Esta semana Toni Roberto nos acerca la figura de su tatarabuelo, sobreviviente de la sangrienta batalla de Acosta Ñu.
A veces las historias son transmitidas oralmente de generación en generación, por abuelos, tíos y en algunos casos por los bisabuelos. Permítanme este domingo hablarles de mi tatarabuelo Espíritu Pérez, quien sobrevivió a la batalla de Acosta Ñu y que hoy revive en mí al volver a leer el libro de Memorias del legendario Capitán Federico Figueredo, mi tío abuelo.
Espíritu Pérez fue movilizado a los 12 años en el Ejército de niños y desvalidos en la Guerra Grande salvándose milagrosamente en la masacre de Acosta Ñu. En medio de la tragedia y viendo a sus compañeros ensangrentados fingió muerte manchándose con la sangre de los otros niños que yacían en medio de una escena dantesca, luego de la retirada de la caballería brasileña y aunque semiasfixiado por la quemazón del pajonal, al anochecer de un agosto de 1869, escapó, siendo posteriormente capturado por los argentinos, que lo llevaron a Corrientes donde un ganadero lo adoptó como criado, formándole como personal de su confianza.
“Si la cabra siempre tira al monte, Espíritu Pérez hecho hombre añoró su patria natal. En corridas exploraba la costa del caudaloso Paraná donde se arriesgaba nadando y preparando la manera de cruzarlo. Confiado en su plan de fuga, robó de su benefactor el mejor caballo ya adiestrado en el río y en una brumosa mañana se lanzó al agua logrando cruzarlo con éxito e increíble audacia. Ya en territorio paraguayo acogido por los escasos pobladores, fue orientado a salir en tierra firme”, nos cuenta el autor del libro.
Como era de esperar al volver encontró desolación, pero quitando fuerzas pronto se dedicó a la ganadería, haciéndose con el tiempo de un campo en Caraguatay, donde fue reconocido por ayudar siempre a la comunidad. Sus caballos, carros y bueyes estaban a disposición de los que necesitaban, los enfermos graves eran evacuados a Asunción para lo cual debían hacer un largo trayecto hasta la estación Tacuaral (hoy Ypacaraí).
Espíritu Pérez falleció a los 70 años, presuntamente por un paro cardíaco, cayó exánime de su caballo, el noble animal no lo abandonó, quedó parado al lado de su dueño y así fue encontrado por un jinete que pasaba por el lugar. La comunidad agradecida marcó el lugar con una cruz de madera, sustituida luego por otra de hierro, denominándose el lugar “Curusu Pérez”.
Así este niño que se salvó milagrosamente del genocidio de los aliados, formó parte de los paraguayos que repoblaron una patria injustamente destrozada y que con Justa Pastora Fleitas tuvo cuatro hijas: Dolores, Ramona, Clementina y Gertrudis, esta última mi bisabuela y madre del autor de estas valiosas “memorias estampadas” y publicadas en noviembre del 2001.
Lamentablemente, por los escasos registros fotográficos de la época no se tiene una imagen del personaje principal de esta historia, la más antigua es de 1921 de su hija Gertrudis y familia, una foto en la casa quinta y tambo en las afueras de Asunción, un “retrato” de principios de siglo XX que es un canto a la vida después de tanta destrucción.
Es cierto que de las grandes desgracias se debe aprender para escribir nuestra propia historia para el futuro y que así el relato no se vuelva sólo literal y evitar que mueran como simples recuerdos.
Profesor e historiador ítalo-brasileño Mario Maestri, autor de importantes libros y publicaciones académicas sobre la historia paraguaya. Foto. Gentileza
“Las cuatro naciones sufrieron retrocesos institucionales y sociales debido a la lucha fratricida”
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Por Jorge Coronel Prosman
En esta segunda y última parte de la entrevista al profesor e historiador ítalo-brasileño Mario Maestri, autor de importantes libros y publicaciones académicas sobre la historia paraguaya, abordamos el contexto socioeconómico de los países involucrados en la guerra contra la Triple Alianza, en especial el Paraguay, que sufrió de manera más directa y dramática los efectos de la contienda.
La perspectiva de Maestri pone énfasis en relatar la historia desde la perspectiva de los pueblos que pelearon y sufrieron la guerra, por lo que rechaza la visión de que los países vencedores resultaron beneficiados con el conflicto y, por el contrario, afirma que todas las naciones sufrieron retrocesos con secuelas que llegan hasta nuestros días.
–Después de tantos años de estudio sobre la Guerra Grande, ¿qué opinión le merecen las vertientes historiográficas más actuales, la corriente restauradora patriótica del discurso decimonónico y el neorrevisionismo que trata de introducir la visión de los pueblos sobre dicho conflicto.
