Por Mario Rubén Velázquez, ruben.velazquez@gruponacion.com.py

El psicólogo Luis Ramírez, orientador, coach de aprendizaje y especialista en desarrollo de talento, nos habla de la situación en la que se encuentra la educación en el país y afirma que solo podremos salir del problema haciendo un cambio drástico, una verdadera revolución educativa.

Mario Rubén Velázquez ruben.velazquez@gruponacion.com.py

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“La pandemia lo que hizo es poner en la vidriera todos los graves problemas del sistema educativo paraguayo. Se está haciendo más de lo mismo. Acá hay que hacer una reevolución: hay que cambiar todo este sistema que ya no funciona, hay que pasar a otra cosa”, sostiene el psicólogo Luis Ramírez, orientador educacional, coach de aprendizaje y especialista en desarrollo de talento.

Diagnóstico del aprendizaje. “Hay un sistema de evaluación del aprendizaje que se llama SNEPE (Sistema Nacional de Evaluación del Proceso Educativo) que cada tres años nos cuenta cómo está la educación. Y desde hace años nos viene diciendo que el 80% de los alumnos de la escuela paraguaya, pública y privada, no entiende lo que lee, no comprende los conceptos lógicos matemáticos y tiene muchas dificultades también para la comprensión del guaraní”, agrega Ramírez.

Lo más grave de no comprender lo que se lee es que aleja al educando de las ciencias naturales, las ciencias sociales, los criterios lógicos mínimos para desarrollarse como ciudadano. “Sin criterio, no se pueden dar otros aprendizajes. Por eso es un fenómeno bastante complicado, complejo y grave de cómo está nuestro sistema educativo nacional”, apunta.

LA PANDEMIA

La pandemia lo único que hizo es mostrar, hacer públicas, develar todas las deficiencias existentes, sostiene el especialista. La escuela se trasladó a la casa y los padres tuvieron la posibilidad de estar en contacto directo con la maestra, con el trabajo, el método y el modo de enseñanza de sus hijos. Ahí vieron lo que antes no veían y no les gustó nada lo que vieron. “Pudieron distinguir la calidad de la educación de sus hijos”.

Para el especialista, la educación en tiempos de pandemia no sabe muy bien adónde va no solo en Paraguay, sino en todo el mundo. “En Paraguay se ha hecho un esfuerzo importante, lo que no quiere decir eficaz, para recomponer lo analógico, es decir: para lo que se hacía de manera presencial se siga haciendo ahora, pero por medios digitales. Perdimos la ocasión de hacer entender lo que es la educación de manera digital virtual, un modelo en el que realmente los chicos puedan desarrollar su capacidad de pensamiento, que está muy ausente”, dice.

Agrega que se ha perdido la oportunidad maravillosa de que los alumnos puedan aprender a gran nivel de matemáticas, por ejemplo, bajando una app nada más, incluso en zonas en donde los profesores no son eficaces. “No entendimos el mensaje de la pandemia en cuanto a la renovación del modelo y del sistema educativo, y nos aferramos a repetir un modelo y un sistema que no funciona”.

Pone de ejemplo que –en modo covid– se sube una clase presencial de manera virtual que no mueve el aprendizaje. Ya no lo hacía antes de manera presencial y menos en forma virtual, con las dificultades que tiene la tecnología. “La tecnología trae la necesidad de tener un maestro formado y educado en otra frecuencia y un alumno formado y educado en otra frecuencia. ¿Cómo? Mucho más autónomo, capaz de valerse por sí mismo. Eso no es algo presente hoy en la escuela paraguaya”, cuestiona.

Hay otros elementos, como el tremendo autoritarismo que se ejerce, a partir de los maestros, sobre la existencia de las “respuestas correctas”, donde el alumno no es capaz de buscar soluciones diferentes, diversas o muchas respuestas a una misma pregunta. “Al contrario: todavía se sigue enseñando la respuesta correcta. Y eso es nefasto, porque ese mundo ya no existe ni va a existir para estos chicos. Les estamos educando para un mundo que no existe”, destaca.

Según Luis Ramírez, la pandemia trajo muchas cosas positivas: la posibilidad de develar que un sistema no funciona, de ver que con muy poco esfuerzo podemos hacer cosas realmente eficaces y eficientes desde la digitalidad y el descubrir que existe un sistema de gestión nacional que no da más, una forma en el aula que ya no da, un modelo de enseñanza totalmente perimido.

