Por Fabiola González, fabiola.gonzalez@gruponacion.com.py

Fotos: Shutterstock

El alcoholismo ha marcado a muchas personas a lo largo de sus vidas y en plena pandemia mucha gente ha caído en esta peligrosa enfermedad. Desde el Ministerio de Salud han activado un test a través de la página web para que quien esté interesado pueda ver si tiene tendencia al alcoholismo.

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La pandemia fue y sigue siendo un contexto de mucho estrés y presión. El alcoholismo, a su vez, es una dolencia crónica, pero también un factor de riesgo para numerosas situaciones y miles de enfermedades asociadas. Viendo esta realidad, el Ministerio de Salud dispuso un test en su página web, para que la ciudadanía en general pueda conocer si tiene o no una tendencia a la adicción al alcohol. La idea es conocer el comportamiento de las personas durante la cuarentena en sus distintas etapas. Si bien las fuerzas públicas y privadas del sector salud están centradas ahora en el combate al covid-19 ¿es posible analizar el daño sanitario, social y catastrófico con esta combinación?

Arrancamos con la historia de Roberto (se usan nombres ficticios para salvaguardar la identidad real) que nos cuenta cómo arrancó con el tema del alcoholismo. Su testimonio puede servir para que mucha otra gente logre encontrar contención y, sobre todo, una mano de ayuda antes de perderse totalmente en la adicción.

– LN:¿Cuándo consumiste alcohol por primera vez?

– Mi historia con el alcohol inicia a los 12 años, cuando me dieron el permiso para salir por primera vez, esa fue ya mi primera experiencia con el consumo del alcohol, esa misma noche empecé a tomar y a fumar. Consumí caña con gaseosa y realmente no necesité compañía para empezar con esto, la decisión fue mía y la acción también fue mía, tanto fue que en mi primera salida ya no pude volver a mi casa por mi propia cuenta y tuvieron que ir mis familiares a buscarme… porque básicamente no podía ponerme en pie.

– LN:¿Desde ese primer trago cuanto tiempo te llevó a la adicción?

– Con respecto a lo que es la adicción, yo entendí de eso recién al cruzar la puerta de Alcohólicos Anónimos (AA), antes de ese momento yo jamás me había percatado de que era un adicto alcohólico nunca había asumido esta condición de enfermedad. Me tomó 24 años, yo empecé a los 12 y llego a Alcohólicos Anónimos a los 36 años de edad… durante ese tiempo yo no lo analice desde el punto de la adicción. Yo llego a AA no pensando en mi abuso en el consumo, me trajo la soledad, la angustia y fue un acto de desesperación más que nada, no comprendía tampoco lo que esta hermosa comunidad me iba a regalar. Me empecé a dar cuenta cuando mi hija me rechazaba por esto; otro evento importante fue que cuando falleció mi papá no pude asistirle a él en esos últimos días de su vida. Esos eventos que viví y lo que me llevó a tomar la decisión en aquel entonces fue mi novia, quien me dijo que teníamos que hablar y la relación era el tema de mi consumo. Ahí, así como tantas veces, hice la famosa promesa de que iba a dejar de tomar, pero la diferencia de las miles de anteriores es que además de la promesa, logré cruzar la puerta de AA y de eso hace hoy diez años.

– LN: ¿Cuál era tu rutina diaria? ¿Existía una situación o un detonante que hacía que vos precises esa sustancia?

– En los últimos años de mi alcoholismo activo ya no había rutina, ya era en cualquier momento, no había horas, no había días, no había motivos. Los motivos eran la felicidad, la tristeza, el aburrimiento, toda mi vida giraba en torno al consumo y de hecho eso lo lograba, yo no conseguía pasar una semana entera sin consumir. Todo el tiempo uno estaba en esa condición y no es algo que le desee a nadie en esta vida.

– LN:¿Eras consciente de las personas que alejabas o, tal vez, trabajos que perdías?

– Con respecto a la conciencia que uno tiene sobre sus actos, era nula. Si bien había situaciones que uno decía que estaba mal todo tenía una causa y un motivo y, por supuesto, que yo no era el responsable.

– LN: ¿Cómo se enfrenta una lucha contra esa enfermedad, cuáles son tus herramientas?

– La principal herramienta que me ayuda a superar esto, hoy yo vivo una vida solamente de 24 horas, es la comunidad AA. Eso es categórico y contundente. Conocí a Dios como yo lo concibo, acá conocí la fe y la esperanza y acá conocí una vida sin consumir.

– LN: ¿Se te presentan tentaciones?

– Soy un ser humano y las tentaciones siempre van a estar, pero ya con la experiencia de los años, uno toma ciertas precauciones para evitar que esas tentaciones se vuelvan materiales, y la principal herramienta de todo eso es la asistencia constante a los grupos y al contacto con mis compañeros de la comunidad, que hoy yo los llamo hermanos, son mi familia.

