Hace 100 años nacía uno de los más grandes intérpretes de la guitarra de nuestro país, Cayo Evaristo Sila Godoy Echauri. Conocido además por su enorme trabajo de recopilar la obra del célebre guitarrista Agustín Pío Barrios “Mangoré”, don Cayo sigue presente en el recuerdo de sus seres queridos que desean mantener su legado.

Es una pieza pequeña. Hay un par de mesas y un reducido espacio donde se puede caminar y sentar. La ventana, con las cortinas recogidas, le da un respiro al lugar. Tania Godoy, la hija de don Cayo, está en medio de un montón de carpetas, archivos, fotos y objetos que guardan, de alguna manera, la historia de su padre. Hay partituras, cartas que escribía desde los países en donde le tocaba estar, fotos. En un cajón, que ella denomina “la caja de recuerdos” tiene ejemplares de periódicos donde se destaca la presencia del compositor paraguayo Sila Godoy, por ejemplo en Japón, o en los Estados Unidos, donde fue a hacer una gira invitado por el propio gobierno.

Sobre la fecha de nacimiento de don Cayo, no hay discusión. Los registros hablan de que llegó al mundo el 4 de diciembre de 1919. Lo que sí ha planteado cierta disputas de los fanáticos territoriales es determinar dónde nació, ya que algunos hablan de que fue en Villarrica, capital del departamento de Guairá. De hecho, así figura en varios registros bibliográficos. Sin embargo, Tania Godoy, su hija, dice que hace un tiempo atrás se dio a conocer un certificado de nacimiento que indica que don Cayo nació en Coronel Oviedo, en Caaguazú. “Me dijeron que eso es real. Que realmente él nació en Oviedo. Pero si me preguntás, yo te digo que toda la vida vivimos en Villarrica” dice Tania.

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De hecho, ella nació en Villarrica. Su hermano Antonio y su hermana Eliza, sin embargo, nacieron en Buenos Aires, Argentina, durante el periodo en que el matrimonio conformado por Cayo Sila Godoy y Ramona Alvarez estuvo en la capital porteña, hasta donde fueron por Cayo Sila, que fue becado para ir a estudiar guitarra en Buenos Aires.

Tania recorre por los álbumes y cuenta la historia de cada foto. Toma una donde se lo ve a Cayo Sila Godoy dialogando con Epifanio Méndez Fleitas, el poeta y músico y dirigente del partido Colorado que si bien formó parte del gobierno en el primer año de mandato de Alfredo Stroessner (1954-1989), rápidamente fue enviado al exilio por el régimen stronista. “A Méndez Fleitas lo quería muchísimo. Era uno de sus mejores amigos” dice Tania. Tiene un par de fotos con Epifanio, en donde se los ve siempre, guitarra en mano, cantando o dialogando. “Creo que muy pocas veces le vi llorar a mi papá. Una de ellas fue cuando murió Epifanio Méndez Fleitas” recuerda Tania.

EL PROYECTO DE MANGORÉ

Por talento y capacidad, Cayo Sila Godoy, como virtuoso de la guitarra, casi por decantación era el llamado a tomar el camino que había dejado Agustín Pio Barrios, “Mangoré”, el más grande de los compositores de guitarra que tuvo Paraguay y también, por qué no, el mundo. De hecho, Cayo Sila era un admirador profundo de la obra de Mangoré. “Leo que se dice siempre que el gobierno le pidió a mi papá que él haga la recopilación de la obra de Mangoré. Y para ser justos y precisos, en realidad fue mi papá que hay tenía trabajando en ese proyecto desde 1952 más o menos” señala Tania.

Todavía con Federico Chávez como presidente de la república, en 1953, el Gobierno paraguayo acepta la propuesta de recopilación de obras y entonces Cayo Sila Godoy y su esposa Ramona Alvarez viajan a El Salvador, donde en ese entonces – y hasta ahora – radica gran parte de las obras de Mangoré. “Yo recuerdo ese viaje porque nos dejaron a los hermanos y fue la primera vez que papá y mamá se iban. Por eso tengo siempre presente lo que representó Mangoré para papá y lo que él quería hacer para recuperar sus obras, por la patria y por la cultura de nuestro país” dice Tania.

Pero guitarras y partituras de lado, Tania encuentra otras fotos que la remontan al Cayo padre. “Como papá, qué puedo decirte. Era un excelente papá. Siempre dando consejos, recuerdo que era muy educado con nosotros, en el trato, en la forma de hablarnos. Y ese mismo trato tenía como una forma de ser, porque le trataba bien a todos, desde la persona más humilde hasta al más encumbrado que le tocó tratar, en sus giras, en sus presentaciones” dice Tania.

Lo recuerda además como un abuelo que estaba al pendiente de sus nietos – que suman ocho actualmente - para mimarlos, para enseñarlos a ejecutar la guitarra, para “malcriarlos”.

