Vivir en un espacio ideal en el que reina la exclusividad, el lujo sin límites y la belleza de un paisaje único es un privilegio que gozan hoy casi 80 mil personas de 70 países del mundo y algunos visitantes de los resorts de alto nivel de la Palmera Jumeirah, la isla artificial creada en la costa de Dubái que se ha convertido en un atractivo turístico mundial que genera al país ingresos millonarios. Una visita al exclusivo Resort Atlantis es más que oportuna entonces.

Más de 78 mil per­sonas provenien­tes de 70 países de todas partes del mundo residen en la isla más grande creada hasta ahora por el ser humano, la Palmera Jumei­rah, en aguas del golfo Pérsico en la costa de Dubái (Emira­tos Árabes Unidos - EAU).

Esta isla artificial con forma de palmera, comprende un área de 2.000 hectáreas, 560 de ellas compuesta de zonas residenciales, cuenta con complejos hoteleros de alto lujo, clubes de playas exclusi­vas, muelles para todo tipo de embarcaciones y se conecta a tierra firme por dos enormes autopistas, un túnel sub­marino y una línea de tren monorriel elevado que per­mite llegar hasta la parte más alejada de la palmera, donde se encuentra el exclusivo Resort Atlantis. El emirato de Dubái apuesta totalmente al comercio y al turismo como principal fuente de ingreso, siendo el petróleo y el gas ape­nas el 10 por ciento del Pro­ducto Interno Bruto (PIB) del emirato, liderado por el jeque Mohammed bin Rashid al Maktoum, conocido como el “jeque CEO” en el Oriente Medio, por su enorme capa­cidad de gestión y adminis­tración, siendo el alma de la transformación de Dubái, que en menos de 60 años pasó a ser una zona donde residían pescadores y cultivadores de perlas, a convertirse en prós­peros comerciantes y actual­mente es una de las poten­cias económicas, financieras y tecnológicas del mundo.

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NO TEMER SOÑAR EN GRANDE

Reconocido por sus céle­bres frases motivadoras, cuentan que cuando “Su Alteza”, como lo llaman en EAU, anunció en el año 1997, el proyecto de ganarle espa­cio al mar y construir una isla artificial unida al con­tinente, muchos le hicie­ron saber que eso sería algo imposible, a lo que Al Mak­toum les respondió: “Impo­sible es una palabra usada por algunas personas que temen soñar en grande”.

Pero él ya había planificado una estrategia audaz para duplicar la costa de Dubái, una isla con la cual podría agregar 70 kilómetros de pla­yas a la ciudad, con la misión de proveer al emirato una plataforma para la inversión y el desarrollo y durante cua­tro años se realizaron estu­dios de factibilidad para la creación de uno de sus sue­ños, una isla artificial.

En el año 2001 el gran sueño se puso manos a la obra. Un satélite fue desplegado para inspeccionar desde la órbita terrestre, al sitio seleccionado para la construcción de la pal­mera de Jumeirah y luego se inició la construcción del rompeolas de 11 kilómetros de extensión, con piedras traí­das desde 16 canteras diferen­tes del norte del emirato.

Una vez completado el rom­peolas, se inició el trabajo de desagotamiento del lugar que finalizó cerca de agosto del año 2003, aumentando cerca de 70 kilómetros la costa marítima del emirato de Dubái y en el 2004, un túnel submarino fue cons­truido para unir al tronco de la palmera con sus ramas.

LOS PRIMEROS RESIDENTES

Para garantizar una base sólida para la construcción planificada, se empleó un proceso llamado vibrocom­pactación, que aceleró drás­ticamente el proceso natural de asentamiento de la arena. La primera fase de las cons­trucciones residenciales iniciaron con 4.000 unidades entre apartamentos y villas.

Para el 2006 estos depar­tamentos y villas estaban concluidos y los residentes comenzaron a mudarse. Apenas dos años después, en el 2008, fue inaugurado el primer resort de lujo, Atlan­tis, ubicado en la parte más alta de la palmera y al año siguiente, ya el tren mono­rriel estaba en pleno funcio­namiento, convirtiéndose en el primero de su clase en todo el Medio Oriente y ya para entonces, toda Dubái estaba en sintonía con su líder Al Maktoum, pen­sando en grande como él lo soñaba.

Al mismo tiempo que se inau­gura el primer tren mono­rriel del Medio Oriente en la Palmera Jumeirah, también comenzaron a ocuparse los 6 edificios construidos en la zona de la marina o muelles.

