoria del querido Luis Alberto.
Luis Osmer Meza, más conocido como Luis Alberto del Paraná, nació el 21 de junio de 1926 en Altos, departamento de Cordillera. Hijo de Jacinta Meza y José Domingo Encina, desde niño demostró su talento artístico. Los estudiosos de su vida y obra estiman que pisó escenarios en al menos 76 países.
El 16 de setiembre de 1974, cuando contaba con apenas 48 años de edad, los medios informaban sobre la muerte de Paraná, que había ocurrido el día anterior a las 11 de la mañana en el Pembridge Court Hotel de Londres, Inglaterra.
Se entregarán varios reconocimientos. Foto: Gentileza
“‘Al sur’ es una invitación a viajar hacia dentro de uno mismo”
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por Jimmi Peralta
Fotos: Mariana Díaz
De familia de artistas, el cantautor Juanma Ferreira materializó recientemente un proyecto de larga data, enmarcado en la propuesta de ser un cantautor de América Latina. En esta charla con El Gran Diario del Domingo de La Nación, Ferreira habla sobre su trabajo y su historia.
En tiempos en los que el utilitarismo es la única ética posible, en momentos en los que la amistad, el amor o hasta el ayudar al otro solo son medios para la autosatisfacción, la poesía va a contramano y resiste la inercia de lo “pragmático”, constituyéndose hasta en una terapia de ejercicio intelectual e instrucción.
Desde esa resistencia, con trincheras que afrontan la tormenta de la vida diaria, el oxidado ritmo de lo cotidiano, la frustrante rutina de ocupar el día entero a saldar cuentas. Desde ese lugar brotan los poetas, los que creen que hay que decir cosas y que ellos tienen que hacerlo por la simple y llana razón que no pueden dejar de hacerlo.
Uno de esos poetas que pueden mezclar canto, guitarra y letra es Juanma Ferreira, quien lanzó en 2024 su disco “Al sur”, un proyecto enmarcado dentro del género de cantautor, a través del cual él expresa una idea y una forma de sentir su lugar en el mundo: América Latina. Actualmente se encuentra promocionando su material, aunque el lanzamiento oficial será el 23 de julio en el Teatro Municipal, un sueño anhelado por él.
–¿Cómo nace tu vínculo con la música como oyente y como músico?
–Podría decir con certeza que mi vínculo con la música nace casi al mismo tiempo que sentí la realidad. La música siempre estuvo muy presente desde el inicio. Mi padre fue un gran cantor y cultor del folclore regional. Siempre lo oí decir cuando nos llevaba de paseo al interior, a los festivales de fiestas patronales, “un día me van agradecer esto que les estoy mostrando de nuestra música y cultura”. Fue así que salimos dos cantautores en la familia.
–¿Cómo se fueron generando los vínculos con otros cultores del género?
–Ya Hugo (Ferreira) había empezado a generar los espacios de cantautores, quienes tocaban en bares de Asunción. Con Aldo Mesa y Víctor Riveros fundaron lo que en la década del 2000 fue canción social urbana, espacio donde fui incluido en un disco que se llamó “Punto de partida” y en el que participaron otros cantautores de mi generación. Creo que canción social urbana es lo que dio continuidad a lo que en años de dictadura Maneco Galeano, Carlos Noguera y otros acuñaron: el nuevo cancionero.
–¿Cuándo surgió tu primera composición?
–Cuando era niño. Empecé a tocar la guitarra a los 9 años y la primera letra que escribí fue en sexto grado, una canción de amor. Luego vinieron tiempos de despertar de una conciencia social y empezó a venir otra influencia poética y musical.
BANDERA
–¿Qué ideas musicales y de temas pusiste como parámetro para incluir los temas dentro del disco?
–”Al sur” es un disco que reúne las canciones que pudieron hacerse reales entre 2015 y 2018. Si bien la maquinaria nunca se detiene y hay veces que uno recurre al pasado para rescatar melodías o ideas de canciones que quedaron en el pasado, en ese proceso me doy cuenta de que había incluido ritmos folclóricos latinoamericanos y que era hacia ahí donde tenía que apuntar, a usar la música como una bandera que una América del Sur.
–¿Cómo se manifiesta en tu obra el sentimiento americanista?
–Las canciones hablan de una historia en común que tenemos los pueblos latinoamericanos, de desaparecidos, de desigualdades, de saqueos. Entonces, es algo que escapa de parámetros estrictos para haberlos incluido. Creo que la idea de este disco es unir un continente, es buscar desde una lírica y un sonido asunceno un homenaje a esta patria grande que es América Latina.
–¿Cómo se dio el proceso que concluyó en la publicación de “Al sur”?
–En esta historia de viaje hay mucho paisaje urbano, anécdotas de los toques en la vía pública en Buenos Aires donde residí algunos años, tocando en el tren, en la vía pública, en bares, y también en el teatro de la AMIA. Si bien el disco se terminó en 7 meses de trabajo en conjunto con César da Costa como productor, el disco materializa ideas y melodías que ya venían de muchos años atrás.
–¿Cómo explicarías la frase “al sur de tu corazón”?
–”Al sur” es un viaje a mi interior. Ubico al sur de América como un punto cardinal en el mapa que me identifica mucho, tanto por su sonido como por su historia, e invita a eso, a viajar hacia dentro de uno mismo.
HACEDOR DE CANCIONES
–¿Te definís como cantautor? ¿Qué significa eso para vos y cómo te influyeron los cantautores que escuchás?
–Sí, soy como decía Silvio (Rodríguez), “un hacedor de canciones”. Creo que cantautor es aquel que interpreta lo que canta y escribe que normalmente está asociado a la idea del trovador, aquel juglar que con su guitarra escribía trovas, y acompañado de su laúd cantaba al amor y las injusticias. Creo que eso fue un legado muy marcado y que cantautores como Silvio, Aute, Serrat, Filio, Pedro Guerra, Israel Serrano fueron marcando esa idea del juglar, pero también fui absorbiendo mucha poesía y musicalidad de (Luis Alberto) Spinetta, que aunque muchos no lo asocien con cantautores, para mí es mucho más que un compositor exquisito y surreal.
–¿Podrías decir, desde tu forma de hacer las cosas, de dónde vienen las canciones cuando componés?
–Lo que a mí me inspira muchas veces es contemplar otra obra. De repente la motivación y la inspiración vienen cuando escucho algún disco que me haya cautivado, su lírica, o cuando veo alguna película u obra de teatro. Creo que el arte en todo su espectro es el que aceita la máquina de hacer canciones.
–Autoproducirse es muy duro. ¿De dónde viene la motivación de los artistas a la hora de compartir sus proyectos?
–Yo creo que no hay emoción más grande que cuando una persona se apropia de tu creación, de tu letra, de tu música y te dice que se sintió identificado con ella. Te reconforta tanto y te da aliento a seguir creando, a seguir apostando a este trabajo que cada vez se vuelve más difícil e injusto.
El cantautor Juan Mauricio Ferreira Cáceres. Foto: Mariana Díaz