Fotos: Pánfilo Leguizamón

Bianca Orqueda tiene 21 años, nació en la comunidad Uj’e Lhavos, Filadelfia, Chaco paraguayo, y siente la música tan fuerte como la sangre nivaclé que corre por sus venas. En un mano a mano con Augusto dos Santos, para el programa “Expresso” del canal GEN, Bianca habla sobre sus sueños, sus inicios, el profundo amor que siente por su mamá, y el objetivo que se trazó detrás de su lanzamiento al mundo de la música; crear una escuela musical en su comunidad donde enseñar a ejecutar guitarras y otros instrumentos a los niños y niñas. Bianca nos habla también sobre la defensa de la cultura indígena, lo que tuvo que pasar para llegar y las ganas de que su música recorra el mundo.

Augusto dos Santos (ADS): ¿Cómo empezó Bianca en esta vida y después en la vida artística?

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–Es una historia muy larga, pero me encanta contarla porque es algo que representa lo que es Bianca Orqueda. Nací en la comunidad Uj’e Lhavos, en el Chaco, de la ciudad de Filadelfia. Y crecí con mi familia, con mi mamá, no tengo padre. Tengo 11 hermanos, estamos entre 11 y estuvimos siempre ayudando a los demás.

Mi mamá siempre fue voluntaria, trabajando con niños, pintando con niños, entonces creo que ahí empecé a darme cuenta de mucha necesidad que había. También necesité mucho cuando era muy chiquita. Quería cantar, tocar guitarra y entonces me esforcé mucho para seguir esto que quería. Como a los siete años empecé a querer insistir a tocar guitarra, pero solo estaba en medio del público, de las criaturas, cada vez que había algún evento, como Día del Niño; entonces, estaba ahí en frente y es lo que siempre le decía a mi mamá, que yo quería tocar y ella me decía que en algún momento me iba a regalar una guitarra, en algún momento (risas).

Entonces, yo seguí con mi mamá ayudando en iglesias, en casa, pintando bajo el árbol, con niños, ella preparaba jugo con galletitas, para después de dibujar ya uno podía comer y merendar algo y luego cada uno a sus casas. Eso me enseñó, que siempre hubo detrás de todo lo que hacía mi mamá, había siempre una intención de ayudar y de entender que amaba a cada uno de los niños como si fuéramos nosotros, sus hijos, les prestó atención a todos ellos y aprendí muchísimo de ella el amor incondicional que ella le da al otro sin pedir nada a cambio, y entonces, eso es lo que hizo crecer a Bianca, vamos a decir.

–ADS: ¿El rasgo de tu mamá es Nivaclé, no? Es de origen.

–Sí. Así es.

–ADS: ¿La música es una virtud que tiene que ver con lo étnico, verdad?

–Claro, porque mi abuela tocaba acordeón también. Estaba antes cerca del río Pilcomayo y mi mamá se crió ahí con mi abuelo, que era un argentino y mi abuela era indígena y ahí comenzó todo, creo que eso heredé de mi abuela también, la parte musical, y ellos vinieron, se escaparon acá y llegaron aquí en Filadelfia, en el Chaco. Entonces, ahí comenzó todo. Mi abuela siempre fue buena, siempre fue, lo que me contaba mi mamá es que siempre servía a los demás, y eso en toda mi familia es así. Viene alguien, no pregunta si va a querer comida o agua, si no darle nomás ya. Eso fue lo que nos enseñó a nosotros y cada día eso es así y fue lo que aprendí de mi mamá y de la cultura servicial y humilde, no esperar nada a cambio. Trabajando siempre, mi mamá trabajó muchísimo por nosotros y siempre nos obligó a irnos a la escuela, sin importarle nada, nos decía “tienen que irse a la escuela”, y a mí me encantaba ir a la escuela. Ella trabajaba como empleada doméstica en cada casa y nosotros nos quedábamos en casa, a la mañana en la escuela y a la tarde preparábamos y limpiábamos la casa, cargábamos agua en balde para que tenga agua.

–ADS: ¿Cuántos años tenés?