–Con mis alumnos de maestría y doctorado cuestionamos los principales mitos historiográficos, ofrecemos nuevas explicaciones para el conflicto, planteamos problemas y avanzamos en una lectura popular supranacional de la guerra. Sin embargo, esta lectura ha sido poco discutida por el mundo académico, que comúnmente continuó presentando una restauración historiográfica de las narrativas patriótica con raíces en el siglo XIX. El ejemplo excelente de esta realidad es el libro hoy sacralizado de Francisco Doratiotto, quien escribió sobre la Guerra Grande prácticamente sin el estudio detallado, usando comúnmente “guaraní” como sinónimo de paraguayo. Lo mismo podría decirse de una historiografía paraguaya que navega en el actual pantano neolegionario, proponiendo literalmente que las naciones involucradas en el conflicto, todas, tuvieron logros y avances con la hecatombe de 1864-70.
EL PASADO DESDE EL PRESENTE Y EL FUTURO
–¿A qué atribuye usted esta situación?
–La historiografía es una de las ciencias sociales más politizadas, que habla del pasado, con los pies en el presente y ojos en el futuro, bajo la influencia de las clases sociales en lucha. La legitimación historiográfica de las interpretaciones que desvelan el pasado dependen en gran medida de las clases subordinadas que buscan interpretar. El avanzar o retroceder de las clases populares iluminan u oscurecen sus representaciones diversas. En Paraguay, Argentina y Uruguay, gobiernos más progresistas permitieron una apertura para las lecturas críticas sobre la Guerra Grande. En Brasil jamás hubo tales facilidades. La “guerra del Paraguay” es el mito fundador central del Ejército brasileño, eje conservador permanente en la historia del país. La Guerra Grande continúa siendo vigilada por Itamaraty y, sobre todo, por el Ejército de tierra.
–Entre los hechos que la historiografía tradicional dejó en el olvido está la relación entre el uruguayo Venancio Flores y el Imperio del Brasil con la masacre de la heroica Paysandú.
–La guerra comenzó con el apoyo del Gobierno paraguayo al uruguayo debido a que (Bartolomé) Mitre estaba financiando la invasión de Uruguay (19 de abril de 1863) por Flores para derribar al Gobierno oriental blanco. El Gobierno paraguayo declaró que la independencia uruguaya de hecho era esencial a los intereses paraguayos. Lo que era correcto en cuanto a los intereses mercantiles. Buenos Aires estaba en manos del unitarismo argentino y, si sucediera lo mismo con Montevideo, Argentina podría bloquear el comercio internacional paraguayo como en los días de (Juan Manuel de) Rosas.
La interrupción del comercio internacional disolvería la base social mercantil-exportadora de apoyo del lopismo, que favoreció el renacimiento de las fuerzas proporteñas, dependientes del comercio con el Plata. En 1863, Solano López y el Gobierno paraguayo se preparaban para una guerra con Argentina. Había posibilidades de ganar teniendo como aliados a los federalistas argentinos y al Gobierno oriental.
–Y luego la trama de alianzas sufre cambios importantes...
–Las tropas imperiales invadieron el Uruguay (10 de agosto de 1864) sin declaración de guerra. En respuesta, el Paraguay entró en guerra con el Imperio y la Argentina unitaria, con muy limitada posibilidad de vencer. Las tropas paraguayas avanzaron sobre el Mato Grosso, Corrientes, el Río Grande do Sul. Y no fueron enviadas como apoyo las tropas orientales, masacradas en Paysandú (2 de enero de 1865) por las tropas de Venancio Flores, de los hacendados del Río Grande del Sur, por el Imperio, con el vergonzoso asesinato de oficiales orientales rendidos.
Desembarco de los aliados. Pintura de Cándido López
EL LOPISMO
–¿Cómo observa la valoración de la imagen de Francisco Solano López en la época que se desempeñó como presidente paraguayo?
–La afirmación de que el lopismo, la valorización extremadamente positiva de la acción de López durante laguerra, fue una invención interesada de Juan Emiliano O’Leary es una mitología. Al concluir la fracasada campaña ofensiva, posiblemente el prestigio del mariscal era bajo, con las tropas paraguayas luchando mal, con la rendición en Uruguayana sin resistencia (18 de setiembre de 1865). Los soldados y las clases populares no se motivaron con la expedición al exterior, desinteresados en las cuestiones del Plata. Cuando las tropas paraguayas se retiraron a los territorios nacionales, las clases populares comprendieran que se trataba entonces de defender el Estado nacional y todo lo que habían conquistado: chacras, animales, autonomía. Lucharán, entonces, como leones, dando un carácter campesino a la resistencia, con la deserción de las clases dominantes incluida a la familia del mariscal.
