Por Lourdes Talavera, escritora-presidenta de EPA (Escritoras Paraguayas Asociadas)

La escritora y maestra Dirma Pardo de Carugati, recientemente fallecida, dejó huellas en la literatura y en las generaciones de escritoras del Paraguay. Lourdes Talavera, presidenta de EPA, la recuerda en estas páginas. 

Un día gris, el último del mes de junio del 2020, partió a la eternidad la gran escritora y maestra Dirma Pardo de Carugati. Nacida en Buenos Aires, Argentina (1934), fue paraguaya nacionalizada y vivió en Asunción. Era una persona distinguida, cálida y muy amable. Se desempeñó como docente, periodista y escritora. Ocupó cargos en la Comisión Directiva de la Sociedad de Escritores del Paraguay (SEP) y ha sido miembro de Número de la Academia Paraguaya de la Lengua Española.

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Junto con un grupo de mujeres crearon el Taller de Cuento Breve que fue dirigido por el profesor Hugo Rodríguez Alcalá. Posteriormente, en 1997, con Maybell Lebrón y Luisa Moreno Sartorio fundan la entidad Escritoras Paraguayas Asociadas (EPA) con el objetivo de dar un espacio propio a las escritoras y visibilizar sus obras. También fue socia fundadora del Club del Libro N° 1 y ocupó, varias veces, la presidencia de la organización.

Tiene publicados los libros de cuentos “La víspera y el día”, “Cuento de tierra caliente”, “Simplemente mujeres”. También es coautora con Hugo Rodriguez Alcalá de “Historia de la literatura paraguaya – segunda edición” y con Graciela Nery Huerta de “Cuentos, mitos y leyendas”. Dirma Pardo de Carugati ha recibido premios en reiteradas ocasiones. 

LA CONDICIÓN DE PERSONAS DE LAS MUJERES EN SU OBRA 

En su primer volumen de cuentos, “La víspera del día”, trata la condición femenina subordinada al sufrimiento de los roles de madre, amante y también oprimida a la rígida moral imperante, en ese tiempo (casi a finales del siglo XX). La autora reivindica la condición de persona de la mujer desde una mirada empática y femenina. Aquí la causa del sufrimiento no es consecuencia del actuar de las mujeres, sino del agobiante entorno. 

Otro de los cuentos de Dirma Pardo de Carugati, “Baldosas negras y baldosas blancas”, fue adaptado al cine y sirvió de guión a la primera miniserie televisiva paraguaya (“El secreto de la señora”, 1989), fue premiada en los festivales de La Habana 1989 y Buenos Aires 1993. La autora en “Baldosas negras y baldosas blancas” incorpora el cuerpo femenino en la narrativa paraguaya como objeto de explotación sexual. Las trabajadoras domésticas aparecen en el cuento como seres genéricos y anónimos que reflejan la opresión y enajenación de una sociedad clasista. Así se lee: “hasta los perros habían aprendido a conocerlas, en el poco tiempo que llevaban en la casa, en cambio La Señora, en esos dos meses, nunca las había llamado por sus nombres, o había mantenido con ellas una conversación amable” (Pardo 512). 

La obra muestra la clandestinidad del negocio, los personajes desenvolviéndose en una atmósfera para ejercer el tráfico de personas: captar, engañar, acoger, raptar y trasladar a las víctimas: “Las subieron al asiento posterior del automóvil y las acomodaron con los cinturones de seguridad. - ¿todo listo? – Sí, aquí están los documentos. – Muy bien. Pasaremos la frontera a la madrugada. Adiós” (Pardo 513). 

La opresión femenina afecta a todas las capas sociales, si bien no de igual forma, porque se duplica en las clases marginadas. Simone de Beauvoir escribió que en la mayoría de las veces, las mujeres de mejor posición socioeconómica y cultural oprimen a sus congéneres menos favorecidas. El personaje de La Señora no tiene un oficio explícito, salvo el de guiar las tareas domésticas de las muchachas que contrata y de manera implícita las entrena para una futura vida de explotación sexual, que el lector presume. Esta mujer es ejecutora de una acción de extrema humillación, alienación y fealdad para dañar a un ser humano. 

LITERATURA DE MUJERES: NUEVOS ESCENARIOS 

La literatura de mujeres contribuye con la ficción a crear nuevos escenarios, más allá de la denuncia. Las mujeres como sujetos políticos forjan una historia con una nueva ética que apunta a la conquista de la igualdad de oportunidades. En nuestros días, la trata de mujeres, la violencia de género e intrafamiliar constituyen problemas fundamentales que se reflejan en la narrativa de escritoras y Dirma Pardo de Carugati ha sido una de las primeras en reflejar este problema en la sociedad paraguaya. Esta situación refleja la condición de las mujeres como sujetos vulnerables de sociedades que tienen como reto conquistar derechos para aquellos que están discriminados. 

En “Simplemente mujeres” se afirma en sus cuentos en la posición de denuncia ante una sociedad que oprime a las mujeres. La escritora Delfina Acosta expresa al respecto: 

“Dirma, conocedora del oficio, nos va contando las historias de las mujeres, y esas historias, todas muy ricas, muy bien planteadas y narradas, nos hablan de un mundo poblado de sumisiones, de luchas frontales contra una sociedad machista, de ambiciones, de complejos, de pequeñas batallas donde se perfilan los lados a veces oscuros y desconocidos de las personas. Ella, la autora, sabe perfectamente cómo hacer un cuento. En ellos no asoma lo previsible, lo obvio. Muy por el contrario, sus escritos nos van atrapando desde la primera hasta la última página para dejarnos ante un final que nos deja con los ojos muy abiertos y un profundo suspiro”. 

La literatura de mujeres contribuye con la ficción a crear nuevos escenarios, más allá de la denuncia. Las mujeres como sujetos políticos forjan una historia con una nueva ética que apunta a la conquista de la igualdad de oportunidades. En nuestros días, la trata de mujeres, la violencia de género e intrafamiliar constituyen problemas fundamentales que se reflejan en la narrativa de escritoras y Dirma Pardo de Carugati ha sido una de las primeras en mostrar estos problemas en la sociedad paraguaya. Esta situación refleja la condición de las mujeres como sujetos vulnerables de sociedades que tienen como reto conquistar derechos para aquellos que están discriminados. El mayor legado que nos deja Dirma son sus obras, que la hacen eterna.




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