–Tengo 21 años.

–ADS: Nosotros los paraguayos solemos lamentar que estamos en un proceso de derrota con nuestra identidad. ¿Vos creés que las comunidades indígenas tienen mayor anclaje, pese a lo que sufren y que son perseguidas, en lo que hace a identidad?

–Y en eso estamos luchando hoy, para que no se pierda el idioma. La cultura en sí es lo que realmente nos identifica, eso es lo que yo quiero sacar adelante, para que no se pierda eso. Porque es algo rico para nosotros, porque yo estoy muy orgullosa de ese idioma, la cultura. Eso es algo que no quisiera que se pierda nunca.

–ADS: Debe ser un proceso fabuloso este que vivís vos y viven otros jóvenes de esta especie de mezcla de universos. Empezar con uno nivaclé y la mixtura con el universo europeo si querés.

–Así es. Hay muchos idiomas ahí, hay varias comunidades y etnias que tienen sus idiomas. Está la gente que habla alemán, otros inglés, está el nivaclé, el enxet, hay muchos idiomas ahí. Creo que eso es lo que nos hace rico también al ser del Chaco. Hay muchos idiomas que si quieres lo puedes aprender. Es difícil hablar solamente el castellano o el nivaclé, es como se dice el jopara. Los niños de ahora están aprendiendo de una mezcla del castellano y nivaclé. Inclusive yo, a veces no sé algunas palabras en el idioma nivaclé, porque son difícil de pronunciar, entonces, lo digo en castellano, como el azúcar, la sal. Estamos luchando para no perder el idioma, sé que hay idiomas hermosos como el guaraní también.

–ADS: ¿Pero te parece que está en riesgo la cultura nivaclé o todavía goza de buena salud?

–Es que está ahí, peleando, la comunidad está todavía bien instalada en muchos sentidos. Eso sí, los que salen de la comunidad pierden un poco, cuesta mantener el idioma, algunas veces.

–ADS: Pero igual la cultura no es solamente el idioma; digamos, es la forma de comunicarse con el mundo.

–Claro, así es, eso mismo.

–ADS: Vos estuviste en Argentina, estudiaste allá, ¿supiste integrar esos dos mundos?

–Creo que eso también aprendí de mi mamá. Antes de que fuera a muchos lugares, ella sabía, no sé cómo sabía que iba a estar de aquí para ella; entonces, eso ella me dejó, el resto de mis hermanos siempre reclamaban que yo podía viajar, a mis hermanos y hermanas en casa, pero a mí a los seis años ya me dejó viajar con mis tías a Asunción, con otras comunidades indígenas, fue así pues que aprendí a socializar como nosotros decimos “santó”, que nosotros usamos como para identificar a una persona que habla otro idioma.

–ADS: ¿Cómo es eso?

–Es algo que decimos “santó”, es el blanco que va a venir a hablar, que vino de visita. Se hace esa diferencia en una manera buena. Al paraguayo por ejemplo le decimos “palabai”. Entonces, viene el paraguayo, el blanco que habla otro idioma, entonces, tiene que estar preparado. A los seis años ya fui a una comunidad donde habían muchos niños, que hablaban guaraní, en castellano y yo más o menos hablaba pero leía superbién. Ahí empezó todo, cuando tuve 13 años ya no fue muy difícil de socializar. Entonces, cuando tuve la oportunidad de quedarme en Asunción para estudiar en un instituto musical, estuve casi un año y eso sí fue muy difícil para mí. Fue la primera vez estando sin mamá, pero creo que fue algo que me ayudó mucho para salir sola adelante, para independizarme, para hacer todo sola, no va a estar más mamá, no va a estar nadie. Aprendí a ser yo misma y a esforzarme más por lo que quería.


–ADS: Supongo también que en algún momento, Bianca, te llega una especie de tentación de decir, puedo olvidar mi pasado o puedo incorporarme a esta cultura que es tan dominante y no pasará nada. ¿Ese tipo de sensaciones surgen?

