Por Pepa Kostianovsky

Este es un cuento publicado en el libro “Antonia y el amor – Relatos de criaditas e infortunadas” publicado en el 2016 que contiene cuentos de Pepa Kostianovsky con temática enfocada en la condición de las niñas a las que les toca esa triste realidad. Como se conmemora en estos días el Día del Niño, ella eligió regalarnos esta historia que estremece por su dureza y cruda realidad.

“No quiero yo que se enoje mi mamá. Ella siempre arrima por mí la culpa. Y ahora ni Agüela ya no me defiende má. Antes le decía para que no remate su nervio por la criatura. Desde que yo me siento luego nosotro ya andábamo hina por la calle.

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Agüela vino de la campaña para trabajar en casa de familia, porque hacia su valle no hay escuela y su patrona le iba mandar. Le mandó luego sique, me parece. Ella dice que ya se olvidó nomá, por eso quiere que se le lea el diario que compra cuando sale esos crimene, o sea choque, desgracia kuéra. A vece también presta de su amigo que son diariero, pero así le apuran todo para llevar otra ve y masiado le hace renegar. Nosotro nos reimo por ella y nos manda a la puta.

Agüela nos mostró la casa donde ella vino. Un día te dice gua’u que se hallaba y otro sique te dice que no daba gusto, que trabajaba como burra y que tenía hambre y que la Señora se va a ir en el infierno porque cuando le pilló que estaba embarazada, le dijo que era puerca y le alzó en el micro para mandarle otra ve junto a su gente.

Ella no se quiso ir porque su mamá le iba a guachear. Se bajó y se quedó ya por la calle. Dice que cuando eso por la puerta de la casa se ponía cartelito “senecesita”, pero nadie no le quería tomar porque ella era boba y contaba que se le echó porque se desgració.

Y anduvo por el Mercado 4. Allí niko no falta el “agüentiempo”. Y las mercadera le llevaron en la Cruz Roja y le juntaron pañal y ropita. Masiado ella le agradece y se recuerda por ello que le ayudaron para tenerle a mi mamá.

Despue sique hacía changa por el mercado, pero le quiso a un tipo que le jodió y le metió de puta hacia el puerto.

Cuando se emborracha lo que da gustoiterei.

Porque ahí nos cuenta que se le puso todo nombre nuevo, Kity ndaje. Hasta ahora se le dice Ña Kity, y ella es Cripina. Y mi mamá siqué es Lorenza, y se le decía Kitita y ya se le quedó.

Agüela se halló porque en el kilombo estaban entre mucha que tenían hijo, y se arreglaban para atender por la criaturada. Y la Vieja le quería, porque era mitãkuña’i y venía por ella mucho cliente. Pero el tipo le sacaba todo su plata, entonces ella se quiso dejar y él le hizo desastre, le cortó con botella rota. Le llevaron en el hospital, y el policía le dijo a la Vieja que ella lo que iba a tener problema si se le mataba, porque era menor de eda.

La Vieja siqué le tuvo otra ve pena y le mandó junto a una su pariente, Ña Ángela, que tenía su kilombo en el barrio River Plate. Pero era i michi la clientela, y había sido la vacuna que se le puso en el primeroausilio ha opáma la kamby. Apena, apena alcanzaba así para comprar el lechenido.

Y después sique mi mamá Kitita ya tuvo cinco año, entonce le llevaba en el semáforo para vender limón. Cuando eso dice que había más poco mitã'i y la gente le compraban. Había día sique mi mamá ganaba má con el limón que ella con su puterío.

Despue sique ya se juntaron entre las puta, y las que no tenían cliente de noche hacían empanada y fritaban tempranito y se turnaban para venir a vender en la ruta, y traerle más a una nena y dos nenes que limpiaban vidrio, mientra las otra se quedaban a dormir y lavar la sábana.

Así anduvieron bien un tiempo.

Pero, dice luego Agüela “a los pobre, la desgracia le quiere masiado” ¡Y vino por ello! Un militar borracho se enojó porque Ña Ángela no le quiso má dar fiado y le metió enterito la bala por su cuerpo ¡Y le mató un poco! Se les llevó preso a todita las pupila. Por suerte sique enseguida se le largó otra ve. Pero ahí la dueña de la casa no quiso más alquilar para kilombo. Y se quedaron anga por la calle.

