El mundo mira con admiración la respuesta de Taiwán a la pandemia que comenzó a asolar al mundo desde una zona muy cercana, en Wuhan. La respuesta del sistema de salud de ese país fue inmediata y eficaz. Al 21 de octubre pasado, son sólo 548 los casos confirmados, 7 fallecidos y 497 recuperados, lo que llama la atención y es más que importante a la hora de considerar a Taiwán como importante referente en salud mundial, dándole el espacio merecido entre las naciones.

La prensa europea, desde el comienzo de la pandemia, refleja una realidad que consideran extraordinaria, en comparación a la que atraviesan ahora los países de todo ese continente “Taiwán tiene al 19 de mayo 440 contagios por covid-19 y siete muertes. Para las autoridades, la relación existente entre los contagios y el número de habitantes, de al menos 23 millones, ha sido calificada como un éxito. Ese triunfo sería aún mayor si se toma en cuenta que es uno de los pocos en el mundo que no establecieron un confinamiento preventivo ni paralizó gran parte de las actividades del país”, decía la prensa europea en mayo pasado.

Hoy, según informe brindado por la propia embajada de Taiwán en Paraguay, los datos actualizados del covid-19 al día 22 de octubre son muy elocuentes: Casos confirmados: 548. Personas fallecidas: 7. Pacientes recuperados: 497.

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APOYO DE PARAGUAY

Desde hace tiempo, la República de China (Taiwán) reclama estar presente en la ONU y así colaborar también con su exitoso modelo de salud pública al combate efectivo de la pandemia de covid-19. La presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, agradeció al presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, su apoyo para el ingreso del país asiático a la Organización de las Naciones Unidas (ONU), expresado en el marco de la conmemoración de los 75 años de existencia de las Naciones Unidas. La mandataria lleva adelante con firmeza una campaña que invoca a la razón de las naciones a fin de que ese país con sus 23,5 millones de habitantes deje de sufrir discriminación en el organismo internacional y pueda aportar ciencia y desarrollo de forma efectiva.

PODER Y GESTIÓN

Según el Índice de Poder en Asia 2020 publicado el 19 de octubre por el gabinete de estrategia australiano Lowy Institute, Taiwán registró una mejora de su poder relativo en Asia este año debido en parte a su gestión de la pandemia de covid-19, que ha sido y sigue siendo admirada por todo el mundo.

El Índice de Poder en Asia mide el poder relativo de los estados asiáticos para reflejar la existente distribución del poder y rastrea cambios en el equilibrio de éste con el paso del tiempo, según el Lowy Institute, con sede en Sídney, que comenzó a publicar este índice en el 2018.

La gestión de la pandemia de covid-19 por parte de Taipei ha estimulado su reputación internacional, indicó Hervé Lemahieu, director del programa Poder y Diplomacia en Asia del Lowy Institute en el informe sobre hallazgos claves del índice del 2020. Taiwán fue una de las tres naciones –junto con Vietnam y Australia– entre un total de 26 evaluadas que han visto aumentar su puntaje total en fortaleza en el 2020.

El índice clasifica a 26 países y territorios en términos de su capacidad para dar forma a su entorno externo, y abarca hasta Pakistán al oeste, Rusia al norte y hasta Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos en la zona del Pacífico.

Con un resultado de 16,7 puntos, lo que supone una subida en comparación con los 15,9 que obtuvo en el 2019 y los 16,4 del 2018, la nación permaneció clasificada en el puesto 14, al igual que el año pasado.

Taiwán se destacó en influencia diplomática, que vio un salto de cinco puestos pasando del 24 en el 2019 al 19 en el 2020. La influencia diplomática es una de las ocho principales categorías empleadas para evaluar el poder general y la que incluye la respuesta a la pandemia de covid-19.

Dentro de la categoría de influencia diplomática, la respuesta de Taiwán a la pandemia de covid-19 se situó en el primer lugar y, además, en lo que respecta al liderazgo político regional, ascendió siete posiciones para ubicarse en el séptimo lugar, empatando así con Indonesia, Corea del Sur y Vietnam.

En líneas generales, Taiwán sigue siendo de importancia central y estratégica para el equilibrio regional de poder, destacó Lemahieu.

TRES PASOS CRUCIALES

El 21 de octubre, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Taiwán (MOFA, siglas en inglés) presentó al público una película de realidad virtual (RV) en chino e inglés llamada Tres pasos cruciales, con el fin de promover la respuesta de Taiwán para contener la propagación del covid-19.