–Realmente de tentaciones y esas cosas no, porque siempre nadie creía que era indígena. Incluso cuando estaba estudiando nadie creía que era indígena. Y me sentía mal porque el 90% de las personas, que ve a una persona blanca, no cree que sea indígena. Mis hermanas son blancas y la gente no cree que son indígenas. Algunos no por mala onda y otros sí, intencionalmente.

–ADS: ¿Y eso evitó que sufras esa odiosa discriminación?

–Sí. Pero antes igual fue difícil, india o indígena. Antes chocaba mucho porque hace años el racismo de que era muy pesado para nosotros, era muy difícil seguir estudiando en otro colegio que no era de la comunidad, muy difícil, pero con el amor de mi mamá, con las palabras, nos decía “todo tranqui, nosotros somos indígenas, vamos a seguir como ellos, están en el mismo nivel”; entonces, eso nos ayudaba a seguir y gracias a ella fue que pude salir de casa a seguir luchando y aparte de eso, no importa quién te diga que eres una india o indígena porque en realidad no saben nada.

–ADS: Imagino que tenés muchas historias de cuando le decías a la gente que sos indígena... porque no tenés el estereotipo que la gente cree.

–A mí me encantaba con mis compañeros eso. Hubo un caso, donde una persona era realmente muy mala porque decía que no querían estar con indígenas y luego que terminó toda la clase yo dije que era indígena y hablaba en mi idioma y se quedaba mirando. Entonces, porque me hacía enfadar muchísimo por cómo hablaba de los indígenas, por ahí eso fue difícil de sobrellevar y aprender a socializar. Yendo a la Argentina, habiendo tantas otras culturas, otra gente, pero eso me hizo más fuerte y me hizo creer. Tenía un profesor peruano, era tan rico lo que estaba diciendo y quería que cuente más.

–ADS: ¿Qué estudiaste?

–Me fui para estudiar profesorado de música para niños. Es lo que estoy siguiendo, luchando. No es solamente Bianca Orqueda, por los niños que están en mi comunidad, por eso es que yo sigo por esto. Estoy aquí por ellos, por los niños.

–ADS: ¿Por qué en Córdoba? ¿Cómo fue esa experiencia?

–Yo me sorprendí cuando llegué. Yo me fui porque mi tía me llamó y me dijo, “tienes que seguir estudiando”. Yo quería trabajar, solo trabajar sin estudiar para poder ahorrar y comprar guitarras para poder dar clases de música en mi comunidad. Pero mi tía me ayudó y fui a Córdoba, en la Calera, me quedé un tiempo ahí con mi prima cuidando a mis sobrinos, le llevaba a la escuela y luego ya iba al instituto que se llama Ita. Me quedé sorprendida, muchos descalzos, cabellos largos, tenían sus propias culturas, tenían rasgos diferentes a los míos.

–ADS: ¿Creés que los indígenas se deben incorporar a los cambios del mundo?

–Creo que es más por respeto a mis antepasados porque ellos lucharon para que podamos tener lo que tenemos. Para qué mezclarnos con todo lo que hay si ya tenemos lo que es nuestro y seguir luchando, si ya nuestros antepasados lucharon por eso, por nuestra cultura, por nuestra gente y no, creo que es por un respeto, no se puede, no queremos tampoco y es algo que siempre quisimos sostener eso que somos.

–ADS: ¿Bianca, tenés un nombre en nivaclé?

–Hay una historia ahí. Es algo que estuve hablando con mi mamá, me estaba diciendo muchos nombres y entonces respetando lo que fue mi abuela, mi bisabuela y otras tías que tenían diferentes nombres y es algo que depende mucho de la personalidad de alguien, de que te ganes ese nombre porque muchos son respetados y tienes que merecerte un nombre. Creo que en cada etnia tiene que darse.

–ADS: ¿Todavía estás esperando?

–Creo que cuando vuelva a casa voy a tener ya un nombre nivaclé definitivo, ya voy a poder contarles a todos y voy a estar muy contenta de que por fin voy a tener un nombre en mi idioma.

–ADS: ¿Ya tenés una idea?

