Las fotos son testimonios gráficos de un tiempo que pasó. En nuestra recopilación histórica de la radiofonía paraguaya, recogimos varias de ellas con variada información en su contenido sobre la radio de ayer. Hoy ofrecemos algunas de ellas.
“Levántese Contento”, el popular programa de humor de las décadas pasadas, con la conducción de Miguel Fernández, quien en ese entonces había egresado de la Escuela de Arte Escénico y Locución, años más tarde en la década de los años 70, Miguel fue también director de la Escuela de Locución. El programa se había iniciado en 1958 en ZP3 Radio Teleco, en un formato radial de entretenimientos. Un año después, el mismo ciclo se trasladaba a ZP9 Radio Comuneros, ya con la compañía de Nery Fernández, que por varias décadas acaparaba la audiencia mañanera con la popular audición que tenía como protagonistas a varios personajes representados por Nery Fernández, entre los que sobresalió “Calitro Tranquera”, el creador del carrulim. En un tiempo el programa humorístico pasó a constituirse en un elenco teatral presentándose en los escenarios, donde con la incorporación de talentosos actores, como José Olitte, y grupos musicales llevaron alegría y diversión por los barrios asuncenos. En la foto, el grupo teatral con los hermanos Miguel y Nery Fernández, con José Olitte, tras culminar una presentación.
(FOTO: ARCHIVO DE DANIEL BURT ARTAZA)
Fotografía del año 1933. El salón de transmisiones de ZP 9 Radio Prieto, con características únicas en cuanto al material aislante que recubría las paredes y el techo. Se observa el micrófono del tipo cilíndrico, sostenido sobre un pedestal con base de trípode de madera, los atriles y el piano para las presentaciones artísticas. Era propiedad de los hermanos Daniel, Fernando y Policarpo Artaza. Por estos estudios pasaron las más grandes personalidades de la vida política, del arte y la cultura nacional de esos años, y desde los micrófonos se emitieron las proclamas y mensajes que fortalecieron la moral y el espíritu del hombre paraguayo en defensa de su heredad amenazada. De entre las voces que han pasado por el medio, sobresalen los recordados Celestino Álvarez y don Pedro García, quienes se iniciaban en la tarea radial. Radio Prieto fue fundada y salió al aire por primera vez el 29 de octubre de 1933, en un acto del que participó el presidente de la República, Dr. Eusebio Ayala. Estaba ubicada en el edificio –actualmente aun existente– de la calle Chile 461 casi Piribebuy, planta alta. Puede considerarse como la emisora más importante que ha tenido el país, por el rol preponderante que cumpliera en la Guerra del Chaco y el invalorable servicio que como medio de comunicación ha prestado a la patria.
Fiesta aniversario de ZP6 Radio Guairá. Asentada en Villarrica, es la más antigua emisora del interior del país. Fue inaugurada el 6 de agosto de 1950 por don Enrique Traversi Vázquez, como un aporte importante a la comunidad guaireña, de la que ha sido activo miembro. Su experiencia de radioaficionado y con sobrados conocimientos técnicos, incursionó en el montaje de un equipo transmisor de 500 vatios que sirvió para la salida al aire desde la capital guaireña. En los pasados años la celebración del aniversario de las emisoras de radio constituía un acontecimiento importante para la comunidad, con programaciones especiales, fiestas y espectáculos artísticos musicales. La foto corresponde a un aniversario en décadas pasadas de Radio Guairá. Se observa en el escenario actuando a un conjunto de arpas y como animadores aguardando su participación a dos de los mejores, Charles González Palisa y Juan Carlos Martínez, acompañados por don Enrique Traversi.tigua emisora del interior del país. Fue inaugurada el 6 de agosto de 1950 por don Enrique Traversi Vázquez, como un aporte importante a la comunidad guaireña, de la que ha sido activo miembro. Su experiencia de radioaficionado y con sobrados conocimientos técnicos, incursionó en el montaje de un equipo transmisor de 500 vatios que sirvió para la salida al aire desde la capital guaireña. En los pasados años la celebración del aniversario de las emisoras de radio constituía un acontecimiento importante para la comunidad, con programaciones especiales, fiestas y espectáculos artísticos musicales. La foto corresponde a un aniversario en décadas pasadas de Radio Guairá. Se observa en el escenario actuando a un conjunto de arpas y como animadores aguardando su participación a dos de los mejores, Charles González Palisa y Juan Carlos Martínez, acompañados por don Enrique Traversi.
