Fotos: Nadia Monges

Roberto “Chirola” Ruiz Díaz conversa con Augusto Dos Santos para el programa “Expresso” del canal GEN. El líder de las consagradas bandas “Los Kchiporros” y “La de Roberto” habla sobre el proceso creativo que significa esto de tocar en Paraguay y la identidad que quiere mostrar. Anuncia que están trabajando en un nuevo disco que tiene un mensaje para todos, en estos tiempos muy difíciles: “Hasta Arriba”.

–Au g u s t o Dos Santos (ADS): Teniendo en cuenta toda tu trayectoria, ¿qué opinás del “Toto” Berizzo al frente de la selección hoy?

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–Me preocupa la selección. Hace muchos años que no cosechamos triunfo. Eso incentiva y ayuda a que el pueblo esté bien de ánimo. Me parece importante, revisar el proceso. A mí me encanta el fútbol. Traté de ser futbolista.

–ADS: ¿Hace cuánto colgaste los botines vos?

–Yo me rompí los ligamentos cruzados.

–ADS: Es una lesión que suena profesional, si se puede decir.

–Sí… yo jugué en Intermedia, terminé el colegio e ingresé a la facultad y me invitaron hacer esta prueba. A jugar tipo jugadores libres, quedé. Viajé a Brasil a hacer un experimento. Hice pretemporada con el club General Caballero de Zeballos Cué el año que subió a Primera. Y ahí de refuerzo, en la sub 23 cuando comenzaba, cuando estaba motivado, me rompí los cruzados jugando un partido contra Cerro Porteño. Fue terrible. Recuerdo que hice mi recuperación con el profe De León (Carlos), con Mauro Caballero, que también estaba recuperándose. Y coincidí en ese momento mágico que ellos estaban en ese proceso y yo era un pibe que también le conocía al profe Carlos que me entrenó para tratar de volver a jugar. Pero la verdad que ya no volví a tener la misma sensibilidad ni el mismo amor por jugar. Mucho respeto al sacrifico que significa ser futbolista. Lo que yo no quería era hacer trabajo de oficina, pero rápidamente la música me llamó. Pero dejame responderte lo de la selección. Me gusta la dinámica, creo que jugamos mejor que Argentina, pero falta algo. Me parece que hay una cuestión psicológica que pensar como paraguayos, luego. Tenemos todo para lograrlo pero siempre parece que dudamos.

–ADS: ¿Verdad? Te da esa sensación viendo un partido, ¿no? Incluso ganando.

–No sé si eso se puede trasladar a todo el país. Es como que sabemos que somos buenos, pero en algún punto de la competencia, nos cuesta creérnosla.

–ADS: ¿Cómo podés pintarnos toda esa hermosa experiencia que ya lleva años, en etapas, digamos, y si tienen nombres esas etapas?

–La historia es un poco conocida de que estábamos jugando. Siempre fuimos musiqueros, o cancioneros. Nos gustaba tocar la guitarra, hacer peñas, tratar de encontrar de qué hablar. Siempre me gustó sacar canciones de artistas que me gustaban. Y analizar las letras. “Cómo hace para expresar esta ideas en palabras”. La música no era algo muy viable en Paraguay. Hasta ahora cuesta muchísimo. En ese momento simplemente estábamos jugando. Estábamos jugando al límite de lo que podíamos hacer y no. Le llamo la etapa de descubrimiento de alguna manera. Sin pensar, sin querer, nos topamos con esto que algunos llaman “éxito”.

–ADS: Y fue muy pronto.

–Casi sin poder respirar, sin poder pensar, ya estábamos en un escenario y estábamos viajando por todo el país y éramos populares, tapas de diarios, de programas.

–ADS: Quiero volver al fútbol para decirte nada más esto. Muchos buenos jugadores cayeron a consecuencia de un éxito muy temprano. ¿El caso de ustedes fue asimilar esa etapa?

