Hace días, recibió, junto a otros destacados artistas, la mayor distinción que el Centro Cultural de la República El Cabildo otorga a la trayectoria y labor creativa, en el rubro Literatura. Amanda Pedrozo, además de poetisa y narradora, es periodista y desde hace (muchos) años está al frente de Popular, de la familia del Grupo Nación-Multimedia. Con ella hablamos de lo que significan estos premios y otros temas que hacen a los dos oficios que abraza con un amor a toda prueba.
Por Marycruz Najle
marycruz.najle@gruponacion.com.py
La pandemia que aún no deja de regir nuestras vidas nos obliga a obviar el mate o el café compartido en el espacio común de los diarios en los que ambas trabajamos y reemplazarlo por una conversación a través de la tecnología. ¡Quién lo diría! reímos las dos, recordando aquellas épocas en las que las primeras computadoras llegaban como una “amenaza” para las pesadas máquinas de escribir en la redacción del “viejo” diario Hoy. En las cuartillas de “80 golpes” y tecleando con pasión palabras y frases, noticias de último momento y más de una vez, historias casi puramente noveladas, ella comenzó a compartir con los lectores de diarios el talento y la capacidad de inventar mundos en los que las tragedias humanas se codean con el humor, la magia y la inocencia perdida. Amanda Pedrozo siempre cuenta historias llenas de magia y muchas veces rodeadas de fantasmas y hasta “almas en pena”.
UNA AUTORA “INQUIETANTE”
Una crónica de autor argentino dice sobre uno de los libros publicados junto a su hermana inseparable, Mabel Pedrozo y Alejandro Maciel, justamente llamado “Almas en pena”, que Amanda es “una autora inquietante” –palabra de Joseph Estradha Brenner-ziel– el prologuista que se enamoró de su cuento “La niña de los olores”, un relato que asume como el texto favorito de los lectores de ambas orillas (correntinos y paraguayos) que compartieron el lanzamiento de ese volumen. La ahora Maestra del Arte sabe cómo ir y venir del mundo de los vivos y el de los muertos en una historia estremecedora, pero llena de metáforas que cabalgan entre los mitos y leyendas, y la realidad más dura. Y así ella alimenta cada obra, cada verso de sus poemarios que con tanto afán siguen sus muchos lectores de Paraguay y otros países a los que habitualmente es invitada a participar de encuentros y de congresos de escritores y poetas. Ecuador, Argentina, Bolivia y otras ciudades y países en donde ha sabido ganarse el aplauso de sus pares y ganado lectores de todas las edades.
“ABRIGAR LA ESPERANZA”
Cuando le pregunto qué significa para ella haber sido reconocida nada menos que por el Congreso de la Nación, ella no duda un segundo en responderme que “es importante cualquier reconocimiento porque es un incentivo, claro, y porque permite abrigar la esperanza de que alguna vez las instituciones del Estado apoyarán el arte en todas sus formas más efectivamente. Y, desde luego, el hecho de que sea un reconocimiento a la trayectoria, lo que vale decir al trabajo cultural en sí, es muy importante”. La idea de que la cultura y el arte tenga un espacio y sobre todo una importancia vital para quienes definan los planes y presupuestos destinados a la promoción desvela a los artistas y más aún en estos tiempos.
DE TRAGEDIAS Y TERNURAS
La pregunta viene sola, cabalgando entre los recuerdos de Amanda, ¿cómo comenzó esa relación con la literatura? “El inicio del amor a la literatura se pierde en el tiempo del principio de la lectura, valga la rima”, dice. Y puntualiza: “En mi caso, fue en la infancia. Tomar los libros, leerlos como si fueran un juego más, allí empezó el camino y todo se fue dando”.
¿Y cuándo el periodismo fue el oficio elegido? “El periodismo fue la alternativa de trabajo más adecuada para mí, considerando que nade más me gustaba, nada que no fuera escribir”. Y para dar más constancia sobre esa combinación entre dos oficios que se tocan sin dañarse mutuamente tan a menudo en la vida de los buscadores de palabras, dice: “Siempre hubo allí una retroalimentación, digamos. No hay nada que permita mayor acercamiento a la humanidad que estar en contacto directo todos los días con las grandes tragedias y las pequeñas ternuras. Eso es lo que abunda al ‘hacer’ periodismo”.
ESCRIBIR EN PANDEMIA
Le comento que hay escritores de todo el mundo que en esta circunstancia especial (la pandemia de covid-19) sienten que están bloqueados, no les resulta fácil escribir, a pesar de estar más tiempo sin salir de la casa. Para Amanda este “encierro” es una situación “feliz”. Le pregunto si, además de trabajar a distancia en su tarea de editora del diario, está escribiendo ficción, no duda en decirme que lo de ficción es algo no muy definido para ella, “Si, también escribo ficción ahora, aunque no existe nada ficcional en realidad. Como sabemos, ideas nuevas no hay, solo modos de decir las mismas cosas de siempre”.
Y sobre la situación por la que atravesamos en todo el mundo a causa de la pandemia, ella afirma que “quizás es algo que, como especie, nos acarreamos”. Como individuos, no todos, como especie ¡mea culpa! ya se dijo: el hombre es el lobo del hombre. Somos los peores depredadores y quizás para que la naturaleza sobreviva, sobrevienen estas cosas”.
La situación de muchos es dolorosa y Amanda no la soslaya: “debo admitir que soy una de las personas privilegiadas en este momento, por no tener que salir a pedir comida por las calles. Eso, tener trabajo y sustento, es una situación privilegiada”, afirma.
Por su parte, la producción literaria no para: “Poesía, microcuentos, cuentos y sigo trabajando en una loca novelita”, de la que no nos adelanta más datos, solo que estará no tan lejos de este tiempo, en manos de sus lectores...
Nos vamos de paseo en la charla a otros momentos y otras historias, algunas de tristeza profunda y otras divertidas, en alas de la memoria. Al final de la nota, ya es de madrugada y, a la hora de definir en qué consiste en realidad la tarea de los escritores, muy a su manera, despoja al oficio de la vanidad y dispara: “Los escritores –estoy convencida de eso– no somos realmente creadores, sino antenas que captan palabras. Y luego queda pulir, esto último sí que nos hace sudar. Pero eso es todo”, sentencia.
MAESTRA DEL ARTE
Amanda Pedrozo, Asunción, 1955. Poeta, narradora y periodista. Socia fundadora del Taller de Poesía Manuel Ortiz Guerrero. Sus poemas fueron incluidos en antologías nacionales e internacionales. Socia fundadora del Sindicato de Periodistas del Paraguay y de otras entidades relacionadas a la literatura y periodismo en nuestro país. Participó en varios encuentros de poetas y narradores en representación del país. Ha presentado ponencias en diversas mesas de lecturas literarias. Publicó numerosos poemarios, cuentos para niños y libros. Ha trabajado en varios medios de prensa y actualmente se desempeña como directora periodística en un reconocido diario nacional.
Maestro del Arte es la mayor distinción que el Centro Cultural de la República El Cabildo, extensión del Congreso Nacional, otorga anualmente en reconocimiento a los años de labor creativa y de gestión cultural. Este año, fueron reconocidas destacadas figuras en sus disciplinas artísticas: Jesús Ruiz Nestosa, en Artes Visuales; Graciela Meza, en Danza; Amanda Pedrozo, en Literatura; Lizza Bogado, en Música, y Ana María Imizcoz, en Teatro.