Juan Bautista Cazal fue una de las voces más características de Radio Nacional, por más de 40 años. Había ingresado a la emisora del Estado a mediados de la década de los años 50. La foto fue captada en los estudios de la emisora en los últimos años de la década del 60, cuando el local se encontraba ubicado aún en las calles Cnel. Martínez (hoy Haedo) entre 14 de Mayo y 15 de Agosto. Antes de su ingreso a Radio Nacional del Paraguay, estuvo en Radio Cháritas y en Radio Teleco, habiéndose iniciado como practicante en la entonces ZP5 Radio Paraguay, en la década de los años 40, y más tarde compartiendo micrófonos con Jacinto Herrera y Nelly Prono, entre otros locutores. Cazal fue también uno de los fundadores de la primera Asociación de Locutores del Paraguay, en el año 1951, cuyo primer presidente fue Dante Benedetti. Como locutor, se destacó por una voz natural sin impostar y una perfecta pronunciación y dicción. Perteneció a una generación de locutores brillantes que ha pasado por la radiofonía paraguaya como Agustín González, Celestino Álvarez, Luis G. Benítez, Ninica Segura, Óscar Salas, Óscar Merlo, Ricardo Sanabria, Américo González, entre otros.
Es el tiempo de alimentar a las virtudes. Son muchas las que cada uno posee, por lo tanto hay un lindo hacer por delante. Es la virtud una disposición para hacer el bien. Implica la manera determinada de proceder. Definitivamente todo actuar está amparado por los pensamientos que cada cual genera. Hay una relación directa entre la belleza, la ternura, el amor y el mundo sensible, que se manifiestan a través de los gestos que exteriorizaran las emociones y los sentimientos que le dan luz a la vida.
Hay virtudes llamadas cardinales, ellas son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. Se las considera la esencia de todas las virtudes morales. Están en la raíz de la existencia, son humanas, son nuestras, son vivibles, alcanzables y logrables. Están para ser desarrolladas, disfrutadas, valoradas y transmitidas.
La prudencia siempre está dispuesta a ser vivida. Es la expresión del pensar que se detiene a analizar las eventualidades que podrían suceder y se esmera en identificar los posibles riesgos que podrían acontecer, de esa forma puede modificarse una conducta con el fin de evitar algo que probablemente no será beneficioso para aquellos que están involucrados con la misma. Mientras la justicia pone énfasis en el otro y en el respeto hacia el valor colectivo denominado bien común. Por su parte la fortaleza encuentra su esplendor en la capacidad de salir adelante, a pesar de las situaciones complejas que hayan sucedido. Al resistir también se aprende a perseverar, se solidifica lo que se anhela y se alienta el empeño por conquistarlo. La templanza estimula los equilibrios en la vida. Obrar con moderación facilita la convivencia de las virtudes.
Todas están vinculadas, forman parte del ser íntegro que las vive. ¿Podría irradiar efectivamente su noble humanidad el fuerte y justo sin ser prudente y moderado?, ¿lo haría impecablemente el prudente y fuerte sin ser moderado y justo? En cualquier situación el complemento adecuado es vital.
¿Qué virtudes acompañan nuestras vidas?, ¿cómo nos tratamos y cómo nos relacionamos con los demás?, ¿aportamos tranquilidad en los espacios que habitamos?, ¿confiamos en las personas? Podríamos identificar a cada una de nuestras virtudes y al hacerlo tomarnos momentos del día para ahondar en el impacto que tienen en nosotros y en quienes nos rodean. Las reflexiones vienen bien para quienes quieren aceptarse y desde ahí superarse. Son ambiciosos quienes conviven con sus virtudes y a través de ellas construyen entornos virtuosos.
Las virtudes quieren paz. La sociedad quiere paz. El mundo quiere paz. Desde la paz fluye el desenvolvimiento normal de las distinciones particulares que se aúnan a las de otros que aportan las suyas. Los espacios comunes son escenarios donde las virtudes se hacen prácticas. El descubrimiento, la alimentación y la construcción de las mismas se comparten. La cultura de las virtudes se apodera de los seres que permiten su inserción natural y constante. Las sociedades virtuosas existen. Son las habitadas por quienes ponen todo de sí para hacerlas realidad en cada acto socializado.