TRANCADO HACE 15 AÑOS

“Este sistema nacional educativo no contempla las diferencias culturales, zonales, regionales. La pandemia nos trajo a ver las precariedades de las escuelas que no tienen condiciones sanitarias básicas, como agua y baños. Imaginate pedirles que tengan internet. La pandemia desnudó que desde hace 15 años hay un proyecto para conectar de internet en todas las escuelas públicas y que eso se viene trancando por algo. Y no se ha hecho y no hay visos de que se vaya a hacer una ruta tecnológica que permita pensar en que vamos a poder instalar algún sistema mucho más moderno y actualizado de enseñanza”, afirma.

El encierro también “desnudó un sistema que se está cayendo a pedazos y que ya no tiene más posibilidades de rehacerse. Eso nos trajo la pandemia. Creo que dentro de todo nos da la oportunidad de poder distinguir las opciones concretas de poder distinguir las acciones para sacar al sistema educativo de la terapia intensiva en que se encuentra”.

Los medios tecnológicos son un problema por el gran déficit del sistema educativo nacional, porque la ruta tecnológica no está trazada, explica Ramírez. Se requiere de un estudio minucioso de las aplicaciones oportunas para la enseñanza y de la generación de nuevos maestros formados y capacitados en un sistema en el que se enseña a pensar y en el que la clave sea desarrollar actividades para que el chico genere diversidad. Eso no está presente en el sistema de hoy día, destaca.

En Paraguay no existe el hábito familiar del desarrollo tecnológico y la mayoría de los hogares carecen de equipos o conexiones de internet. “Hay familias con tres o cuatro hijos sin una computadora ni internet. Tienen posiblemente el teléfono, pero este tiene muchos límites para una educación tecnológica de calidad. Entonces, estamos muy limitados o el acceso es mínimo. La buena educación tecnológica quizás llegó al 5% o 10% de la población estudiantil. El resto se tuvo que conformar con una mediana educación y hay zonas en donde no ha pasado absolutamente nada”, resalta.

Por eso, a nivel de tecnología, es triste el análisis que se pueda hacer del sistema educativo actual, porque no se han mejorado las condiciones estructurales básicas para que la tecnología llegue, ya sea televisión, radio o internet, sostiene Ramírez. “Lo que hay es muy pobre. Incluso se digitalizan los medios analógicos. Entonces, tampoco va a tener impacto, porque hay que generar nuevo contenido absolutamente digital. Y ese es un déficit de la educación paraguaya muy grande”.

RECONVERSIÓN DOCENTE

Luis Ramírez.

¿Qué hacer? “Debemos reconvertir a los docentes en el sentido de entrenarlos. La reforma educativa necesita la reforma de la gestión educativa. Con el mismo modelo de instituto de formación docentes no vamos a cambiar nada. No vamos a salir adelante ni la escuela pública ni la escuela privada. Acá hay que cambiar el paradigma de la enseñanza del docente”.

–¿Por qué todo es tan difícil de mejorar en Educación?

–Acá hay todo un sistema que hace un esfuerzo para que nada cambie en Educación. Empezando por todos los factores asociados a la educación que de alguna manera no le conviene el cambio. Entonces hay mucho esfuerzo para que la educación se mantenga así como está. Eso pasa desde la producción de cuadernos, lápices, libros, la formación del docente, los gremios, todo el sistema.

–¿Por dónde empezar?

–La gestión tiene que ser distrital, departamental. Tenemos que adecuar la educación de acuerdo a las condiciones culturales en donde ella se realiza, entendiendo que también tenemos que elevar el nivel cultural en donde la escuela se desempeña. Hay que hacer un programa de potenciación de escuelas, en donde se ponga la fuerza en uno o dos centros que concentren todas las actividades de la zona para tener mejores infraestructuras, mejor calidad de maestros, mejor estructura escolar en cuanto al currículum y a la posibilidad de reconversión del docente: los mejores docentes en aula y los demás cumpliendo otras funciones sociales muy importantes, como ser refuerzo escolar, actividades extraescolares, el arte, la música, la danza, que son asignaturas hoy fuera del sistema.

–¿Y qué hacemos de los supervisores?

–También reconvertir la función de los supervisores, que en vez de ser quienes miran todo desde arriba, sean las que apoyen el funcionamiento real y eficaz de las escuelas, cumpliendo una función zonal, regional. Salir de esa concepción de contraloría de aprendizajes y pasar a tutoría, de mentorazgo de las escuelas. Esa es una cuestión absolutamente clave en el diseño de una reforma. Nosotros lo que hacemos es cambiar el currículum, pero no enseñamos al docente a entender el currículum ni cambiamos el modo de gestión. Entonces la reforma se queda en unas lindas palabras que quedan en un libro, pero nunca llegan al aula.


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