La película comienza con una narración por el ex vicepresidente Chen Chien-jen, quien presenta el Modelo de Taiwán y explica las estrategias con las cuales se enfrentó con éxito el reto del covid-19, haciendo hincapié en las bases de la prevención epidemiológica de Taiwán; a saber: la respuesta prudente, la respuesta rápida y el despliegue avanzado.

Asimismo, la ministra de Estado Audrey Tang explica en el filme cómo los grupos civiles tomaron la iniciativa propia de desarrollar aplicaciones para informar al público dónde adquirir mascarillas quirúrgicas en tiempo real.

La película también menciona las estrictas regulaciones de cuarentena impuestas por el gobierno para los viajeros entrantes y el tratamiento médico para los pacientes afectados por covid-19 en salas de aislamiento de presión negativa, al igual que los esfuerzos por desarrollar kits de pruebas y vacunas localmente.

El viceministro de Relaciones Exteriores, Harry Ho-jen Tseng, explicó durante la conferencia de prensa durante la cual se presentó el filme que el MOFA publicó el año pasado un video de RV titulado Double Oaks, en respuesta a esta nueva tendencia de la ciencia y la tecnología.

Tseng aseveró que la clave del éxito de Taiwán en su lucha contra el covid-19 fue la respuesta proactiva del gobierno. Cuando las autoridades locales supieron acerca de los primeros siete casos sospechosos de neumonía atípica en Wuhan, China, el 31 de diciembre del 2019, adoptaron rápidamente medidas preventivas como el control del ingreso de personas en las fronteras y se incrementó la producción de mascarillas quirúrgicas.

A continuación, Tseng usó el dispositivo de realidad virtual para experimentar la historia de la exitosa prevención de epidemias de Taiwán junto con los invitados, y también rindió homenaje al personal de primera línea en la prevención epidemiológica.

ACTIVIDADES

Mientras que en otros países los encuentros deportivos enfrentan restricciones debido a la pandemia del covid-19, en Taiwán el torneo anual de fútbol conocido como la Copa América se llevó a cabo con normalidad. El encuentro deportivo entre 23 equipos de 13 países contó con una numerosa asistencia. A la inauguración el 17 de octubre en el estadio de la Universidad Católica Fu Jen se hicieron presentes más de mil personas, así como representantes del Cuerpo Diplomático en la República de China (Taiwán). Los partidos del torneo de este año fueron transmitidos en vivo en algunas plataformas de redes sociales, a fin de compartir este evento más allá de las fronteras de Taiwán. Las chicas del equipo de fútbol femenino de Paraguay ganaron el segundo puesto (ver en nota a estudiantes).

También desde el 15 al 17 de octubre se realizó la feria denominada Medical Taiwán, una exposición internacional dedicada al sector de la medicina y la salud, que se realiza en el Centro de Exhibiciones de Nangang en Taipei. El evento de este año se centró en la prevención de epidemias y la atención médica inteligente, y contó con más de 700 novedosos productos de más de 200 fabricantes. Debido a la pandemia del covid-19, la muestra también se realiza de manera virtual. (Foto de CNA).

En esta imagen (tomada el 15 de octubre) se observan coloridas mascarillas quirúrgicas en exhibición durante la inauguración del Medical Taiwán, una exposición internacional dedicada al sector de la medicina y la salud que culminó en Taipei el 17 de octubre.
El viceministro de Relaciones Exteriores, Harry Ho-jen Tseng, experimenta el filme en RV Tres pasos cruciales, durante la conferencia de prensa. (foto: PANG CHIA-SHAN)

Cuando la solidaridad es la mejor estrategia

Por Doctor Mime, drmime@gmail.com

Tuve la dicha de visitar Taiwán en tres oportunidades, dos para recibir cursos y una para dar conferencias y presidir una mesa en un Congreso, por lo que puedo escribir con propiedad de un país al que creí conocer a profundidad por la recurrencia que tuve a visitarlo, pero que nunca termino de desentrañarlo en su total dimensión. Desde la llegada la primera vez en el 2015, donde ya nos recibían con un control por cámara térmica en el aeropuerto, aislando con discreción a los que podían tener algo de temperatura para interrogarlos y geolocalizarlos en sus desplazamientos por la isla (fruto de su experiencia bien capitalizada con la epidemia de SARS del 2003), hasta haber tenido la oportunidad de conocer in extenso alrededor de diez centros hospitalarios de toda la isla en su manejo más integral y profundo, y visitar el Centro Nacional de Comando de la Salud, una especie de NASA dedicado al monitoreo de la salud del país, aun no deja de maravillarme el orden, la disciplina, el rigor científico y la capacidad de quienes integran ese maravilloso engranaje sanitario taiwanés, donde cada pieza sabe su lugar y funciona de manera aceitada y coordinada.