Vivir y no querer morir en el tiempo de la inmortalidad digital
Ricardo Rivas
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Ricardo Rivas
Periodista
X: @RtrivasRivas
La muerte es parte de la realidad real. La inmortalidad digital es una alternativa posible de la realidad virtual. El “no te mueras nunca” es solo un deseo imposible que contiene tan válidas como respetuosas pretensiones afectivas.
“Sin duda la muerte ha inquietado al hombre de todas las épocas. Hoy en día tiende a verse como un dato objetivo, estanco e indiscutible, y como un hecho biológico e individual, (aunque) esta concepción sin duda está fuertemente vinculada con la medicalización y cientifización de la vida –de la salud y la enfermedad– y por ende de la muerte”, escribió muchos años atrás Marisel Hartfiel, catedrática argentina.
Desde esa perspectiva, agregó que “sin embargo, la representación y las actitudes del hombre ante la muerte –costumbres, mitos, creencias, ritos– han sido muy diferentes en distintas épocas y en distintas sociedades (porque) la muerte es mucho más que una cuestión médico-científica y por todas sus implicancias culturales particulares, debe ser entendida como una construcción social e histórica”.
Después de contextualizar su reflexión, se preguntó y preguntó. “¿Cómo ha sido construida la imagen o representación y las actitudes que hoy tenemos frente a la muerte? y ¿bajo qué mecanismo ha sido posible construir esta imagen como natural e inmutable?”.
Para responder se situó en “dos momentos históricos relevantes” como los que a su juicio son “en el siglo XIX (el) momento en que los médicos comienzan a diagnosticar la muerte y, en el siglo XX, con la introducción de la gran tecnología médica; y la puesta en funcionamiento de las unidades de cuidados intensivos (UTI)”.
Hartfield, especializada en salud, sostiene entonces que “esas rupturas instauran una nueva forma de ver y hablar, una nueva concepción, una nueva mirada sobre la cuestión de la muerte”. Y vuelve con los interrogantes que se hace y nos hace. “¿Cómo se vive la muerte de otros ? ¿Qué imagino de mi propia muerte? ¿Qué ritos, qué costumbres, qué gestos, qué palabras, que actitudes esperables se construyen?”.
MIEDO
Dice Antonio Porchia (1886- 1968) que “casi siempre es el miedo de ser nosotros lo que nos lleva delante del espejo”. Así se expresa en “Voces”, su único libro, que contiene una colección de aforismos.
Desde que tuvo 15 años vivió en la Argentina junto con su madre y hermanos. Su padre falleció antes que migraran desde su Italiana tal hacia el sur del sur . Supe de él y de su obra cuando en el cuarto año de colegio secundario en el Instituto San Román, en el Bajo Belgrano, mi pueblo natal en Buenos Aires, unos 1.250 kilómetros al sur de mi querida Asunción, la querida profe de Literatura, Antonia Caputo, nos recomendó leerlo.
Un texto sorprendente que aún me sorprende. Con tapa y contratapa blancas, solo la palabra “Voces”, impresa en negro, era la imagen de la portada. Muchos meses lo tuve conmigo. Lo llevaba a todas partes. Con frecuencia consulté y consulto sus aforismos. Casi nunca sus palabras producen en mí el mismo sentido. De allí que descubro a Porchia una y otra vez. Tengo la certeza de que nunca es el mismo y siempre lo es.
“Mis muertos siguen sufriendo el dolor de la vida en mí”. La muerte atrae. Convive. Está siempre. Habita entre los vivos. Los sobrevuela. Y se impone como destino inevitable. Por ello también preocupa y... ocupa.
“Ay... / si un día para mi mal / viene a buscarme la parca. / Empujad al mar mi barca / con un levante otoñal / y dejad que el temporal / desguace sus alas blancas. / Y a mí enterradme sin duelo / entre la playa y el cielo... / En la ladera de un monte, / más alto que el horizonte. / Quiero tener buena vista. / Mi cuerpo será camino, / le daré verde a los pinos / y amarillo a la genista...”, demanda el Nano (Serrat), desde 1971, cuando tenía 28.
HONORES
La muerte, claramente, no es tema de edades. Gambetearla no es una opción posible. Ni don Alfredo di Stéfano (1926- 2014) pudo hacerlo. Un 7 de julio la Saeta Rubia entró al área con el balón dominado, pero no pudo con ella. Lo durmió en el Santiago Bernabéu. La hinchada enmudeció. Algunos estallaron en llantos. También el Camp Nou calló respetuosamente, en Barcelona.