–El futbolista tiene la cuestión que es individualismo, ¿no? Si lográs tener un buen equipo, vas. Nosotros tuvimos la suerte de construir realmente. En esa primera etapa realmente no sabíamos qué podía pasar. Aprovechamos la ola y nos dejamos llevar hasta donde se podía. Nosotros también éramos conscientes de que podía terminar en el verano siguiente, así que lo disfrutamos muchísimo. Tampoco sabíamos la repercusión que podíamos tener. Nada. Tampoco había tantas celebridades en Paraguay entonces. Muchos ven a los artistas populares que tienen mucho alcance y ya. Pero fue también, superduro entender lo que significa tanta exposición. De lo que genera ese fanatismo, para bien y para mal. Sentimos muchísimo amor, pero también mucha rabia, descontento, en algún momento hasta fuimos chivo expiatorio, por qué no decirlo, de otros géneros o de otras cosas. Pero mirando atrás, creo que lo que hicimos fue patear el avispero como muchas veces lo hicimos en nuestra carrera. Hacer algo que nadie estaba haciendo. Animarnos a ser un poco imprudentes, desfachatados de la manera de hacerlo. Eso nos llevó al menos, un eclecticismo de que pudimos hacer de todo, y nuestro primer álbum, que fue supersponsoreado, o que fueron nuestros mentores, en este caso, Mariano y Mosca, de los Auténticos Decadentes, que hasta hora nos queremos muchísimos y que en esa época eran inalcanzables. Y ellos nos dieron un mensaje muy claro: Concéntrense en las canciones, más allá del género. Que expresen algo. Busquen bien adentro dónde está la idiosincrasia de cada uno.

–ADS: La conexión, ¿no?

–Y esa primera etapa fue supersimpática, divertida. Porque, además, en esa etapa te das cuenta que dejás lo amateur y te comprometés a una nueva vida… imagino. Esa es la segunda etapa realmente. Porque esa primera etapa viene con esa realidad. Entra toda nuestra apertura al gran Paraguay. Entender de dónde somos. Por qué nacimos en esta ciudad. Qué tenemos para dar al resto de Latinoamérica. De repente hasta los géneros tropicales fueron una inspiración muy grande, porque cómo tocar fibras que a la gente le haga mover y al mismo tiempo pensaba, esto me parece simpático, pero cómo voy a hacer para proyectar en mi vida algo que a la gente le divierta pero también le haga pensar. Esa es la segunda etapa. Con todo el amor y el dolor que podemos recibir de ambos mundos. Porque nos han tirado piedras, flores, sillas, una exageración pero ese aprendizaje fue buenísimo en ese sentido.

–ADS: Estaba pensando en esto de construir empatía en algo que empezó a surgir con más fuerza, que es superar esa cosa que estaba muy presente en el pasado, el canto testimonial era una cosa y lo comercial otra. Te vimos cantar con Ricardo Flecha, por ejemplo.

–Con Berta Rojas…

–ADS: Sí, por eso ¿Cuánto de sentido social tienen vuestras canciones?

–Y ahí hablamos de la segunda etapa. Que yo le llamo también como el nacimiento del arte, ¿no? Tenemos estos recursos, esta llegada, tenemos esta amplitud. Cómo hago para construir un personaje que tenga cosas que decir para uno mismo, porque yo también sentía que tenía que exteriorizar un montón de cosas. No promover, enseñar, no educar, sino sacar cosas que tenía adentro, casi como terapia. En ese momento la banda también se divide. Hay como un cambio drástico casi de estilo, de productor, de compositor. Hasta ese momento, en los primeros álbumes yo simplemente fui un intérprete. Metía algunas canciones, mi primer hit de la banda fue “Ruta 1 y Ruta 2”. Una canción simple pero que ya narraba de alguna manera la vivencia nuestra, o nuestra mirada de Paraguay de adolescente. El quiebre viene con un álbum que se llama “Señor Pombero”, que es un álbum para mí fabuloso desde lo personal. Porque es un disco pop, es tropical, porque es un disco que no niega nuestros rasgos rockeros. Y creo que generó eso, es como la culminación de una primera etapa que nos promocionaba, o nos proyectaba como una banda mucho más seria.

