El superexplotado planeta acumula 80 mil toneladas métricas de plástico en los océanos de las que la misión más grande realizada hasta el momento consiguió retirar solo 100 toneladas. La Nasa consiguió transformar el CO2 de Marte en oxígeno justo cuando los chinos lograban amartizar un robot en el planeta rojo. El increíble desarrollo de las lentes llevó la fotografía a entregar las imágenes más increíbles como las que se espera pueda aportar la sonda Juno de las lunas de Júpiter. Nueva Zelanda se apresta a ensayar la electricidad inalámbrica mientras el avión supersónico “Overture” promete unir Londres con Nueva York en 3 horas en el 2029.

Detrás del dolor de la pandemia se mueve un mundo donde los avances tecnológicos ocu­rren a una velocidad sorpren­dente gracias a la informática que permite la multiplica­ción de conocimientos a una escala nunca antes vista.

En estos días, el consorcio internacional T2T logró secuenciar las 3.055 millo­nes de nucleótidos, las letras químicas con las que está escrito el libro de instruc­ciones de una persona, el ADN completo.

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El descubrimiento podría ayudar a la cura del cáncer, por ejemplo.

Hace 20 años otro consorcio había presentado el primer borrador y hasta estos días la situación era cómo describe el bioinformático estadou­nidense Adam Phillippy, un puzle de un paisaje, en el que faltaban las piezas del cielo.

“El manual de funciona­miento de las células, ple­gado en su interior, es bási­camente una gigantesca molécula de ADN de unos dos metros de longitud. Ahí están las directrices para que, por ejemplo, una neu­rona del cerebro sepa trans­mitir un pensamiento”, comentó un artículo del dia­rio español El País.

Los investigadores sostienen que se abre “una nueva era de la genómica, en la que nin­guna región del genoma está fuera del alcance”.

Los autores publicaron un borrador con sus resultados el 27 de mayo. Con sus nue­vos datos, el genoma humano tendría 19.969 genes asocia­dos a la producción de proteí­nas, 140 de ellos descubier­tos por el estudio.

LA ENERGÍA

Un motor de plasma podría hacer volar aviones en un futuro no muy lejano, ase­guró Jau Tang, investigador e ingeniero de la Universi­dad de Wuhan, China. Lo haría usando solo la electri­cidad y el aire a su alrededor como combustible.

“Nuestros resultados demostraron que dicho motor a reacción basado en plasma de aire de microon­das puede ser una alterna­tiva potencialmente viable al motor a reacción con­vencional de combustible fósil”, dijo el responsable de un pequeño prototipo que pudo elevar una bola de acero de un kilogramo sobre un tubo de cuarzo.

Lo hizo creando microon­das con un magnetrón. Estas microondas se sinto­nizan y potencian en una cámara para luego generar un chorro de plasma que se emite a través del tubo de cuarzo sobre el que se hizo flotar la bola de acero.

Tang entiende que con la potencia necesaria, se podría hacer volar un jet comercial sin emisiones de efecto inver­nadero. “La motivación de nuestro trabajo es ayudar a resolver los problemas de calentamiento global debido al uso que hacen los humanos de motores de combustión de combustibles fósiles para impulsar maquinaria, como automóviles y aviones”, dijo.

No quedan allí las cosas sor­prendentes.

EL SUEÑO DE NIKOLA

Nueva Zelandia se acercará a cumplir el sueño de Nikola Tesla, cuando Powerco, la segunda distribuidora de elec­tricidad pruebe la energía ina­lámbrica a fines de este 2021.

Lo hará a través de un pro­totipo desarrollado por la empresa Emrod que tiene unas “rectennas”, que pasan microondas de electricidad de un punto a otro rebo­tando en postes ubicados estratégicamente.

“Prevemos que habrá muchas reacciones similares a las que hemos visto con el 5G”, dijo Greg Kushnir, creador de la tecnología. “La gente se opone a la radiación adicional que les rodea, y es completa­mente comprensible”. Pero por suerte, dice, el haz controlado de Emrod no emite ninguna radiación. No es un patrón tipo ‘spray’ como el de una antena de teléfono móvil”, expuso.

En principio lo harán pro­bando con “unos pocos kilova­tios” a lo largo de 1,8 km, para, con el tiempo, ir aumentando potencia y distancia. Kushnir dice que el sistema se acerca al 60% de eficacia.

Vale decir que otras empresas estadounidenses, japonesas y de Singapur, desarrollan ideas similares, aunque algunas de ellas utilizarán láser para el transporte.

También se reportaron en estos días avances en la elec­tromagnética. Greg Brittles desarrolla un prototipo de un reactor de fusión para Toka­mak Energy. Básicamente dentro del mismo 2 átomos de hidrógeno, sometidos a calor y presión y se fusionarán para formar helio. Durante ese pro­ceso, parte de la masa de hidró­geno se transforma en calor (plasma) que se usa para pro­ducir electricidad. Para poder contener ese plasma se utilizan imanes que crean un campo magnético al efecto.

