Por Toni Roberto, tonirobertogodoy@gmail.com

Desteñidas postales que nos muestran escenas de enamorados de épocas pasadas y evocan la manera de concebir el romance en la Asunción de otros tiempos.

En los números pasados paseábamos por unas viejas pinturas del Parque Caballero, pero hoy, a partir de una inédita y desteñida postal enviada en 1904 por el intelectual Juan Silvano Godoy, empezamos a recorrer viejas historias de amor, desde la relatada por una antigua vecina del barrio De la Catedral, pasando por dos balcones de la calle Alberdi, hasta una novelesca historia de amor de principios de los 70, relatada por los propios protagonistas, la paraguaya Marilé dos Santos y el periodista argentino Omar Ubierna. Antiguos amores de postales, de zaguanes, de veredas o de algún café, hasta el encuentro novelesco en Bariloche de esta asuncena y este argentino en 1972 que terminó en un casamiento 40 años después, ya entrados los años del siglo XXI, gracias a las redes sociales.

“ANSELMITA Y UNA BELLA CASA”

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¿Cuántas cartas de amor corrieron en la Asunción del siglo XX? No lo sé, pero sí conocí una que terminó hecha arquitectura, en una afrancesada fachada construida a principios de 1900 como promesa de amor, en donde aparece un nombre infaltable en los relatos paraguayos de aquella época, el de Anselmita Heyn Denis.

Me contaba en el 2014 Chiquita Humada Balart de Sosa, antigua vecina del barrio De la Catedral y dueña de dicha casa, que el joven Carlos Sosa estaba perdidamente enamorado de esta señorita y debido a ello realizó una casa con unos de los zaguanes más hermosos de Asunción, sobre la calle Nuestra Señora de la Asunción casi Humaitá, que hasta hoy se encuentra intacto, pero que la legendaria Anselmita no aceptó y, con ello, tampoco el amor del joven. Una triste historia de amor no correspondido que sin embargo tomó otra forma convertida en una bella arquitectura que hoy forma parte del patrimonio de la ciudad de Asunción en la misma vereda donde se encuentran las casas patrimoniales del Ateneo Paraguayo.

Como reza la tarjeta postal de Godoy fechada en 1904: “El espacio y el tiempo son una verdad, pero no en una tarjeta postal”, tampoco en estas líneas, que después de 115 años se convierten en estos “cortos cuadernos de verano” que continuarán el próximo domingo con más Cuadernos de Barrio.

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