Cuando uno llega a ese lugar que parece surgido de un cuento, encuentra una arquitectura que impacta y la posibilidad de disfrutar de sus espacios llenos de luz, serenidad y también de una excelente propuesta gastronómica. Vale la pena un corto viaje a este pequeño paraíso en el departamento de Cordillera, a poco más de 60 km de la capital.

  • FOTOS: Nadia Monges.

La estética de la arquitectura y la conjunción de lo verde, el silencio y cielo, convierten a Marianela en un lugar paradisiaco con un ambiente apacible que invita a la meditación. La congregación del Santísimo Redentor es la encargada de lograr esta imponente obra. El nombre Marianela es un homenaje al lugar donde nació san Alfonso María de Luguori en 1696, fundador de la con­gregación de los Redentoristas, que estaba situada en las afueras de Nápoles, Italia.

Su arquitectura está inspirada en los monasterios medie­vales europeos, idea que fue concretada por arquitectos italianos junto al padre Atilio Cordioli, con la mano de obra absolutamente paraguaya. Los materiales utilizados, los diseños, las obras de artistas y artesanos nacionales e internacionales, como por ejemplo las pinturas de Roberto Morelli, Alarcón Pibernat, Jorge von Horoch, Nino Sotelo y Cinthia Stadecker crean la atmósfera propicia para rea­lizar un paseo instructivo para visitantes.

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Las instalaciones de Marianela ofrecen a sus visitantes 86 habitaciones dobles, todas con baño privado, cinco salo­nes auditorios, comedor con capacidad para 180 personas, una iglesia central, una capilla lateral, jardines interiores rodeados de Claustros; esta casa de retiros y eventos está situada en un predio de 58 hectáreas que posee un impo­nente complejo arquitectónico de 7.000 metros cuadrados. Marianela es un espacio ideal para organizar retiros, asis­tencia espiritual, consulta matrimonial, confesiones, talle­res, conferencias, seminarios, eventos sociales y empre­sariales o un lugar de descanso para la familia. Las bodas, ceremonias de bautizo y otras celebraciones tienen el plus del entorno maravilloso. Para los que quieren disfrutar de un día o momentos en su más que delicioso restaurante, pueden hacer reservas.

Una de las características principales y que vale la pena visitar para conocer es que en Marianela se autoabastecen gracias a que cuentan con su propia huerta, sus animales y árboles frutales en gran cantidad. Lo único que se trae de Italia es el aceite de oliva y pastas, un detalle nada menor.


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