UN ATRACTIVO TURÍSTICO MUNDIAL

La idea de crear una zona residencial y turística donde sólo había mar y nada más, ya era una realidad y las ideas de Al Maktoum comenzaban dar frutos y a contagiarse. La Palmera Jumeirah ya era un atractivo mundial y comenzó a hacerse famosa por los sal­tos en paracaídas con la vista de la isla unida al continente, rodeadas de las aguas del golfo Pérsico.

En el 2012 se crea el par­que Al Ittihad (La Unión, en árabe), en el interior de la Palmera Jumeirah. Al Itti­had es un oasis verde que contiene más de 100 varie­dades de árboles y plantas nativas de los EAU y es un lugar de recreación rodeado de complejos comerciales y locales gastronómicos de fama mundial.

RÉCORDS TRAS RÉCORDS

Con toda su fama ganada por la increíble y ostentosa obra, nacida de los sueños del jeque CEO, la Palmera Jumeirah sumó un nuevo récord a su galería. Esta vez el Récord Guinness por la más grande exhibición de fuegos arti­ficiales, con 479.651 lanza­mientos durante seis minu­tos, en la celebración del año nuevo. También la Fuente de la Palmera obtuvo otro Récord Guinness para la isla, al ser considerada la fuente de agua más grande del mundo en el 2020.

Para el año 2014, el primer Giro de Dubái, un evento deportivo de clase mundial, llevó a los más importantes ciclistas del mundo a com­petir en las avenidas de la Palmera Jumeirah, que es considerada una de las más grandes maravillas arquitec­tónicas modernas del mundo.

Una avenida costanera que rodea a toda la palmera y tiene el mismo recorrido que el rompeolas, fue abierta a todo público en el año 2017, lo que atrae a cientos de turistas y residentes locales al lugar, quie­nes disfrutan mirando cómo el bravo oleaje del Golfo Pérsico se rompe por las piedras. Esto ha generado el crecimiento de la actividad turística en la isla que está repleta de hote­les, clubes de playas, resorts y actividades durante todo el año, eso sin contar que posee más de 1,5 kilómetros de sec­tores dedicados únicamente al negocio gastronómico y el parque acuático más grande del mundo, Atlantis Aqua­venture.

INVERSIÓN Y DESARROLLO DE LA ZONA

La Palmera también ayudó a desarrollar la zona circun­dante a nivel turístico y así nació The Palm View, un edi­ficio de 240 metros de altura, con un mirador de 360° en la parte más elevada, donde se pueden tener las vistas más espectaculares de la isla y se observa en el horizonte a las Islas del Mundo, otro empren­dimiento similar pero que tiene la forma de los cinco continentes y en extensión será más grande que la Pal­mera de Jumeirah, así como la Palmera de Jabel Alí, que se encuentra en construcción sobre la misma costa dubaití.

El recorrido en el mono­rriel desde la costa hasta la parte final de la isla, donde se encuentra el impresionante resort Atlantis, es ya todo un acontecimiento que merece ser captado en fotografías o videos. Es el recorrido pre­ferido para quienes desean ver el atardecer en todo su esplendor, mientras el sol se oculta en el horizonte del golfo Pérsico.

LOS SUEÑOS ESTÁN PARA SER CUMPLIDOS

La Palmera Jumeirah es quizás el sueño hecho rea­lidad más representativo que ha tenido el persistente y tenaz Jeque Al Maktoum, un aficionado a los caballos y a la tecnología y que con su visión y liderazgo, ha logrado que Dubái y el resto del país creado en 1971 por su padre y otros líderes de los seis emi­ratos restantes que compo­nen EAU, se posicione a la vanguardia en varias áreas como la tecnología, la inno­vación, la ingeniería y tam­bién la carrera espacial.

EAU se ha unido al selecto grupo de naciones que han enviado sondas al planeta Marte, el primer paso para que una nave emiratí tripu­lada llegue a ese planeta den­tro de 100 años, tal como lo ha pensado nuevamente el jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum, el mismo quien ideó y dio vida a la Palmera de Jumeirah. Todos estos proyec­tos que lidera el gobernante de Dubái, quien es además vice­presidente y primer ministro de EAU, convirtió en célebre la frase conocida en esta parte del mundo: “Si Dubái promete, Dubái cumple”.

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