Casualmente en Madrid cuando aquella jornada, le rendí honores cuando desfilé junto con miles ante su féretro. También en el 12 de la Calle de Tehuán. Allí mismo, en Casa Labra, muy cerca de la Puerta del Sol, levantamos una copa en su honor, cuando caía la tarde de aquel día. Resistir no tiene sentido.
Worldometers.info –en las primeras horas del viernes 22 de agosto– reporta que en este año con la Parca ya dejaron la aldea global poco más de 39,9 millones de vivos y vivas. “Ni el sol ni la muerte pueden mirarse fijamente, dijo François de La Rochefoucauld en el siglo XVII”, dijo alguna vez Fernando de Savater.
La muerte atraviesa culturas, religiones y creencias. Aunque sin acordar públicamente en hacerlo, nutridas multitudes procuran ignorarla, negarla o.… como si fuera posible, olvidarla. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo desconocerla u olvidarla cuando sabemos que está allí, a la vuelta de la esquina?
CAMINO
Construir la inmortalidad – como idea, dogma o práctica– es un camino para muchos y muchas que, con múltiples rituales, intentan quitar a la muerte de la cotidianidad hasta que la evidencia empuja y llega el momento de admitir que no se puede con ella. En esos intentos, hasta los más recientes desarrollos tecnológicos son herramientas aptas para lo que aparece como imposible o... como un deseo que, tal vez, atraviesa la historia de la humanidad.
Berretines, inseguridades, cobardías, incertidumbres. “Debemos tener una vida sana con la muerte”, sostiene la filósofa Raquel Fernández Formoso, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de España, al colega Sergio Fanjul de diario El País.
“¿Qué perdemos, realmente, cuando perdemos un familiar?”, interroga Raquel Fernández Formoso
“Hay que asignar valores adecuados a las cosas, lo que es efímero, lo que es permanente”, recomienda. Desde su perspectiva, esa actitud permitirá “entender que mi vida forma parte de esta danza que terminará”, que tendrá un final “que no tengo que verlo (como) una carencia o un error de diseño biológico a corregir”.
Siento que, quizás, nos exhorte a vivir también la muerte. ¿Será así? Suena razonable, ante la inevitabilidad. “Todo concluye al fin nada puede escapar / Todo tiene un final, todo termina / Tengo que comprender no es eterna la vida...”, sostiene Ricardo Soule a través de Voz Dei desde 1972.
¿Qué es lo que no se entiende? ¿Qué impide comprender algo tan simple? Tan común como esperable. Hasta el mismísimo Sol –esa estrella increíble– habrá de morir. Coinciden los astrofísicos que se apagará dentro de 4.000 millones de años. También predicen que en la Tierra será difícil la supervivencia mucho antes.
CERTEZA
Y, ante la vista de quien quiera mirar con los ojos bien abiertos, tener la certeza de que nada de aquel fin probable para la ciencia podrá evitarse, si nos atenemos a los senderos por los que nos conducen los líderes y lideresas por estos tiempos que nunca antes en las últimas ocho décadas se acerca tanto al precipicio y baila una especie de danza macabra en el borde.
¡Joder! Es preciso pensarlo, proyectarlo, decirlo e internalizarlo. No es drama ni es tragedia. “Hay que aprender a vivir y a morir”, sostiene Ana Carrasco Conde (45), premio de ensayo Eugenio Trías en noviembre de 2023. Entrevistada por Joseba Elola para diario El País, añade reflexivamente (tal vez esperanzada) que “una vez que aceptamos que vamos a morir, tenemos que hacer una apuesta por vivir una vida que merezca la pena ser vivida (...) hay que aprender a vivir con intensidad cada momento”.
“Hay que aprender a vivir y a morir”, sostiene Ana Carrasco Conde
Adhiero. Hartfield, Porchia, Serrat, Soule, Fernández Formoso.... todos y todas en algún momento piensan (y pienso) la muerte. Aunque, tal vez, la nueva longevidad – como da en llamar Diego Bernardini a la prolongación de la vida activa– hace que ya no sea tan común a cuarentonas y cuarentones haber vivido alguna experiencia familiar o personal que las y los acerque a la experiencia de la muerte a través de múltiples ausencias y de la elaboración de los duelos por aquellas y aquellos que partieron.
