Hoy Toni Roberto nos lleva viejos recuerdos de la Recoleta y nos presenta sus pequeñas memorias de sus idas a uno de los viejos camposantos asuncenos desde su infancia en los años 70.

Caminar el 2 de noviembre por los pasillos de la Reco­leta me lleva a recuerdos de infancia cuando el “Día de todos los difuntos” era una fecha importante de las acti­vidades religiosas en aque­llos años 70, la moda de Halloween no estaba ni en el fondo del imaginario de los paraguayos y muchos pasa­ban el día en el cementerio.

Son las 10:00 de este tradi­cional día para los creyen­tes, entro por el portón 5 de la Recoleta, camino y voy recordando a las familias vecinas que religiosamente todos los años nos encontrá­bamos en el camposanto. Una calurosa mañana en que las ausencias se vuelven presen­cias en mi memoria. Seguro de no encontrar a ninguno de los antiguos vecinos, esos tíos del corazón con los que nos unían los recuerdos de nues­tros seres queridos que ya par­tieron y la vecindad de esas arquitecturas modernas con un riguroso revestimiento de pastillitas, elemento que era la usanza de aquella época.

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LA MODERNIDAD EN LA RECOLETA

Si la arquitectura moderna en lo que se refiere a viviendas está muy olvidada, más aún lo está la modernidad en lo que respecta a los panteones de aquellos principios de los años 60. Entre finales de los años 50 empieza el crecimiento de la Recoleta hacia el este sobre Mariscal López hasta la esquina de León Fragnaud, es ahí donde “florece” un estilo de “panteones moder­nos”, justo en la misma época de la construcción del Hotel Guaraní –obra de Rubens Viana y otros, bajo la direc­ción de Saturnino de Britto y también el CEPB (Cole­gio Experimental Paraguay Brasil) en Itá Pytã Punta.

Cementerio de la Recoleta. Portón 5. Asunción.

DESDE CARMENCITA HASTA “PICOLO” APUD

Sigo caminando en el silen­cio del “Día de los difuntos”, convencido de no encontrar a los antiguos vecinos de la Recoleta. Por el camino, veo el panteón de Carmencita, así simplemente reza sobre una puerta de hierro con moti­vos simétricos siguiendo fielmente el estilo de avan­zada de aquellos primeros años sesenta del siglo pasado. Doy la vuelta una esquina y empiezo a encontrarme con apellidos que me llevan a recordar a “Tita”, la mamá de los Berkemeyer, el pan­teón de Mamacholi u otro que dice simplemente “Mamita”, hasta llegar al panteón fami­liar, al lado encuentro increí­blemente gente, me acerco y era una de las últimas vecinas de aquella época, doña Olga González Apesteguía y su hija Alicia de Scarpetta, en plena limpieza, dejando brilloso ese espacio de memoria de sus seres queridos. Al final, miro arriba y encuentro el apellido de una familia que me trae gratos recuerdos: Apud Enri­quez; el Dr. Anuar Apud y su señora doña Irma Enriquez, quienes habían perdido a su hijo Jorge “Picolo” Apud a los 8 años y a partir de ahí, todos los años se festejaba el cum­pleaños del niño; a la mañana la cuidadora del cementerio Mirta Rasmussen W. prepa­raba el lugar y a la tarde se realizaba una chocolatada a la que asistían muchos chi­cos. Lo mismo ocurría todos los 2 de noviembre, donde toda la cuadra pasaba el día en la Recoleta, incluidas mi abuela y mi bisabuela. Se hacían almuerzos, por supuesto utilizando las famo­sas sillas y mesitas plegadi­zas, siempre bajo el comando del Dr. Apud y su señora.

Panteón “Berkemeyer”. Recoleta. Asunción.

¿DÍA DE LOS DIFUNTOS O HALLOWEEN?

Tal vez existan “historias sobrenaturales” en este cam­posanto, como el de la famosa mujer de la combi o la del taxista que le llevó a una chica en barrio Herrera y muchas otras, pero también están las historias de los vivos, de aquellos que daban vida a ese espacio de los muertos.

Es cierto, “Mamacholi” y “Carmencita” ya no están, pero las recordaremos siempre al pasar por los pasillos de la zona del por­tón 5 del cementerio de la Recoleta, porque al final la muerte es también parte de la vida y la vida es tam­bién parte de la muerte.

Quien sabe, tal vez en algún momento el “Día de los difuntos” se vuelva a con­vertir en nuestro auténtico “Día de Halloween”, pero eso sí, no olvidar llevar las infaltables sillas plegadizas y un poco de recuerdos, así las ausencias se converti­rán en presencia, aunque sea por un día, todos los 2 de noviembre.

Panteón “Godoy Figueredo”. Diseño: N. Bareiro 1961. Recoleta, Asunción.
Panteón “Lezcano Claude”. (Detalle acceso). Recoleta. Asunción.
Familia Barudi. Recoleta, Asunción.
Panteón “Apud Enriquez”. Recoleta. Asunción.
“Mamacholi”. Cementerio de la Recoleta. Asunción.
Etiquetas: #vecino#Recoleta

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