He’i Agüela “Diositosanto niko tapreta pero no tagorca”, porque el Comisario Merne se gustaba de Zully y les metió en otra casita hacia Tembetary. Masiado se hallaron porque le siguieron completo su clientela. Allí dice que pusieron cantina y un chabolai era el mozo.

Y despue sique Merne cayó en desgracia, ya no sé má por qué era. Se le mandó en el Chaco, castigado. Y ello sique se fueron otra vez a putear por la calle. Para má, mi mamá Kitita ya tenía 12 año y había sido se embarazó un poco de uno de eso recluta-mi que solía venir para sacar el agua del aljibe y barrer la hoja del mango.

Agüela dice que ella no pilló nomá enseguida, si no le iba mandar echar. O sea que yo era la que se iba echar y por lo visto tenía nomá luego que nacer y nací. El 25 de diciembre ¿Sabé pa donde? En esa Ecalinata de la Encarnación. El pa’i me bautizó Nativida, o sea Nati.

No se animaron a llevarle en el hospital, porque estaban entre todita puta fichada masiado vece, y tenían miedo que se le mandara preso, porque mi mamá muy mitãkuña’i niko era.

En eso tiempo ello andaban nomá luego por la calle. Y mi mamá enseguida consiguió mucho cliente porque era chiquilina.

Agüela decía ante por mí que traje la suerte, porque hubo revolución y se le echó al presidente. Y ahí vino otra vez del Chaco don Merne. Y le buscó a Zully hasta que le encontró y nos llevó todito de vuelta en Tembetary, en otra casa más linda, con baño moderno.

Él ahí ya se quedó con Ña Zully, porque dice que su señora se fue con otro mientra él estaba en el confinamiento no se qué. Hicieron kilombo caté, don Merne le mandó a todita a hacerse permanente y tinte.

Ña Zully se hizo de “madama” y Taní y Lucila según don Merne ya estaban masiado gastada, entonces se fueron en la cocina. Agüela tenía su cliente fijo, por eso nomá se quedó todavía. Se le trajo a unas cuanta nuevas. Y Mamá siqué dice que los hombre se peleaban todo por ella.

Y un día vino llegando un poco Calisto, y había sido era mi papá. Don Merne le quiso echar a patada y Agüela también, pero mi mamá lloró, lloró, lloró, y le dejaron para cantinero. Todo el día hacía problema porque era haragán y borracho. Don Merne le tenía que controlar otra ve en la cantina.

A vece sique le echaba de ahí y no se podía ir en la pieza porque mi mamá estaba con su cliente. Entonces se iba en el cuarto de la criaturada. Había vece sique estaba tan borracho que se caía luego encima de nosotros y, si no, sacaba su asunto para que se le toque.

Agüela le pilló una vez cuando me sacó mi bombacha y me hizo sentar sobre su pito. Y ahí siqué casi le mató. Le jugó con un cuchillo por su pecho. Yo ya tenía seis año, me recuerdo bien cuando ella le gritaba:

–Te viá cortar tu bola y le viá dar para que coma el chancho. Inútil, infelí, puerco.

–Aña rako, vieja de mierda. Qué lo que tanto, mejor ya que aprenda, lo mismo va ser puta como vo y tu hija.

Don Merne no le perdonó. Le hizo pegar bien por su ta’yra kuéra y después le mandó preso. No supimo nunca más de él.

Agüela me llevaba en su pieza cuando no tenía cliente, porque mi mamá no me hacía má caso y lloraba todo el día. Ña Zully se enojó y le dijo que le iba a echar en la calle. Y ahí medio se mejoró otra ve. Pero tomaba la cerveza y la caña por todito su plata.

Entonce le dijo a Agüela para salir otra vez en la calle, o sea para salir yo en el semáforo. Y se pelearon grande, porque Agüela no quería y mi mamá le dijo que se iba a ir nomá conmigo. Empezamo a irno en el semáforo de San Martín y le llevamos a Luchi, el hijo de Briyi, que era bebé todavía. O sea que un día nos ibamo con mi mamá y otro día con Briyi. Ella se quedaban por ahí y yo le alzaba al mitã'i y pedía para su leche.