No. Porque ese momento tan sustancial como inevitable para los vivos y las vivas también por estos tiempos está atravesado por los desarrollos tecnológicos que, desde alguna forma y lugar, potencian mitos y prácticas sociales. Palabras poco extendidas en su uso y aplicación comienzan a ganar espacio y a ser parte del vocabulario cotidiano en algunas sociedades.
MITO
Criogenización es una de ellas. Aunque debo ser preciso, desde el 15 de diciembre de 1966, cuando falleció Walt Disney –el creador de Donald y Mickey, entre tantos comics– el que supongo debe ser un mito urbano planificado y gestionado como tal, asegura que su cuerpo fue congelado a muy baja temperatura para “resucitarlo” cuando la ciencia médica lo posibilite.
Huelga decir que todavía no ha sucedido. Pero, más acá de aquello, tan perdido en el tiempo para casi todos y todas, la idea de descargar los contenidos de la mente humana en algún dispositivo de memoria externa o en la mismísima compu comienza a ganar terreno.
“ Mind uploading ”, ¿viste? También guardar con esos formatos fotos y videos de papá, mamá, hijos, hijas, amigos, amigas, novios, novias, amantes... ¡Todo! La holografía, sumada a la IA (inteligencia artificial), abren las compuertas de la creatividad para crear ilusiones y monetizarlas. El único límite es la ética. De la construcción social de la muerte que didácticamente proponía Hartfield a la coconstrucción de avatares simbólicos para poner fin a la muerte tal y como la conocemos hasta hoy para ponerla a la venta como más vida y eternidad.
Me suena a bulo, a venta de baratijas, a desmesuras, a ilusiones de pacotilla. “Qué poco rato dura la vida eterna / Por el túnel de tus piernas / Entre Córdoba y Maipú…”, canta Joaquín. Me quedo con él. “La imaginación al poder”, como en el Mayo Francés del 68 que no pude ni quise, ni puedo ni quiero siquiera dejar atrás. No me parece aquello –lo nuevo y reciente, mercado en ciernes– una forma atractiva de existir o de no existir.
Se le puede exigir más a la existencia y, por qué no, hasta a la inexistencia. Siento que la vida ya está demasiado comprometida con la tecnología como para dar un paso más hacia el transhumanismo, esa movida cultural e intelectual transnacional que apunta a una transformación de la condición humana a partir de las prácticas sociales resultantes de la interacción entre la humanidad y la tecnología.
POSANTROPOCENTRISMO
Nada nuevo, tampoco. “Poshumanas”, “transhumanas”, “posantropocentrismo”. Fereidoun M. Esfandiary (1930- 2000), creyente, tal vez defraudado prematuramente al fin por la realidad, en la longevidad indefinida, transitó e indagó en aquellas búsquedas. Era el año de 1960. Sesenta años después , no son pocas ni pocos quienes van más allá para vender la ilusión del para siempre y sin que sea necesaria la resurrección.
“¡Papucho no murió... Papucho no murió / No murióoooo…!”, vocean las hinchadas de los negacionistas de la muerte sustentadas en nubes colmadas de Yottabyte (YB). ¿No murió? La reflexión –cercana a la pesadilla– me deja sin aliento en esta fría noche de viernes sin amigos ni amigas junto conmigo en torno de los leños que crepitan. Afuera, en la intemperie, apenas 4 grados y ventoso. Se recomienda el “quédese aquí, junto al fuego”.
Releo El País. Busco una vez más la palabra escrita con las respuestas de Raquel Fernández Formoso. “Qué perdemos, realmente, cuando perdemos un familiar (o a quien fuere)? No pierdes una fotografía, ni un cuerpo”. Luego sobrevuela el duelo para explicar que en ese tiempo “tenemos que comprender qué es eso que hemos perdido”.
Abrumadora y contundente reflexión. Con una muerte “no has perdido información, como se dice desde la inmortalidad digital”. Didácticamente, la catedrática explica: “Un (eventual) chat de inteligencia artificial (con quien sea que haya muerto) no puede sustituir a alguien que se ha ido”.
INMORTALIDAD DIGITAL
Para que quede caro. La muerte es parte de la realidad real. La inmortalidad digital es una alternativa posible de la realidad virtual. El “no te mueras nunca” es solo un deseo imposible que contiene tan válidas como respetuosas pretensiones afectivas. El miedo a la muerte, sentimiento humano y comprensible, es también una de las fases de los temores que genera la incertidumbre de vivir.