“En nuestro país no se observan tantas mujeres en las salas de Alcohólicos Anónimos, somos muy reticentes aún, no somos tan confiables y nuestras familias tienen temor de dejarnos salir muchas veces….”

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Ilda es una mujer que se animó a dar también su testimonio. Nos habla sobre cómo a las mujeres aún les cuesta abrirse también en este mundo.

– LN: ¿Por qué consumías alcohol?

Para compartir, para estar, para un poco despegar del día a día, y que se yo vivir ese mundo irreal y de fantasía que nos lleva a vivir ese consumo, que en mi caso no fue siempre solamente alcohol.

– LN: ¿Cuándo decidiste dejar de beber?

– Yo decidí porque estaban mal las cosas en mi hogar. Mi esposo ya quería irse con los niños, y entonces yo fui a hablar con una persona, con un sacerdote, hablé bien realmente de lo que me pasaba y le dije que aunque yo quería no podía dejar de beber. Quiso realmente Dios y el destino que esta persona conociera de AA.

– LN: ¿Qué te pasaba cuando intentabas dejar de tomar?

– Dejar de beber para una persona adicta no es fácil, pero sí se puede, en mi caso como mujer puedo decir que en otros países las salas de AA uno encuentra muchas mujeres, acá son todos muy reticentes aún, no nos dejan salir porque no somos confiables. Realmente dejar de beber me resultó difícil al principio, pero luego fui capitalizando todo lo que iba escuchando de mis compañeros que ya estaban en franca recuperación y fui saliendo adelante. Hoy día puedo decir que soy una persona feliz, yo soy alcohólica, la enfermedad dicen que termina escogiéndole al ser humano, yo soy alcohólica y bueno. en recuperación.

- LN: ¿Dónde conseguiste ayuda y en qué consiste tu medicina?

- Yo quería ser una bebedora social que no crea ningún tipo de inconvenientes, pero había sido eso no era así. Yo estaba en un problema, pero tenía que admitirlo y aceptarlo. De que realmente necesitaba dejar de beber, quería hacer el programa que es básico; esto es progresivo, el tiempo que lleve, ya no estaba durmiendo en las plazas o en las calles... es cuestión de tiempo, con alcohol y con tiempo se llega ahí. El programa es solo por 24 horas, me dijeron esa noche, aparte de contarme la vida de ellos, fue como una identificación de una parte de mi vida, no hay muchos secretos. En este día que me levanté yo debo hacer lo posible e imposible con tal de no beber, hasta subirme a un árbol si me vienen las ganas de tomar y no bajar hasta que me pase ¿Cuál es el remedio? La gente piensa que si hay enfermedad debe haber una medicación, el remedio es no dejar las reuniones de AA.

“Afecta la dinámica familiar. Los momentos de abstinencia son muy tensionantes, yo crecí con muchas inseguridades y siempre como un camaleón, tratando de adaptarme a las situaciones. Yo, como familiar, sentía que bebían por mi culpa”

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El alcoholismo es una enfermedad que afecta directamente a las familias, el proceso en el tratamiento de un paciente adicto debe ir de la mano con la contención a los allegados. Brenda nos da su testimonio:

– LN: ¿Vos lográs recordar en estado de sobriedad a tu familiar?

– Soy una persona que creció con la enfermedad familiar del alcoholismo. Los recuerdos que tengo de mi infancia, con respecto a la persona alcohólica, son desde que tengo uso de razón.

– LN: ¿En la familia como se vive el proceso de abstinencia?

– Es un proceso duro porque, eran muchos cambios. Dejar de beber se hizo un poco más llevadero, pero no por eso menos doloroso, con la ayuda de Alcohólicos Anónimos. Una vez que el familiar enfermo decide que necesita ayuda, y empieza a trabajar en su recuperación, como son cambios, también afecta la dinámica familiar, son momentos muy tensos. Uno cree que cuando la persona va a dejar de beber se soluciona todo; por el contrario, se vienen más problemas, tanto para el enfermo como para la familia. Recuperarse de todo lo que uno absorbe, hay una cadena de maldiciones en la enfermedad del alcoholismo, esta enfermedad que no es curable pero es tratable.

– LN: ¿A vos como te afectó esta situación?