Saliamo tempranito, escondido de Don Merne y de Ña Zully.

Así anduvimo mucho tiempo. Mamá se enredaba con eso tipo que anda de balde para que le den cigarrillo y cerveza. Pero le jodían todo y ella era otra ve la que compraba y le daba a ello. A vece, cuando veníamo ya estaba todito borracha anga que Agüela le tenía que meter en la canilla y acostarle.

Cuando la desgracia va pasar, pasa nomás luego.

Esa ve llovía y hacía frío, ya era de noche porque mamá se fue con un su amigo y no vino más. Nosotro estabamo descalzo y Luchí ni pantalón no tenía. Se pegaba anga por mi. Una señora bajó su vidrio y me dio un mil. Me preguntó si con quién pa estábamo. Me hice nomá yo de la boba. Había sido era la jueza y hace rato estaba pescando por nosotro.

Los policia nos alzaron en la camioneta. Y justito llegó mi mamá y le gritó toda cosa, pero lo mismo nos llevaron. Agüela se fue para traerme, pero la jueza no quiso que me fuera en el kilombo. Y me metió en el Hogar de Niña.

Esa ve a mi mamá le largaron pronto. Pero don Merne no le quiso recibir más. Y se fue ella en la Chacarita con su amigo.

Despue de un año por ahí, vino a hablar para llevarme. Le dijo a la jueza que ya se dejó de puta y que hacía tortilla para vender y firmó por un papel que me iba mandar en la escuela.

Cuando salimo me dijo:

–Ya sos masiado grande. No te van a dar más de balde la plata. Mañana te vas a ir junto a tu Agüela para que te enseñe a hacer la empanada o qué.

Me fui sola yo, porque ella no quería que don Merne le vea. Me hizo subir en el micro y me mandó. Me dijo que no vaya macanear y quedarme o qué por ahí. Y vine otra vez pronto porque Ña Zully no quería luego que se le traiga problema.

Tres año vivimo en la Chacarita, con Milciade y mi mamá. A vece él traía plata y le llevaba a farrear y ella estaba contenta, se reía todo de balde. Otro día sique él desaparecía una semana y ella lloraba. Otro día se emborrachaba y no se levantaba más de la cama.

Yo tempranito ya hacía todo mi empanada y salía a vender. Y mamá sique cuando oscurecía se iba hacia la Plaza Uruguaya a buscar cliente. A vece les traía en la casilla. Cuando le escuchaba yo ya me bajaba y me acostaba en el piso. Pero si Milciade estaba, se iban en otro lado, después ella traía milanesa y caña.

Yo no le contaba lo que él me hacía porque sabía bien que se iba enojar conmigo. Pero ella nos pilló y nos pegó con escoba. Milciade le garroteó grande, le rompió todo su boca y le echó su diente. No vino más un mes por ahí.

Y mi mamá lloraba todo el día. No salía más ni a trabajar. Y no me hablaba, ni cuando le traía la caña. Por suerte, vino sique otra vez él y se arreglaron. Milciade tenía plata y compró una televisión. Yo digo que por envidia lo que le habrán denunciado.

Mamá se fue hacia la Seccional y Milciade me mandó comprar la cerveza. Después yo ya dormí y él estaba viendo tele. Y entraron los policía con la jueza. Montón de droga había sido estaba en la fiambrera.

Me llevaron otra ve en el Hogar. Enseguida nos escapamo con mi amiga y nos fuimo en la Terminal. Ahí se van mucho los viejo a buscar la mitãkuña’i kuéra, sin falta se consigue cliente.

Mi mamá está en el Buen Pastor, pronto dice que ya va salir. Pero Milciade había sido se peleó con otros preso en Tacumbú. ¡Y le mataron!

Agüela dice que mi mamá anda como esas loca. Se rabia por mi culpa porque se fue la jueza en la casilla. Llora anga porque le traigo desgracia y siempre le hago perder su hombre.

Yo estoy juntando la plata para que ella mande poner su diente y hacer permanente para que esté linda. Así hade encontrar otro que le va a querer.

Y ya digo sidioquiere no se va más enojar conmigo.

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