–ADS: Además porque supongo que son etapas en las que se empiezan a instalar el hecho de no negociar con la calidad, de no negociar con el profesionalismo, de no negociar con la tecnología, de buscar la mejor infraestructura…

–Todo rato estamos negociando igual, haciendo excepciones internas, no, pero cada vez más y a partir de esa etapa que es bueno lo decís, que creo que algo muy positivo fue aprender a decir que no. A nosotros se nos dieron las cosas de golpe, abruptamente, intensamente, y entonces tuvimos que aprender a tocar. A vestirnos, a hacer un show, a comportarnos en una entrevista, todo así a la luz pública. Y cuando llegó ese momento creo que, no dejamos de cometer errores seguramente, pero estaba ya mucho más sólido eso que decís. Para seguir cantando, sin despreciar lo que ya se hizo, pero sí mirando críticamente lo que sirvió y no, lo que dejamos por ahí vibrando, era a los cinco años de la banda, fue fundamental sentir y vibrar con lo que estaba cantando. Y entonces ahí aparecen canciones como “Señor Pombero”, las “Estrellas del interior”, y que son músicas que tienen paisajes. Hablamos de cerros, de arroyos, de qué pasaría si el pombero viniera a la ciudad y se encontrara con nuestros congresistas en la calle, por ejemplo, ese tipo de fábulas.

–ADS: Fantástico. Creo que ese es un esfuerzo no solamente para generar identidad con el sitio al que pertenecés, sino también para transmitir para afuera.

–Empezamos a viajar. Tuvimos la suerte de estar en muchos países de Latinoamérica. Fuimos a Estados Unidos y a Europa también. Y lo que veíamos era que teníamos algo especial, éramos una especie de bicho raro dentro de la comunidad artística latina, tuvimos un poco de notoriedad. Y se nos ocurrió que teníamos que encontrar la forma de usar nuestra forma de hablar y expresarnos para comunicarnos con el resto del mundo. Y de hacerlo de una manera medida también, porque si era muy de adentro, quedábamos muy local. Creo que seguimos buscando ese idioma para comunicarnos con Latinoamérica, pero conseguimos algunas cosas.

–ADS: Sí, partir de lo local para ser universal, que es el viejo desafío en todas las artes.

–En esa segunda etapa, a los dos o tres años que viene otro álbum que fue reimportante. Creo que ya es algo más avanzado. Es como volver a revisar lo que hicimos en el álbum anterior y llevarlo un poco más a la poética narrativa personal. Hay una canción que se llama “Los Ojos Rojos”, que supongo es la música más políticamente filosa que tiene la banda que habla del lugar de donde somos. De descubrir de dónde somos. Porque nadie eligió dónde y en qué condiciones y cómo eso te convierte en paraguayo, ¿no? Escuché una reflexión hace poco que decía que nuestra raza es tan mestiza, que hasta ahora estamos buscando nuestra identidad. Y esa canción, que se llama “Los Ojos Rojos” es casi rabiosa, por así decirlo, de plantar una bandera, por la forma de narrarse.

–ADS: Se me hace que una de las causales de este éxito es no haberse quedado en un lugar de confort. Ustedes advirtieron también transformaciones, o nuevos rostros en materia de públicos, y digo en plural, que se han sumado como nuevos seguidores.

–Dos cosas, cuando empezaba la entrevista y hablaba del éxito, me refería a ese éxito que no sirve para nada. O sea, que sí sirve, para hacer un poco de notoriedad, de prensa, de ser un poco famoso. Está bueno, le sirve a quien le sirve. A mí, a nosotros, el éxito es seguir vigente. El éxito es generar industria alrededor. Es promover a los nuevos talentos. Es seguir creciendo internacionalmente y, dentro de todo, seguir haciendo lo que nos hace felices.

–ADS: No te estoy pidiendo un secreto industrial si te pregunto cómo se hace para estar siempre vigente.

--------–Pero ya lo dijiste. Nunca estar en la zona de confort. Nunca ni con los Kachis, ni con La de Roberto, donde me proyecto de solista, nunca me sentí cómodo antes de un lanzamiento. Antes siempre me viene un montón de dudas, en la búsqueda, me entran inseguridades serán. Pero tiene que ver con una búsqueda justamente. Yo digo que si tuviera que estar cantando lo que cantábamos en la primera época, solamente para hacer dinero o sólo para tener un trabajo, muy difícilmente estaría haciendo esta entrevista. Hasta ahora me apasiona subirme a un escenario. Digo que cada vez más encima el repertorio que tocamos, para mí, vibrante. Siento que me conecto con el espacio y tiempo donde algunas canciones fueron compuestas. Hay momentos superemotivos dentro de los shows. Hay mucha fuerza. Creo que eso se transmite y es fundamental. Esto se termina cuando ya no nos dé la energía. Cuando ya no nos guste lo que decimos. Cuando ya no hay qué perseguir. Pero hay tanto que lograr aún. Y hasta que aguante el cuerpo también.

