Un cuaderno especial que por esta semana recoge historias sobre la Navidad.

Tal vez este dibujo no represente el tradicio­nal pesebre de barrio que estamos acostumbrados a ver, pero sí creo que nos trans­porta a ese pesebre paraguayo auténtico de muchas mujeres paraguayas. Esta pequeña tar­jeta me obsequió mi maestra en la Navidad de 1984, un sen­cillo y escueto “pesebre ale­górico”, tal vez representado a tantas madres que también fueron padres ya desde fina­les del Siglo XIX, debido a una población masculina diezmada por una injusta guerra contra el Paraguay. Se puede apreciar una humilde casita de paja con “frutos del país”, unos cuan­tos cántaros que nos remiten a “un fresco jarro de barro con agua” de algún aljibe asunceno de principios del siglo XX y por supuesto, una madre con un niño en una poética hamaca y un “lampiún” iluminando esta “tierna escena paraguaya”.

Siempre al empezar a escribir trato de poner todo mi senti­miento para luego recordar y hacer otras asociaciones, en este caso con la música, y así como les contaba en un domingo anterior al hablarles de “los pintores asuncenos” que me llevaba irremediable­mente al artista don Ignacio Núñez Soler, hoy al mirar este gráfico, me permito viajar un rato para recordar a una de las músicas navideñas del Para­guay más emblemáticas del siglo XX, y por supuesto a su creadora, la argentina para­guaya Mercedes Jané y sus “Dos trocitos de madera”.

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DOS TROCITOS DE MADERA DESDE SANTIAGO DE CHILE

A veces las grandes creaciones vienen por el popular “techa­ga’u” (añoranza, en nues­tra dulce lengua guaraní) a la tierra a la que amamos. Raramente en ambos casos, tanto Edith Jiménez como Mercedes Yané realizaron estas maravillosas composi­ciones estando lejos de la tie­rra amada, así como lo hizo mi recordada tía Ina Rolón de Ramos Jiménez con su monu­mental pieza “Mombyry Guive” añorando su terruño.

En 1951 estando Mercedes Jané residiendo en Santiago de Chile sintió una gran nos­talgia por el país donde eligió vivir desde muy jovencita, de repente, olió en capital chilena un “imposible aroma a nuestra flor de coco”, lo que le inspiró a crear, quizás la música de Navi­dad más popular del Paraguay. Ella decía con sus propias pala­bras: “Demasiado quería vol­ver al Paraguay. Quería pasar la Navidad en el Paraguay, pero tenía contrato en la radio hasta junio del año siguiente. Por lo tanto, me era imposible retor­nar. Lloraba en la calle, sin con­suelo. De pronto ocurrió algo extraordinario en Santiago; olí la flor de coco. Entonces empecé a mirar, a mirar, a mirar. Miraba las manos, las caras de la gente para ver si encontraba algo. Y nada”.

Sigue diciendo: “Fue enton­ces, que entré a una confite­ría. Pedí un té. Y mientras me traían, en una servilleta, de un tirón, escribí Navidad del Paraguay. Lo que yo recalco es que yo no escribí, fue Dios, porque no tiene ni una sola corrección. Así como se ori­ginó, así está”. Esto era lo que ella siempre repetía cuando se le consultaba como nació esta popular pieza, cantada hoy en todos los rincones de nuestra tierra, a la que le puso música el profesor Esteban Morábito.

UN NOSTÁLGICO DIBUJO CON AROMA A NAVIDAD DEL PARAGUAY

De la misma manera pero en la Navidad de 1958, estando becada Edith Jiménez en San Pablo, Brasil, con mucha nos­talgia realiza un dibujo que luego lo reprodujo y que hoy es parte de nuestro “imaginario artístico histórico paraguayo”. Decía ella: “Un día de diciembre de 1958 cercano a las navida­des estando viviendo yo por un tiempo en el Instituto del Padre Xico en San Pablo, becada para estudiar arte moderno y año­rando mis afectos cercanos en Asunción, decidí hacer este dibujo para convertirlo luego en una tarjeta que mandé impri­mir y que les envié a mis ami­gos y parientes del Paraguay como recuerdo de fin de año y es la misma que ahora te regalo con mucho cariño y con todo mi corazón en esta Navidad”.

Así me la obsequió un día, y la quito todos los años desde esa memorable Navidad de 1984 como una “especie de pesebre”, que hoy comparto con ustedes finalizando la segunda década del siglo XXI, un “nostálgico y musical dibujo” con aroma a flor de coco, con aroma a Navi­dad del Paraguay.

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