–Más o menos, pero está Paiyuk, también. Paijuk es el nombre de una bailarina de ahora en la comunidad, que es una mujer luchadora, que no se rinde, siguiendo los pasos de su madre en la danza, y en los cantos. Hay otros, pero son muy difíciles de pronunciar. Claro que cuando sepa, van a ser los primeros en saber.

–ADS: ¿Qué representa para vos?

–Honor, lealtad, es algo que también me identifica. No sé, va a ser algo muy grande y especial y estoy cada día luchando y cambiando algunos hábitos, me estoy disciplinando, esperando tener ese nombre que realmente quiero y poder identificarme con esa persona que yo realmente amo y estoy luchando mucho para, no sé, ser alguien que quiero. Es una meta para mí llegar a ese punto donde quiero estar y es algo muy especial.

–ADS: ¿Tu muy buen español es atribuible a la escuela mennonita?

–Claro. Algunos no saben tanto el castellano, hablan más alemán, pero ahora ya saben más.

–ADS: Contanos de tu carrera. Sos cantante y tenés un proyecto de vida al respecto, ¿verdad?

–En la parte artística comenzó así. Ya que nadie me escuchaba para hacer una casita de arte para niños en mi comunidad, dar clases gratis, más bien un refugio, ayudar a los niños más necesitados y en la parte artística, dar todo lo que se pueda, danza, música, pintura, entonces yo presenté hace varios años ya a algunas personas y como que no, fue como esperar y esperar. No quería tanto depender de las personas y entonces trabajé, ahorré y luego hacer la casita. Y luego dije, ya que tengo la guitarra y mi voz, voy a hacer de esa forma, voy a presentarme como artista nivaclé, cantautora, presentar mi cultura, mi idioma y a través de eso pedir ayuda para donar guitarra, instrumento o lo que sea, y por eso está Bianca Orqueda, y ese es mi objetivo. Por eso estoy aquí con mis guitarras y mis canciones.

–ADS: Bianca, ¿necesitás materiales para construir la casita, instrumentos?

–Especialmente necesitamos guitarra y teclados. Eso es lo que más necesitamos, una computadora con impresora para imprimir y hacer los trabajos. Ya después con eventos pequeños.

–ADS: ¿En qué sitio?

–En mi comunidad Uj’e Lhavos, en Filadelfia, Chaco. Queda a unos 10 a 15 minutos de la ciudad.

–ADS: Y entonces te propusiste cantar. Aún siendo intérprete, tu objetivo más que personal, ¿lo de la casita es lo principal?

–Claro, así es. Estoy ganando por el tema de la cuarentena; no es demasiado, pero ya estamos sumando, estamos ahorrando para la casita. Y con las donaciones que podamos recibir.

–ADS: ¿Cuál es la música que más te gusta o identifica?

–Una dedicada a mi mamá, que fue la única forma que encontré para agradecerle. Creo que con mi música, con mi propia letra, le alegró. Pero eso igual no me alcanza para agradecerle todo a ella, por todo lo que me dio y todo lo que me sigue apoyando. Esta canción nació estando con ella trabajando en casa, traduciendo, sería el amor incondicional que siente hacia mí, hacia mis hermanos y hacia las otras personas. Y agradecida también a Dios porque sigo cantando y represento a mi comunidad, es una responsabilidad y un gran honor.

–ADS: ¿Dónde se te puede encontrar?

–En Youtube, como Bianca Orqueda. En mi sencillo “Dónde estás”, es una canción súper romántica y triste, pero es algo que la gente me había comentado que le había tocado muchísimo y siente eso. Y la segunda canción que sería “Jenjumime” (Te amo mucho mamá), que también me gusta mucho.

–ADS: Bianca eligió caminos que pudo haber elegido algunos mucho más egoístas, pero Bianca sale de su comunidad con un objetivo que tiene que ver con el corazón grande de su comunidad y recaudar aportes, recursos para instalar una escuela de música y de arte para los niños.

–Estoy muy agradecida a ustedes, por la oportunidad de dejarme expresar y contar todo esto.

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