ADS: ¿Hay gente que recordás en este camino al respecto de cosas que siempre personalizan a un grupo?

–Tuvimos varios personajes muy importantes en nuestra historia. En la primera época obviamente Mariano y Mosca, de Los Auténticos, que son nuestros amigos y nos queremos un montón. Y cada vez que podemos nos damos un abrazo, compartimos un rato. Luego hubo un personaje superimportante, “El Chávez” es su nombre artístico. Matías Méndez fue el productor justamente de ese quiebre, de “Señor Pombero”. Pero más allá de eso creo que siempre supimos manejar las energías, no solamente de la banda, sino de todos los que colaboraban alrededor. Vos decías que se forman tribus, ecosistemas, está bueno poder involucrar y sacar energía de toda esa gente. Hoy en día esa gente es una escena nueva que nosotros también desde nuestra productora, de nuestro sello promovemos talento nuevo y al mismo tiempo nos nutrimos un montón de eso. De lo que es tendencia, de lo que es bueno. Cero estar en esa posición que decías de confort, en una zona cómoda donde esto es lo que a mí me gusta y eso se impone. Recurrir a la música nueva pero también a la música vieja. A los vinilos, a los clásicos.

ADS: A propósito de ese punto, quiénes son tus inspiradores históricos.

–No sé… puedo caer en lo tradicional, desde los Beatles, Bob Marley, hasta Maneco Galeano.

–ADS: Es bueno que exista esa amplitud. Probablemente ustedes son la generación que superó ese trauma de la cerrazón a nivel cultural.

–Definitivamente nosotros apostamos a romper ese estigma de no, ese es rockero, no, ese es tropical, ese hace hip hop. No conscientemente quizás, pero agitar eso hizo que de repente, pero también el mundo no. Nosotros no descubrimos nada, pero en el ambiente local le sacamos un poco la seriedad o el formalismo de hacer música. Y hablabas de ese punto de intercambio de no sentirse mal al hacer música comercial, el estar orgulloso de ser un entertainer está bueno porque te permite seguir mutando.

ADS: Ustedes también se instalan temporalmente en el epicentro de transformaciones importantes en el mercado musical. Casi en el momento de que nos despedíamos de los formatos físicos ¿Qué desafíos encierra esta nueva forma de comunicarse con eso vital que es el negocio de la música y ya no por medios físicos como los discos, por ejemplo?

–Y cambió drásticamente. Me gusta ser de la generación que fácilmente se pueda adaptar a esos cambios, pero también escuché cassettes en mi walkman, también llamé por teléfono de línea baja, también escribí cartas. Estamos en ese punto justo generacional que pudimos tener un poco de los dos.

–ADS: Las generaciones de transición son muy enriquecidas.

–Lo que sí me preocupa de la nueva generación, y no es que me preocupa sin fundmentos, sino por los propios estudios, es la angustia que genera pensar que siempre fue así. Que siempre fueron las redes sociales lo que determinaban quiénes eran famosos o importantes y quiénes no. Los estándares culturales y de bellezas.

–ADS: Las urgencias.

–Y la ansiedad que genera todo esto del consumo. Y lo siento en carne propia, yo mismo lo siento en carne propia porque sigo a muchísimos artista y cuando estoy escrolleando que le dicen, siento como que de repente me genera como que, todo el mundo nomás es mejor que yo. Y eso como que se retroalimenta y eso genera mucho caos interno.

–ADS: ¿Puede escapar uno de esa voracidad? Supongo que es más fácil cuando ya alcanzaste el éxito.

–Yo no sé qué es el éxito, de lo que estoy pretendiendo. Honestamente el éxito es la claridad. La paz mental.

–ADS: ¿Y se puede escapar de ese monstruo que diariamente te pide estar colgado del twitter, de las redes?