Para ello desarrollaron un súper imán enrollando unos 300 kilómetros de cinta elec­tromagnética hecha de cobre y bario, en forma de “D”, en un artefacto que pesa unas 10 toneladas.

La idea es usar 18 de estos imanes que tienen unos 2 metros de altura en el reac­tor que tendrá la forma de una manzana, se adelantó.

El mismo estaría operativo recién en el 2030.

Todo dependerá de las inver­siones que hagan los gigan­tes de la energía, los líderes de un mercado anual de 300 mil millones de dólares, para ir reemplazando el petróleo, una tendencia está comenzando a verse paulatinamente.

EL ESPACIO

La ciencia ficción parece hacerse realidad.

La Nasa consiguió transfor­mar el dióxido de Carbono (CO2) de Marte en oxígeno justo cuando los chinos logra­ban amartizar un robot en el planeta rojo y Japón quiere llevar un transformer a la luna el año que viene.

El Perseverance, un robot cien­tífico de seis ruedas que ate­rrizó en el planeta rojo el 18 de febrero pasado puso en mar­cha el Moxie (Experimento de utilización de recursos in situ de oxígeno en Marte, su sigla en inglés) para producir unos 5 gramos de oxígeno, que equivaldrían a unos 10 minutos de respiración para un astro­nauta, celebró la Agencia Espa­cial estadounidense.

Poquito, sí, pero no deja de ser impresionante.

Usando la electrólisis, Moxie separa los átomos de oxígeno de las moléculas de dióxido de carbono. El CO2 es el compo­nente principalísimo (95%) de la atmósfera marciana que se completa con nitrógeno molecular y argón ya que el oxígeno existe en cantidades insignificantes.

El artefacto, que tiene el tamaño de una tostadora de pan, está diseñado para gene­rar hasta 10 gramos por hora y volverá a ser probado otras 9 veces durante los próximos dos años en diferentes condiciones y velocidades, dijo la Nasa.

Todo mientras el robot chino Zhurong comenzaba a rodar por el planeta rojo. Llegó a bordo de la sonda Tianwen-1 que reportó el éxito con los 18 minutos de retraso que tienen los mensajes de radio para reco­rrer los 320 millones de kiló­metros que nos separan en la actualidad de Marte.

También orbita el planeta la misión Hope, de los Emiratos Árabes Unidos, aunque no está diseñada para amartizar.

Una sonda de la Unión Sovié­tica logró tocar la superficie en diciembre de 1971, pero la comunicación con la misma se perdió segundos después de que tocara suelo marciano por lo que se considera que el primer amartizaje exitoso de la historia fue el realizado por la Nasa, en julio de 1976 con el Viking 1 y, posteriormente con el Viking 2 en setiembre de ese mismo año, recordó la BBC.

El éxito de los robots puede dar un paso adelante más cuando el transformer japonés ruede por la Luna en el 2022. Un inge­nio en el que interviene Tomy, la compañía de juguetes, que trabaja en conjunto con Jaxa, Sony y la Universidad de Dos­hisha en un experimento que puede cambiar el curso de las prospecciones en las superfi­cies tanto de nuestro plateado satélite como del planeta rojo.

SUPERSÓNICO

Fue otra noticia impresio­nante de estos días. La aero­línea United compró 15 avio­nes “Overture” que prometen conectar Nueva York y Londres en 3 horas volando a velocida­des de Mach 1,7 (unos 2,082 kilómetros por hora). De allí la apuesta a que unan el aero­puerto de Newark, cercano a New York, con Frankfurt en cuatro horas y de San Francisco a Tokio en seis horas.Fabrica­dos por la compañía aeroespa­cial Boom Supersonic los avio­nes tendrían ensayos en el 2026 y recién en el 2029 estarían lis­tos para transportar pasajeros.

Lo increíble: Será el primer avión comercial en tener cero emisiones al funcionar con combustible 100 % sostenible (SAF, en sus siglas en inglés).

El consejero delegado de Uni­ted Airlines, Scott Kirby, dijo que el plan estratégico de la compañía es convertirse en una aerolínea “más innova­dora y sostenible y los avances tecnológicos de hoy hacen que sea más viable incluir aviones supersónicos”, “La visión de Boom para el futuro de la avia­ción comercial, combinada con la red de rutas más sólida de la industria, brindará a los pasa­jeros de negocio y ocio acceso a una experiencia de vuelo este­lar”, aseguró Kirby.

El mundo para los megamillo­narios se hace evidente con la promoción que se hizo en estos días del prototipo de yate que se convierte en submarino. Cos­tará 800 millones de euros de acuerdo a lo informado por la empresa Migaloo Private Sub­mersible Yachts. Será cons­truido al gusto de sus propie­tarios con una eslora de entre 225 y los 283 metros.

