POR EDUARDO PALACIOS, fepalacios@tigo.com.py

Nuestros relatos de las historias que se generan en el gran escenario de la radiofonía paraguaya nos lleva hoy a evocar a un locutor y periodista que impuso un estilo de hacer radio. 

El capítulo de hoy dedicamos a un destacado hombre de radio surgido en el norte del país, quien desde su Concepción natal llegó a la capital con el respaldo del importante papel que cumpliera en la cobertura informativa de una tragedia ocurrida en el río Paraguay, poco tiempo antes, con motivo del hundimiento de la lancha Miriam Adela, en el río Paraguay, a unos 80 kilómetros rio arriba de la capital del primer departamento de la República.

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Víctor Miguel Benítez Cano, cuya sensible desaparición cumpliera dos años el pasado 22 de julio, se había formado en la década de los años 70, en la práctica diaria en ZP 8 Radio Concepción, al lado de otros tantos hoy consagrados y meritorios profesionales, como Ladislao Mello Cabral o Milciades Miranda, entre otros, quienes en la década eran los soportes principales de las tareas propias de la emisora citada.

Víctor Benítez con el Dr. Milciades Miranda, con quien compartió sus primeros años en ZP 8, acompañado de amigos y colegas.
Foto del año 1978, Víctor Benítez tras su llegada a Asunción desde su Concepción natal.

EN ASUNCIÓN

En setiembre de 1978 dejó su ciudad natal y llegó a Asunción. Acompañado de otros colegas fuimos a recibirlo en el Litoral ubicado en las calles Herrera y Curupayty, que por esos años era la parada obligatoria del transporte colectivo que llegaba o salía al interior.

Vino a participar de una reunión de locutores de las emisoras de radio del interior que tenía como sede la Asociación de Locutores, ubicada en Brasil y Mcal. Estigarribia. El evento convocaba a unos cincuenta colegas de diversos puntos del país. El local estaba ubicado cerca de la antigua parada de ómnibus donde lo aguardábamos. Sacudiendo el polvo acumulado, bajó del ómnibus, vestía un saco azul con pantalones del mismo color, calzaba unas zapatillas “japonesas”, que “me quedan cómodas”, dijo y, como maleta, la antigua valija de cuero rectangular.

Tanto yo como los demás colegas no lo conocíamos, pero al verlo bajar del colectivo con su despreocupada forma de vestir nos dijimos: “ese es Víctor”. Su llegada a la sede de la reunión –a la que llegó portando su valija– fue motivo de aplausos por parte de los colegas, que le reconocieron la fama que se ganó gracias al importante servicio informativo que a cualquier hora lo tenía presto para el reporte desde Concepción, con motivo del luctuoso acontecimiento del naufragio que se cobrara más de cien víctimas y en donde ZP 8 era el centro informativo.

OTROS ENCUENTROS

Después de aquella reunión nos encontramos en contadas ocasiones, sin embargo, años más tarde volvimos a coincidir en los encuentros de colegas locutores, que se realizaban una vez al mes en el ex Solar Peralta, donde oficiaba de anfitrión Rodolfo Schaerer Peralta, en donde el tema central siempre era el rico anecdotario de la radio, que cada uno aportaba en una ronda interminable. 

Su presencia en Asunción ya fue definitiva, porque a partir de aquel evento de locutores ya permaneció en nuestra capital desempeñándose con mucho suceso en varios medios. Primeramente se incorporó a Radio Ñanduti, también estuvo en las radios Cáritas, Primero de Marzo, Cardinal, Uno, Chaco Boreal, radio 1000 y 970 AM. Realizó ciclos televisivos con mucho éxito. Escribió comentarios para diarios y revistas, en síntesis el periodismo en sus más diversas formas lo tuvo como protagonista. 

Víctor Benítez expuso su opinión y marcó un estilo y un lenguaje único, inusual en la radio en las décadas pasadas, ganando una audiencia mayoritaria los programas por él dirigidos. Irónico pero también frontal y cuestionador para encarar los temas periodísticos diarios, acompañado de Erico González, su amigo y compañero en la mayoría de los medios por los que estuvo.

En sus programas popularizó también algunas frases como “Así nos va”, con la que concluía alguna crítica, frase que se insertó en el lenguaje diario tanto de colegas como de oyentes, o su “hasta mañana si no llueve” con la que siempre despedía su programa diario. Son características que, posiblemente, ningún otro comunicador logró en muchos años.

SUS INICIOS

El doctor Milciades Miranda, un conocido locutor y periodista, hoy destacado abogado concepceno, fue compañero y cercano amigo de Víctor Benítez en Radio Concepción, y en la obra “Valores del Norte”, de la autoría del Dr. Juan Samaniego, publicado en el 2007, escribió una reseña sobre él y sobre otros prestigiosos comunicadores de la zona.

“Comenzó como locutor en los altavoces de la parroquia Virgen del Carmen, del barrio Inmaculada de su ciudad natal. La primera vez que habló por una radioemisora fue en el programa Editorial Guavirami, que se emitía por ZP 8 Radio Concepción los domingos por la mañana”, señala el comunicador en su reseña.

RADIO SHOW

El doctor Miranda escribió también que “Víctor pronto escaló posiciones en Radio Concepción. Creó Radio Show, el primer programa periodístico de cuatro horas de duración, con entrevistas y móviles en la calle. Fue jefe de prensa por muchos años. Se distinguió por el uso de un estilo desenfadado, directo, agudo en sus críticas, fue el primero en animarse a criticar directamente a las autoridades, tanto de instituciones públicas como privadas, lo que generó muchas reacciones en estas”.

“Su rebeldía y la firme creencia en sus ideas que no arriaba ante nada ni ante nadie lo llevó fuera de su ciudad. O tal vez en búsqueda de su padre, a quien nunca conoció. Estuvo en Radio Mcal. López de Bella Vista Norte y en Radio Amambay de Pedro Juan Caballero, para luego volver a la radio de su origen, porque su madre, doña Eustacia Cano ‘Ña Utá’ nunca quiso salir de Concepción y clamaba por la vuelta de su único hijo”, escribió Milciades Miranda.

DEVOTO DE LA AMISTAD

Augusto Dos Santos, el director periodístico de este diario, fue también un amigo muy cercano de Víctor con quien congeniaba y compartía interminables tertulias y jornadas de pesca, conforme el mismo lo relata en artículos periodísticos ya publicados. El 21 de julio del 2019, en un escrito de su autoría titulado: “El Gordo y un par de historias inolvidables”, publicado en La Nación, con motivo de recordarse el primer año de su fallecimiento, cuenta hechos anecdóticos que lo tuvo como protagonista, describiendo también su forma de ser: “Inmensamente tímido, ribereño de alma, amante del fútbol y del basquetbol, Víctor Miguel Benítez Cano murió hace un año, dejando como legado un estilo de radio coloquial, controversial y frontal que hoy muchos cultivan”.

“Argel y retobado, ‘como norteño’, era al mismo tiempo un devoto de la amistad hasta niveles monásticos. Como parte de su rebeldía al status quo desde su emergencia en la prensa escrita y radial, incluso revisó su propia fe y se convirtió en un agnóstico crítico tras una niñez y juventud signadas por su proximidad a la Iglesia. Pero hoy no queremos hacer una biografía de Víctor, sino contar un par de historias”.

Quienes lo conocimos desde su llegada a Asunción, sabíamos que detrás de esa imagen desenfada para algunos o irreverente para otros, estaba una persona muy solidaria y mejor profesional. Lo recordamos hoy y forma parte de las historias de la radio en nuestro país.


 

Etiquetas: #El grosero ese

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