Pero esto no sería posible sin un concepto clave que el taiwanés maneja a la perfección desde la cuna, sentimiento que es inculcado a todo habitante nacido o llegado a la isla, y que es el verdadero combustible de la maravillosa funcionalidad de un sistema sanitario bastante cercano a la perfección, pero con constante búsqueda de la perfectibilidad, ese arte de querer ser mejor cada día, a pesar de serlo y saberse tal, aunque no sirva para dormirse sobre los laureles. Seamos sinceros: el sistema taiwanés de salud no sería lo que es solo con tecnología (que la tienen y de la mejor en el mundo) o con conocimiento (que lo desarrollan a cada respiración que tienen). Precisan de ese cemento que une todo lo que se hace de bueno allí, y que se llama solidaridad.

Esa solidaridad es la que construye un hecho de que solo tengan a la fecha de escribir este artículo 544 casos confirmados y tan solo 7 fallecidos, aun estando a 130 kilómetros de la China continental, gran epicentro inicial de la pandemia, con la que comparte no solo dicha proximidad geográfica, sino también un intercambio bastante fluido de vuelos comerciales. Es la que hizo que solo suspendieran clases por dos semanas en febrero. De que los partidos políticos se unieran sin distinción de colores detrás de esa consigna nacional de solidaridad, y de darle confianza a los voceros del gobierno para transmitir un mensaje claro y único. De que se aprovisionaran primero con pertrechos médicos suficientes para sus 23,5 millones de habitantes prohibiendo las exportaciones hasta asegurarse de ello, y luego compartieran sus provisiones médicas con numerosos países del mundo, entre los que nos contamos nosotros, e incluso, al gigante Estados Unidos. De que compartieran los datos fruto de sus investigaciones científicas incluso de la secuencia génica del SARS-COV2 con los centros de investigaciones de enfermedades infecciosas de otros países de Asia, de la Comunidad Europea y de Estados Unidos para mancomunar conocimientos a fin de lograr conocer más de este flagelo tan reciente como desconocido. Y de muchísimas muestras más de solidaridad efectiva.

Solo la solidaridad explica el hecho de que, habiendo explotado la pandemia apenas unos días antes de celebrarse el año nuevo lunar chino, fecha en que muchísimos habitantes de la isla se mueven a visitar parientes y amigos, se controlara de manera eficiente cualquier brote. Solo la solidaridad explica el hecho de que, habiendo impuesto el propio gobierno la prohibición de acaparar mascarillas por las personas, haya dispuesto el retiro las 24 horas del día en todas las farmacias de mascarillas en número que sea absolutamente necesario para cada persona, sobrándole incluso como vimos para compartirlas con el mundo al aumentar su producción interna de las mismas. Solo la solidaridad explica como un país casi once veces más pequeño que Paraguay, pero con casi 4 veces más de población, pueda asumir medidas que hayan causado poco o nulo impacto en toda su economía y su vida diaria.

Taiwán nos demostró que la solidaridad es el camino. Pero no solo la solidaridad dentro del país entre sus habitantes, sino con el resto del mundo. Taiwán es solidario con apoyo logístico, con conocimientos y con voluntades. Es por eso que es una supina muestra de retrógradas costumbres colonialistas el hecho de impedir que pueda tener representación en la Organización Mundial de la Salud o en la misma Organización de las Naciones Unidas, por simples problemas políticos emanados del intento colonialista continental de volver a anexarla a su territorio. Es solo pisar Taiwán para darse cuenta que la gente allí es feliz, trabaja para serlo, coopera para ganarle a las adversidades que van desde la ubicación geográfica, la calidad volcánica de su suelo, los temblores de tierra y los tifones que suelen darle “caricias” no tan amables a esta hermosa isla. Y, sin embargo, todavía mostrar al mundo su mejor cara: la solidaria.

El eslogan “Taiwán puede ayudar” no es solo eso, un eslogan. Es un estilo de vida para el taiwanés y es una mano abierta a la comunidad mundial que no podemos seguir ignorando por más tiempo. Es hora de aplicar con Taiwán la misma solidaridad que ellos demuestran para con el mundo. Es hora de hacer justicia con Taiwán e insertarla de una buena vez a los papeles del concierto mundial, ya que, en la realidad, hace tiempo no solo se integraron, sino que también se ubican en vanguardia en muchos campos.

Ya es hora.




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