–¿Cómo evalúa el papel de López como conductor militar?
–López permaneció irreductible en la dirección de la resistencia en una forma no muy hábil hasta su dramático asesinato, ya herido mortalmente, en Cerro Corá el 1 de marzo de 1870, lo que no lo transformó en general del pueblo, como (José Gervasio) Artigas, (Emiliano) Zapata y (Pancho) Villa. López luchó por la defensa del orden de la oligarquía mercantil-exportadora y antipopular inaugurada por su padre. Preparaba a su hijo Juan Francisco López para ser su sucesor. Intentó legar inmensos territorios a su compañera y herederos, pero no legalizó la posesión de tierras ni siquiera de los campesinos que lucharan bajo su comando. López y los campesinos paraguayos pelearon en la misma guerra con objetivos diferentes.
NARRATIVAS
–¿Por qué la resistencia del pueblo paraguayo fue tan tenaz?
–Las clases populares resistieron, hasta el último aliento, oponiéndose a la destrucción de los fundamentos del Estado surgido de la revolución francista. Luego de la derrota, los exoficiales lopistas, al integrarse a la política y gestión del Estado, aceptaron reivindicar, como mucho, la heroicidad de las tropas paraguayas y abrazar la anatematización del mariscal, las narrativas aliancistas y el nuevo Estado oligárquico, antipopular, antinacional, corrupto, en el contexto de la privatización de propiedades estatales, pobreza popular, expatriación de campesinos en busca de trabajo, etc.
–En un país devastado y ocupado, ¿cómo se fue construyendo la narrativa propia sobre la guerra?
–Incluso antes del fin de la resistencia, fue materialmente imposible producir narrativas defendiendo las razones nacional-populares sobre el conflicto. Las clases populares jamás aceptaron las narrativas legionarias, imperiales y argentinas sobre la guerra. Ellas emprendieron la producción y canonización defensiva de un mariscal demonizado, sustituyendo la heroicidad de la resistencia popular, por una visión de un mariscal semimesiánico, en producciones sobre todo orales, más registradas en cartas, canciones, poesías, dibujos y pinturas rústicas y cuadros de Solano López, etc., que aún no fue objeto de un estudio sistemático. Estanislao Zeballos, de visita en Paraguay relató asombrado la producción popular que se oponía a las interpretaciones de los aliancistas y de los legionarios, construyendo una visión romántica y heroica del mariscal, dando así vida al lopismo.
CONSECUENCIA PARA LAS NACIONES
–¿Cuáles fueron las principales repercusiones de la guerra en el Brasil?
–En el Imperio de Brasil, contrariamente a lo que tantos historiadores proponen, la victoria militar sobre Paraguay y Uruguay fortaleció la Casa y el Estado imperial. Don Pedro se fue en viaje de placer, dejando tranquilamente la regencia en manos de la princesa Isabel, educada y tratada por el padre y por el marido como una tonta. La guerra alivió la presión abolicionista. Después del fin del conflicto, el Estado imperial impulsó una reforma que mantuvo la esclavitud por casi vente años. Sectores populares murieron como moscas en el Paraguay y el Imperio nunca pagó realmente lo que prometió a los veteranos y mutilados. Jamás hubo apoyo popular al conflicto. A los capturados para ir luchar en el Paraguay, se les llamaba “voluntarios de palos y cuerdas”. Por el Brasil se gritaba “¡Dios es grande, la floresta es más grande!”, a la que se escapaban para los quilombos. La única preocupación del soldado imperial era retornar vivo.
–¿Para la Argentina?
La Guerra Grande atrasó la república y la industrialización al consolidar el carácter antipopular, oligárquico y esclavista del Estado imperial. En Argentina se consolidaron el unitarismo autoritario y elitista y los intereses de los grandes terratenientes, exportadores del comercio inglés, mientras que las provincias del litoral y del interior se hundieron en un atraso que no superan hasta hoy. Fueron aplastadas las fuerzas federalista y democráticas. El latifundio oligárquico se mantiene fuerte hasta hoy.
–¿Y para el Uruguay?
–Con la derrota del Gobierno constitucional y la imposición de la dictadura de Flores, la República de Uruguay permaneció, durante largas décadas, como un Estado dependiente del Imperio y luego de la República de Brasil, y bajo la presión de siempre de Buenos Aires. También fueran aplastadas las fuerzas democráticas y autonomistas, consolidándose el latifundio oligárquico en el país.