– Yo pude descubrir cómo me afectó, me hizo ser una persona completamente sumisa. Debido a la enfermedad no pude tener esa infancia anhelada por cualquier niño, que tiene el amor y el cariño de mamá y papá porque obviamente no era posible debido al caos que desencadenaba la bebida, de esa manera yo crecí con muchas inseguridades y siempre como un camaleón, tratando de adaptarme a las situaciones. Negando completamente mi identidad porque estaba bloqueada, no sabía quién era, solo sabía que tenía que portarme bien y hacer lo mejor que podía para evitar problemas y agradar a otros. Hoy por hoy puedo decir que esa persona (mi yo de la infancia) hizo todo lo que pudo para vivir en ese ambiente, hoy me considero un milagro viviente, gracias a un poder superior que yo llamo Dios, como se trata de un programa espiritual, nos apoyamos mucho en eso, creo que nunca me desamparó ni a mí ni a mi familia, porque de alguna manera hoy somos personas integras, sanas y salvas. Yo me pude recuperar y redescubrir. Hoy me doy todo lo que mis padres no me pudieron dar, yo me doy esa aprobación que antes tanto buscaba. Gracias al programa yo hoy puedo verlos como mis padres y no como personas enfermas, ya les saqué esa etiqueta de adictos o enfermos, gracias a que pude desprenderme de la enfermedad, hoy puedo disfrutar de mis padres, y también enfocarme en mí, verme quien soy, valorarme. Ya realmente hacerme respetar, dejé de ser sumisa y de dar importancia a la opinión de los demás, ya me concentro en ser feliz con quien soy y ser yo mi propia amiga, mi mejor amiga, mi mejor compañera, reconstruí toda mi autoestima y esa es la base hoy de ser la persona que soy, fuerte, exitosa y confiada, y por sobre todo de mucha fe.

– LN: ¿Tenés miedos?

– Tengo miedo hoy hacia mí misma, de que me crea otra vez capaz de solucionar todo y dejar de asistir a las reuniones y quedarme a merced otra vez de mi perspectiva enfermiza, miedo a que pierda la fe y crea que yo pueda solucionar todo sola, pero si traslado esta pregunta al pasado, podría decirse que antes mi miedo era que mi mamá o mi papá se mueran o que nos pase algo malo, que nunca encontremos una esperanza o algo así, realmente hoy creo que mi miedo seria perder mi fe.

– LN: ¿Por qué crees que bebía tu familiar?

Esa es una pregunta que nunca tendremos la respuesta exacta por la complejidad de la enfermedad, pero normalmente uno como familiar siente que es por culpa suya, pero era por la ignorancia que teníamos también de desconocer que se trataba de una enfermedad, buscamos la recuperación y me di cuenta que esa pregunta realmente no tiene respuesta. Depende mucho de la persona y creo que el alcoholismo es un detonante nomas de algo mucho más profundo, de problemas internos, es un desencadenante nomas la bebida, lo que yo aprendí es que cuando más queremos hallar respuestas a algunas preguntas lo que hacemos es obsesionarnos y no llegamos a nada, entonces yo voy por el lado de aceptar que es una enfermedad y que esa persona no puede controlar su forma de beber es que está enferma y no tiene poder de decisión sobre el hecho en sí, no sé porque lo hacia mi familiar, pero hoy sé que yo no tuve nada que ver.

– LN: ¿Qué crees que perdió tu familiar por esta enfermedad?

– Podría decir que obviamente perdió muchas etapas dentro de la familia, la infancia de los hijos, perdidas de las relaciones, como a todos los que nos toca enfrentar el alcoholismo en la familia, se pierde mucho. Pero creo que todos, tanto el familiar como el resto, gracias a los programas de Alcohólicos Anónimos y Al ir a Al Anon y Alateen pudimos resurgir de nuestras cenizas, realmente creo que ganamos más que perdimos en este round de batalla que es el alcoholismo, cuando uno le hace frente con la recuperación uno se entrega a ese proceso de sanación y de descubrimiento familiar, uno puede ir recuperando lo que perdió. Realmente si me dan a elegir y me dicen podes retroceder y empezar de nuevo yo elegiría una y mil veces a mi familia, con todo el alcoholismo que nos afectó porque realmente no me quejo, estoy muy bien y me gusta mi vida, quien soy y quien me desafío a ser, entonces elegiría de vuelta pasar por lo mismo, porque nos hizo personas más integras y valorar lo lindo que es vivir. Quería dejar nuestros números de contactos por si estén interesados en localizar una reunión electrónica de grupos familiares de Al Anon y Alateen, (0984) 504-370 y animarles a que busquen ayuda, que sepan que no están solos y que se puede salir de esta. No se le gana la batalla al alcoholismo, pero sí uno aprende a rendirse y a buscar otras opciones de vida, que a pesar del alcoholismo se puede vivir bien. Recuerden que esto también va a pasar, no hay ninguna situación que no se pueda remediar.

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El alcohol es una droga de uso legal para los mayores de edad. Como es una decisión de adultos, el consumo.debe ser con responsabilidad, analizando las consecuencias de un acto socialmente permitido, poniendo sobre la mesa la necesidad de una educación preventiva al respecto.

La ciencia al día de hoy no logró una cura para este padecimiento, fácilmente comparado con el cáncer o la diabetes, según datos estadísticos. La comunidad de Alcohólicos Anónimos cumple la invaluable función de tratar a los enfermos para lograr la reinserción con dignidad a sus círculos de convivencia. Experiencia, fortaleza y esperanza, que tengan todos unas buenas 24 horas.

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