La amistad que tenía don Cayo Sila iba de la mano con el mundo del arte y la literatura. Uno de sus grandes amigos fue Augusto Roa Bastos, el premio Cervantes paraguayo que también tuvo que irse del país expulsado por la dictadura stronista. Tania recuerda que a pesar de las advertencias en la época del régimen, su padre nunca negó la amistad que tenía con Roa Bastos ni con Méndez Fleitas.

“Recuerdo una vez, yo era grande, ya entendía las cosas y vino una persona de la nada se acercó a mí y me dijo que le avise a mi papá que se cuide. Que cuide con quién se está juntando porque él también está en una lista negra” relata Tania. Dice que esa época tuvieron miedo, de alguna manera, por las cuestiones que iban sucediendo dentro de la dictadura. Sin embargo, recuerda que solamente una vez su padre fue detenido por la Policía para “averiguaciones”, pero que no pasó a mayores.

Entre las cosas que guarda, Tania saca un pequeño sobre, amarillento. Dentro de ella, un escrito. Es una carta que su padre envió a Ramonita, su mamá, en 1944, cuando estaba de viaje. “Estos son recuerdos muy íntimos y lindos. La buena letra que tenía papá, sus formas de dirigirse a ella. Pinta un poco también cómo eran esos tiempos. La forma que teníamos de comunicarnos. Mamá falleció en 1991, hasta ese tiempo se usaba el tema de las cartas” dice Tania.

El amor por el arte, por la música, por la guitarra, no fue algo casual, de hecho, en la vida de Cayo Sila. En Villarrica, de niño, creció con la música como algo que formaba parte de la familia. Aprendió de su madre, Basilia Echauri Cáceres a ejecutar la bandolina, y siendo adolescente ya empezó con la guitarra, con tíos y primos. “Todos los Echauri de Villarrica están vinculados con la música, es una pasión con la que crecimos todos” dice Tania.

UN LEGADO QUE DEBE QUEDAR

El 2 setiembre de 2014, don Cayo Sila falleció. Desde entonces, la lucha de la familia es hacer que el legado de don Cayo se mantenga. Elisa Concepción, una de las hijas, publicó dos tomos de un libro (2007 y 2013) llamado “Cayo Sila Godoy, 8 décadas de Música y guitarra clásica”, un exhaustivo trabajo que reúne obras de don Cayo durante toda su carrera, con fotos e imágenes de las actuaciones que hizo en su vida artística.

Para Tania, el legado de Cayo Sila Godoy tiene que ser un patrimonio cultural de los paraguayos y paraguayas. Por todo lo que representó su trabajo, sus obras y la recopilación que hizo de las presentaciones de Mangoré. “Yo creo que ahora, de alguna manera se conoce más lo que ha hecho mi papá. Porque si bien antes no teníamos tanto espacio, hoy por lo menos los medios como que le están dando más espacio, recordándole con algunos artículos, cosas así” pero la idea de Tania es ir un poco más allá. Su proyecto de vida es habilitar una especie de museo de la guitarra, con énfasis en la trayectoria de su padre.

El periodista Armando Almada Roche es otro que ha trabajado en la historia de Sila Godoy. En su obra “Sila Godoy y Augusto Roa Bastos: Amigos del Alma” explora las personalidades de estos dos artistas, en base a las decenas de entrevistas y conversaciones que el periodista Almada Roche. Fue un proyecto más personal que otra cosa, que parece ser la única manera de llevar adelante este tipo de emprendimientos.

La idea de Tania parece utópica en ese sentido, ya que no cuenta con los recursos como para desarrollar este proyecto. El objetivo es buscar formas de financiar ya sea el museo o el libro biográfico que está escribiendo de su padre. “Mi idea es que se pueda digitalizar todo esto, estas cartas, las partituras, las fotos, los diarios que le daban destaque en el extranjero. Me parece que es una buena opción y una forma de que su legado, el trabajo y todo lo que hizo mi papá por la música tenga una memoria” expone Tania.

HOMENAJE POR EL CENTENARIO

En la casa del Bicentenario, en el Cabildo de Asunción, el compositor José Carlos Cabrera presentó su disco “Oración”, dedicado a Agustín Barrios Mangoré en homenaje a Cayo Sila Godoy. El concierto formó parte de los eventos organizados por esta entidad este año en conmemoración al centenario del compositor Sila Godoy. El disco incluyó obras de Sila Godoy como parte del homenaje.

Igualmente, la Dirección Nacional de Correos del Paraguay lanzó a principio de este mes sellos postales para recordar los centenarios de los nacimientos del guitarrista Sila Godoy de la artista plástica Edith Jiménez, como parte de los homenajes. Sin embargo, en la semana del 4 de diciembre, fecha de los 100 años del nacimiento del concertista Godoy, el gobierno no hizo ningún acto oficial para recordar este acontecimiento.


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