La muerte, como una de las dimensiones de la vida, “es el acontecimiento esencial en la aventura humana”, sostiene Martín Heidegger quien, desde su perspectiva existencialista, también la considera como “un misterio (y) el momento de decir adiós a todo, (porque) es el viaje de irás y no volverás”.
Platón –a quien no son pocas ni pocos los que lo categorizan como reverencial discípulo de Sócrates– dicen que tenía la convicción de que morir era abrir una puerta hacia “un mundo ideal”. Con esa mirada analítica sostenía que “la filosofía es la manera correcta para practicar para la muerte” porque es imposible evadir ese momento.
Tal vez, sir Arthur Conan Doyle (1859-1930) –el “padre” de Sherlock Holmes– y Harry Houdini (1874- 1926), mago e ilusionista, ambos espiritistas practicantes, hoy hubieran sido potenciales consumidores de los productos que aseguran la inmortalidad digital. ¿Por qué no?.
“A mí enterradme sin duelos / entre la playa y el cielo / en la ladera de un monte...”, canta Serrat en Mediterráneo
Hoy se despide el calorcito, desde esta noche se anuncian lluvias con descenso de temperatura
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De acuerdo al informe emitido por la Dirección de Meteorología e Hidrología, este sábado 2 de agosto la jornada se presentará cálida al amanecer, con temperaturas que varían entre los 19 °C y los 27°C.
Además, durante la tarde, los valores de temperaturas máximas podrían variar entre 29 °C a 37°C. Los vientos se mantendrían del sector norte con intensidad moderada a fuerte, principalmente sobre la región Occidental.
A partir de la nocheaumentaría la probabilidad de lluvias con tormentas eléctricas, donde inicialmente afectarían al centro y sur de la región Oriental.
Estas se presentarían de forma generalizada mañanadomingo, afectando a ambas regiones del territorio nacional. Además, lo vientos comenzarían a rotar del sector sur y posteriormente un leve descenso en los valores de la temperatura, según el meteorólogo, Juan Gamarra.
Hoy en Asunción, el día estará cálido a caluroso, con cielo parcialmente nublado a nublado, vientos moderados del norte, luego variables, lluvias dispersas con ocasionales tormentas eléctricas, al final de la jornada. La temperatura máxima pronosticada es de 32 °C.
Mañana domingo la jornada se presentará cálida a fresca, con cielo mayormente nublado y vientos del sur, lluvias con ocasionales tormentas eléctricas. La máxima llegaría a los 23 °C.
Según el pronóstico actual, los días lunes 14 y martes 15 continuarían con mañanas frescas y tardes cálidas a calurosas, con máximas entre 25 y 33 °C en todo el país. Foto: Jorge Jara
Un finde con el clima perfecto: mañanas frescas y tardes calurosas
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Para hoy, viernes 11, y durante el fin de semana, persistirán condiciones meteorológicas similares, con cielo parcialmente nublado y un leve aumento de la nubosidad sobre el centro y sur del país, según la Dirección de Meteorología e Hidrología (DMH).
Se espera un ambiente fresco en horas de la mañana y cálido a caluroso por la tarde. Las temperaturas mínimas oscilarán entre 13 y 18 °C en todo el territorio nacional, mientras que las máximas se ubicarían entre 24 y 29 °C en la región Oriental, y entre 30 y 32 °C en la región Occidental.
Pronóstico para la primera semana de vacaciones
Según el pronóstico actual, los días lunes 14 y martes 15 continuarían con mañanas frescas, con temperaturas entre 15 y 18 °C, y tardes cálidas a calurosas, con máximas entre 25 y 33 °C en todo el país.
Para el miércoles 16, se prevé el ingreso de un débil frente frío sobre el territorio nacional, lo que podría favorecer un aumento de la nubosidad, un leve descenso de las temperaturas y un incremento en la probabilidad de lluvias dispersas, especialmente en el extremo sur del país.
El análisis actual presenta una perspectiva detallada sobre las tendencias observadas. Es fundamental considerar las variables dinámicas que influyen en el panorama general. Es importante tener en cuenta que este pronóstico está sujeto a actualizaciones en los próximos días, señaló la Dirección de Meteorología.