La empresa diseñó varias líneas de este tipo de embar­caciones siendo el Migaloo M7 su ejemplar más exclusivo y caro: tiene piscina al aire libre, jacuzzi, sala de cine, sala de juegos y helipuerto.

La velocidad en la superficie alcanza los 40 nudos. Bajo el mar supera los 20 y es capaz de mantenerse a una profun­didad de 300 metros durante varias semanas.

LA GRAN ISLA DE BASURA

El superexplotado planeta acumula 80 mil toneladas métricas de plástico en los océanos de las que la misión más grande realizada hasta el momento consiguió retirar solo 103 toneladas.

Fueron 48 días de trabajo en la Gran Isla de basura en el Pacífico, ubicada entre California y Hawái, donde el Ocean Voyages Institute, una organización sin fines de lucro para ayudar a pre­servar los océanos del mundo, llevó adelante la ejemplar actividad.

Los objetos que más aparecieron en la recolección fueron equipos de pesca comercial y ‘redes fantasma’ en las que estaban atrapados numerosos esqueletos de tortugas.

Mary Crowley, fundadora y directora ejecutiva de Ocean Voyages Institute, hizo un llamado a sumarse a la tarea, ya que quedan 80 mil toneladas métricas de plástico que abordar.

“No tengo ninguna duda de que nuestro trabajo es hacer que los océanos sean más saludables para el planeta y más seguros para la vida silvestre marina, ya que estas redes nunca más enre­darán o dañarán a una ballena, delfín, tortuga o arrecifes”, dijo explicando que todo lo recolec­tado será reciclado convenientemente.

EL SOCAVÓN GIGANTE DE MÉXICO

Sorprende al mundo el socavón que ya tiene más de 100 metros de diámetro que apareció en Santa María Zacatepec, en el estado de Puebla el pasado 29 de mayo. La población está en la falda del volcán Popocatépetl.

Aunque aún no existe una explicación oficial al socavón, el personal a cargo de los estudios geofí­sicos y geotécnicos del suelo y el subsuelo estima que es resultado de una falla geológica y de varia­ciones hídricas. Entre tanto, pobladores y activistas locales atribuyen el fenómeno a la sobreex­plotación de mantos acuíferos por parte de grandes conglomerados industriales.

Según explicaron este martes los expertos, el nivel del agua en su interior baja de noche y aumenta de día. No obstante, sigue sin saberse hacia dónde va el líquido y qué ocurre con la tierra que se des­prende aunque el río junto al socavón de Santa María Zacatepec huele a azufre y hay aves muertas

Los pobladores se percataron que, desde días antes de que se hundiera la tierra en los campos de cultivo, el color del río empezó a cambiar y de él salía un aroma fuerte. Investigadores tomaron muestras de agua de él, de las tuberías y del vital líquido que salió en las profundidades del socavón.

En el pueblo se preguntan si fue provocado por la actividad del volcán o por la sobreexplotación de los recursos naturales de la zona.

IMÁGENES INCREÍBLES

El increíble desarrollo de las lentes llevó la fotografía a entregar las imágenes más increíbles como las que se espera pueda aportar la sonda Juno de las lunas de Júpiter.

Este lunes 7/5, volará a baja altitud sobre Ganímedes, el satélite natural más grande del Sistema Solar.

Luego, a partir de septiembre, la Nasa prevé fotografiar Europa, la luna congelada que algunos astro­físicos creen está habitada por alguna inteligencia extraterrestre.

En estos días se conoció la obra mayor del astrofotógrafo finlandés J-P Metsavainio. Una foto de la vía láctea que le tomó 1250 horas de exposición y 12 años de trabajo.

Desde el 2009 fue fotografiando 234 partes individuales que finalmente armó como un gigantesco puzzle con una resolución de 100.000 píxeles de ancho

“Creo que esta es la primera imagen que muestra la Vía Láctea en esta resolución y profundi­dad en los tres canales de color” en la que exhibe desde Tauro hasta Cygnus espacio en el que se estima hay 20 millones de estrellas visibles.

La maravilla de las lentes llega también a más de 4.500 metros de profundidad en el Océano Índico hallando nuevas sorprendentes especies como el Emperador Dumbo o a transformar en arte minimalista la fotografía de cabezas de insectos.

Yudy Sauw en su estudio de Tangerang, Indonesia, coloca a los insectos a una distancia de su cámara que ronda entre los dos y los diez centímetros.

Iluminando especialmente y con las más desarrolladas lentes macro, consigue los retratos más impactantes de moscas, abejas, arañas y hormigas. “Me encanta la macrografía porque puedo ver claramente lo que no puedo ver con mis ojos normales. Puedo ver el pequeño mundo de los insectos, cómo se ven y qué hacen”, contó.

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