Detrás de la radio que escuchamos, hay muchas historias que hacen enriquecer las vivencias que se desarrollaron en torno a ella, a los programas y a los protagonistas, sobre las que venimos exponiendo los domingos.

POR EDUARDO PALACIOS (fepalacios@tigo.com.py)

La historia y la trayec­toria que contamos hoy es la de Carlos Penayo, lamentablemente fallecido en el año 1989, y es la de un exitoso profesional de la locución, dotado de una gran ductilidad vocal para los mensajes publicitarios y con las características de un divertido animador de pro­gramas radiales. Muchos de nuestros seguidores que superan los 50 lo recordarán como un gran locutor.

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Carlos “el gordo” Penayo, como lo conocíamos sus amigos y colegas, acaparó las grabaciones publicitarias de las emisoras de radio desde finales de los años sesenta y las décadas de los años 70 y 80, época en que también ya estaban otras calificadas voces comerciales de locuto­res que competían en exce­lencia vocal, entre ellas las de Miguel Ángel Rodríguez, Antolín Leguizamón, Rodolfo Schaerer Peralta, “Papote” Fretes, Agustín González, Carlos Cuenca y otros.

Fue una figura importante de la radiofonía nacional. Carlos Penayo tenía cerca de treinta años de labor cargada de éxitos cuando en 1989 nos dejara.

BUENOS PROFESIONALES

A estos calificados profesiona­les locutores se sumaron las voces comerciales femeninas más brillantes de esa época como las de Ninica Segura, Blanca Navarro, Celia María Benítez, Flora Giménez, Ros­sana Penayo, Graciela Pastor y otras muy destacadas expo­nentes de la locución para­guaya pertenecientes a una generación que dio brillo a la radiofonía nacional.

Los anuncios comerciales de las más importantes empre­sas, marcas y comercios nacio­nales y de las multinaciona­les estaban a cargo de Penayo, quien cobraba cuando enton­ces uno de los “cachets” más altos como locutor, según los publicistas de la época.

Una multinacional de refres­cos contrató a Carlos Penayo para la grabación de una serie de anuncios comerciales, una producción documental en video y publicidad institucio­nal, para difundirla en varios países de habla hispana, hecho que constituyó una muestra del gran prestigio que gozaba nuestra figura de hoy.

TELECO Y PARAGUAY

Su paso fugaz por Radio Teleco en los primeros años del 60 le sirvió para proyec­tarse unos años después como uno de los mejores locutores del país. Hizo igualmente tea­tro en esa época, caracteri­zada por una intensa actividad teatral en Asunción, donde la cultura artística daba lugar a todo tipo de manifestación en los escenarios capitalinos.

Pero fue en Emisoras Para­guay donde se consolidó profesionalmente, para ser el animador y conductor de los programas en los hora­rios centrales del medio, que también comenzaba en aque­lla época a darle una orien­tación diferente a la radio, como fuente de información, con respeto a la audiencia y sobre todo con una imagen de seriedad como medio de comunicación, a cuyo frente se encontraba don Gerardo Halley Mora.

“Las 9 y Music Hall”, “Treinta minutos pasan volando”, por citar solo algunos progra­mas, que cuando entonces no tenían aun las características de los programas denomina­dos “Ómnibus”, que poco des­pués se iniciara en la radiofo­nía nacional con Humberto Rubin y “Super Onda”, en Ñanduti. Así también los pro­gramas centrales del medio­día como “Desde el Mirador de los Sucesos” y “El noticiero del Medio Día Asunceno”, en la voz del director, eran presen­tados por “El Gordo” Penayo.

Hermes Báez Molas, locutor por los años 67, 68 y 69 en Emi­soras Paraguay, lo recuerda con mucha simpatía señalando que “fue un profesional responsa­ble y muy preparado. Puntilloso para la lectura de los textos que debía interpretar”.

Foto de finales de la década de los años 60, Carlos Penayo fue un talentoso locutor.

RADIO CHACO BOREAL

Fue en esta emisora en el año 1976 y con el programa “Viva la Vida, Viva la Música”, bajo la conducción de Rodolfo Schaerer Peralta, Carlos y Rosana Penayo, con quien ya estaba unido sentimen­talmente, donde alcanzaron un gran suceso. Las carac­terísticas del programa que se extendía toda la mañana, más el gran profesionalismo de sus conductores y el pleno respaldo de don Gerardo Tor­cida, el director de la emisora, en la década de los años 70, hizo que el programa tuviera una gran repercusión en la radiofonía capitalina.

Schaerer Peralta había dejado ya cuando entonces Radio Guaraní donde desarrollara su tarea radial, compartida en ese tiempo con su labor en la televisión, y se unió a la pareja de Carlos y Rossana Penayo para alegrar a la audiencia y proyectar a los primeros pla­nos de las preferencias a la emisora ZP 4 Chaco Boreal, ubicada en ese tiempo sobre la calle Coronel Bogado, entre EEUU y Tacuary.

Los éxitos musicales de España, presentados como primicia en Chaco Boreal, eran uno de los atractivos importantes, con el innova­dor programa y los tres con­ductores más destacados de la radio en esa época, catapulta­ron al éxito a la emisora.

PRIMERO DE MARZO

La aparición de “La radio total” como era su eslogan, el 4 de mayo de 1976, significó un hito muy importante en la radiofo­nía nacional. El despliegue de equipos, una inversión millo­naria y la contratación de las primeras figuras de la radio y de la televisión fueron un hecho muy trascendente.

Entre las figuras que se incorporaron estaba Carlos y Rosana Penayo y Rodolfo Schaerer Peralta, a los que se sumaron otros no menos importantes, quienes dieron vida a esa monumental estruc­tura montada, para hacer de ella uno de los más importan­tes medios radiofónicos.

“Lo conocí en los años 80 y coincidimos en la tarea radial en Primero de Marzo donde era voz comercial y conductor de algunos programas espe­ciales. Principalmente lo que más recuerdo de él era la capa­cidad profesional que tenía para decir los grandes textos publicitarios, que en esa época preparaban los grandes libretistas desde Rovisa hasta Beto Duarte, pasando por ‘Chiqui’ Ávalos y el propio Ernesto García. Él creaba el clima par­ticular a cada texto”. Recor­daba Mario Ferreiro, quien al igual que Carlos Penayo con­dujo inolvidables programas en Primero de Marzo.

Destacó igualmente la enorme capacidad y el manejo de la voz para aplicarlo en los textos de afamados productos y en la promoción de eventos importantes organizados por el emisor.

SU LIBRETISTA

El legendario Beto Duarte, libretista, locutor y conductor de exitosos programas radia­les, fue uno de los que apor­taron talento a la rica litera­tura radiofónica producida por él, a la que daba vida Car­los Penayo. Hizo igualmente otros escritos y libretos que sirvieron de soporte para emi­soras y programas, todos de gran suceso.

“La Noche de la Ciudad Feliz” fue uno de los más recorda­dos y exitosos programas de la noche sabatina de Primero de Marzo, con la conducción de Carlos Penayo y libretos de Beto Duarte, donde la tarea de ambos permitió el gran acerca­miento del público a la radio.

Beto Duarte señaló con res­pecto a Carlos que era admira­ble la dedicación que prestaba a todos los programas que conducía. Mantuvieron una estrecha relación de amistad que se truncó con la partida de Carlos Penayo, en 1989.

Fue una gran voz, un gran profesional. Su larga trayec­toria, su talento y sus cua­lidades personales fueron resaltantes.

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