–Imagino que como vos, por tu rol, ya estoy acostumbrado a la hiperinformación y a tener el segundo a segundo lo que está pasando. Y como comunicador es muy difícil escapar de eso porque tenés que estar al instante. Como artista consciente del mundo también es difícil, pero como creador es necesario escaparse de eso. No se puede estar todo el tiempo conectado a eso, absorbiendo toda la mala onda, y toda la distracción que se genera en redes. Creo que hay que elegir. Elegir cerrar un rato la cuenta. Borrar la aplicación. Algunas veces me veo borrando aplicaciones.

–ADS: ¿¡Cuántas acumulé!?

–Dura un poco, después vuelvo, y tipo voy dosificando. Creo que la más adictiva de alguna manera, todas son adictivas, es la función, hay documentales que hablan de eso. De cómo nosotros somos el producto. Y no encuentro solución. Son adicciones.

–ADS: ¿Cómo ves la música en Paraguay? ¿Qué cosas te satisfacen? ¿Qué cosas te preocupan?

–Me satisface saber que hay un semillero impresionante. Me encanta escuchar canciones nuevas. Yo soy muy cancionero. Creo que dentro del mundo de la música hay vertientes, uno puede ser un excelente intérprete, solista, intrumentista, lo mío fue agarrar un poco eso y enfocarme en las estructuras de las canciones y de cómo se arman las palabras. Le di mucho énfasis a eso. Cómo me expreso, qué palabras elijo usar. Y cómo dentro de eso le busco la identidad a mi forma de decir las cosas. Entonces me apasiona cuando encuentro a alguien que encuentra adentro suyo la manera de reenviar el mensaje. Y aparte veo mucho talento también. Me preocupa la falta de industria. La falta de interés. Lo difícil que fue especialmente para los artistas esta pandemia. Aunque para todo el mundo artístico me imagino que fue difícil y muy golpeado. Pero particularmente en Paraguay nos dimos cuenta de la falta de agremiación, de organización, objetiva, no política. De lo difícil que es todavía generar industria en todo el sentido, no. No solamente yo toco, sino formalizar la parte ejecutiva. Los registros.

–ADS: ¿Y te parece que falta mucho camino?

–Creo que hay intentos serios y hay actores que hacen la diferencia, pero no es suficiente. En carne propia sentí la resistencia que hay a ciertos cambios que ayuden tecnológicamente a formalizar porque está demasiado arraigado todavía como en otras partes del país, una forma antigua de hacer las cosas “así nomás”. Y eso pasa, vos sabrás, en demasiados niveles. Creo que falta un salto generacional. Donde los responsables de ciertos lugares culturales, instituciones culturales, tengan una visión más apropiada sobre las nuevas generaciones. Creo que lo peor que se puede genera y que se generó la lucha de sectores culturales o la no aceptación que los tiempos cambian. Dios quiera que el día de mañana mi nieto no tenga que estar peleándose por lo que pasó hace mucho tiempo.

–ADS: Así como allá afuera los políticos están pensando en el 2023, ¿cómo está pensando Chirola y sus amigos, cómo ves el 2025, por ejemplo?

–Ya es muy lejano (risas).

–ADS: Bueno, pero hablemos de la pandemia, porque no se puede hablar de futuro sin pensar en esto que nos pasa.

–Profesionalmente ahí y personalmente te cuento que un tiempito antes, o meses antes, estábamos en una que realmente estaba a punto de pasar con nuestra banda con todo lo que estaba pasando acá con nuestro proyecto, con la efervescencia. Nosotros además de la banda tenemos una productora que estaba haciendo festivales, enormes, hermosos, superbién logrados, con artistas que admiramos muchísimo, montón de artistas latinos que pisaron Asunción, estábamos promoviendo eso. Veníamos de hacer un show grande en México, otro enorme en Nueva York, de ahí pasamos a hacer el Cosquín Rock en Córdoba. En las noticias veo que hay un virus y de repente paró todo. Y yo estaba pensando que me sentía un poco cansado y que quería un poco de tiempito, pero jamás me iba a imaginar que iba a ser esto.

–ADS: Parece una película…

–De terror. De terror.

–ADS: Se ve mucha gente golpeada, arruinada.

–Especialmente emocionalmente. Tengo que admitir que estuve un año más o menos reimaginando o repensando, qué soy o que sería, si no tengo lo que conozco como vida, porque prácticamente todo lo que me tocó transitar, viajar, cantar, tocar, viajar de nuevo, componer, grabar, salir, hablar con gente, abrazarme, sentir la adrenalina, eso de alguna manera se extraña, también es una terapia.

