Una batalla campal fuera del Camp Nou durante el clásico español mostró el creciente poder de una barra brava que fue expulsada del club: los Boixos Nois. Desde controlar las gradas hasta pelear con independentistas, esta es parte de su curiosa historia.

  • Por Juan Pablo Zaracho
  • @laespadasagrada

Un superclásico entre Barcelona y Real Madrid siempre genera un ambiente tenso, que suele ser por la espera de un triunfo por ambos equipos. Esta vez la tensión se trasladó fuera de la cancha, donde dos facciones iniciaron una bata­lla campal en pleno partido. La pelea era algo fuera de lo común, tomando en cuenta que un bando estaba com­puesto por manifestantes por la independencia de Cataluña y otro por un antiguo grupo de hinchas del Barcelona que en sus primeros años fue una fuerza que siempre buscó sepa­rarse de España, pero hoy se enfrenta a estas facciones: los Boixos Nois.

La historia de los Boixos Nois, “chicos locos” en catalán, comienza en 1981. Un grupo de jóvenes identificados con movimientos de izquierda extrema, que en aquellos años impulsaban la independencia de Cataluña de España, crea­ron una peña de hinchas para ir a alentar al club. Llevando la bandera catalana, conocida como senyera, estos fanáticos realizaban cánticos insul­tando a España y a la policía. De a poco, por su fanatismo y show en las canchas, fueron ganando adeptos y el grupo comenzó a tener más poder.

A diferencia de otras organiza­ciones, los Boixos Nois forma­ban un grupo diverso, algunos más inclinados hacia la violen­cia, otros hacia espectros polí­ticos de extrema. De a poco, durante la década del 80, un grupo comenzó a ganar poder en la organización: los skin­heads de extrema derecha. Su líder, Josep Lluis Sureda, ganó el liderazgo en la década del 90, cambiando el estilo de vestir del grupo, siendo la cabeza rapada y el uniforme militar el modelo a ser imitado. Estos hinchas atacaban a otras hin­chadas rivales o a grupos opo­sitores dentro de la hinchada culé, lo que los llevó a ser inves­tigados por la policía.

Varios de ellos dejaron de lado el pelo rapado y utilizaban camisas y pantalones depor­tivos para no ser descubiertos por la policía, por lo que fueron llamados los casuals. Con ellos a la cabeza, los Boixos contro­laban el lado norte del estadio, golpeando a cualquier hincha que vaya en contra de ellos. Al ser el grupo que llevaba bande­ras y cánticos al estadio, eran apoyados por los presidentes Josep Núñez y Joan Gaspart.

El club incluso realizó minu­tos de silencio antes de algu­nos partidos por la muerte de miembros de la agrupación debido al constante chantaje que utilizaban, amenazando a los directivos con hechos de violencia dentro del estadio. También ayudaban a la diri­gencia, amenazando a perio­distas y opositores críticos a Núñez. A cambio del apoyo, recibían entradas gratis al estadio y no eran controlados por la seguridad del club.

LAPORTA Y SU EXPULSIÓN

Con la fama de violencia que habían creado, muchos hin­chas del Barcelona rechazaban la presencia de los Boixos Nois en el estadio, mencionando que generaban una atmósfera de miedo, por lo que evitaban ir a ver los partidos. En el 2003 Joan Laporta gana las eleccio­nes del club. Durante las elec­ciones no tuvo inconvenientes con el grupo, pero eso cambia­ría rápidamente.

Como primera medida dejó de entregarles entradas gratis al estadio y les prohibió guardar sus banderas e instrumentos musicales en uno de los depó­sitos del Camp Nou, como lo hicieron siempre. Esto causó el enfado de los miembros, quienes dejaron un vacío en las terrazas y realizaban cánticos contra Laporta. Un año des­pués, en un juicio a un grupo criminal que incluía a algu­nos miembros del grupo, se descubrió un plan en el que los Boixos ofrecían 30 mil euros para que ataquen y gol­peen al presidente.

Además de eso, en varias oca­siones realizaron pintatas frente a la casa de Laporta, amenazándolo de muerte. Desde ahí en más, Laporta y su familia fueron al estadio solo con custodia policial y tuvieron que mudarse a una ciudad cercana. Con todo esto, más los antecedentes de miembros involucrados en venta de drogas y organi­zaciones criminales, se pro­hibió la entrada a los mismos al estadio a partir del 2005.

UN LENTO RETORNO

Tras ser expulsados del club, el grupo perdió adherentes, que­dando solo las facciones más extremas, especialmente las de extrema derecha. A pesar de no poder entrar al estadio, un reducido conjunto de adhe­rentes iban a las afueras del club para mostrar presencia. Otras peñas de hinchas tam­bién fueron afectadas por la política de cero tolerancia del club y sentían que los dirigen­tes confundían a los violentos con los fanáticos pasionales, además de no sentirse prote­gidos ante amenazas de otros grupos e incluso de los pro­pios Boixos.

Con la creciente ola de rechazo a los inmigrantes en Europa, donde España no era una excepción, los grupos de extrema derecha comenza­ron a tener mayor aceptación en la sociedad, dando a los Boixos una nueva posibilidad de adquirir fuerza y sumar miembros a la corriente más extrema. Ya a comienzos de año el ex presidente Laporta denunció que en el partido que jugó el club culé ante Lyon, varios miembros de la peña llegaron al partido en carava­nas organizadas por el propio club. Señaló que la situación era “muy grave y triste”.

Este resurgimiento llevó al enfrentamiento que se dio el miércoles con el grupo Tsunami Democratic, que impulsa el diálogo entre el gobierno de España y Cata­luña para buscar resolver la separación del Estado. Sema­nas antes del partido se adver­tía sobre el posible peligro, siendo que el grupo indepen­dentista convocó a una pro­testa a las afueras del estadio el día del clásico, lugar donde se cruzarían con los llamados “fascistas” de la hinchada.

Finalmente, a pesar de los intentos de los Mossos, la fuerza policial catalana, ambos bandos se enfrentaron y termi­naron en una batalla campal. El saldo final fue de 48 heri­dos y decenas de detenidos. Todo por una pelea entre gru­pos, que hace 40 años hubie­ran estado del mismo lado en el espectro político, pero que hoy solo pueden dirimir sus diferencias a los golpes.

Fuentes:

1- “Un Camp Nou sin Boixos desde 2005” - Diario El País

2 - “Los Mossos cargan contra manifestantes a las puertas del Camp Nou” - Diario La Vanguardia

3 - “Understanding Football Hooli­ganism: A Comparison of Six Wes­tern European Football Clubs” - Ramon Spaiij, pág. 305-309

4 - “Silencio, mandan los ‘boixos’” - Diario El País

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