–¿Y para el Paraguay?
–Sobre todo el Paraguay sufrió las secuelas del conflicto. El país no conoció una reconstrucción de lo que fuera destruido más allá de la construcción de un Estado nuevo, antinacional y antipopular, con relaciones sociales refundidas por la destrucción humana, en la guerra, y la desorganización socioeconómica, después del conflicto, de su mayor riqueza: la clase campesina. Más allá de los intereses no nacionales de las clases dominantes, podemos decir que, en grado y formas diversas, con destaque para el Paraguay, las cuatro naciones involucradas en la guerra sufrieron retrocesos institucionales y sociales debido a la lucha fratricida de 1864-70 con secuelas que llegan hasta nuestros días.
El club Félix Pérez Cardozo se prepara para debutar en la Liga Sudamericana Femenina de Básquetbol. El campeón sudamericano de la edición 2022 arrancó sus aprestos de cara a su participación en el Grupo A, a disputarse del 3 al 5 de mayo en el recientemente inaugurado COP Arena del Comité Olímpico Paraguayo.
Esta edición contará con la participación de ocho equipos divididos en dos grupos, en el A están Félix Pérez Cardozo, SESI Araraquara Basquete (Brasil), Ambato Soldiers (Ecuador) y Universidad de Chile (Chile). En cuanto a las entradas, están en venta en la Red UTS. El costo por fecha es de G. 45.000 para preferencias y 35.000 al sector de graderías generales.
El combo por todo el campeonato tiene un descuento y cuestan G. 95.000 y G. 75.000, respectivamente, para el sector VIP y gradería general.
El Grupo B tendrá lugar en el estadio del club de Obras Sanitarias de Buenos Aires del 9 al 11 de mayo, con participación del local Obras (Argentina), Club de Tenis La Paz (Bolivia), Club Aguada (Uruguay) y Power Basketball (Colombia).
Argentina supera 333.000 casos y 238 fallecidos por dengue
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En su peor brote histórico de dengue, Argentina registró 333.084 casos de dengue y 238 fallecidos, según el último informe epidemiológico emitido el 22 de abril por el Ministerio de Salud. La institución sanitaria observó que se registra por segunda semana consecutiva un descenso de los casos semanales de los contagios de la enfermedad causada por el mosquito aedes aegypti.
El pico de casos se registró en la semana 12, que corresponde entre el 17 y 23 de marzo, con 47.092 pacientes, a partir del cual se identifica un descenso del 21 %. Tan solo en el año 2024 se contabilizaron 315.942 casos. La incidencia acumulada hasta el momento para la temporada es de 708 casos por cada cien mil habitantes.
Igualmente en Paraguay se viene dando un descenso en las cifras de dengue. En las semanas epidemiológicas 13 a 15, entre el 24 de marzo hasta el 13 de abril, se reportaron 2.031 casos confirmados, 2.376 probables y 21.465 sospechosos, mientras que las hospitalizaciones de casos confirmados asciende a 242 pacientes, otros 103 probables y 763 sospechosos.
En el acumulado desde el 17 de setiembre hasta el 13 de abril están confirmados 41.119 casos, además de 24.747 probables y 214.343 sospechosos, además de 5.328 hospitalizaciones cuyo diagnóstico confirmó la enfermedad, y totalizan 86 fallecidos en siete meses a consecuencia del dengue en territorio paraguayo.
Rusia anuncia la toma del control de la localidad de Bogdanovka, provincia ucraniana
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El Gobierno de Rusia ha anunciado este domingo la toma del control de la localidad ucraniana de Bogdanovka, situada en la provincia de Donetsk (este), en el marco de sus avances de los últimos meses en esta zona del país, sin que las autoridades de Ucrania se hayan pronunciado al respecto.
El Ministerio de Defensa ruso ha señalado en un comunicado publicado en su cuenta en Telegram que las tropas de Rusia “han liberado completamente la localidad de Bodganovka, en la República Popular de Donetsk” y “han mejorado la situación en la línea de frente”.
Así, ha recalcado que las tropas han causado además “daños en personal y equipamiento a la 53ª Brigada Mecanizada de las Fuerzas Armadas ucranianas” en los alrededores de Krasnohorivka, también en Donetsk, y han repelido dos “contraofensivas” ucranianas en Chasiv Yar, situada en esta misma provincia.
“Las pérdidas del enemigo equivalen a 440 miembros del personal militar, tres vehículos y un vehículo de combate con un sistema antiaéreo Osa-AKM”, ha destacado, en el marco de una ofensiva en la zona tras la toma en febrero de la estratégica ciudad de Avdiivka.