–ADS: Y dentro de este año terrible, tengo entendido hay alguna novedad para los próximos meses.

–Es cierto. En realidad hace un tiempo largo que venimos trabajando y proyectando un álbum que está totalmente fuera de nuestra zona de confort. Al punto que me generó muchísimos cuestionamientos. Estoy seguro qué es lo que queremos hacer ahora. No sé si será permanente, no es mirando a futuro ni atrás. Es ahora. Y ahora hay un mundo de pandemia, que necesita una alegría. Pero no una alegría superficial nomás. Hay que como reflexionar sobre lo que cantamos, lo que decimos, qué tipo de mensajes queremos dar. Para nosotros también. Y creo que este álbum tiene eso.

–ADS: O sea, estamos hablando de un álbum.

–De un álbum. Sí. De siete canciones que se va a llamar “Hasta arriba”. Un concepto rápido es que después de caer tanto, no queda otra que mirar para arriba. Y que al mismo tiempo habla un poco del éxito, de seguir subiendo. Al mismo tiempo se refiere a reinventarse, resucitarse, renacer, reagruparse, todo eso me parece que nos lleva a un momento musical.

–ADS: ¿Y la construcción musical tiene algún antecedente, exploraciones nuevas?

–Supernovedades. Uno que trabajamos con productores diferentes, no es tan homogéneo en la manera de pensar o encarar la producción. Tiene mucha programación electrónica que justamente tiene que ver con esta modernidad actual. Y me parece que las letras están afiladas. Disfrazadas de ritmos de reggae, o de reggeaton, o de electrónica, o de hip hop, ahí hay supongo una poesía muy pensada, que si llega hasta la gente, sería hermoso.

–ADS: ¿Cómo es convivir con la banda?, porque es un proceso químico que es tan importante, porque no es lo mismo –y con todo respeto a todos los oficios– tener una fábrica y otra es tener una banda. Hay mucha más subjetividad, ¿cómo es?

–No sé dónde hay más sangre, en un grupo o en una fábrica de embutidos (risas). Tuvimos momentos duros, momentos muy personales, tuvimos quiebres, hubo pérdidas también, hubo momentos buenos y momentos malos. Hay otro, un grupo dirigencial dentro de la banda que somos cuatro que hemos hecho talleres, hemos aprendido a decir gracias, a pedir por favor, a hacer un montón de cosas, hemos hecho terapias de bifes, hemos roto alguna puerta, de los nervios, pero me parece que lo fundamental es que todavía nos gusta nuestra compañía y que cada uno asume un rol protagónico. Igual no tengo idea de cómo va a ser la vuelta. Ahora hay que prepararse, mental y físicamente, ni qué decir, para moverse.

–ADS: ¿Cuánto implica de desgaste un concierto, requiere mucho estado físico?

–Depende de la edad. Y la edad no depende de los años. Depende de la columna vertebral, de cómo de flexible estás. De cuánto le dedicás a eso. Yo estoy pensando en lo que viene, es una nueva industria, no sé qué es. Pero sé que cuando vuelva, uno tiene que estar más lúcido. Un poco más agradecido.

–ADS: Una cosa más de mística, ¿será?

–Definitivamente. Nos dimos cuenta de que todo es efímero. Y que tenemos muchísima suerte de hacer lo que hacemos y que desperdiciamos un montón de tiempo y energía en la noche, de repente, que está buenísima, porque es inspiradora, pero hay que aprender a dominar.

–ADS: Ese mito del Paraguay, mercado pequeño, supongo que es un obstáculo que también tratan de evitar.

–No es un mito. Somos pequeños, y en la escena internacional todavía falta fortalecer la identidad y el reconocimiento; para eso tiene que haber estructura y entidades más sólidas de manera que uno pueda reinvertir en sus artes y no tiene nada que ver con que seamos un país pequeño. Justamente vi en un documental cómo un país como Suecia, que básicamente cambió la industria del pop haciendo cientos de canciones como productores. Entonces se trata de ganas, de trabajo duro y también de una pizca de suerte, pero definitivamente de una promoción cultural.

–ADS: Finalmente, ¿qué hacemos con Berizzo?

–No sé realmente. Que vuelva el “Tata”.


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